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EXO-INCEPTION por Ire-Rei

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-¿Cuál es el parásito más resistente? – Preguntó Kai al comensal que le hacía compañía en esos momentos, un hombre de pelo negro y despeinado, ojos marrones y rasgados. Era el prototipo de coreano típico. - ¿Una bacteria? ¿Un virus? ¿Una lombriz intestinal? – Preguntó con intención mientras el hombre soltaba su tenedor con rudeza, quizás imaginando que dentro de lo que estaba comiendo podría haber una larva de esos gusanos tan asquerosos.

-Lo que el señor Kim quiere decir… - Intentó proseguir su compañero, pero rápidamente fue cortado.

-Una idea. – Sentenció Kai. – Es resistente y muy contagiosa, una vez se ha apoderado de tu mente no podrás sacarla de ahí. Se queda aferrada al cerebro.

-¿Para que alguien como usted la robe? – Preguntó el hombre que seguía cenando tranquilo.

-Sí. – Contestó el compañero de Kai, un chico muy despierto y de cabellos claros, casi rubios, que se caracterizaba por su rostro aniñado y tremendamente hermoso. – En la fase onírica las defensas bajan y las ideas son vulnerables al robo, es lo que se llama “extracción”.

-Señor Kim Jongdae… - Empezó a decir Kai.

-Llámeme Chen. – Contestó el hombre serio.

-Eh…Chen. – Repitió un poco incómodo por hablarle de forma tan cercana. – Podemos enseñarle a su subconsciente a defenderse del mejor de los extractores.

-¿Cómo pueden hacer eso?

-Porque yo soy el mejor extractor. – Respondió Kai mirándole fijamente a los ojos. – Si quiere mi ayuda tiene que ser totalmente sincero conmigo, tengo que llegar a conocerle mejor que su pareja, su psicólogo…Mejor que nadie. – Kai se levantó, cogió la copa de vino y bebió un poco, empezando a dar un paseo alrededor de la mesa. – Si esto fuera un sueño yo tendría que saber qué hay dentro de esa caja fuerte. – Explicó señalando una pequeña caja implantada en la pared. Chen miró de soslayo en esa dirección. – Tiene que confiar plenamente en mí.

Chen dejó escapar una risa irónica.

-Disfruten de la velada mientras considero la proposición. – Sentenció levantándose y retirándose de la sala hacia un salón más grande repleto de personas que bailaban y disfrutaban de una fiesta.

El chico rubio se levantó también y se acercó a su compañero.

-Lo sabe.

Kai le miró con preocupación.

-Luhan… - En ese momento empezaron a notar un leve movimiento. El suelo temblaba y las lámparas del techo empezaban a moverse cada vez con más fuerza.

-¿Qué está pasando ahí arriba? – Preguntó Luhan confundido. Kai miró su reloj.

 

***

 

Una explosión. Miles de personas se agolpaban en las calles destrozando todo lo que encontraban a su paso, quemando coches, rompiendo escaparates, golpeando con palos a cualquiera que se les ponía por delante y gritando algo en un idioma desconocido. Entre aquel alboroto, en un pequeño piso, dormitaban Kai, Luhan y Chen, mientras otro compañero de los dos primeros les vigilaba. Minho, que así se llamaba, comprobó el anestésico que estaba siendo inyectado en vena en la muñeca de Chen, y seguidamente lo hizo con Luhan y Kai. Parecía en orden. Se asomó preocupado a la ventana y vio el terrible escenario que se presentaba ante sus ojos. La ciudad ardía.

 

***

 

Kai y Luhan daban un paseo por las terrazas del edificio de la fiesta. Algunas tejas y ladrillos empezaban a caer. El leve temblor no había cedido, iba y venía.

-Chen lo sabe. – Dijo Luhan preocupado. – Está jugando con nosotros.

-Tranquilízate Luhan, puedo hacerlo. La información está en la caja fuerte, ¿no viste cómo la miró cuando se lo mencioné? – Luhan asintió con inseguridad, pero de repente su vista se fijó en algo más allá de la silueta de Kai.

-¿Qué hace él aquí? – Preguntó tajante. Kai se volvió y suspiró. Allí estaba él, como siempre.

-Vuelve dentro. Yo me encargo. – Le ordenó a su rubio compañero.

-Más te vale, estamos aquí para trabajar. – Exclamó y se retiró desganado.

El moreno empezó a caminar hacia la baranda de la terraza y se encontró frente a frente con él. Tan espléndido como siempre.

-¿Si saltara sobreviviría? – Preguntó aquel chico mirando con sus grandes ojos hacia el mar que asomaba justo debajo de ellos. Su cabello negro se movía ligeramente con el viento.

-Si cayeras bien, tal vez. Kyungsoo, ¿qué haces aquí?

-Pensaba que tal vez me echabas de menos. – Contestó con una coqueta sonrisa.

-Sabes que sí… - Admitió dolido. – Pero ya no puedo confiar en ti.

-¿Y? – Se acercó lentamente y le dio un tierno beso en los labios. Kai cerró los ojos disfrutando del beso y del dulce aroma de Kyungsoo. Al momento el otro se separó. Le tendió una mano y Kai, dudoso, la agarró. Sintió una calidez inmediata, esa calidez que sólo Kyungsoo podía transmitirle. – Ven.

Los dos chicos se adentraron en una habitación. Kyungsoo miraba todo con entusiasmo, la decoración, los objetos…Un cuadro le llamó la atención especialmente.

-Parece del gusto de Luhan.

-Al sujeto le apasionan los cuadros de la postguerra. – El moreno se asomó por la ventana y empezó a maquinar algo. Cogió una cuerda y una silla y las puso frente a la ventana. – Siéntate.

Kyungsoo obedeció y se sentó curioso en aquella silla de madera. Kai ató la cuerda a una de las patas y acarició el tobillo del que se encontraba allí sentado.

-No sabes cuánto te echo de menos… - Alzó la vista y observó con intensidad aquella mirada que tanto le enamoraba. Aquella mirada por la que siempre perdía la cabeza. Se levantó y, sosteniendo la cuerda, empezó a caminar hacia atrás hasta la ventana.

-¿Dónde vas? – Preguntó Kyungsoo confundido.

-A que me dé el aire… - Sentenció el moreno justo antes de saltar por la ventana agarrándose bien. Con sus pies apoyados en la pared externa del edificio empezó a bajar poco a poco hasta que dio con el piso indicado, la ventana por la cual se quería colar de nuevo dentro. Pero la cuerda cedió y bajó rápidamente. Kyungsoo se había levantado de la silla. - ¡Maldita sea! – Kai trepó de nuevo con dificultad, maldiciendo a su chico por haberle dejado tirado. La cuerda le quemaba las manos pero tenía que hacer el esfuerzo, aquel trabajo debía salirle bien.

Cuando llegó de nuevo a su objetivo manipuló el cristal, rompiéndolo con cuidado y se introdujo en el edificio. Caminaba lentamente, cuidando sus pasos uno a uno conforme se colocaba unos guantes y cargaba su pistola con silenciador, disparando a cualquier vigilante que se interponía entre él y su preciada caja fuerte. Un pasillo, otro más, unas escaleras, y finalmente allí estaba. En la misma habitación en la que un momento atrás había estado con su compañero Luhan y aquel hombre, Chen.

La oscuridad era total en la habitación, se movía con cuidado de no hacer ningún ruido ni dejar ninguna huella. Llegó hasta donde se encontraba la famosa caja, la abrió y allí estaba exactamente lo que estaba buscando: aquellos papeles en un sobre. Miró de reojo a un lado y a otro y se los guardó en la chaqueta, sacando a su vez de ésta otro sobre completamente idéntico para así poder dar el cambiazo. Pero entonces, cuando creía haber completado la misión con éxito, se hizo la luz.

-Dese la vuelta. – Se escuchó decir a Chen. Kai se dio la vuelta sorprendido y aterrorizado, apuntando con su pistola hacia la dirección de la cual provenía la voz. Allí, junto a Chen, estaba la última persona que esperaba encontrar.

-Kai, baja el arma. – Le avisó Kyungsoo. El moreno no podía creerlo, ¿Estaba compinchado con él? En ese momento unos matones entraron a la sala, llevando a Luhan consigo. Kai le miró con ansiedad. ¿Había terminado todo? ¿Se había fastidiado? Dejó la pistola en el suelo y la empujó hasta los otros dos.

-Y ahora el sobre, señor Kim. – Espetó Chen con dureza.

-¿Se lo ha dicho él? – Preguntó irónico señalando a Kyungsoo. - ¿O lo ha supuesto por sí solo?

-¿El qué? ¿Qué ha venido a robarme o… - Chen hizo una pausa y sonrió. - …que estamos realmente dormidos?

Kai abrió los ojos y miró a su compañero, quien le miró con el mismo gesto perdido.

-Le ordeno que me confiese quién le ha contratado. – Siguió hablando Chen. Pero Kai no pronunció palabra. Kyungsoo cargó el arma que apuntaba a Luhan y el rubio tragó saliva.

-Ah, es inútil que me amenaces en un sueño, ¿verdad Kyungsoo? Tú lo sabes bien. – Sonrió Kai con altanería.

-Depende. – Contestó el otro simplemente. – Si le mato se despertará, sin embargo el dolor está en la mente. – Kyungsoo disparó a Luhan en la pierna y el grito fue ensordecedor. Casi cae al suelo si no fuera porque los dos hombres continuaban sujetándole, pero el rubio se retorcía de dolor. Su amigo le observó con tortura. – Y a juzgar por la decoración, estamos en la mente de Luhan, ¿verdad? – Kyungsoo se volvió de nuevo hacia el rubio, dispuesto a dispararle de nuevo en la otra pierna, pero Kai fue más rápido.

Saltó hacia donde se encontraba su arma y disparó a su amigo en el corazón con rapidez.

 

***

 

Luhan despertó en aquel piso sumido en la ciudad del caos. Con rapidez se quitó la vía que tenía cogida con la anestesia y se levantó.

-¿¿¿Qué haces???  - Exclamó Minho alarmado. - ¡Es demasiado pronto!

-¡Lo sé! – Cogió un extraño maletín y se dirigió a la cama donde dormía Chen. – El sueño se está viniendo abajo, voy a intentar que Chen aguante un poco más y cuando te diga despiertas a Kai.

 

***

 

Dentro de aquel fatídico sueño en el que Kai todavía se encontraba, el edificio empezó a temblar y el polvo caía sobre su cabeza. Pequeños trozos de ladrillos y maderas caían uno tras otro mientras el moreno iba disparando a todo aquel que se le cruzaba por el camino, huyendo, corriendo como nunca antes había corrido y esquivando los bloques de cemento que caían cada vez más grandes. Kai paró un segundo recobrando el aire y sacó de su chaqueta los papeles donde se podía leer en grande “CONFIDENCIAL”. Los tenía.

En la sala donde estaban antes Chen cogía el sobre que Kai había soltado cuando se lo ordenó, abriéndolo apresuradamente.

-Por poco, ¿eh? – Dijo Kyungsoo divertido, sin importarle que la habitación se viniera abajo con ellos dentro. Pero el rostro de Chen se transformó de ira. Los papeles que tenía entre sus manos estaban en blanco.

-¡¡¡Mierda!!! – Exclamó con furia.

Kai seguía corriendo y decenas de hombres le perseguían disparándole. El moreno esquivaba las balas como podía y respondía certeramente con su arma, matando a aquellos sujetos. Algunos morían aplastados por los escombros que caían que eran cada vez más y más grandes. Uno de ellos cayó de pleno sobre la cabeza de Chen…

 

*** 

 

Chen abrió lentamente sus ojos en aquella cama que le resultaba familiar.

-¡No dará tiempo! ¡Despierta a Kai! – Escuchó decir a Luhan que estaba a los pies de la cama manipulando el maletín de la anestesia.

-¡¡No despierta!! – Exclamó Minho que no paraba de darle bofetadas al moreno angustiado, sin reaccionar éste.

-¡Pues dale “la patada”! ¡Sumérgelo! – Gritó justo cuando escuchó un “clic”. Chen le estaba apuntando con una pistola.

Minho volcó la silla en la que Kai estaba sentado. Ésta se encontraba sobre una mesa y detrás había una bañera llena hasta arriba de agua. Fue cayendo hacia atrás hasta que se sumergió en aquel agua que le bañó por completo.

 

*** 

 

En el sueño, Kai notó cómo todo temblaba más de la cuenta y un ruido ensordecedor le envolvía. Frenó en seco y observó con cuidado la sala que se encontraba ante él. Segundos más tarde una tromba de agua inundó aquel lugar, entrando por las puertas, por las ventanas, por cualquier rendija del edificio. El inmenso mar inundó toda la estancia…

 

*** 

 

Kai despertó sobresaltado, saliendo empapado de la bañera y mirando hacia todas partes para comprender la situación en la que se encontraba. Chen apareció de repente, atacó a Minho por la espalda y éste cayó inconsciente. El moreno, que por fin había reaccionado, se lanzó sobre él y forcejearon con violencia, pero Kai fue rápido y presionó sobre su seno carotídeo provocando que la sangre no circulara bien por la zona y dejándole inconsciente en segundos.

-¡Vamos! – Le gritó a Luhan que apareció por la habitación de repente. Le sentaron en una silla y esperaron a que despertara.

Chen abrió los ojos poco a poco y se encontró a Kai sentado frente a él, con Minho detrás. Luhan estaba de pie, observando por la ventana cómo aquella ciudad estaba sumida en la anarquía y sus ciudadanos parecían haber perdido la cabeza.

-Ni siquiera mi jefe de seguridad sabe de la existencia de este piso. – Dijo Chen al fin. - ¿Cómo lo ha encontrado?

-Es difícil mantener en secreto un nidito de amor. – Sonrió Kai con ironía. Chen suspiró y desvió la vista a un lado, rendido.

-Se están acercando. – Avisó Luhan que seguía vigilando por la ventana.

-Ya tiene lo que buscaba, déjeme ir. – Dijo Chen.

-Eso no es verdad, se ha guardado una información vital porque sabía que íbamos a engañarle, ¿por qué nos ha dejado entrar en el sueño?

-Algo así como un casting.

-¿Un casting? – Preguntó Kai extrañado, incorporándose un poco hacia delante. Luhan le miró igual de confuso.

-Sí, pero no lo han pasado. A pesar de haberme extraído la información el engaño era evidente.

Minho miró a los dos chicos sin saber qué hacer…

 

***

 

En un tren de alta velocidad Minho, Luhan, Kai y Chen se encontraban dormidos. Un adolescente miró la hora y cogió unos auriculares de su bolsillo. Se los colocó a Minho y pulso el “play” en el iPod, empezando a escucharse aquellas inconfundibles notas de la canción “Sherlock”.

 

*** 

 

En el piso, como si estuviera plagado de altavoces, Minho reconoció la melodía. Era la señal. Urgido miró a Luhan y éste pilló el mensaje al instante. El rubio miró a Kai y le hizo un gesto para que se diera prisa.

-Si no es por las buenas, será por las malas. – Dijo Kai levantándose con violencia y tirando a Chen al suelo, apuntándole con la pistola. - ¡Vamos! ¡Dígame qué es lo que me esconde!

-Je… - Chen empezó a reír a carcajadas, sin importarle que estuviera a punto de morir. Los tres chicos se miraron sin saber qué hacer. - ¿Sabe, señor Kim? Nunca me gustó esta alfombra. – Decía agarrando los pelitos con sus dedos. – Pero sé que es de lana, y ésta parece de poliéster… Lo que significa que éste no es mi piso y que esto no está sucediendo. – Kai cerró los ojos fuertemente notando cómo el sudor bajaba por su rostro. – Seguimos soñando, ¿no es así?

 

***

 

En el tren la cuenta atrás llegó a cero y Luhan despertó de forma espontánea.

-¿Qué tal ha ido? – Preguntó el adolescente.

-Mal. – Respondió Luhan simplemente retirándose el suero y manipulando el maletín de anestesia para despertar a sus dos compañeros.

 

*** 

 

-Así que un sueño dentro de un sueño, ¿eh? – Decía Chen levantándose de la alfombra. Kai seguía apuntándole. – Pues en mi sueño se acatan mis reglas.

-El problema es que no estamos en su sueño. – Respondió Minho triunfante. – Sino en el mío.

Justo en ese momento la muchedumbre de personas que boicoteaban la ciudad entró en el piso, agarrando a Minho y Kai con furia y zarandeándoles.

 

***

 

Minho y Kai despertaron en el tren. Chen seguía dormitando: según su cronómetro todavía quedaban unos minutos hasta que la anestesia dejara de hacer efecto y despertara.

-¡Capullo! La has cagado con la alfombra. – Le exclamó Luhan a Minho cabreado. – Eres el arquitecto, no puedes tener esos fallos.

-¡Y yo qué sabía que le restregaría la cara contra el suelo! – Se quejó el alto.

-Y tú… - Siguió diciendo Luhan, esta vez mirando a Kai. - ¿Qué mierda ha sido eso?

-Lo tengo controlado, ya verás. – Se excusó el moreno levantándose y agarrando un fajo de billetes. – Tomad. – Lo lanzó y el más joven lo cogió al vuelo. – Me bajo en Kioto, sálvese quien pueda…

 

Esa misma noche, en un hotel de Tokyo, Kai esperaba sentado en su sillón sumido en sus pensamientos. La aparición de Kyungsoo en el sueño le había dejado trastocado, ¿por qué seguía empeñado en aparecer? Era cierto que le amaba, que le echaba de menos y que quería estar con él. Pero no podía interferir en sus planes y mucho menos en un trabajo tan importante como el que había sido esta vez. Agarró su peonza y la hizo girar sobre la mesa. La peonza giraba y giraba, una vuelta tras otra, su movimiento parecía eterno y el moreno miraba angustiado, hasta que finalmente cayó y respiró tranquilo. Unos golpes en la puerta le hicieron reaccionar. Se levantó a abrir y se encontró con Luhan.

-Ya está todo preparado en la azotea. – Le informó mientras el moreno agarraba su equipaje con seriedad. - ¿Estás bien?

-¿Por qué no iba a estarlo?

-Porque Kyungsoo apareció en el sueño… Está empeorando, ¿verdad?

-Déjalo. Siento lo de la pierna, no volverá a ocurrir… - Kai cerró bruscamente la cremallera de su bolsa de viaje y se la echó al hombro. - ¿Y Minho?

-No lo sé, no ha aparecido. ¿Le esperamos?

-De eso nada, tendríamos que haber entregado los papeles de la empresa Kim a Doosan Engineering hace ya dos horas. Tenemos que desaparecer, ya sabrán que hemos fracasado y si nos encuentran somos hombres muertos.

-¿Dónde irás? – Preguntó Luhan curioso.

-Creo que a Buenos Aires, ¿y tú?

-A Corea del Sur. – Sonrió el rubio. Kai le devolvió la sonrisa, pero en ella había un deje de tristeza.

-Da recuerdos de mi parte…

Los dos chicos subieron las escaleras de emergencia del hotel con rapidez pero al llegar al helicóptero con el que pensaban huir se encontraron con una sorpresa no muy grata. En el interior estaban Chen y Minho.

-Parece que su compañero les ha traicionado para salvar su vida. – Dijo Chen. Le hizo un gesto a uno de sus matones y éste agarró a Minho, sacándolo del helicóptero con dureza. Minho miró a sus dos compañeros con angustia: el miedo invadía su mirada. Chen invitó a los dos chicos a subir y éstos obedecieron.

-¿Qué le va a hacer? – Preguntó Kai, aun sabiendo la respuesta.

-Yo nada, pero no respondo por Doosan Engineering. – Respondió secamente. Kai lo sabía. Iba a entregarle y Minho no saldría de ésa. El helicóptero despegó con los tres sujetos dentro.

-¿Va a decirme de una vez qué quiere de nosotros? – Preguntó Kai exasperado. Todo aquel asunto le estaba dando dolor de cabeza y ya no sabía si debía temer por su vida o no.

-Origen. ¿Es posible?

-Claro que no. – Respondió Luhan al instante.

-Si puede robar una idea de la mente de alguien, ¿por qué no puede introducirla?

-Vale, si yo le digo que piense en elefantes, ¿en qué piensa? – Preguntó Luhan a aquel hombre tan misterioso.

-En elefantes. – Contestó Chen como si fuera evidente.

-Exacto, pero porque yo se lo he dicho, no es una idea que usted haya pensado. La mente puede dar con la génesis de la idea y reconocerla como extraña…

-Eso no es cierto. – Le cortó su amigo Kai. Luhan le miró confuso y Chen sonrió con triunfo.

-Entonces puede hacerlo.

-¿Acaso me deja opción? – Respondió el moreno irónico. – En realidad podría arreglar las cosas con Doosan Engineering y salir de ésta.

-Entonces sí que tiene opción.

-Sí, y mejor elijo marcharme. – El helicóptero aterrizó en el aeropuerto y los dos chicos se bajaron deprisa.

-¡Señor Kim! ¿No le gustaría volver a Corea del Sur? Con su familia, sus amigos…

-¡Kai! ¡Vamos! – Le llamó Luhan. No quería que enredaran a su amigo y engancharle con aquello era muy fácil. El moreno se quedó mirando a Chen que le sonreía con suficiencia y se acercó de nuevo.

-¿Cómo de compleja es la idea? – Preguntó curioso.

-Es muy simple.

-Ninguna idea es simple si hay que introducirla en la mente de una persona. – Objetó.

-Mi competidor es un anciano de salud delicada. Pronto morirá y su hijo heredará el control de la compañía. Lo que quiero es que convenza al hijo de que no siga con la empresa de su padre, que cree un futuro por sí solo. Y así, eliminaré la competencia. – Explicó Chen de forma simple.

-Kai, deberíamos irnos… - Le aconsejó Luhan que no le gustaba todo aquello.

-¡Espera! ¿Y cómo sé que no me está engañando? ¿Qué seguridad tendré de que mi recompensa es verdadera? Que podré volver a Seúl.

-No tiene ninguna seguridad, pero yo ratifico que puedo hacerlo. Usted decide si quiere o no. En caso de aceptar reúna a su mejor equipo y contacte conmigo… - Chen cerró la puerta del helicóptero y éste volvió a despegar, dejando a Luhan y Kai en la pista con la mente en blanco y sin saber qué pensar.

 

Al rato, en el avión, Luhan y Kai disfrutaban del almuerzo.

-Sé que estás deseando volver a casa, pero sabes que lo que nos propone es imposible. – Le dijo Luhan muy convencido.

-No, no lo es. – Respondió. El rubio entrecerró sus ojos. – Ya lo he hecho antes.

-¿A quién? – Preguntó Luhan sorprendido, pero el silencio de Kai le delató. El moreno no quiso contestar, pero su conducta había dejado claro que Kyungsoo tenía algo que ver en todo eso. El rubio negó con su cabeza y volvió a coger un trozo del bistec que saboreaba con gusto. – Por cierto. – Habló con la boca llena. - ¿Por qué vamos a París?

-Porque necesitamos otro arquitecto.

Notas finales:

Bueno………jajaja pues eso, la vida real era el tren (?). En el tren estaban dormidos soñando con el piso, y dentro del piso también se durmieron para soñar con la casa de la fiesta (un sueño dentro de un sueño, tal y como dice Chen).

 

En el próximo capítulo aparecerán ya TODOS LOS PERSONAJES :D y habrá cositas curiosas y bonitas

Espero que os haya gustado y que a pesar de la paranoia tan tremenda le deis una oportunidad porque prometo mucho amor entre tanta rallada (YO SIN FLUFFY NO SOY YO). Si me dejarais algún comentario sería la persona más feliz del mundo…

 

Mi twitter es: www.twitter.com/setaene

 

P.D: Para quien no lo sepa, en la peli hay una canción que siempre que la escuchan (en la vida real les ponen unos cascos) suena en el sueño y saben que ya van a despertar. Bueno pues yo he puesto Sherlock porque sí XDDDDDDDDDDDD porque me imagino “SOY UN DORITO” en el sueño y me meo yo sola (?). De todas formas todo eso se explicará en el siguiente capi :D.


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