—Me gustas.
Quizás las dos palabras más difíciles de decir, una confesión que no sabemos qué reacción tendrá por parte de quien sea nuestro enamorado.
Kim Kibum, el mejor alumno de la clase, terminaba de leer su tarea relacionada con el amor. El curso entero lo escuchaba con mucha atención. Las chicas con sus rostros llenos de alegrías, sus ojos reflejando un brillo radiante. Tal vez si Kibum quisiera, podría tener de novia a la que fuera. Mientras los chicos parecían mirarlo con gran admiración, muchos quisieran tener la inteligencia, pero más que eso, la hermosura felina del joven estrella.
—Muy bien Kibum, no esperaba menos de ti…tienes diez—. Hablo el maestro de la clase colocando su nota al joven. —Muy bien…Tú, Kim Jonghyun muéstranos lo que tienes.
El joven se levantó, tomando entre sus manos lo que parecía un ensayo en una pobre hoja de cuaderno arracancada, escrito incluso con lápiz de mina.
—El amor es un sentimiento profundo como una ilusión, algo efímero que creemos tener en nuestro ser.
El sonido de una silla hizo detenerse al alumno. Kim Kibum se había parado rápidamente de su asiento quitando la hoja del joven.
—Esto no es tu pensamiento…Jonghyun lo sacaste de wikipedia.
La mirada asesina del mejor de la clase causó gracia a todos los demás.
—Hey, señor perfecto, no todos tenemos la gran capacidad que tú tienes —dijo el acusado, quitándole su básica hoja de las manos—. Además, todo eso que dijiste del amor, es mentira. El amor es… es algo más, pero eso que dijiste tú, no es.
—Qué sabes tú del amor si sólo andas tonteando todo el día, riendo como un estúpido.
—Ni que tuvieras tantas parejas diva pretenciosa— musitó—. Estás más solo que…que hijo único.
Los compañeros comenzaron a reír y el profesor se acercó hasta los dos, tomando la dicha hoja entre sus manos.
—Qué vamos hacer, los amigos peleándose por un tema de amor —el profesor de filosofía volvió a su asiento—. Kim Jonghyun tienes potencial, debes explotarlo. La siguiente semana tú y el “perfecto” tendrán un debate sobre el amor, cosa que ustedes conocen mucho ya que son los mejores amigos…y tú Kim Kibum, por tu arrogancia, ya no tienes diez, esa calificación la tendrá quien me cautive más en el debate.
Sin protesto alguno, Kibum tragó saliva profundamente, volviendo a su asiento. ¿Cómo era posible que él, siendo la calificación más alta del instituto, se sometiera a tal humillación?
La clase avanzó dando así el término con el timbre escolar. Los demás alumnos se fueron hasta sus casilleros quedando solo quienes protagonizaron aquel incidente.
—Ni creas que tendrás mi diez, pagarás por esto Kim Jonghyun, como aquella vez que me quitaste mi estrellita en el kínder.
—¿No podrías dejarlo pasar Bummie?, no seas así conmigo, soy tu mejor amigo— puso una expresión tierna, buscando la compasión del menor.
—Esa mirada de cachorro pobre no quitará nada— replicó el otro, ajeno al intento de convencerlo de Jonghyun.
—Está bien diva altanera, te juro por estos años de amistad que crearé el mejor ensayo de ese sentimiento llamado amor, me quedaré con tu diez— dijo, parándose con sus cuadernos entre las manos.
—Una semana, Kim Jonghyun, una semana no nos hablaremos, me has hecho enojar y querer destrozarte hablando de amor, cosa que tú no conoces, pero yo sí.
Ambos tomaron sus caminos como si fueran los peores delincuentes del lejano oeste haciendo su apuesta. Sus personalidades opuestas los hacían llegar siempre a estos enfrentamientos tapando, por encima, los verdaderos sentimientos de ambos.
Dos días habían pasado y el cerebro de Kibum parecía estar seco, no sabía que le sucedía, pero su cama parecía un mar de papeles arrancados. Tomaba el bolígrafo y lo colocaba en su boca tratando de buscar nuevas maneras de narrar su ensayo.
Cada vez que comenzaba a escribir, cada tiempo que la tinta dejaba ver la palabra “amor” le era imposible dejar de pensar en Jonghyun; su risa, aquella risa tonta que le hacía sentir deseos de abrazarle, tomarle la mano, besarle con pasión y decirle lo mucho que lo amaba. Y sólo cuando recordaba que su calificación estaba en juego, volvía con su ira y deseos de ganar.
Mientras que, para Jonghyun, todo era lo contrario. Nunca en su vida había podido escribir tanto de una manera tan natural, las palabras llegaban por sí solas. Cada vez que pensaba el “amor” en su mente aparecía el altanero de su amigo. Comprendió en ese momento que todo este tiempo lo había amado con todo el corazón.
Sin darse cuenta, cada párrafo que escribía estaba dedicado a Kibum, aquel chico con mirada felina que conocía desde el kínder.
El día anterior al debate, Kim Kibum seguía teniendo su hoja en blanco, era como si el destino quisiera que su mente se atrofiara y sus dedos se encresparan porque no podía escribir absolutamente nada.
—Míralo como escribe, seguro está poniendo “Hola soy Jonghyun y cuando era chico me comía los mocos —habló el felino tras una sonrisa.
—Pareces un espía, alguien temeroso de perder —comento su amigo Jinki.
—¿Perder? ¿Yo? Debes haber comido mucho pollo, Jinki. Ése, cara de cachorro, no me va a ganar.
—¿Cuando dejarás la arrogancia de lado y asumirás el hecho de que estás locamente enamorado de Jonghyun?
Las palabras de su amigo lo dejaron pensando, realmente, él tenia razón, por muchos años llevaba dentro de él a Kim Jonghyun. Sabía su color favorito, su comida preferida, el perfume que usaba, el jabón que lava su cuerpo, los cereales que comía por la mañana, incluso sabia los bóxers de Buzz Lightyear que tenía el mayor.
Pero lo que lo detenía era el miedo al rechazo. Quién sabe, pero de algo estaba seguro, su corazón se sintió muy mal al darse cuenta de las muchas veces que había ofendido a Jonghyun por su miedo a la verdad.
—¿Cómo va tu ensayo? Seguramente serás el mejor mañana —la voz tierna del mayor lo sacó de sus pensamientos, inundando sus ojos de unas débiles, pero dolorosas lagrimas. —¿Cuántas hojas tienes? —Pregunto Jonghyun.
Kibum sintió como si fuera la peor persona del mundo, como podía haber delatado a su mejor amigo y amor delante de todo el curso, aun así había algo más dentro de él que le impedía ser como quisiera ser.
—Pues claro que te ganaré, tengo diez hojas listas. En realidad, las tengo desde el primer día —contestó, altanero una vez más dando la espalda al de ojos caninos.
—Yo solo tengo una hoja, pero por primera vez me siento feliz de haber escrito algo desde mi corazón —dijo, bajando gradualmente el sonido de su voz.
—¿Una? —Preguntó, sarcásticamente. —¿Pretendes ganarme con eso? —Agregó, sintiendo el abrazo cálido de Jonghyun.
—No quiero ganar, sólo expresar mis sentimientos por alguien —su tono de voz era tan hermoso que hizo sentir débil al arrogante Kibum.
—Ya…tú ya has perdido Kim Jonghyun, te dije que no hablaríamos en una semana, pero no te aguantaste.
—Te quiero mi diva pretensiosa —selló el momento con un tierno beso en la mejilla de Kibum.
La noche avanzó y la clase de filosofía había llegado, el debate estaba por empezar en la clase y todos los alumnos estaban expectantes de presenciar la manera en que Kibum destruiría una vez más a Jonghyun.
El profesor organizó la sala en un círculo; era un debate oficial. Una sonrisa en el rostro del docente hacía notar que disfrutaría mucho dicho enfrentamiento.
Llamó al frente al mayor primero, el cual sonrientemente pasó con una carpeta azul donde traía su ensayo. El maestro dio la orden de empezar y así fue.
“El amor es el pensamiento de quien queremos, de ese alguien que domina en nuestro corazón. Es como si al dormir miras el techo y ves su rostro. Entonces, ¿podemos decir que el amar a alguien es ver su rostro? Pues creo que no, es un proceso de vida donde necesitas tenerle a tu lado. Es la necesidad de querer saber de su persona todo el tiempo.”
Los alumnos estaban sorprendidos, de donde había sacado esa capacidad, no era algo tan filosófico, pero si algo sacado desde el corazón.
“Realmente cada letra, cada palabra y párrafo de este ensayo es por la persona que quiero, me ilumina de una manera muy linda. Aunque siempre peleamos me gusta más, porque así, al irme a dormir en la noche, sé que en esos momentos pensó en mí. Su superioridad hace que me dé cuenta que soy un afortunado de la vida al tenerle a mi lado, dado esto puedo decir que el amor es el momento más afortunado en que conoces a una persona.
Te conocí en el kínder y te mofabas de mí por comerme los mocos, pero aquel día que llorabas escondido bajo la mesa llamando a tu madre, yo sequé tus lagrimas y tú me abrazaste fuertemente diciéndome “Tonto Puppy, trae a mi madre aquí”. Desde ese día entendí que eras un caprichoso, el capricho más hermoso de este mundo”
Un calor en el rostro de Kibum le hizo saber que nada bueno venia, podía sentirse la peor escoria del mundo porque, según él, sí lo era. Había lastimado aquel joven desde el primer día que lo conoció con sus berrinches. Sólo pensando en ser mejor, de esa manera pasaba por alto todos los sentimientos que tenia por Jonghyun.
Se levantó de su asiento y salió corriendo en dirección al baño con las lágrimas bordeando sus ojos delineadamente felinos. Llenó las manos de agua, llevándola hasta su rostro.
—Estúpido, mil y una vez estúpido Kim Kibum, eres un estúpido arrogante, un imbécil que quiere que todo sea del modo en que se dice.
Sintió unos pasos atrás suyo y luego un abrazo rodearle la cintura. Sabía de quien se trataba, era el chico mas adorable del mundo.
—¿Necesitas a tu mamá, pequeña diva rosa? —Jonghyun comenzó a limpiar sus lágrimas, pero Kibum negó con la cabeza.
—¿Cuántas veces te he hecho sentir mal? —Preguntó con temor.
—Una que otra vez, pero eso no importa…debías haber terminado de escuchar mi ensayo —agrego.
—¿Cómo terminaba? —Su tono continuaba siendo temoroso.
— “El amor es amar tal cual es la otra persona, con sus virtudes y defectos para terminar queriendo mas sus defectos porque es lo que te hace sentir virtuoso.
Kibum sintió que su corazón no podía achicarse más, ¿cómo podía ser tan bondadoso y no sentirse mal por las veces que fue un arrogante?
—¿Sabías por qué es tan difícil decir me gusta? —Preguntó el felino a lo que Jonghyun esperó la respuesta. —Porque no era fácil decirle “me gustas” a mi mejor amigo.
Sintió como muchos kilos se encontraran en su espalda, en ese entonces comprendió que siempre había sido altanero por los años que llevaba ocultando sus sentimientos, pensaba que siendo arrogante nunca tendría que decir “me gustas”
Jonghyun besó dulcemente la frente de Kibum sin soltar el agarre de su cintura. Le tomó las manos y sonrió junto a él.
—Me gustas también, diva rosa, ¿pero sabes algo?…acabas de tener tu primera mala nota —sonrió, alegrando aun más el momento.
—No me importa, desde hoy seré el Kibum libre de expresarse como se siente —le abrazó, colocando su cabeza en el pecho del mayor.
—¿Y no serás tan caprichoso? —Preguntó Jonghyun.
—Ni lo creas, se acerca san Valentín y quiero el mejor regalo —sonrió—. Es broma, solo te quiero a ti.
Terminaron el momento con su primer beso en los labios dejando así, todos esos momentos de sentimientos ocultos entendiendo por fin que el amor es el sentimiento más hermoso del mundo entero.