#España
-Biip... Biip!! - La inconfundible alarma del móvil sonó exactamente a las 6:45, una mano medio dormida lo paró de un golpe.
- Biip... Biip!!- la alarma volvió a sonar a las 6:55... Ya no quedaba mas remedio. Había que levantarse de la comodísima cama que siempre parece más apetecible a las tantas de la mañana que a las noches en vela. Y los lunes son mucho mas pesados que cualquier otro día de la semana, más aun teniendo que ir a clase por obligación. Consiguió despertarse y miró por la ventana. Llovía como nunca, ni siquiera el tiempo estaba de su parte. Estaba el solo en aquel cutre hotel.Le tocaba demostrar de nuevo que él era el líder de su banda.
Después de desayunar se vistió y aseó preparándose para ir a clase, cogió la mochila, la tarjeta del autobús y se marchó de allí.
El viaje en bus sería largo, ya que tenía que ir a las afueras de la ciudad, y su hotel estaba en la otra punta. Se sentó en el lado de la ventana del bus mirando las gotas de agua que se quedaban en los cristales y cuando el autobús arrancó se divertía viendo como luchaban contra el viento para no desvanecerse al mismo tiempo que escuchaba Tell Me Goodbye.
Al llegar, el bus paro de golpe y cuando se abrieron las puertas, se puso la mochila en la espalda y se tapó con la capucha, ya que llovía con fuerza, corrió deprisa salpicando agua cada vez que sus pies chocaban contra el suelo. Llegaba a la hora. Debía ir al despacho de la directora para el comienzo de su plan.
Mientras tanto en clase...
Alguien también llegaba nuevo ese día, se llamaba Mika. Todos estaban en la clase y justo entró unos segundos antes que el tutor. Se sentó en el último sitio y atendió como el resto.
- Bien, al acabar esta clase de Tutoría adelantada tengo que comentaros algo así que ahora atended y sacad vuestros cuadernos para copiar lo siguiente...
45 minutos después...
Alguien golpeó la puerta de la sala. Nada menos que la directora. Acompañada por un chico de rasgos asiáticos que entró algo tímido y saludo bajito. Llevaba el pelo negro oculto bajo una capucha, vestía una cazadora gris verdoso llena de dibujos y unos pantalones de cuero negros. Se colocó contra la pizarra y la directora comenzó a hablar.
- Buenos días a todos, os presento a Kwon Ji Yong, vuestro nuevo compañero de clase. Estará aquí unos días y después un alumno o alumna tendrá la suerte de hacer un viaje a Corea del Sur con él durante unas semanas. - a nadie parecía entusiasmarle la idea salvo a Mika. Ji Yong sonreía pero al ver a la mayoría medio dormidos su sonrisa desapareció. - Este joven no conoce casi nada de nuestra cultura y menos de nuestro idioma, ya se que vosotros tampoco conocéis el suyo. Así que debéis encontrar la manera de comunicaros con él. ¿Algún voluntario para ayudarle? - nadie levanto la mano. Mika miró a toda la clase y levanto la suya muy decidida. Ji Yong la miró con una gran sonrisa. - Bien. Ella es Mika, siéntate a su lado y si tienes alguna duda pregúntale a ella o ven a mi despacho - Ji asintió, cogió una silla y se sentó a su lado.
- Ho-la. - Tartamudeó Ji. (Aparentando que sabía poco español)
-Hola. soy Mika. - se presentó ella. Al terminar las clases Ji Yong fue a hablar con la directora y Mika se fue a su casa.
#KNOCHENMAN, Corea del Norte.
Una luz cegadora destruyó toda la oscuridad de la pequeña sala de interrogatorios. El que estaba sentado frente a la luz cerró los ojos por molestia. Tenia el pelo rapado por los lados de la cabeza y una gran cresta de pelo negro en la parte de superior, llevaba la ropa que le proporcionaba aquella organización, una camisa de manga corta blanca que dejaba ver algunos de los tatuajes que adornaban su cuerpo, una chaqueta de cuero negra mas unos pantalones a juego y unas botas con hebillas. Sus manos estaban atadas al respaldo de la silla metálica y frente a él una mesa de hierro y un hombre trajeado de estatura media y de pelo rubio peinado a un lado con barba y de ojos azules pero de mirada inquietante. Era nada menos que el director de todo aquello. Llamado: Albert Knochenman pero todos lo conocían como Señor o Director.
- Volvemos a vernos en las mismas circunstancias... - recordó el director.
- ¡El tipo del pelo amarillo! ¿A que se debe este honor de verle? - se burló el otro.
- Sabes por que estas aquí, ¿verdad? 7628? - preguntó seguro el director.
- No. - respondió el esposado sin preocupaciones. El director dio un golpe a la mesa furioso.
- NO ME MIENTAS TAEYANG!! - Taeyang no se sorprendió. Siguió al director con la mirada mientras este paseaba por la sala tratando de calmarse. - Lo sabes perfectamente, 3 de nuestros "refugiados" han desaparecido y tú lo intentaste...
- ¿Refugiados? ¡Anda! y yo preguntándome todos estos años a qué ostias venían las cadenas y las torturas que nos establecíais... por no hablar de las verjas de las ventanas y puertas... ¿Para que son? ¿¿Para protegernos de los ladrones?? ¡Claaaro...! Ahora todo cobra sentido... - comentó irónicamente Taeyang. El director ignoró ese comentario y prosiguió con el interrogatorio.
- Tan solo hemos averiguado de momento el nombre y numero de uno de los desaparecidos: 3583, G-Dragon... también conocido como Kwon Ji Yong. ¿Dónde está?
- No lo se.
- Taeyang... G-Dragon llevaba consigo la Licantrita. ¿Sabes que pasara si la perdemos?
- ¿Que perderás tu trabajo, iras a la cárcel y todos seremos libres? uh... que peenaa...
- Dime donde esta o iras a la sala de 666.
- Está bien, está bien... G-Dragon está... -el director le miró esperando la respuesta a sus problemas. - ¡En un lugar que tú nunca llegaras a saber!- Taeyang le dedicó una sonrisa de odio y desprecio. El director lleno de rabia le pegó fuertemente en la mandíbula y después una patada en el vientre que lo impactó contra la pared haciéndole escupir un poco de sangre. - Si no estuviera atado te mataría con mis propias manos... hijo de la gran pu...
- ¡Cállate! Ya me lo demostraras cuando seas un humano... desecho de laboratorio. No pienso perder ni una pizca más de mi preciado tiempo contigo…- Taeyang intentó deshacerse con todas sus fuerzas de las esposas y de la silla para poder acabar con él. - ¡¡Guardias!! Llevaos a esta rata a la sala 666, la sala de torturas. Haber si canta con... - el director fue a un archivador que había en una esquina de la sala junto a la puerta, abrió el primer cajón y revolvió su interior buscando algo.- esta es perfecta - susurró cuando dio con su objetivo- ¡Esta vez probad con esto! - ordeno mostrando un pendrive diminuto con el numero 16 escrito. Uno de los guardias con una especie de coraza con el supuesto logotipo de aquel lugar (que consistía en una especie de serpiente enroscada en un cuchillo) estampado en el hombro se adelantó, cogió el pendrive y lo guardó con mucho cuidado en un bolsillo de su cazadora mientras que otros dos guardias acorazados le inyectaron un tranquilizante en el cuello a Taeyang que le hizo Gritar de dolor. Su fuerza fue disminuyendo asta que no pudo más. Los guardias le soltaron rápidamente de la silla y lo llevaron a rastras asta la sala 666, tras de el guardia que llevaba el pendrive. Allí abrieron la puerta, el guardia de delante dejó en la mesa de aquella sala el pendrive, mientras los otros tiraron a Taeyang al suelo de golpe.
- Este mal nacido debe decir el paradero de los 3 fugados, y sus identificaciones, aquí esta su castigo si no cumple.- explicó el guardia, y se marcaron cerrando la puerta. Taeyang tosió intentando levantarse.
- Otra vez por aquí Taeyang? - dijo una voz femenina que le ayudó a levantarse. Estaba muy débil.
- Me duele la cabeza... - la enfermera le puso una toalla mojada en la frente, le limpió la sangre de la boca.
- Me alegra volver a verte pero desearía que fuese en otras circunstancias... ya son demasiadas veces, demasiadas torturas,… Unas mas y después te depara la muerte...
- Fuf –suspiró- ... estoy fatal... hacedme lo que me merezca, ya sabéis todos que no voy a decir nada, prefiero morir a ser un sucio traidor... ya lo sabes... todo... será como esta semana... y la anterior... - La enfermera lo miro apenada, *... y las ultimas 7 semanas anteriores* pensó con tristeza, su compañero cogió el pendrive, lo conectó al ordenador y miró su contenido: el nombre y las instrucciones para llevar acabo la tortura 16. Ella se levantó y miró la pantalla del ordenador leyendo el titulo.
- Esto es horrible, el año que viene me retiro ya no puedo soportarlo mas. La tortura es... quemarte la piel...
#Italia, Roma.
- ¿Y bien?
- ¿Y bien que?
-¿Que piensas hacer ahora?
- ¿Yo? terminar de leer el periódico.
- ¡Oh, Venga ya! ¡Si no entiendes nada de lo que pone!- se quejó SeungRi. T.O.P se tapó la cara con el periódico y se incorporó en la silla del bar en el que habían parado a descansar después del largo viaje en avión desde Corea.
- Puede que no entienda nada pero con ver las imágenes me vale. - se defendió T.O.P
- Pues vale... ahora responde. - T.O.P bajó las hojas del periódico para mirar a SeungRi.
- El plan es sencillo, tenemos que localizar a...
- G-Dragon y a la Licantrita que lleva con él.
-.. Si y después de esconderla debemos liberar a...
-Taeyang, Daesung y a todos los demás del centro... - le volvió a interrumpir SeungRi.
- ¿¿Quieres dejar de terminar las frases por mi de una vez?? Si ya sabes lo que vamos a hacer ¿¡Para que cojones me preguntas!? - le gritó T.O.P arrugando el periódico. SeungRi se echó hacia atrás sorprendido y se dio cuenta de que todos les estaban mirando. T.O.P se volvió a sentar y abrió su lectura de golpe, volviendo a ocultarse.- Por que tendré que soportar a este... - susurró para si mismo.
-Este... imbécil? jajaja- se burló SeungRi. T.O.P cerró los ojos y respiró profundamente. Permanecieron en silencio por un rato. Asta que algo llamó su atención.
- Corre...
-Oh vamos T.O.P,.. Solo era una broma jajaja.
-¡¡Que corras!!- T.O.P dejó el periódico en la mesa, se levantó muy serio, poniéndose el sombrero y mirando de reojo a la cristalera del bar que daba a la calle. Se acercó a la barra, pagó con el dinero del lugar y le susurró algo a la camarera. Ella le señaló una puerta trasera. Hizo una señal a SeungRi para que le siguiera. Cuando salieron unos hombres trajeados con gafas de sol entraron en el bar haciendo silenciar a todo aquel que estaba allí.
- Perdonen... somos agentes especiales de KNO... - uno de sus compañeros le dio un codazo para que no hablara de más - de un centro de investigación...y buscamos a estos tres fugitivos. ¿Los han visto? - nadie dijo nada.