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Sólo me podría atar a ti y a nadie más. ¿Está mal eso? por SoundlessSorrow

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Notas del fanfic:

Holi xd, em, el primer fic de este grupo de escritoras, que estoy escribiendo sola (Naoko) Dedicada a Joseline (Jintane), la otra miembro de este pequeño grupo:3 Te adoro <33

 

Espero les guste esto, ya lo tengo finalizado en mi mente XD Ojalá les parezca aceptable:3

Notas del capitulo:

Holi, primer capítulo e.e

 

¿Cómo empezar esto? No sé como explicarles, es como... complicado. Estamos en el año 2033, eh, mi nombre es Zeke Grevanday Nóvikov, tengo diecinueve años y eso. No sé que decirles, oh, sí. Soy un humano, aunque seguro se preguntarán algo como... “¿Y yo qué soy, un marciano?”  Bueno, si lo son yo soy un humano, y si no seguro se preguntarán a qué quiero llegar. En esta generación hay dos razas, los humanos y los magos.

De alguna forma hemos podido desarrollarnos para poder aprovechar la energía de todo, para convertirla en magia. Pero este es sólo un privilegio para los que tienen como pagarlo, pues se ha proclamado de que es un privilegio que generalmente no todos podemos costear. La gente honrada como yo, para no decir pobre... como decía, con suerte sé a medias dos hechizos. El de obtención de alma y el de entrelazamiento de almas. Almas, sí, porque bueno, ya te lo expliqué. ¿No? ¿No lo hice? Perdón, ando algo desconcentrado. El pesado de Chris no me deja concentrarme mucho con sus gritos, lo lamento.

El alma, bueno. A mediados del 2010 se estuvo intentando el poder separar el alma del cuerpo, estuvieron bastante tiempo intentándolo, generalmente con nefastos resultados. Ya que el alma al salir del cuerpo no se sabía dónde almacenarla, y además el proceso de separación era demasiado doloroso por así decirlo. Estuvieron unos diez años perfeccionandolo y por fin dio frutos a mediados del 2022. Se terminaron almacenando en un collar que era regalado al propietario del alma, no sé si me explico bien.

Un jodido collar con un cachivache que parece de plástico, si lo observáis pensarían que es una broma, como un collar comprado en una feria. Ahí dentro se almacena el alma que varia de color según la persona, todo el rollo del aura y eso. Todos al nacer somos separados del cuerpo, ya que eh, según leí en un libro de texto cuando tenía catorce, era para prevenir.

¿Cómo? Pues si sufrías un accidente y tu cuerpo no podía volver a servir, y estabas ya casi muerto... podías disponer de un nuevo cuerpo pero conservando tu alma, no sé si me explique bien. Sólo cambias el envase, pero esto es sólo en momentos de extrema urgencia. Digo, si una chica está gorda no puede ir y cambiar su cuerpo por el de una barbie, sólo es en casos de urgencia que se disponen estos cuerpos que están perfeccionados. Además de que son horriblemente caros, y además es doloroso el procedimiento.

Si ya es delicado el separar el alma del cuerpo, pues al principio el daño era tanto que podría crear trastornos al hacerlo, pero ya no eh. Como decía, al ser delicado se hace enseguida al nacer la separación, para que no haya mucha conciencia del dolor que se produce. ¿Qué iba diciendo? Lo del alma, bueno... A ver, hay ciertos tratos de monopolización del alma, por ejemplo el de obtención de alma es cuando hay un duelo, y el ganador se hace dueño del alma del otro. Puede hacer con ella lo que él desee, es como si le echaran una correa al cuello del perdedor y tener que vivir con eso. Suele ser muy peligroso este hechizo, y generalmente se implican cuando el ha convocado el duelo, tiene mucho, mucho dinero. Porque al esclavizar de esta forma violan un montón de derechos y tales cosas, ya saben. Hay mucho juzgado de por medio, mucha burocracia y estos tíos ricachones van y sobornan y se libran de todos los cargos, eh.

Ah, sí. Yo les quería contar algo, como llegué a cierta situación con un mago estúpido, oh. Si Christian supiera que le dije estúpido, seguro me golpea. Joder, mejor me voy con cuidado.

Estaba yo caminando con Marie que es la chica que me gusta, es bonita. Es simpática, agradable, en fin, no sé. ¿Cómo les gustan las chicas? Bueno, imaginenselo y Marie es mil veces más perfecta de lo que imaginan. O eso creo yo. Íbamos en el centro de la ciudad, un jodido lugar que está más lleno que moscas en estiércol, eh. Era asqueroso, mal olor, gente apretujada queriendo pasar y poder hacer sus trámites, etcétera. Yo tomé de la muñeca a Marie para no perdernos cuando choqué con alguien, como suele pasar.

El problema es que a este alguien lo boté al piso debido a mi torpeza, le ofrecí mi mano para levantarse y él me miró con un odio que... joder, ¿por qué tenía que conocerlo? La cosa es que le intenté ayudar pero se rehúso, me gritó y me dijo que era un inútil. No soporto que me insulten sin fundamentos, menos un niñato rico y engreído.

—Eh, ¿Pero qué te crees mi madre? —había exclamado yo. Él frunció aún más el ceño.
—¡Pero que eres una bestia! ¡Ten cuidado! —me gritó. Joder, que niño más malcriado había pensado en ese minuto. Tan pesado, joder.  
—Pero que mocoso más pesado. ¿Te gusta joderle las pelotas a los desconocidos en la calle? —Había espetado de mal humor, Marie me había apretado el brazo en un gesto de que no armara líos, siempre preocupándose por mí. Ah, que tierna. Como sea, él me miró con un gesto horrorizado como si nunca hubiera escuchado un lenguaje soez, estaba seguro que en ese momento él se hacía el idiota.
—Eres un... ¡Un vulgar! —gritó horrorizado. Ya, ¿saben qué pensé en ese minuto? Que era un niñato engreído que jamás había pasado algo de mala vida, que era refinado hasta la médula, que se hacía el estúpido con todo ese dinero que le rodeaba, pues se notaba que era un muchacho millonario y todo el asunto.
—Jódete —me giré para irme con Marie, pero el extraño me había tomado de la muñeca. Era bajito él y casi no tenía nada de fuerza, pero me dio curiosidad lo que sea que diría. Le miré y tenía en su mano una varita, genial. Me había tropezado con el mago más engreído y estúpido del país. ¿Por qué nadie me mataba en ese minuto?
—¡Te reto a un duelo... por tu alma! —me gritó algo inseguro. ¿Pero qué? Joder, ya. En ese minuto pensé que iba a morir, o algo por el estilo. Iba a obtener mi alma y además tenía el suficiente dinero para respaldarse si él ganaba, lo cual sería lo obvio. ¿No? Le miré, tenía la pinta de saberse un montón de hechizos y yo... apenas había podido pagar para saber dos. Espero que esos dos me sirvan de algo, o si no, estoy jodido.  Aunque ahora pienso que hubiera sido mejor ser su esclavo, que haber terminado de la manera en que estamos ahora...

Iba a declinar la oferta pero miré a Marie, iba a quedar como un total cobarde y eso no sería bueno, a las chicas no le gustan los cobardes. Le miré intentando intimidarlo y él sonrió con orgullo, apreté los puños y le dije casi gritando que aceptaba.
Al momento de aceptar su petición, sacó su varita y me tomó de la mano, para luego gritar un hechizo y un círculo de unos diez metros de diámetro fuera nuestro campo de batalla, la gente que estaba junto a nosotros salió despedida hacia fuera del círculo. No sé si se entiende, él hizo que estuvieran fuera del lugar donde se supone que fuéramos a pelear, y además puso como un tipo de escudo en el jodido círculo porque nadie podía interferir.

Me soltó con repulsión y la sonrisa de su rostro se expandió, joder. Este niñato ya daba por sentado que iba a ganar. ¡Pero no se lo iba a permitir! Aunque era difícil que yo pudiera si quiera hacer algo, ya que soy un inútil.

Se me acercó y me tocó el pecho, para murmurar algo y luego, luego salí volando hacia el extremo del círculo mágico ese. Joder, choque con el límite del puto círculo y había dolido. Me levanté y seguía teniendo aquella sonrisa en su rostro, jodida sonrisa que me irritaba.

—¡Mocoso estúpido! —vocifere y eso no hizo más que enojarle. Frunció el ceño y corrió hacia mí, bueno, yo era un inútil con la magia pero sabía pelear. Intentó patearme el rostro pero detuve su pierna, para darle vuelta y hacerle caer. Desde el suelo me miró aun más enojado, bien. Esto era muy divertido, verlo así.

Se levantó y apuntó su varita hacia mí —¡Tsakai! —supe enseguida que ese hechizo era malo. Sentí una punzada de dolor en la nuca que me hizo caerme, para luego ver como cuerdas me ataban a su merced. No podía dejar de moverme, si eso sucedía el tomaría mi collar y haría la esclavización. No señores, no podía permitirlo. Se agachó a mi altura y me sonrió sarcásticamente. Antes de que me apresara totalmente la mano derecha, saque la navaja con la que siempre ando y le hice un corte en la mejilla, haciendo que perdiera la concentración y el hechizo se deshizo. Me levanté y lo empujé haciendo que soltara su varita, me miró horrorizado —¡Estúpido humano!

Le golpeé en el estómago para intentar retorcerlo, haciéndolo escupir sangre.

—Ahora jugaré en serio —comentó mientras intentaba recuperarse, mirándome con total odio. Sólo le pude dedicar una sonrisa igual de cínica de las que él me había mostrado. Comenzó a murmurar algo que sonaba totalmente tétrico debo admitir, y de su varita salió como un líquido negro. Que empezó a acercarse a mí a una velocidad increíble, aquel líquido de repente se solidificó y se dividió, atravesándome.

El dolor que sentí era indescriptibile, la sangre comenzó a escurrir de mi boca y el comenzó a reírse. Era tanto el dolor que sentía que ya no aguantaba más —Me rindo —comenté y él me miró horrorizado. ¿Qué, no esperaba tanto ganar?

Cuando dije eso aquel hechizo se rompió, y esa cosa dejó de atravesarme —¡No puedes rendirte, no sería divertido si te rindes! —gritó y se veía tan divertido teniendo un berrinche. Era tan sólo un mocoso, miró al público que miraba expectante, y vio a mi amiga Marie. Le vi sonreír de lado a lado y les juró que rogué que no pensara lo que yo estaba pensando que él haría.
El mismo hechizo salió pero no fue a mí, aquellas cosas negras que parecían cuerdas ahora, agarraron a Marie del cuello y la apretaron haciéndola gemir —¡Si te rindes la mataré! —gritó mirándome con superioridad. Estúpido y arrogante niño.

—¡No! —me levanté adolorido, la sangre seguía escurriendo de mi boca. La soltó y se volvió hacía mí, hice todo lo que pude para esquivar esa cosa negra. Me atravesó un brazo en una ocasión mientras la esquivaba, pero no podía dejar que ella muriera. No, pelearía a más no poder.
Cuando me halle a dos metros de él, saqué mi navaja para intentar darle, para poder distrarle y hacer algo.

Nuevamente le herí la mejilla, haciendo otro corte igual debajo del anterior, al desconcentrarle le pegué una bofetada en la cara, haciéndolo caer. Le tomé el collar y lo más rápido que pude, me puse a conjugar el estúpido conjuro de esclavización de alma.

—¡Ahora que estamos aquí, puedo por fin obtener tanto lo que deseo! —comencé intentando recordar el hechizo, no podía desconcentrarme nada ni parar el hechizo, era demasiado peligroso. Él empezó a gritar para intentar escapar, si me desconcentraba podía decir cualquier estupidez y ambos podríamos morir, pero parece que no le importaba. Pero empezó a surgir efecto, ¿saben? —. Tu alma por fin podrá estar donde pertenece, no hay que sufrir más —seguí y me mordí la lengua, ¿qué seguía? Sentí que gritaban mi nombre y era Marie, mirándome con lágrimas en los ojos. Eso me hizo perder el hilo del hechizo y terminé recitando otro—, tu alma será, será... —¿Será? El mocoso me gritaba horrorizado, también había empezado a llorar. ¿Por qué lloraba? Él empezó a querer adueñarse de mi alma, al parecer no tenía previsto el perder —, tu alma será sellada... será... —¿Cómo era la palabra? —... sellada junto a la mía —terminé por decir. Joder, cuando dije eso último dejó de llorar e intentó escapar, miró a todos lados y empezó a desesperarse. La luz salió de su collar y sentí una punzada en el pecho, miré y mi collar brillaba.

Esperen, ¿yo dije sellada junto a la mía?  No puede ser, no puede ser. ¡Confundí la esclavización de alma con vinculación! ¡Había entrelazado nuestras almas!
Un hilo rojo empezó a rodearnos, y ambas almas salieron unos segundos del collar estúpido ése. La suya era de color azul y la mía de color rojo, empezaron a mezclarse y luego volvieron al collar. Cuando terminó me sentí extraño, como... como si estuviera atado.

Me soltó y me miró sorprendido, miró el hilo rojo que se iba haciendo invisible con una expresión que podría describirte como, como dolida. Bien, aquel duelo había terminado y ninguno estaba sometido al otro, pero... eh, estábamos atados el uno al otro y no había forma de remediarlo. No sé si lo expliqué ya, y si no lo hice perdón, pero cuando entrelazas un alma no puedes deshacer esto. ¿Por qué? Porque el alma es tan frágil que le es muy difícil el soportar la separación del cuerpo al nacer, luego el entrelazarse casi la destroza y el separar dicho vínculo terminaría obteniendo el quiebre total del alma. Por esto, cuando se deshace el vínculo uno de los dos muere, siempre será incierto quién morirá pero generalmente muere el que más se implica en la relación.

Joder, no había marcha atrás. Ahora no podía estar con Marie ni con nadie más que este niñato, todo por un estúpido error. Ahora sólo podía amarle a él, o tener que resignarme a pasar mi vida atado a éste niño.

*-*

Bueno, y ahora que les expliqué el por qué estoy acá con Christian, ah, sí. Ese es su nombre, tiene tan sólo dieciséis y sé que en algún lado es ilegal contraer matrimonio con un menor de edad, joder.

—¡¿Podrías apurarte ya para ir a trabajar?! —sentí que me gritaba. Desde hace una semana que estábamos viviendo juntos, en realidad él vivía en mi departamento alegando que como yo nos había atado yo debía cargar con las consecuencias. Además ni se esfuerza en ayudar en nada, apenas lava los platos. Además de que es un gritón y manipulador.
—¿Es que tú estás operado y no puedes ayudar? —contesté mordaz a lo que me miró enojado, no podía enojarle mucho porque luego encuentra sus maneras de vengarse. He aprendido de este mocoso en estos días, adora la ropa de marca, se queja todo el día de que mi departamento es un chiquero y que no sé ordenar nada, le gusta la comida caliente y odia el frío en la noche, por lo que a veces se mete a dormir a mi lado lo cual me parece muy tierno, pero si le intento molestar siempre termina golpeándome. Ah sí, es bastante arisco y agresivo, y odia la suciedad.
—Es tú culpa el tener que estar ahora soportándome, ¿sabes? —siseó—. Ve a trabajar y que tengas un buen día, ojalá alguien te apuñale en el camino y así pueda ser libre —rugió y se fue a encerrar. Ah sí, también es bastante temperamental.
—¡También te deseo un buen día! —grité, tomé mi corbata y me la intenté poner mirándome al espejo. Intenté arreglar mi cabello negro, iba a ir a cortarme el flequillo o algo. Miré al pasillo, intentando ver si Christian seguía allí, pero no, ya se había encerrado en su habitación. Suspiré y deje dinero sobre la mesa, para coger mi bolso e irme. Me había atado a un mago estúpido y arrogante, y no había nada qué hacer al respecto.

Ojalá no me hubiera dado por hacerme el héroe enfrente de Marie. Ah sí, con ella no la puedo ver mucho, sólo en el trabajo. Ya que Christian se ha tomado esto en serio y no deja que se me acerquen muchas chicas, creo que es una forma de vengarse. Como lo he encadenado a mí él se divierte haciéndome sufrir de esa manera, pero bueno... Yo me lo busqué, ¿No? Me pasa por ser estúpido y aceptar el luchar contra un mago, bueno. Podría ser peor.

¿Podría serlo?

Notas finales:

Ojalá haya gustado, ¿Review? <3


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