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unstable-enjoyment.com ~ Net Obsession por JHS_LCFR

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Notas del capitulo:

Entre que me visitó mi amiga, me enganché chateando con una lectora, se me ocurrieron nuevas ideas y más...se fue todo al traste :P perdonen :(

Muchas gracias a …ésa lectora ;) que ayudó bastante con cuestiones futuras de esta serie :3

 

-¿Qué pasó?

-¿Por qué cortaron?

-¡Diablos, tenemos que empezar todo de nuevo!

-¡¡Vuelvan a sus posiciones!!

-¡¡Argh, corten todo!!

El murmullo de gente en el pequeño departamento no lograba romper mi contacto visual con Tao, que me miraba colorado hasta las orejas, tapándose con los brazos casi sin darse cuenta. Empapado en sudor, respiraba agitadamente, tenía los músculos de los brazos tensos y tragaba salva sonoramente, mientras me miraba con los ojos bien abiertos. Debajo de él y ya con su entrada libre, Kai estaba apoyado sobre sus codos, vendo a Kyungsoo, que había deshecho el abrazo y me soltaba con lentitud, mientras apreciaba el cuerpo del estudiante lleno de chupones y con marcas de dedos en su cintura. No era difícil adivinar quién las había provocado.

-Hyung…--repitió Kai—¿Qué haces aquí? ¿Cómo te dejaron entrar?—agregó, ya gateando hacia él.

-Pues…es complicado de explicar—tragó saliva y se acercó a su oído para susurrarle.

Ni bien se alejó, Kai esbozó una amplia sonrisa y empezó a carcajear. Pude sentir que todos los miraban, menos yo, yo estaba ocupado con otra cosa.

-¿¡Y qué carajos haces aquí!? ¿¡Me seguiste!?—me espetó Tao, fingiendo enojo—¡¡Yah, contesta!!

Boquiabierto, contemplé el cuerpo que había disfrutado hasta entonces digitalmente, dibujado a través de pixeles y bits de colores. Era precioso, se veía aún más pálida y suave cara a cara, los poros se le resaltaban por el frío o el bochorno, no sé. Sus músculos eran mucho más grandes y estaban más tonificados, era una bestia en comparación a lo que veía en mi computadora: era más alto, más grandote, tenía la espalda más ancha, los muslos más gruesos y….¡Dios mío, la tenía más grande o era yo? En fin, maravillas de la tecnología moderna. En los videos parecía más chiquitito y frágil…y menos dotado.

Me mordí el labio, el siguió la dirección de mi mirada y se tapó aún más, insultándome.

-¡Sáquenlo! ¡Es un pervertido!

Todos rieron en el set; o sea, ¿Trabajas como actor pornográfico y te quejabas porque había un pervertido mirándote? Noticias, chico…no era el único.

-¡Largo!—me bramó—Fuera, vete, ahora, rápido—soltaba palabras al azar, su enojo iba desapareciendo para transformarse en incomodidad, nervios.

No podía concentrarme, no podía reaccionar, lo único que entendía era que lo tenía a mi disposición y que yo estaba listo físicamente para domarlo, sin importar su altura o su fuerza. Me dolía la entrepierna, estaba aguantando hace ya mucho, las manos me temblaban y haber escuchado a Kyungsoo gemir encantado con la escena que habíamos presenciado hace minutos me alteraba el sistema nervioso, tamborileándome en el cerebelo y el cerebro entero.

-¿¡Qué no me oíste!? ¡¡Fuera!!

Me lamí la boca, de alguna forma me paré y caminé hacia él y estiré mi brazo, temiendo la reacción que me provocaría tocarlo. Sentado, me miró con el mentón alto, su cabeza estaba justo a la altura de mi bajo estómago. Perfecto, simplemente un sueño hecho realidad. Con las yemas de los dedos a centímetros de su barbilla, nos observamos durante segundos que parecieron interminables….y la puerta del departamento “B” estalló, apareciendo un hombre a los gritos.

Delatándonos.

-¡¡ÉCHENLOS DE AQUÍ, NO SON LOS ACTORES QUE LLAMAMOS!!

Al momento, incontables manos me tomaron del cuello y la espalda de la remera, me rodearon la cintura y me arrastraron fuera. Kyungsoo no tardó en unirse a mí. Me sorprendió que al instante también echaran a Kai, que reía encantado y lloraba, luciendo como un completo maniático.

Ah, cierto. Habíamos ido a sacarlo de allí. De una vez por todas y para siempre.

 

 

-¿¡Qué rayos!? ¿¡EN SERIO!?

Asentí, luego metí las manos en mis bolsillos.

-Entiendo que preferirías vivir con Kyungsoo, pero como él tiene exámenes te quedarás conmigo hasta que su tortura termine—sentencié.

-¿…Y mi noona?

Tragué saliva, incómodo.

-Puedes…emh…traerla; yo…no tengo problema, no mientras se consigan un trabajo decente y ayuden a pagar. Entiéndeme, tengo mis gastos.

Volvió a sonreír juguetonamente.

-Por supuesto que sí; Tao Hyung te arranca mucho, ¿Verdad?—me ericé—Jah, sabía… ¿Semanal, mensual o anual?

-¡J-JONGIN!—gritó Kyungsoo, colorado—Más respeto, que te está ofreciendo techo.

-Ya, ya, ya…perdón, Hyung—suspiró, rascándose la cabeza.

Inflé una mejilla con mi lengua, repentinamente recordé algo…algo…“interesante”. Me incliné hacia él, que estaba sentado en mi cama, y lo miré con los ojos entrecerrados.

-¿Casa de puerta roja y paredes negras, me habías dicho?

Se aterrorizó, agarrotado a la cama.

-Así me dijiste, ¿Verdad? Porque no la encontré—me lamí los labios; entendió el mensaje—Agradéceme que aún tengas pito, ¿Me oíste?—le rasqué la cabeza bruscamente, lastimándolo.

-Sí, Hyung…señor. Nim.

Kyungsoo se apretó el puente de la nariz, yo sonreí mientras iba a buscar las colchas para su nueva cama y la mía. Su hermana dormiría en mi colchón; una dama no podía arruinarse la columna acostada en el piso.

 

 

-Yah, tampoco quería asustarte de por vida—suspiré, girándome en la silla de escritorio—Muévete, respira, haz algo.

Jongin se había quedado en el mismo lugar durante horas, apenas pestañando y encogido en sí mismo. Al escucharme, se relajó levemente, se paró y se dirigió al baño.

-Puedo pegarme una ducha, ¿Verdad?

-Por supuesto—luego torcí la boca—Le avisaste a tu hermana de la mudanza, quiero imaginar.

-No vendrá hasta mañana al mediodía. Trabaja de noche—aah, cierto que era bailarina exótica.

Momento incómodo, me di vuelta y le grité dónde podría encontrar todo: no quería acercarme mucho al pequeñajo desde el toqueteo en lo de Kyungsoo. Si así se ponía en una cena…imagínense si nos metíamos ambos en el baño. Aigoo.

El sonido de la ducha me tranquilizó, al menos ya se había metido ahí y no se me insinuaría por un buen rato.

O eso pensé.

-Hyung...—sentí dos brazos rodear mi cuello y su respiración abrigarme la oreja—… ¿Cómo podría agradecerte por la ayuda?

Instantáneamente bajó sus manos por mi pecho, y de alguna puta forma surgió efecto: el chico no era tonto, sabía cosas, sabía hacerlas bien. Recorría mi pecho haciendo presión en mis pectorales o acariciando la parte baja de mi ombligo, arrugando la tela a propósito, dejando parte de mi abdomen a la vista. Gruñí, no podía normalizarme: aún estaba caliente por la grabación de Tao y el pendejo estaba pasando la lengua por detrás de mi oreja, me besaba sonoramente, succionándome la piel. Por un pequeño, insignificante y efímero momento la tentación superó la razón. Y lo tiré a la cama, arrodillado sobre él y tomándole ambas muñecas con una sola mano. Sin embargo…

-Escúchame—le tomé del mentón y lo obligué a mirarme—Tengo otros planes en mente, ¿Ok? Y tú no apareces. En ninguno de ellos. Además…--quizás era tan tonto que ni lo sabía, el chiquillo calentón—Kyungsoo  te aprecia bastante, y me enerva ver cómo le pagas la ayuda. Si no fuera por él, tú no estarías viviendo aquí, ¿Me oíste?

Sus ojos brillaron durante un instante, parpadeó sin dejar de mirarme y luego se mordió el labio, nervioso.

-¿Entonces no era sólo yo? ¿De verdad me quiere?

Aigoo…

Asentí, cerrando los ojos. Un pequeño sollozo me aturdió: ¿El pornito estaba llorando?

-Qué bien—sonrió con ojos vidriosos—Ya me estaba obligando a distraerme con otra gente.

-Pues no lo hagas, concéntrate en él—le reté.

Afirmando, intentó levantarse, me paré y caminé de vuelta al escritorio, fingiendo desinterés.

-Ahora ve a bañarte y sécate esas lágrimas…maricón.

-Sí, Hyung. Nim. Señor—dudó; a continuación oí la puerta cerrarse y la mampara correrse.

Una estúpida sonrisa se formó en mi rostro: Qué envidia, a Kyungsoo le habían salido las cosas bien.

Yo también quería un final feliz.

Llamaron a la puerta, me sorprendí al ver a Chanyeol. Casi me había olvidado de su existencia.

-Hey—me dijo con la nariz roja y la respiración agitada—Necesito ayuda, ¿Puedo pasar?

-C…claro—respondí arqueando una ceja, me corrí para dejarlo pasar—¿Es serio? Mira que ando complicado—agregué cerrando la puerta y apoyándome en ella.

Chanyeol se rascaba la cabeza, sacudía los brazos y ladeaba la cabeza para todas direcciones, haciendo sonar su cuello.

-Pues...la verdad…No sé cómo explicártelo…No es algo común, es bastante…inusual, raro, impredecible. No lo adivinarías nunca—me dijo, aún de espaldas a mí.

-Habla pues, no tengo todo el día, Yeol—le apresuré; si veía a Kai…luego de verlo con Kyungsoo…no, las cosas iban a salir mal.

-Yah, Hyung—se giró hacia mí, incómodo, puso las manos enfrentadas, intentando explicarse—Dame tiempo. Lo que te voy a contar es muy, MUY, íntimo, ¿Ok? Necesito saber si estás conmigo o no, sin importar lo que te diga, sin importar la moral… ¿Me oíste? Porque si entrar, no podrás salir hasta que se termine, ¿Entiendes?

Fruncí el ceño. ¿Qué, vendía droga? ¿Era un terrorista de Corea del Norte? Torcí la boca: lo amaba, era mi amigo, mi hermano, ¿Pero estaba listo para afrontar otro problema y ayudar? Es decir, tenía a dos inquilinos en casa que necesitaban desesperadamente conseguirse un laburo decente, uno de ellos acababa de cumplir la mayoría de edad (para ciertas cosas) y la otra era bailarina exótica, el chico no había terminado la secundaria y (según Kyngsoo) vivían acosándolo o molestándolo por su trabajo, estos dos inquilinos carecían de PADRES, tenían una muy mala alimentación (podía asegurarlo) y yo, por mi parte, tenía que conseguir que ellos me ayudaran a pagar la renta a fin de mes…ninguno quería que Kai volviera a hacer lo que hacía. ¿Lo sabría su hermana? ¿Su hermana, si lo sabía, cómo pudo haberlo aprobado?

-No puedo creer que estés tardando tanto—respondió Chanyeol, asqueado.

En ese momento, Jongin salió con una toalla sola…secándose el cabello.

-Ah, no sabía que teníamos compañía. Hola, ¿Qué tal?—entrecerró los ojos y lo reconoció—¡Ah, yo ya te vi en algún otro lado!

Carajo. Carajo carajo carajo carajo carajo carajo carajo carajo carajo.

Chanyeol, boquiabierto, retrocedió hasta golpearse con el escritorio, Kai levantó las cejas y se miró la ingle, luego rió tapándose.

-No sabía que te daba vergüenza…después de todo ya me viste una vez, ¿Verdad?

Yeol me miró a mí, pude sentir la vergüenza ajena, la decepción.

-Estás enfermo—me espetó, dirigiéndose la puerta—Muévete, ¡MUÉVETE DIJE!

-Yeol, no es “eso”…Intento ayudar---

-¡¡¡NO ME TOQUES!!!—bramó, abriendo la puerta forcejeando.

Lo perseguí hasta la esquina, dejando a Kai abandonado en el departamento; cuando tomé del brazo a Chanyeol lo giré hacia mí, obligándolo a escucharme.

-¡Yeol! ¡¡Chanyeol!! ¡Déjame explicarte!

-¡¡No puedo creerlo!! ¡Por eso lo mirabas así cuando nos lo encontramos! ¡Querías follártelo, carajo! ¡¡Me das asco!! ¡Estuvo con Kyungsoo!

-¡¡NO ES ESO!!

-¡Me repugnas! ¡Dijiste que era sólo un niño…pedófilo!

Oh, no.

Oh, no, no, no, mi querido Yeol.

Seré arrogante, desubicado, maleducado, frío, bruto, degenerado y voyeur.

Pero no pedófilo.

NUNCA, pedófilo.

Mi mano salió disparada hacia su mentón, furiosa. Verlo caer en la escarcha de la calle me recordó al incidente con Kai; sólo que ahora no había nadie para interponerse entre Yeol y yo. No voy a mentir, me dolió lo que dijo. Cuando me agaché para tomarlo del cuello, una figura me llamó la atención.

Llevaba el mismo vestido que el de la noche en que nos conocimos. Rojo, ajustado, esta vez tenía el cabello recogido en un rodete mal armado y suelto, que le colgaba sobre una oreja, dejando sueltos varios cabellos rebeldes. Cómo no me di cuenta antes. Tenía los mismos ojos, la misma boca carnosa…pude oler el tabaco brotar hasta de su piel.

La mujer de vestido rojo…sí, tenía que ser.

La hermana de Jongin.

 

 

Gracias a Dios que el departamento era grande: en la cocina, Kai estaba sentado en la mesada, su hermana se encontraba parada a su lado, Chanyeol había tenido tres bajones de presión en los últimos veinte minutos cuando le explicábamos todo, así que estaba sentado en una silla y desparramado en la mesa, mientras yo les daba agua a todos y procuraba abrir las ventanas. El olor de GaEul (hermana nueve años más grande que Kai) era insoportable, no quería volverme fumador pasivo.

-Bien—me dispuse a poner las cartas en la mesa…otra vez—ahora el punto es: ¿Qué hacemos con sus trabajos? ¿Kai?

Él jugaba con sus piernas, que colgaban a varios centímetros del suelo, hacía puchero, se mordía el labio, suspiraba…luego levantó la cabeza y me miró, decepcionado.

-No tengo idea.

Luego caí en la cuenta: este tipo no tenía que estar buscando trabajo.

-Olvídate—le interrumpí—Preocúpate por terminar el colegio aprobando todas las materias—él me sonrió, como si se hubiera quitado un gran peso de encima—¿Señorita GaEul?

Circunspecta como había resultado ser, se tocó el labio inferior, ojos fijos en las uñas rojas de sus pies; tenía ademanes y posturas elegantes, casi te olvidabas de que ganaba dinero subiendo y bajando de un caño apestoso. Ah, quizás a eso se debían los músculos en sus brazos y piernas…hay que tener aguante. Siguió pensando, terminé exasperándome.

-Emh—le llamé la atención—Kyungsoo dijo que averiguó en el club donde…bueno, nos “conocimos”—no podía hacerme el tonto—Que andan necesitando una camarera, ¿Puede ser?

Ella sonrió tristemente y asintió, un mudo “gracias” brotó de sus labios, cargado de olor a cigarrillo.

-Esperen…

Ahí viene…

-¿Conoces a noona?—preguntó Kai.

Chanyeol ahogó un grito, mirándome: todo era culpa de él, todo había sucedido por él.

-Esteeemm…

-¡Dios santo, con tantos coreanos dando vueltas!—maldijo Yeol agarrándose los pelos—¿¡No podía ser otra hermana, mierda!?

Kai me miró sorprendido.

-¿Qué le hiciste?—apreté los labios, avergonzado—¡Ey!

GaEul le tomó lentamente el brazo, casi no llega a frenarlo a que me empuje o quién sabe qué.

-Lo confundí con un cliente, nada más—explicó.

Ahora entiendo por qué no hablaba: su voz era gruesa, pastosa, como si tuviera setenta años; le costaba pronunciar algunas letras, quizás por el efecto del cigarro en su lengua, la cual pude ver que tenía mayoritariamente amarilla, junto con los bordes de sus dedos.

-¡Noona!

Chanyeol pareció volver a la vida y se cruzó de brazos, mirando inquisitivamente a Kai.

-¿Y tú qué hacías en ese club siendo menor de edad?

Ah.

¡¡Bien, Yeol!!

Le imité, doble presión. Hasta GaEul pareció ayudarnos.

-Eh…pues… ¡Estaba vigilando a noona! ¡Como todo hermano celoso!             

Entrecerré los ojos, sin embargo, a GaEul le pareció suficiente y volvió la cabeza hacia mí.

-Intentaré pedir dos turnos, así KkamJong puede estudiar tranquilo.

-¿Kkamjong?

-¿Kkamjong?

-¡¡N-NOONA!!

Aparentemente la mujer era simpática, sólo que no había tenido tiempo para reírse; intenté ponerme en su lugar.

Pobre.

-Perfecto…yo…no sé, trataré de pedir otro día en la tienda. ¿De acuerdo?

Todos asintieron, un leve tirón de mi remera me distrajo: era ChanYeol.

-Yo todavía tengo que---

-Ah, cierto, cierto—me senté, enfrentado a él; GaEul empezó a servirse más agua y Kai se levantó para sentarse con nosotros—Dime.

-Bien…lo haré de un saque…--advirtió.

-Bien—le tomé de la mano y se la sacudí juguetonamente.

Inspiró tranquilamente, con los ojos cerrados. Cuando los abrió, pude ver el pánico salir disparado, casi atravesándome.

-Han…“secuestrado” a un amigo, por así decirlo.

Silencio. ¿Qué se suponía que teníamos que hacer nosotros?

-Y lo están obligando a filmar videos porno.

El cristal del vaso de GaEul se estrelló contra el piso, Kai nunca llegó a sentarse, pues tuvo que apoyarse en la pared.

Yo, por mi parte, perdí toda capacidad de prensión en las manos.

 


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