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Go por AroMin

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Notas del fanfic:

Enjoy it.

Notas del capitulo:

Porque siempre quise hacer algo sobre drogas aqui va esto, especialmente sobre la cocaina.

Abre los ojos, sus grandes ojos. Los sonidos de ajetreo en la cocina hacen que su estomago explote en rugidos. ChanYeol debió haber entrado en la mañana muy temprano. Es domingo, pero la diferencia es que no tendrá salidas con compañeros de la secundaria o un jodido día familiar.

-El desayuno está listo. Tienes que ir al súper o seguro que no comerás nada la semana que viene.

ChanYeol se asoma a su habitación, con la sonrisa radiante de todos los días. KyungSoo quiere saber como hace eso. Quizá también quiere ser un “happy virus”.

-Pensé que estarías con BaekHyun en algún lugar robándole el aire a mordiscos.- KyungSoo bosteza y ChanYeol le lanza cualquier cosa riendo a carcajadas.

-Cállate. No es mi culpa que JongIn sea un niñato imbécil.

KyungSoo sabe que su amigo no ha dicho eso con la intención de que le dañe, aun así, el corazón se le oprime y entrecierra sus ojos.

Demonios, debe dejar de descomponerse cada vez que nombran a JongIn. Debería, pero la mayoría nunca hace lo que se supone que debería hacer.

Luego de tomar un baño con agua fría, mierda, también olvido pagar el gas, se dirige al comedor donde ChanYeol come fideos.

-Mis habilidades culinarias no se comparan con las del Chef KyungSoo.-ChanYeol se burla y la estúpida sonrisita pegada a la cara no se va.

-Al menos espero que sea comestible. No tuve tiempo de llegar más temprano.

-¿No crees que deberías dejar al menos el trabajo del bar?

Lo ha pensado un centenar de veces, pero no, necesita el dinero y la paga es buena.

-Sabes que eso es imposible, no hasta que me gradué y consiga un trabajo estable.

-Ya sabes que puedo ayudarte con los gastos…

-No. Tu sabes que no, puedo hacerlo solo.

Al término del almuerzo, ChanYeol se despide. KyungSoo limpia los trastes sucios y lava la ropa. Tiene un poco de tiempo antes de irse al bar. Y como no quiere pensar en algo que seguramente terminara en JongIn, estudia las clases pasadas.

Porque JongIn está ahí, aunque él no lo quiera.

.-.-.-.-.-.-.-KaiSoo.-.-.-.-.-.-.-.-

Trabaja en un bar de mala muerte. Lo soporta solo por sobrevivir. Las drogas en ese lugar son como un tazón diario de cereal por las mañanas. Y KyungSoo odia ver como la gente se autodestruye, pero que va, solo agacha la mirada.

Vive solo en un departamento. Sin familia y sin nada. Al menos ChanYeol le apoya. Estudia para ser alguien. Para ser algo cuando no se es nada. Suspira y se hunde en la miseria.

-Dame lo que sea.

Levanta la mirada. Ese chico de nuevo. Sirve un vaso de alcohol. Lo pone en frente del moreno. Recuerda que algunas chicas le dicen “Kai”. Entrecierra los ojos. La primera vez que lo vio le impresionó su belleza con esa piel de chocolate. Ese chico es JongIn y arrasa con todo. Arraso con KyungSoo.

No lo mira a los ojos. Es la decepción, porque JongIn vuela en otro mundo que no es este. Con el tiempo, el miedo se escurría entre su cabeza cuando miraba a los ojos de JongIn. Tan vacíos como un hoyo negro en la galaxia. Tan lejanos como la esperanza de KyungSoo. Él quiere curar las heridas que no sanan de JongIn, es seguro que pase lo mismo con JongIn, él también quiere cuidar a KyungSoo, pero aun no. No saben cómo. Tampoco quieren aplicar el hecho de que puede haber errores, tal vez terminen más rotos. Más lejos que cerca.

-Hoy no te daré más de tres vasos. Tienes que regresar por tu propio pie a casa.

También recuerda la rabia, la incertidumbre de no saber que pasara cuando JongIn no esté cerca. ¿Por qué un chico tan bello quiere acabar consigo mismo? Prepara otro vaso. Observa detenidamente a JongIn. Hasta lindo nombre tiene el bastardo. Se toma el vaso sin respirar.

-Hyung, sírveme otra.

-Entiendes que será la última ¿verdad?

JongIn asiente. KyungSoo se retira a atender a otro imbécil que desperdicia su tiempo bajo el fondo de una botella.

Quién dijo que la vida es bella que le den a ese imbécil por el culo.

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Al final le ha servido más de… Joder, hasta olvido cuantas le sirvió. No pudo dar negativa al puchero de JongIn.

“Hyung, noona me abandonó de nuevo”

KyungSoo intenta enojarse por ser el jodido pañuelo de lágrimas del imbécil que llora falsamente en frente suyo. Luego JongIn duerme en el taburete. Cerraron hace menos de media hora, pero JongIn no quiso irse a casa. Tan puñeteramente terco.

-¡JongIn, vamos que te llevaré a casa!

KyungSoo grita para que se despierte. JongIn abre un ojo y vuelve a cerrarlo con fuerza. Será difícil llevarle a casa. Sin servicio de trenes a las 3 de la madrugada.

“Bueno, al menos no está en el universo paralelo”

KyungSoo piensa aliviado.

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Hace mucho frio. JongIn castañea los dientes. El suéter no le cubre del frio. KyungSoo se quita su chamarra, se la coloca con esfuerzo y el color comienza a regresarle a la cara a JongIn. Lo lleva a rastras, los pantalones se llenan de nieve. Oh, blanca nieve. Es invierno y se siente como si vivieran en el puto polo norte. JongIn respira en el hueco de su cuello y hombro, así que KyungSoo tiene las mejillas rojas no solo por el puñetero frio.

Lo ha llevado a casa muchas veces. Abre la puerta del departamento de JongIn. Lo desviste y le prepara ropa limpia. Es como una especie de rutina desde que se conocieron y JongIn intentó seducirlo. Sonríe, un poco porque hace tiempo que se le olvido como hacerlo. Cuando JongIn duerme, KyungSoo observa su rostro. Le acaricia, es suave.

“Ojala tu vida fuera suave.”

Desde que lo conoció, vela su sueño. No hasta más de las cuatro porque KyungSoo también se derrumba. Ha intentado ayudarle a abandonar los malditos vicios que se forman como una torre de errores. De fracasos.

-A veces también me canso de ser un fracasado. JongIn aun puedes ser feliz, pero te falta voluntad.

Besa la mejilla y sale del departamento. Agradece porque su departamento este en la planta baja.

Muchas veces se pregunta que son él y JongIn. ¿Novios?, ¿Amantes? O ¿solo dos personas que lamen sus heridas mutuamente como perros? Quizá sienta algo por él. Pero eso no cambia las cosas. No se merecen.

Baja las escaleras del edificio. Fisgonea en el refrigerador. Esta vacío. Mierda, olvido ir al supermercado. Se sienta en la sala. Deja caer su cabeza y la frustración le carcome el cuerpo. No puede hacer nada por JongIn. Su vida se resume a JongIn desde que trabaja en ese bar de mierda. Es su trabajo, pero siempre desea que no lo fuera.

Sería lindo no ser KyungSoo. Sería bueno no ser nada. Joder, olvida que no es nada. Cierra los ojos. Si no duerme al menos 4 horas van a patear su trasero de la biblioteca. Otro trabajo de medio tiempo.

Va a quedarse dormido pero tocan el timbre. ¿Quién coño es a las 4:00 a.m.? Se levanta, trastabilla y se golpea el pie con la mesa. Refunfuña y se acaricia la parte adolorida.

No mira por la mirilla, no es tampoco como si le importara que fuese un idiota.

Es JongIn.

-Largo. Te he dicho un millón de veces que no dormirás aquí.

JongIn coloca su chamarra sobre sus hombros. Sus manos nadan hasta los pómulos de KyungSoo. JongIn se acerca y le besa. Sus besos nunca han sido demandantes. Las manos de JongIn vuelan a los huesos de la cadera de KyungSoo. Los huesos son notables.

JongIn drena sus energías. Responde lento al beso. Porque no es la maldita primera vez. Inconscientemente sus brazos se elevan y se enredan en el cuello de JongIn.

Pudo haber pasado una hora, y a ellos no les importa. Son sus momentos especiales, donde JongIn es JongIn y KyungSoo es como el mar que se deja arrastrar por el viento.

Se separan, aunque ninguno lo desee pero ambos necesitan bocanadas de aire. JongIn jadea.

-Tengo mucho frio en casa. Hyung por hoy compárteme un poco de tu calor. No haré nada extraño. Lo juro.

JongIn entrecierra los ojos y frunce los labios. Otra vez se hunde lento en la debilidad. Puede que JongIn sea su debilidad. Puede, no es algo concreto.

KyungSoo le permite pasar. Saca una cobija gruesa. La extiende en la cama.

-Única vez. ¿Entiendes eso?

JongIn asiente, el idiota sonríe, con los labios hinchados. La sangre de KyungSoo se agolpa en sus mejillas, ladea su rostro.

Están debajo de las sabanas y las cobijas. KyungSoo esta tan cansado que hasta respirar le cuesta. JongIn se abraza a él, en plan cucharita. Acomoda su cabeza en su cuello y lo cabellos le hacen cosquillas.

-Hyung, muchas gracias por todo.

KyungSoo sonríe. El corazón se le encoje y se siente infinitamente bien.

-Hyung, te quiero mucho. Demasiado.

Todo se vuelve transparente. Siempre ha sido así con JongIn. Quiere engañarse cuando JongIn le dice eso y suena tan natural, como si de verdad lo quisiera tanto. Las lágrimas son palpables debajo de sus grandes ojos. Pero falla, en el fondo, donde guarda todo sentir con llave, también quiere a JongIn. Porque si JongIn se desploma, él lo hará también, y siempre va intentar encontrar una salida. Sabe de sobra que JongIn se desplomo hace tanto.

Siempre va intentar salvar a JongIn, aunque casi siempre falle.

Notas finales:

Gracias por leer esto.


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