Capitulo 1: Un “Mal” Día
Era ya entrada la noche, la fecha límite de la autora a la que iba a ayudar era a las 8:00 am del día siguiente… y lo peor era que apenas si había dormido los últimos tres días; suspiro con cansancio, tal vez el ser asistente privado era una mejor opción; a este paso no tendría mucho tiempo de vida; se froto la cabeza, si no había aceptado antes ser un asistente privado era por…
El ultimo tren paro en la estación, no había mucha gente aparte de Yanase, este tenía unas terribles ojeras bajo sus bellos ojos almendras, y el rostro descompuesto, aunque esto no era solo por el cansancio… subió al tren, iría en el a casa de la autora, total, por como pintaban las cosas tampoco dormiría esta noche, así no tenía porque preocuparse por en que se iría a casa, estaba seguro de que a las 8:00 am. Ya los trenes sobrarían…
Las puerta se cerraban tras él, daba un gran bostezó y se dirigía a uno de los asientos de hasta el final, traía un gran vaso de café en una mano y una bolsa en la otra, se preguntaba que tenían los mangakas en hacer todo a última hora he? Sobre todo el denso de yoshi…
Detuvo su pensamiento justo ahí, era la segunda vez que pensaba en el pelinegro en los últimos minutos, y él se había prohibido estrictamente el hacerlo…. Además… bajo la vista… Chiaki había elegido a Hatori, no a él, su corazón volvía a recibir una puñalada cuando pensaba en eso; pero él lo sabía bien, el lugar que él quería ocupar en el corazón del pelinegro lo llenaba Hatori, lo sabía, entonces… suspiro.
Entonces porque diablos aun tenia los fin de semana ocupados en su maldita agenda!! … y porque cuando recordada que Yoshino lo había rechazado sus ojos humedecían?... ¿Por qué…?
En el segundo justo antes de que Yanase comenzara a llorar, tal vez por fallo eléctrico, el tren se detuvo bruscamente y gracias a que el castaño aún no se había sentado, ocasionó que cayera perdiendo el equilibrio y (por cosas de la suerte) fuera a dar justo sobre alguien más…
El tren volvió a andar, lo primero que los orbes del menor divisaron luego del impacto fue una perfectamente blanca camisa manchada con su café (y gracias al cielo que se había enfriado) seguida por un lujoso traje caro… y lo que vio después fueron unos furiosos ojos azules…
Yokosawa se encontraba en el mismo tren, sentado al final, había tenido un tedioso día y la reunión había terminado muy tarde, por suerte había alcanzado el último tren, pero eso no mejoraba su ánimo, todo el día había tenido que bancarse al odioso de Onodera, y ver todo el amor que compartía con Masamune… Masamune, ese idiota, al final si termino solo, con un amor no correspondido que se le clavaba cada día mas en el pecho… y encima un mocoso terminaba vaciándole todo su café en cima, un día perfecto, inmejorable.
Iba a gritarle al muchacho su idiotez a toda voz sin embargo…. Se detuvo cuando vio a los ojos humedecidos, al borde de soltarle lagrima, tal vez él no era el único que tenía un mal día… sintió pena por el así que se limitado a observarlo solamente, a ver si alguien echaba sal en la joven cabeza y este se decidía por quitarse de encima…
-ahh… lo siento...- decía el joven mientras se quitaba y se ponía de pie frente a él, inclinándose...- realmente disculpe… me distraje...- en realidad no tenía ganas de disculparse ni se sentía mínimamente apenado, pero que hacer, era puro protocolo. Buscaba algo en su bolsillo y luego extendía ambas manos hacia el sujeto que había estorbado en su caída, aun inclinándose –por favor acepte esto...- eran sus tarjetas, ridículo, pero no traía dinero, Yokosawa tomo la tarjeta con gesto de arrogancia e indiferencia, y desconfianza, la gente que se hallaba hoy en día… iba a darle una suya, pero los tenia empapadas en café expreso.
-no traigo dinero, así que por favor envíeme la factura de la tintorería a esa dirección…
-no te molestes…-con su “agradable” tono casual –no es necesario, con tu disculpa es suficiente
-insisto, fui yo quien…
-mira niño, te lo pongo así, no creo que tu sueldo alcance si quiera para cubrir la limpieza de mi corbata– se paraba y se sacudía el traje – ahora si me disculpas esta es mi parada…
Acto seguido apartaba a Yanase y bajaba del tren que ya había hecho otra parada.
-niño?- Yanase se quedaba aun de pie y con un tic en el ojo, ese hombre era un arrogante engreído, petulante y vanidoso –Tch…- se tiraba de golpe y con cansancio a uno de los asientos, ese idiota… deseaba de corazón que la mancha de su camisa no le saliera… además ¿Quién demonios usaba traje hoy en día? Y… el debería ser quien le pidiera disculpas, después de haberlo dejado sin café… de seguro a el sueldo si le alcanzaba para comprarse uno… ¿Quién se creía? Hoy tenía mucho trabajo y encima en desconocido lo llama “niño” ?... que lo jodan, era un odioso día…
Yanase continuaba con sus despotricaciones mentales en contra de Yokosawa, mientras se recostaba cómodamente en el asiento aun intentado no dormirse, cosa cada vez más difícil, llevaba con pereza una mano hacia su bolso y sacaba una bebida energética, un día más como sea que fuere, al día siguiente dormiría como la maldita bella durmiente…
En un lujoso departamento, en uno de los edificios del centro ingresaba un hombre con el pelo azul oscuro, apenas se veía en su hogar y comenzaba a quitarse la ropa que estaba estúpidamente manchada de marrón… además olía a café... Tendría que darse un largo baño… pensaba en separarse cuando un gato se le acerco y comenzó a ronronear a sus pies.
-hola Sorata… ya llegue...- le decía mientras cogía al minino en brazos, lo único que le había quedado de Masamune… cerraba los ojos… nunca se separaría de ese gato, pues por muy ridículo que llegara a parecer, así sentiría que no estaba tan lejos de él, aunque fuera inalcanzable… maldito Onodera, tenía que aparecer después de todo ese tiempo? Y el estúpido de Takano tenía que recibirlo moviendo la cola como el idiota que era…?
Suspiro con fuerza y bajo al animal, nunca volvería a enamorarse, eso era una mala apuesta y el detestaba perder…
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En algún otro lugar de la ciudad el castaño se encontraba recorriendo las calles con lentitud en dirección a la mangaka…
Cerca de llegar se encontró con uno de los autores a los que había asistido tiempo atrás, se veía cansado.
-neee… que alivio, Yanase-kun- paraba frente a él y luego de recuperar el aliento le extendía un sobre grueso… -me dijeron que podría encontrarte aquí, que suerte!!
-Ichijiu-sensei- saludo Yanase –parece agitado
-lo estoy, por favor entregue esto de mi parte, tengo algo importante que hacer fuera de la ciudad y mi fax se descompuso…
-pero… ¿Qué es?..
-el borrado del storyboard, por favor, no puedo confiárselo a nadie más y mi avión sale en 20 minutos…
-pero, no puedo…
-por favor Yanase-kun, te pagare como un fin de semana de trabajo, te lo suplico…
Yanase suspiro, no había caso, además ya iba retrasado, y este tipo no lo dejaría en paz, un mal día en verdad…
-está bien…-murmuraba, el autor respiraba aliviado y depositaba el manuscrito en manos de Yanase.
-te lo agradezco mucho…- decía inclinándose para luego comenzar a irse con prisa…
-eh??...Espere ¿a qué editorial?! ..- el autor ya comenzaba a alejarse, giraba sobre si y le gritaba.
-editorial Marukawa!!..- y volvía a irse con prisa, el menor se quedaba viéndolo, que hombre tan idiota… bueno, tal vez luego de terminar el trabajo con la mangaka pudiera pasar un momento por la editorial a dejar el manuscrito, total, no le cambiaría la vida… ¿No?