El primer día de universidad aterra, bueno, en realidad el primer día de todo siempre es así. Pero esto no parecía afectar a Peter, él era un chico muy optimista, aunque no pudiese decir lo mismo de Harry y Mary Jane, puesto que se notaba que si tenían la oportunidad se largarían de allí cuanto antes.
En cuanto llegaron, se dispusieron a recorrer por un momento el edificio en el cual estudiarían. Era bastante alto, y tenía una decoración bastante moderna a comparación con el exterior del mismo. Unos minutos más tarde entraron al auditorio donde tomaron asiento y vieron como un hombre de mediana edad algo regordete se arrimaba al atrio y comenzaba a hablar.
-Aburidooooooo- decía Harry burlándose.
-Cállate idiota- Peter trataba de no reírse -Dile MJ-.
-Harry!! Compórtate. Sí nos atrapan tomare tu auto y te pasare por encima con el- reprendió la pelirroja en tono amenazante.
-Oye, es cierto, no hemos ni a la primera clase y ya me quiero largar, adem… Auu!!- se quejaba sobándose el golpe que MJ le dio -y eso porque??-
Ninguno de ellos le respondió, por lo que guardaron silencio durante toda la presentación, la cual pareció durar mas de una hora.
-Ahí está, termino su discurso- decía Peter tranquilo poniéndose de pie como el resto -Vamos a ver nuestra habitación, Harry que número es??
-Es la 992- respondió Harry leyendo un papel todo arrugado que saco de su bolsillo -en el… ultimo piso, genial no??- sonrió.
Salieron de aquel lugar junto con el resto de sus compañeros y caminaron hasta la residencia estudiantil en la que se quedarían. No era un edificio particularmente llamativo, sus paredes eran de ladrillo, de un color rojo bastante opaco, tenía veinte pisos y era bastante amplio al parecer.
Al entrar vieron que el lugar no estaba nada mal.
Las paredes eran blancas y estaban limpias, y el ascensor era bastante amplio, o lo suficiente como para que cupieran al menos 6 personas.
-Veinte pisos- dijo el castaño presionando el botón con el numero “20” resaltado –es un lindo tramo para recorrer si no hay electricidad- sonrió.
-Qué pena que el edificio tiene un generador de emergencia- dijo Harry sonriéndole falsamente.
Cuando llegaron al último piso, se encaminaron hacia la puerta que les correspondía, y el pelirrojo sacó de su bolsillo una un juego de llaves para cada uno. Cuando entraron vieron que era espacioso, con una habitación para cada uno, un baño grande y una sala con cocina.
-Mira este lugar- dijo la pelirroja sorprendida –Debe haber costado una fortuna-
-Sabía que te gustaría- sonrió –Y a ti que te parece amigo??-
-Pues…-
-Compre todo esto hace una semana, sólo falta que traigan las cosas de su cuarto y ya. Por lo pronto he cubierto todo lo básico- interrumpió con un sonrisa –Que les parece??-
-Me parece que tengo mucha suerte de que mi compañero de cuarto sea rico- dijo Peter en vos alta desde el baño para luego reírse.
Fastidioso. Simplemente fastidioso. Lo único bueno, era que aquél lugar estaba lleno de chicas muy lindas, y tenía por seguro que tendría a dos o tres de ellas en esa semana.
-Odio esto- se quejó –Para qué necesito estudiar, soy uno de los Cuatro Fantásticos. Mi trabajo es calcinar vivos a los malos, no resolver tontas ecuaciones.
-Llevas dos años haciéndome la misma estúpida pregunta Johnny, ya deberías saber la respuesta- le reprendió la chica a su lado.
-“Para ser alguien en la vida. Nunca se sabe que te puede pasar mañana.”- le respondió de forma burlona –Susie, realmente esto es necesario??
-Le prometí a nuestros padres que me encargaría de que te recibieras y voy a cumplirlo.- aseveró la rubia y agregó –No me importa si atacan Doom o Galactus, o si se cae el cielo y es el Apocalipsis, tú te quedaras aquí y terminaras tus estudios o me vas a ver muy, pero muy enojada-
-Ya que- suspiro resignado. Entraron al auditorio de colegio y escucharon el aburrido discurso que el director dio a los nuevos alumnos.
Cuando salieron del auditorio, Johnny se quedó duro. Su vista se había posado en alguien, alguien con el pelo castaño y los que, para él, eran los ojos azules más claros que había visto en su vida. Un par de anteojos algo gruesos ocultaban ese par de ojazos y se sostenían firmes sobre una nariz recta. Sus labios se resecaron un poco al ver los labios del dueño de aquellos ojos, eran rosas y suaves, y por un momento pensó en cómo se verían esos labios…
“BASTA JOHNNY!!” se reprendió mentalmente así mismo. Se sorprendió un poco al sentir que su hermana le había tocado el hombro.
-Estás bien??- le preguntó –Estás muy sonrojado-
-Eh… qué… nada!!- se puso nervioso y dio media vuelta caminando a paso rápido hacia su dormitorio –Debo irme!!-
Susan sólo se quedó allí con una media sonrisa de lado y se dio vuelta para dirigirse al edificio Baxter.
El rubio por su parte se dedicó a buscar de nuevo al dueño de dichas orbes claras, pero no pudo encontrarlo. Aunque eso no lo desanimó, sí estudiaba allí, tenía por seguro que tarde o temprano se lo cruzaría.