Los otros tres chicos ya con el rostro cubierto se dirigieron hacia la sala donde habían encerrado a Yixing y donde el chino estaba sentado en el suelo aún con la cabeza cubierta. Siempre se había caracterizado por no perder los nervios incluso en las situaciones más adversas que se pudieran dar, y aquella vez no iba a ser menos. No podía negar que estaba un poco inquieto pero no iba a dejarse intimidar por aquellos secuestradores: tenía mucho que ofrecerles como grandes cantidades de dinero, así que no debía temer.
Tao le quitó la capucha y Yixing les miró con el rostro sereno a los ojos, lo único que podía distinguir entre la lana de aquellos pasamontañas.
-Tengo un seguro en caso de secuestro de quince mil millones de won. Es muy sencillo.
-¡Cállate! Ya te gustaría… – Exclamó Wufan. La voz tan grave y potente de aquél sí que hizo que un escalofrío le recorriera el cuerpo. Si no querían dinero, la cosa se ponía fea.
-En el despacho de tu padre. – Empezó a decir Chanyeol. – Bajo los estantes está su caja fuerte. Queremos la combinación.
-No sé de ninguna caja fuerte.
-Eso no quiere decir que no sepas la combinación. – Acertó a decir Tao apuntándole con una pistola. – Dínosla.
-No-lo-sé. – Contestó Yixing atreviéndose a usar un tono más soberbio hacia aquél que le amenazaba con un arma. Tao resopló saliendo de la habitación exasperado haciendo puro teatro y los otros dos chicos se quedaron con el chino que se apretó el puente de la nariz con dos dedos intentando tranquilizarse ahora que había empezado a ponerse más nervioso, pues le estaban pidiendo sobre algo que de verdad nunca había oído hablar.
-Pues un pajarito nos ha dicho que sí sabes. – Dijo Wufan guiñándole un ojo a través del pequeño agujero de tela.
-¿Qué pajarito? – Preguntó Yixing desconcertado.
Tao entró a la habitación donde Baekhyun se preparaba para su “actuación de la noche”, como a él le gustaba llamarla. Minseok le acompañaba metiendo las narices en aquella costosa cartera del chino que tenían retenido, aspirando el aroma a caro.
-¿Cuántos won cuesta esto?
-¿Qué hay dentro? – Preguntó Baekhyun cuando Tao se situó a su lado.
-Dinero, tarjetas, el carné, y…esto. – Minseok le acercó una foto en la que aparecía Zhang Hongli algo más joven junto a un feliz niño: Yixing. Baekhyun la observó atentamente y se la acercó a Tao.
-¿Crees que servirá?
-Tal vez. Bueno, te toca ya. Dice Kai que tienes una hora.
-¿Una hora? Se suponía que tenía toda la noche para hacerlo.
-Se suponía que a Chen no le iban a disparar en el pecho. – Intervino Kai entrando allí también. – Tienes una hora, consíguenos algo útil. Por favor. – Y de repente Baekhyun ya no era él. Todo su rostro, sus facciones, su cuerpo, su complexión y hasta su voz habían cambiado: ahora era Shin Laiwu. Se había transformado en él.
-¡AAAAAH!
Un alarido alertó a Yixing.
-¿Qué es eso?
-El pajarito. – Contestó Chanyeol. Yixing, que reconoció la voz de inmediato, abrió los ojos de par en par asustado llevándose una mano a la boca.
-No…Tío Laiwu. – Susurró el secuestrado. Baekhyun seguía gritando como si le estuvieran torturando y Yixing empezó a ponerse muy nervioso. – Diles…diles que paren, por favor.
-Dinos la combinación. – Replicó Wufan.
-No la sé.
-¿Y por qué Shin Laiwu dice que sí?
-No lo sé, dejadme hablar con él y lo averiguaré…
En menos de un minuto Tao y Chanyeol traían al supuesto Shin Laiwu cogido por los brazos y le soltaron bruscamente al lado del chico retenido. Al más alto le dolió tratar de esa manera a su chico pero tenían que actuar bien para que el plan saliera como lo esperado.
-¡Tienes una hora! Ya podéis hablar. – Sentenció Chanyeol esposando a “Shin Laiwu” a una tubería mientras éste se quejaba de dolor. Dolor inexistente que Baekhyun no sentía, pues nadie le había hecho nada. Todo era actuación.
-Tío, tío Laiwu, ¿estás bien? ¿Qué te han hecho? – Los demás salieron de allí dejando a Baekhyun con el chico: había llegado el momento de sonsacarle alguna información.
-Ah…Esos…cabrones… - Baekhyun jadeaba dolorido. – Llevan dos días torturándome. Tienen a alguien con acceso al despacho de tu padre y quieren abrir la caja fuerte. Pensaban que yo sabría la combinación pero no la sé.
-Ya, yo tampoco así que…
-¿Qué? Hongli me dijo que cuando falleciera tú serías el único que podría abrirla. – Simuló desesperación.
-No, jamás me dio ninguna combinación.
-A lo mejor sí y tú no sabías que era una combinación.
-¿A qué te refieres?
-No sé, una serie de números significativos relacionados con tus experiencias con tu padre. – De repente Yixing empezó a reír de la forma más irónica en que nunca lo había hecho.
-No hemos tenido muchas experiencias juntos…
-¿Tal vez tras la muerte de tu madre? No sé…
-Te digo que no.
-Pues nos van a matar si no les damos una combinación.
-¿Y qué hay en la caja fuerte?
-Algo para ti, Hongli siempre dijo que era el bien más preciado que podía dejarte. Un testamento.
-El testamento ya lo tiene su representante legal.
-Ése es anterior. Éste podría revocarlo si tú quisieras, es un testamento que acaba con el imperio de la Zhang Corporation que todos conocemos.
-¿Destruir mi herencia? ¿Por qué querría mi padre que yo hiciera eso?
-Lo desconozco…pero Yixing, él te quería. A su modo.
Yixing se quedó unos segundos pensando en silencio procurando mantenerse firme y no derramar ninguna de las lágrimas que amenazaban con salir en ese momento.
-¿Sabes? Al final me llamó a su lecho de muerte. Apenas podía hablar pero se tomó la molestia de decirme una última cosa. Me acerqué y sólo pude entender una palabra. – Yixing tenía la mirada perdida al frente mientras Baekhyun, con su rostro transformado en Shin Laiwu, le miraba atentamente. El chico se volvió hacia él y una pequeña lágrima acarició su mejilla hasta que se perdió en la comisura de sus labios curvados en una triste sonrisa. – “Decepción”.
Mientras tanto todos esperaban preocupados a que Baekhyun terminara el trabajo, prácticamente sin hablar. Sólo Kai y Sehun estaban un poco más retirados, velando por Chen que seguía con vida como podía tiritando a pesar de las mantas.
-Está sufriendo… - Susurró Sehun preocupado, acariciando el rostro de Chen.
-Conforme bajemos de nivel se pondrá mejor.
-¿Y si muere?
-Lo peor que puede pasar es que cuando se despierte haya perdido la razón.
-No…Kai…Seguiré con el trato… - Se esforzó Chen por hablar.
-Te lo agradezco Chen, pero seguramente cuando te despiertes no recordarás ni que teníamos un trato. El limbo se convertirá en tu realidad y acabarás siendo un viejo allí.
-No…Volveré. Y volveremos…a ser jóvenes…los dos… - Jadeaba el chico cada vez más rápido.
-Respira Chen, no te fuerces… - Le aconsejó Kai y éste cerró los ojos intentando descansar.
-¿Cuándo estuviste en el limbo? – Preguntó Sehun. El moreno ya acostumbrado a sus preguntas e intromisiones no perdió el tiempo en discutirle que no era de su incumbencia. – Has convencido al resto para seguir con este trabajo pero ellos no saben la verdad.
-¿Qué verdad?
-Que en cualquier momento puedes hacer que un tren atraviese esta pared, que Kyungsoo no deja de irrumpir en tu subconsciente y que cuanto más nos adentramos en la mente de Yixing, más lo hacemos en la tuya. Y no sé si nos va a gustar lo que encontremos ahí abajo. – Sehun le miró desafiante y Kai hizo una mueca con los labios de preocupación, desviando la mirada y suspirando levemente.
-Te lo contaré. Estábamos trabajando juntos explorando el concepto de “un sueño dentro de un sueño”. – Empezó a relatar el líder. – Pero yo quería profundizar cada vez más y seguir avanzando, sin darme cuenta de que las horas podían convertirse en años ahí abajo. Profundizar tanto que podríamos perder la noción de la realidad. Construimos nuestra ciudad, un mundo sólo para nosotros. Lo hicimos durante años.
-¿Cuánto tiempo estuvisteis ahí? – Preguntó el menor con miedo. Kai tardó en responder sabiendo que lo que iba a confesar era muy duro y difícil de comprender.
-Casi cincuenta años. – La boca de Sehun dibujó una pequeña “o” pero no fue capaz de articular palabra. Kai bajó la mirada al suelo.
-Dios… - Dijo al fin. - ¿Cómo lo soportasteis?
-Al principio no estaba mal, nos sentíamos como dioses. Pero el problema era saber que nada de eso era real. Al final se me hizo imposible vivir así, pero para Kyungsoo…el limbo se convirtió en su realidad. Encerró la verdad en lo más profundo de su ser, guardó su tótem de la realidad en una caja fuerte porque no quería reconocer que lo que estábamos viviendo en ese momento era sólo un sueño. Él quería creer que aquello era la vida real.
-¿Qué pasó cuando os despertasteis?
-Despertamos después de décadas y parecíamos viejos encerrados en cuerpos de jóvenes. Él empezó a comportarse de forma extraña, yo sabía que le pasaba algo pero no quería contármelo hasta que un día me lo confesó. Estaba obsesionado con una idea muy simple que lo cambió todo. Él decía que nuestro mundo no era real, que tenía que despertarse para volver a la realidad, para volver a casa. Así que teníamos que suicidarnos. – A Kai se le quebró la voz recordando aquellos momentos tan difíciles. – Discutíamos a voces miles de veces y nos peleábamos casi a diario porque yo quería hacerle comprender que estábamos viviendo la realidad joder, que el sueño fue lo que dejamos atrás. Era imposible hacerle entrar en razón, él quería suicidarse pero me quería demasiado para hacerlo solo. Así que se le ocurrió un plan. – Suspiró pesadamente. – El día de nuestro aniversario llegué a la habitación del hotel donde siempre lo celebrábamos y me lo encontré todo revuelto. Las sillas, los muebles, todo por los suelos. Pisé una copa de cristal sin querer y al mirar al suelo encontré su tótem allí tirado. Lo cogí y vi que la ventana estaba abierta, dirigiéndome hasta ella con miedo y encontrándome a Kyungsoo sentando en el alféizar de la ventana del edificio de enfrente. Estaba cerca, pues sólo nos separaban unos cinco metros…
*FLASHBACK*
-Kyungsoo, ¿qué haces ahí?
-Ven conmigo…
-Vu-vuelve…vamos…vuelve dentro. - El pulso de Kai se aceleró al ver lo que se proponía su chico.
-No, voy a tirarme y tú también lo harás.
-No me tiraré Kyungsoo, así que escúchame bien. Si te tiras no te vas a despertar, ¿recuerdas? Morirás, así que vuelve dentro, ¡venga! – Exclamó desesperado pero intentando simular calma para no poner nervioso al otro. – Vuelve dentro y lo hablamos. – Repitió.
-Ya hemos hablado bastante…
-Kyungsoo…
-O sales, o me tiro ahora mismo.
-Vale, espera. – Kai salió y se sentó en la ventana, tal y como estaba su amado en el edificio de enfrente. – Hablemos.
-Sólo te estoy pidiendo que te tires al vacío… - Kyungsoo seguía repitiendo lo mismo una y otra vez, con una calma impresionante, impasible.
-No cariño, sabes que no puedo hacer eso.
-Si me voy sin ti, será tu fin.
-¿Qu-qué quieres decir? – Preguntó el moreno con miedo.
-He dejado un escrito con ayuda de nuestro abogado, explicando lo mucho que temo por mi vida. Que has amenazado con matarme.
-¿Qué? – Kai no daba crédito a lo que estaba escuchando. - ¿Por qué has hecho eso?
-Te quiero Jongin.
-¿P-por qué me harías algo así?
-Para que no te sientas culpable por dejarlo todo. Volvamos a casa.
-No, no, no, Kyungsoo. – Ahora sí que estaba nervioso, aquello le daba la vuelta a las cosas completamente. – Escúchame, ¿quieres? Mírame, ¡por favor! – Gritó Kai al ver que Kyungsoo se movía un poco hacia delante mirando hacia el vacío.
-Estás esperando un tren, un tren que te llevará muy lejos…
-¡¡¡Kyungsoo!!! ¡No! ¡Joder escúchame!
-Sabes dónde quieres que ese tren te lleve, pero no dónde te va a llevar.
-¡¡Kyungsoo!! ¡Joder, me cago en la puta! ¡Escúchame!
-Pero no te importa, porque estaréis juntos…
-¡Cariño…! – Y justo, justo en ese momento, el mundo se paró para Kai. La vida dejó de tener sentido cuando Kyungsoo se arrojó al vacío tras sonreír a su chico durante un escaso segundo. -¡¡¡NOOOOO!!! – Kai se llevó las manos a la cara y volvió su rostro sin querer mirar hacia la calle. - ¡¡NO, JODER!! – Empezó a llorar con rabia e impotencia. Kyungsoo se había ido para siempre.
*FIN DEL FLASHBACK*
Sehun tenía los ojos empañados tras escuchar eso que tanto había esperado que Kai le contara y ser consciente de que la historia al completo era aún más terrorífica de lo que nunca habría pensado. El moreno ni siquiera podía mirarle a la cara.
-Tres…tres psiquiatras le habían visto y los tres le dieron por cuerdo. Me fue imposible explicar la naturaleza de su locura, así que no me quedó otra que huir pues su carta de suicidio me inculpaba directamente.
El menor se acercó un poco más y posó su mano en el hombro del líder, que le miró a los ojos.
-Creo que no debes sentirte culpable, primero porque tú no tienes la culpa y segundo porque pienso que cuanto más culpable te sientas más poder le estás dando a Kyungsoo en tu subconsciente. – Sehun intentó suavizar su tono pues ahora sabía la carga que había llevado Kai todos esos años. – Tú no tienes la culpa de esa idea que le llevó a suicidarse. – El moreno frunció los labios inquieto. – Tienes que enfrentarte a esto y yo te voy a ayudar, pero quiero que sepas que principalmente lo hago por los demás que te han seguido hasta aquí sin tener ni idea de dónde se estaban metiendo. – El líder miró al arquitecto y pensó que al fin y al cabo parecía más maduro de lo que el primer día le había parecido. Sus palabras le ayudaron, pero no podía evitar seguir sintiéndose intranquilo. No dejaría de estarlo hasta que volvieran a despertar en ese avión.
De repente, Kai vio por la ventana cómo unos hombres armados se acercaban a la nave industrial.
-Mierda, tenemos que irnos ya.
-Se acabó el tiempo. – Dijo Kai entrando de repente en el lugar donde estaban Yixing y Baekhyun, con su rostro tapado y seguido por Chanyeol y Wufan que siempre intimidaban más por su altura.
-Está bien, no sé ninguna combinación al menos conscientemente. – Contestó Yixing nervioso y mirando a los tres.
-¿E inconscientemente? Tengo a una persona en el despacho de tu padre esperando, ¡vamos! Dinos los primeros seis números que te vengan a la mente.
-No tengo ni idea.
-¡Habla ahora! ¡Ahora mismo! – Rugió el moreno colocándole un móvil en la oreja al chino y una pistola en la frente.
-Es…está bien…eh… Cinco, dos, ocho, cuatro, nueve, uno. – Kai sonrió hacia sus adentros y le hizo un gesto a los otros dos.
El plan era que Yixing dijera seis números aleatorios que ellos usarían en el tercer nivel del sueño así que no importaba cuáles fueran ni si abrían alguna caja fuerte. Lo importante era que después Yixing se acordara de ellos para que todo cuadrara y no desconfiara.
-Vamos, cubridles la cabeza, nos vamos a dar un paseo. – Wufan se acercó a Yixing poniéndole una bolsa de tela sobre la cabeza y lo mismo hizo Chanyeol con Baekhyun, no sin antes rozarle el cuello en una suave caricia para animarle por lo bien que lo había hecho.
-¡Nos vamos! – Exclamó Kai al resto del equipo a la vez que metían a Yixing y Baekhyun en la furgoneta en la que iban a huir. Echó unas gotitas de cloroformo sobre la tela haciendo que el chino durmiera al instante y apremió a Baekhyun para que volviera a salir de la furgoneta pues ya tenían vía libre. - ¿Qué has averiguado? – Preguntó al chico mientras éste se quitaba la bolsa de la cabeza: volvía a ser él.
-Su relación con su padre es peor de lo que nos imaginábamos…
-¿De qué nos sirve eso? – Preguntó Luhan con ironía. - ¿Cómo se van a reconciliar si están tan poco unidos?
-Bueno, joder, estoy en ello, ¿no? – Replicó Baekhyun dolido.
-Pues date prisa… - Luhan cogió una de las metralletas y abrió una ventana, empezando a disparar hacia las proyecciones de los hombres que les rodeaban. No tardaron en devolverle los disparos, por lo que tuvo que esquivar varias veces agachándose bajo la ventana. Eran muchos. – Mierda…
-No hay que tener miedo de soñar más a lo grande, querido… - Se pavoneó Chanyeol acercándose a él y sacando un bazooka enorme. Luhan levantó las cejas asombrado por el arma que tenía el más alto entre sus manos, y aún más se sorprendió cuando al disparar aquel tremendo arma Chanyeol voló por los aires una pequeña casita desde donde les estaban disparando, explosionando completamente y seguramente alcanzando a tres o cuatro de los hombres. Muchos más de los que habría acertado Luhan bala por bala. – Je. – Sonrió satisfecho alejándose de nuevo de Luhan que no pudo evitar soltar una risita por la chulería de su amigo y le siguió corriendo hasta la furgoneta.
Wufan, Suho y Tao cogieron a Chen por los hombros y le arrastraron como pudieron hasta la furgoneta, Minseok se subió como conductor y Baekhyun y Kai también estaban ya preparados para salir pitando de allí.
-Espero que sepas conducir bien. – Deseó Kai con todas sus fuerzas.
-Claro, joder. – Sentenció Minseok justo antes de meter marcha y acelerar rápidamente dejando atrás la marca de las ruedas y un chirrido estruendoso.
-Veamos, tenemos que alimentar la animadversión por su padrino Shin Laiwu. – Explicó Kai conforme ponía el maletín en el centro de la furgoneta y cada uno agarraba apresuradamente uno de los cables para inyectárselo en el brazo.
-¿Qué? ¿Os vais a cargar la única relación buena que tiene? – Preguntó Sehun escandalizado.
-No, no, no. Vamos a reparar la relación con su padre mostrando la verdadera naturaleza de su padrino. Deberíamos cobrarle más a Yixing que a Chen por este trabajo. – Rió Chanyeol.
-¿Y qué pasa con su seguridad? Se hará más fuerte conforme bajemos de nivel. – Apuntó Luhan.
-Trabajaremos con el señor Charles. – Respondió Kai.
-No…mala idea. – Le aconsejó Luhan.
-¿Quién coño es el señor Charles? – Preguntó Suho perdido.
-Cuando entremos en el hotel y nos acerquemos a Yixing se nos va a echar su seguridad encima así que trabajaremos con el señor Charles como hicimos en la operación “Sky”. – Sentenció Kai sin aceptar ninguna contradicción más.
-¿Lo habéis hecho antes? – Preguntó Tao.
-Sí, y no funcionó. El sujeto se dio cuenta de que soñaba y su subconsciente nos hizo pedazos.
-Pero ahora lo tenéis controlado, ¿no? – Preguntó Baekhyun que confiaba en lo que decía el moreno.
-Sí, sólo necesito algo que los distraiga. – Contestó el líder.
-Genial, ¿qué tal una preciosidad rubia que ya he usado antes? – Sonrió Chanyeol y miró a Baekhyun cómplice, sabiendo los dos a lo que se referían.
-Por favor, conduce con cuidado… - Volvió a repetir Kai esta vez mirando a Minseok. – Ahí abajo todo va a ser muy inestable.
-Sí, confía en mí.
-Y no saltes al mar antes de la patada. – Intervino Luhan.
-Os avisaré con la música y el resto es cosa vuestra. ¿Listos? – Preguntó Minseok.
-Sí, ¡vamos! – Tras la orden de Kai todos se pincharon con la aguja en la vena, por lo que Minseok con cuidado de no distraerse del volante pulsó el botón del maletín que daba paso al anestésico. – Que durmáis bien…