Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Concepto erróneo de ti por Carito_d

[Reviews - 69]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi :3 soy la canu y ya volví más redi que nunca :3 ya no se librarán de nosotras <3 lamentamos decirles que es el último capítulo y aunque me traigan un minho en pelotas (puta igual la pienso :c) no lo seguiremos :c djhfjh les tenemos muchas sorpresas!! las amouuuuuuu

Taemin siente su perfume demasiado varonil inundándole la nariz, al igual que un dejo de olor a tabaco de alguna parte. No sabe si fuma. No sabe si tiene novia ni si tiene amigos o si vive con alguien. Solo sabe que lo tiene en frente, que a pesar de que no lo creía posible, creció más y que su cabello está más salvaje y más largo.

 

Le gusta así.

 

-       Taemin.

 

Sigue diciéndole de esa forma inanimada como siempre. Sin expresión de odio ni de amistad. No sabe si se alegra de verlo o si le da rabia. Solo sabe que quiere besarlo más que nunca porque no puede creer que su propio hermano pueda despertar algo como lo que siente en ese momento.

 

¿Miedo? Siempre. ¿Emoción? Más que nunca.

 

Se mueve lento, avanza un paso y se queda tan cerca que Minho le mira hacia abajo, sin retroceder; sin temor, ni arrepentimientos. Taemin se inclina un poco y se tiene que poner de puntitas para alcanzarlo. Minho no se mueve, pero siente su respiración cálida chocar son sus labios.

 

Le gusta su olor. Siempre le ha gustado.

 

Siempre ha querido oler a él.

 

-       Hola hermanito.

 

Y lo besa. Lo besa sin aguantarse más y sin estar seguro de que si él le correspondería, de que aún seguían vivos los sentimientos hacia él y esa maldita necesidad de tocarlo.

 

Taemin se imaginó éste momento muchas veces. Miles. Lo recreó en distintas formas. En la calle, en un supermercado, en un aeropuerto, en frente a sus padres. Todas eran perfectas. Minho le correspondía y le decía que todo se fuera a la mierda, que hicieran lo que se les diera la gana.

 

Pero nada se comparó a esto.

 

Nada se compara a los labios de Minho respondiéndole de una forma mucho mejor de la que espero. Ni tampoco a esa timidez de mierda que lo invadía en la que luchaba consigo mismo si tocarlo o no, pero Minho parece ceder y manda todo a la mierda, tomándolo desde el rostro porque no quiere que se separe ni ahora ni nunca.

 

Su espalda choca con la pared, mientras Minho lo acorralaba con ambos brazos y él se sostenía de su cuello. De ese largo y eterno cuello con el que tanto ha fantaseado toda su vida. Y se separan aunque les cueste hacerlo. Minho tiene la mirada perdida y desorientada y los labios brillantes a causa de su saliva; Taemin está seguro de que debe estar en las mismas condiciones.

 

¿Y qué debía hacer ahora aparte de mirarlo de esa forma que hacía? ¿Preguntarle de su vida? ¿Qué como ha ido todo? ¿Que si lo ha extrañado?

 

Pero Minho siempre ha odiado los silencios incómodos, así que no se demora mucho en responderle de la misma forma que había hecho él en un principio. Le besa con la boca demasiado abierta y a Taemin le cuesta afirmarse de esa pared si le besan de esa forma. Se ahoga.

 

Se asfixia en Minho.

 

Se afirma de su ropa y de ese abrigo que lo tapaba demasiado. Quiere sacárselo. Ojalá arrancárselo con los dientes como siempre quiso hacer.

 

Piensa en cada fantasía que imaginó con Minho en su ausencia y se calienta más. Es perturbante que eso le sucediera con su hermano, pero qué mierda, era mucho mejor, era SU hermano y él de nadie más.

 

Podía hacer lo que quisiera.

 

**

 

Miedo.

 

Esa fue su primera reacción cuando sintió la primera vez en que su hermano lo tocaba. Supo que algo no andaba bien y que eso no era correcto. Minho tenía diecisiete y él quince. Minho era alto y con algo de músculos, era bonito. Él solo era delgado y sin fuerzas.

 

Le tocaba mientras él creía que dormía, por debajo del pijama o por encima. Solo sabía que por donde fuera, eso no estaba bien. Taemin cerraba los ojos, apretándolos, mientras su hermano lo tocaba con cuidado, casi estudiándolo.

 

Nunca se dio el valor para decirle a sus padres. Le dirían que su hermano era cariñoso y nada más. Pero Taemin sabía que no era solo eso, sabía que Minho tenía dobles intenciones con él. A veces lo pillaba observándolo hipnotizado o entrando a orinar siempre cuando él se bañaba.

 

Pero cuando el tiempo pasó y las visitas nocturnas en su cama comenzaron a ser una rutina, Taemin ya se creía capaz de acusarlo, hasta que de pronto, se dio cuenta de algo un día en el que Minho no se quedó en la casa.

 

En que extrañaba sus caricias.

 

Taemin no supo cómo ni cuándo pasó, pero de un momento a otro las caricias no comenzaron a hacer una tortura sino un placer. Ya no tenía que cerrar los ojos como pesadilla, sino que apretar sus labios para no soltar un ronco gemido desde el fondo de su garganta.

 

Le gustaban los dedos de Minho y lo odiaba por siempre ponerse límites y no pasar más allá.

 

Pero eso no pasaba ahora. La pared parecía lo suficientemente firme para contener ambos cuerpos, chocando, saboreándose y oliendo rincones que siempre quisieron. Minho lo toma desde el cuello, sin dejarlo ir, mientras Taemin metía las manos por debajo de su camiseta, al fin pudiendo tocarle ese maldito abdomen sin culpa de ser visto.

 

Odiaba a las posibles novias que pudiera haber tenido su hermano. Las repelía. A veces cuando iba una chica a su casa, en busca de su hermano, él simplemente decía que no estaba porque no querían que lo vieran.

 

Porque era de él y de nadie más.

 

Recuerda una vez en la que Minho estuvo emocionado con una chica durante bastante tiempo hasta que comenzaron a salir juntos, solo que él se encargó de acecharla un día en el colegio y se decirle que su hermano la engañaba porque era un idiota y que no se merecía a alguien tan basura como él.

 

Minho estuvo insoportable más de una semana cuando la chica terminó la relación.

 

Taemin nunca se había sentido tan feliz.

 

-       ¿Estás saliendo con alguien?

 

El alto se separa sin entender, siendo atrapado por las manos de su hermano, sin dejarle ir demasiado lejos. Le mira con furia y casi advirtiéndole lo que le pasaría si eso resultaba así.

 

Pero él nunca había concretado estar con alguien. Solo era una noche y… nada más.

 

-       No.

-       Más te vale.

 

Taemin se acerca más furioso que antes ante la posibilidad de que le estuviera mintiendo. Le muerde los labios, le jala el cabello desde la nuca y lo hace sufrir porque es injusto que esté tan poco sorprendido después de que él haya viajado no sé cuántas horas a verlo.

 

Porque no soportaba vivir en una burbuja de mentira.

 

Le quita la chaqueta y la camiseta en un abrir y cerrar de ojos, sorprendiéndose de cuanto lo había extrañado. Su cuerpo, su rostro, su manera enfermante de sonreír; todo. Minho le besa con más cuidado de lo que le gustaría, engatusándolo y haciéndolo caminar hasta la cama, dejándolo caer hasta dejarlo acostado.

 

Ambos saben lo que está a punto de pasar. Es algo que han anhelado tanto y que está prohibido por la sociedad.

 

¿Tener sexo con tu hermano?

 

Para ellos en ese instante se estaba convirtiendo en una necesidad.

 

Minho lo acorrala desde encima, atrapándolo con sus piernas y quitándole en cosa de segundos la ropa. Taemin queda solo en calzoncillos y él se da cuenta de porqué sufría tanto cuando lo veía hace un par de años.

 

Tres años habían pasado desde la última vez que pelearon. Tres años desde que se miraron con odio cuando Minho cerró la puerta y avisó que se iría a Suecia.

 

País de mierda. Fue lo primero que pensó Taemin.

 

Y ahora era como si el tiempo hubiese intensificado las cosas y el placer hubiese sido más excitante que antes, Taemin gime sin vergüenza y sin contenerse cuando su hermano recorre su abdomen a mordiscos, tocándolo casi de forma bruta como no era antes. Le eriza el cuerpo entero y hace que levante las caderas para que no se detenga.

 

No hablan. No se dicen palabras de reencuentro ni expresan sus sentimientos el uno al otro. Minho se encarga de acorralarlo, mientras Taemin luchaba con su cuerpo, inundándose de su olor hasta el más mínimo rincón. Le pasa la nariz por todo el cuerpo, incluso hasta por encima de los bóxers. Era estúpido, sabía que sí, pero el olor de su hermano siempre lo había calentado más que nada.

 

(Era un enfermo de mierda y ya no se avergonzaba de serlo. No en este momento al menos.)

 

-       Hueles tan rico, puto de mierda.

 

Minho sonríe como no lo hacía hace mucho, dejando caer su cuerpo en su cama, mientras su hermano comenzaba a subirse encima de él, sin parar de olerlo ni un segundo. Lo estudiaba, le hacía cosquillas y sacaba gemidos cuando pasaba la nariz por sus puntos débiles.

 

Taemin parecía un experto y Minho tiene la duda de porqué es así. Está seguro que no es el único que acosaba su cama cuando dormían.

 

Solo que él nunca se enteraría de lo que hacía en su ausencia. De cuando se iba a jugar fútbol y dejaba la ropa por todos lados, apoderándose incluso de la cama de su hermano porque según él no tenía tiempo para ordenar. Taemin entraba bufando y odiándolo y hablando alto para que su madre se enterara y nunca sospechara lo que hacía apenas veía eso.

 

Un par de pasos y tomaba con una mano la ropa interior de Minho, observándola a un metro de su cara, sin cara de asco como presumía a viva voz ni con rabia por su desorden. La miraba desde lejos como si se tratara de una obra maestra y se sentaba en su cama, sin dejarla ir. Pero en un par de minutos ya no se encontraba en el mismo lugar ni en la misma forma, Taemin la tenía pegada a su nariz, apretándola con su mano contra esta, mientras su otro brazo yacía dentro de su calzoncillo, tocando mucho más de lo que desearía en ese momento. Se masturbaba por largos segundos y soltaba un gemido, aspirando con mayor placer cuando estaba a punto de terminar.

 

¿Enfermo? Estaba seguro que entre los dos, ya se trataba de una competencia.

 

-       Siempre fuiste tan exquisito, pendejo de mierda.

 

Taemin sonríe porque todo ha salido a su favor y porque ese maldito pensamiento de inquietud en el que Minho lo rechazaría, ya había desaparecido. Se besan con salvajismo, le besa los pezones y cree que los gemidos de su hermano son música para sus oídos.

 

Y más cuando le empieza a quitar con calma su ropa interior, dejándolo completamente expuesto bajo él. Minho le mira serio, pero su mirada brilla cuando Taemin se quita la suya él mismo, quedando sentando sobre él. Hay algo que lata bajo su trasero y no tiene duda de qué.

 

-       Hasta que al fin tenemos algo en común.

 

Minho sonríe ante su comentario, afirmándolo desde sus caderas.

 

-       Nuestros padres estarían orgullosos.

-       Sí, yo también lo creo.

 

Se besan más lento que nunca, disfrutando y dejando el salvajismo y las ganas de herir al otro, de lado. Taemin levanta un poco su cuerpo, mientras Minho bajaba hasta su trasero, acomodándolo. Un par de segundos más y ya se encontraba soltando un gemido en la boca de su hermano, que lo sostenía desde los huesos de su cadera, ayudándole a encontrar un ritmo que no fuera tan doloroso.

 

Taemin le entierra los dedos en la clavícula porque le duele y porque eso se sentía tan bien, que de verdad ahora se sentía un morboso de mierda.

 

Y vuelve a repetir el mismo movimiento, levantando las caderas y dejando que Minho entrara con mayor precaución a él. Y de nuevo ese mismo dolor, pero que ahora ya comenzaba agradarle más si es que eso era posible. Suelta un gemido cuando Minho llega a un punto en que ni él conocía, dejándole con una electricidad por todo su cuerpo.

 

Se besan mientras lo hacen y mientras Minho gime en su boca porque nunca creyó que esto se haría realidad y que aún así sería más perfecto de lo que pensaba.

 

Y las embestidas comienzan a ser más rápidas haciéndolo olvidar el dolor de un solo golpe, y obligándolo a concentrarse en los brazos de su hermano que se contraían cada vez que lo embestía, afirmándolo desde su cintura. Ve como las venas comienzan a dilatarse más, mientras su rostro ya estaba rendido al placer.

 

Nunca pensó que Minho se veía así en el medio del sexo. Tan varonil, tan… perfecto.

 

Y de un momento a otro, encoge sus piernas, sintiendo como esa electricidad ya llegaba a un punto en el que no la soportaba más, haciéndolo explotar desde lo más interno de sus entrañas, justo sobre el abdomen de su hermano, combinando olas de placer con sudor. Minho no se demora mucho en imitarlo, mientras él caía rendido sobre su cuerpo, manchándose con sus propios fluidos y quedando con la respiración más agitada de lo que esperó nunca.

 

Pero no se miran durante un buen rato. Taemin se apoya la cabeza en su pecho, intentando volver a respirar de forma normal, mientras Minho le pasaba la mano por la espalda, casi de forma torpe.

 

Todo en ese momento era perfecto.

 

El olor de su hermano, la combinación de ambos cuerpos y la sintonía en la que al fin parecían haber encontrado. Ambos escuchan una música que suena desde un piso más abajo, sacando inevitablemente la voz de alguien que comenzaba a cantar.

 

El cuerpo de Minho comienza a sacudirse riendo, mientras Taemin levanta la cabeza y le mira con odio, pero finalmente contagiándose también.

 

-       ¿Tienes hambre?

 

Taemin asiente sin dejar de sonreír y agradeciendo como su hermano ignoraba el hecho de que tuvieran que tener una conversación por lo que recién había pasado.

 

-       Mucha. El viaje es demasiado largo hasta acá.

 

Se besan por última vez antes de levantarse y que Minho prendiera la televisión mientras cocinaba algo. Taemin escoge un canal de deportes sin dudarlo, mientras su hermano se sorprendía desde más allá.

 

Al parecer el odio hacia que viera fútbol ya no era lo único que había cambiado.

 

**

Minho pega un manotazo al lado aún dormido, dándose cuenta del vacío que había al lado de su cama, mientras sonaba su teléfono por alguna parte entre las sábanas. Lo busca con los ojos entrecerrados y contesta apenas murmurando.

 

Solo que la voz del otro lado lo hace despertar de golpe.

 

-       Minho.

 

La voz de Taemin sonaba en un lugar con suficiente bulla como para apenas oírse. Un par de bocinas le interrumpen, mientras suelta un suspiro.

 

-       Minho- le repite-. Te amo.

 

Eso era demasiado extraño. Hace un par de horas dormía junto a él y ahora estaba en un lugar que ni siquiera parecía descubrir. Estaba lejos, de eso estaba seguro.

 

Y cuando notó eso, un escalofrío le recorrió el cuerpo.

 

-       ¿Dónde estás?

-       No sé- no es sincero.

-       Dime que ves, te iré a buscar- se levanta de la cama y comienza a ponerse unos pantalones rápido, atrapando su celular con su oreja y hombro-. O pregúntale a alguien.

-       No lo hagas.

 

Su voz suena tan serena que le asusta. Taemin suelta un nuevo suspiro y Minho no sabe qué decir porque de repente entiende todo y se da cuenta que se ilusionó con cosas que no debían ser.

 

Su relación nunca funcionaría. Ni en Corea ni en Suecia ni en ningún otro lugar.

 

La sangre siempre los uniría y eso era lo que menos querían.

 

-       Quiero verte- insiste.

-       No- susurra, mientras la bulla a su alrededor disminuía-. Ahora no.

-       Taemin…

-       Minho te amo.

 

Taemin nunca visualizó una vida junto a él, lejos de todo y de todos. Solo quería ser feliz por un día, sentir que era estar con la persona que amabas más que tu vida y sentir esas maripositas que parecían olvidadas.

 

Da un paso hacia el aeropuerto mientras el viento le golpeaba el rostro, obligándolo a cerrarse el polerón que le había quitado a su hermano sin que este lo notara.

 

De lo único que podría sobrevivir esa relación, era de recuerdos.

 

Y de nada más.

 

**

 

Notas finales:

<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).