Finalmente el fin de semana había llegado, faltaban dos semanas para el fin de año escolar a pesar de todo a Jacob le hacía mucha ilusión pasar su primera navidad junto a Edward y compartir también con su familia, pero extrañamente cada vez que el tocaba el tema su novio evadía hablar de ello, a decir verdad la relación de ellos ya se veía un tanto dañada y deteriorada a causa de tantos secretos.
Muchos de los arboles carecían de hojas cubriéndoles las ramas y la nevada comenzaría dentro de poco, en aquellos días paso la mayoría de las tardes acompañando a Seth a patrullar obviamente en secreto. Ambos chicos caminaban por el siempre tranquilo bosque repleto de pinos y algo de niebla, pero estaban tan acostumbrados a ese clima que no les molestaba en lo absoluto.
Jacob vestía con un par de botas térmicas oscuras, un pantalón y chaqueta de esquí, con una bufanda y gorro de lana que le daba un aspecto tipo boy band, mientras que su compañero solo iba en sus típicos jeans cortos y sus tenis sucias.
– Debe ser genial ser lobo – hablo Jacob pensando en lo caliente que se mantenía Seth sin ropaje alguno
– Si… aunque tiene sus pros y sus contras ¿sabes?, no podemos hacer lo que nos dé la gana, hay reglas.
– ¿Qué me dices de la súper fuerza y todo eso?
– Si es buena, pero luego deja de ser importante
– ¿Por qué?, ¿Qué no te sientes cómo?... ya sabes, especial o mejor que los demás
– no nos hace mejor, solo… diferentes, para mí lo de volverse lobo no es lo más importante, me gusta no me malentiendas pero a veces quisiera parar por un momento y volver a ser como antes, ya sabes un poco de normalidad para variar.
– ¿hablas en serio? – Si
– pues si yo tuviera toda esa fuerza robaría un banco y me mudaría a california
Seth lo miro frunciendo el rostro
– bien bien, entiendo, no chistes – dijo el otro levantado sus brazos a modo de rendición.
– y bueno ¿qué tal la escuela de la reserva? – dijo Jacob retomando la conversación que había acabado
– pues va bien no puedo quejarme, aunque a veces hecho de menos cuando pasábamos el tiempo juntos –Jacob sonrió ante tal información y le respondió.
– Siempre supe que estabas enamorado de mí… – regodeo
– ¡oh cállate! – dijo el menor empujando a su amigo, mientras Jacob luchaba contra él para darle un beso en la mejilla, entre tanto forcejeo Jake tropezó con una raíz crecida fuera de la tierra y ambos cayeron rodando y ensuciándose un poco, a la vez reían tratando de incorporarse. Una vez lograron levantarse del suelo siguieron caminando, tan distraídos iban que no se percataron que ya estaban fuera de los territorios Quileute, la niebla se había despejado un poco y ambos chicos se sentaron un rato.
– ¿recuerdas este lugar? – dijo Jacob mirando hacia arriba, ¡Cuánto había crecido ese viejo roble!
– como olvidarlo, esos días son inolvidables – siempre venían a este lugar a escondidas para trepar y jugar, algunas veces los acompañaban Leah y Paul pero al final ese lugar era solo de ellos dos, era como su santuario de la infancia y aquel viejo roble había sido testigo de todas las aventuras y travesuras de aquellos cuando eran pequeños.
El celular de Jacob empezó a sonar pero él lo ignoraba
– ¿no contestaras?
– No, seguramente es Billy que quiere acosarme con sus preguntas.
El móvil volvió a sonar y Jacob chasqueo la lengua algo fastidiado
– contesta, tal vez es importante – le dijo el chico lobo
– ah ya que…
Metió la mano en su bolsillo sacando el ruidoso aparato
– es Chris – dijo el mayor levantándose y atendiendo la llamada.
– ¿bueno?... ¿Chris?... no puedo oírte, ¡espera que no te oigo! – Murmuro un "ya vuelvo" y se fue a tratar de conseguir más cobertura, Seth solo le asintió y se levanto para trepar el árbol y así darle un susto a Jacob en cuanto regresase, pero sus planes cambiaron, justo en cuanto se dispuso hacerlo sus sentidos le alertaron de que alguien rondaba cerca, sin pensárselo dos veces se dejo guiar por su olfato y audición, decidió no transformarse para evitarse la molestia en caso de que solo fuera un animal.
Empezó a caminar en dirección recta viendo cuidadosamente los arboles con el fin de ubicar en que parte del bosque estaba, pero al no reconocer el área fue que se dio cuenta de que estaba fuera de la tierra que les correspondía a los Quileute, no conocía el territorio pero en su mente estaba especulando que era tierra de los vampiros, siguió caminando y en instantes un extraño y fuerte aroma dulzón ligeramente picante le llegó a la nariz, el lo siguió sin demorar.
El olor se hiso mas fuerte si era lo que él creía que era y tenía suerte cazaría a su primer chupasangre, vio como una rápida sombra saltaba de árbol a árbol mientras un ciervo que rondaba cerca corría despavorido, seguramente el vampiro lo había asustado, el chico comenzó a mirar para todas partes algo mareado y con rostro de confusión, había perdido el rastro; se quedo pensando un momento y decidió volver para sacar a Jacob del lugar, pues si un vampiro rondaba cerca seguramente habría otros con él y obviamente eso no pintaba bien para jake.
Emmett al ver que había perdido al ciervo lo ignoro puesto que algo lo tenía distraído ya hace un rato había perdido la concentración por un aroma que había en el aire, olía a humano pero había algo más, olía a algo parecido al olor del novio de su hermano, bajo del alto árbol en un solo salto cayendo como si nada sobre el suelo. Seth que oyó algo caer giro a atrás a ver de qué se trataba pero no había absolutamente nada, negó con la cabeza y retomó su camino al momento de quedar en su antigua posición sus ojos se enfocaron en algo… en alguien.
Era él…
Todo en su interior se derrumbo en cuanto ambas criaturas se encontraron, solo había silencio acompañado de miradas serenas y cálidas
… sus ojos cafés; su pálida piel
Él vio cortarse irremediablemente todas las cuerdas que lo ataban a su existencia, él mayor vio como la criatura más hermosa y perfecta se materializaba ante sus ojos
… su morena piel; su dorada mirada
Todo lo que le había hecho ser como era: su amor por su familia, su lealtad hacia su manada, el desdén hacia los fríos, su alma, su vida, su cuerpo.
… su indomable y salvaje belleza; la anchura de su cuerpo
Se sentía volar, ya no era él, todas las cosas que le unían a su familia, sus amigos absolutamente todo, había sido cortado sin vuelta atrás y pudo sentir como un millón de cuerdas de acero lo unía hacia un solo punto
… la inestabilidad; su necesidad de él.
No se lo hubiera esperado ni en un millón de años y a decir verdad parecía algo ilógico e imposible. Siempre fue consciente y tenía claro el poder de la gravedad sobre la tierra y las cosas que se encuentran en ella, pero en el instante en que se encontró con él, todo había cambiado y es que ya no era la gravedad lo que lo mantenía firme, le parecía evidente… lo que ahora hacia que tuviera los pies sobre la tierra era aquel musculoso vampiro que estaba frente a sus ojos
… sus atrayentes labios; su fría temperatura.
Lo impensable e imposible pasó, un lobo y un vampiro. Ambos… imprimados.
Seth sintió volverse en sí mismo y a la normalidad, se ruborizo por completo y comenzó a respirar agitadamente por el nerviosismo, sin titubear se echo a correr entrando en fase y dejando a un vampiro muy confundido e incluso dolido.
¡No podía ser cierto!, ¡no podía ser verdad!, ¡no le podía estar pasando a él!, ¿eso era la imprimación?, ¿ahora que iba a pasar?, ¿lo iban a matar por traición?
El joven lobo corría lo más rápido que le permitían sus fuertes patas, sentía su corazón latir cada vez más rápido, no por el ejercicio físico, no por bombear sangre, latía por necesidad, por querer estar cerca de ese vampiro que jamás vio en su vida, cada sentimiento y cada pensamiento le hacía sentirse más pesado, la fuerza le comenzaba a fallar, había una lucha interna en él entre huir y regresar con aquel vampiro o irse a la reserva y quedarse ahí hasta morir
– "han pasado solo segundos y ya duele tu ausencia"
La intensidad de sus emociones le hacían flaquear, no pensaba con claridad, daba pasos torpes chocándose contra los arboles y tambaleando en sus saltos, su cuerpo deseaba y anhelaba tanto estar con el vampiro, pero algo en su mente le aterrorizaba, que por causa de este nuevo suceso hirieran al vampiro, le daba dolor tan solo imaginar eso, su cuerpo luchaba contra su subconsciente.
Había conseguido llegar a la reserva, su corazón seguía latiendo con desesperación
– “duele, duele como si mil cuchillas atravesaran mi corazón", ¡que alguien haga algo!
Se sentía morir, con dificultad llegaba a su casa
Doloroso, insoportable como si le echaran sal y alcohol en sus heridas, ni siquiera podía concentrarse lo suficiente para volverse humano pero luchando contra los impulsos de su corazón y haciendo uso de toda su fuerza de voluntad lo hiso sintiendo el dolor en todo su cuerpo ahora era mucho peor, siendo incapaz de hacer algo mas se quedo ahí en la tierra, desnudo, con el corazón herido, se encogió tratando de cubrirse y por primera vez sintió el frio colarse en sus huesos, pero no se comparaba a lo que sentía por dentro. Leah, que en esos momentos iba de salida noto a su hermano regado en el fango con apariencia de estar muerto.
Al verlo en ese estado gritó su nombre y corrió hacia él
– ¡Seth!, ¡Seth!, ¿hermanito que tienes? – Dijo ella haciéndole revisiones a su hermano menor
– Dios mío estas frio, lo tomo en sus brazos usando su fuerza y lo llevo dentro, le coloco algo de ropa y lo arropo con algunas mantas para que volviera a tener la fiebre habitual de los lobos mientras le preparaba algo caliente, no era normal la temperatura que presentaba en esos momentos. Una vez terminada su labor en la cocina se acerco al sofá en donde coloco a su hermano minutos atrás
– Seth bebe esto, está caliente te ayudara – le dijo la hermana, pero como respuesta solo lograba que el menor voltearla a verla con mirada suplicante
– Seth… por favor… ¿Qué sucede?... ¿quién te hiso esto? – le preguntaba
Pero él seguía sin dar cambios; le coloco una mano en la frente, su temperatura seguía siendo demasiado fresca, le marco a Sam y le explico lo sucedido, le pidió que viniera y que trajera a su padre que seguramente estaba en casa de Billy, cerro la conversación y se sentó junto a su hermano y tomándolo en sus brazos lo mantuvo así para hacerle subir la fiebre mientras esperaban a por ellos.
Por otro lado Jacob que ni enterado estaba volvía a su punto de reunión con Seth,
– Chris es todo un loquillo a que no adivinas lo que… ¿Seth? – se extraño de no verlo en ninguna parte, hasta que se le ocurrió que seguramente el solo estaba jugando con su mente
– ¡Oye chico lobo!, ¿no te aburres de ese jueguito? – Decía Jacob tratando de darse cuenta en donde se encontraba su amigo, pero el chico estaba lejos de saber lo que realmente estaba pasando
– ¡vamos ya sal!, ¡ven perrito perrito! – Jacob iba caminando y buscando con la mirada pero no veía ni oía nada, ni risas ni respuestas a sus intentos de insultos malos, en lo que iba caminando se encontró con una de las tenis de su amigo totalmente destrozada, su cara de diversión se volvió una mueca de preocupación
– ¿Seth?
– “algo anda mal” – dijo para sí mismo a la vez que se apresuraba a tratar de hallar alguna pista o algo que pudiera servirle de referencia de en donde estaría el muchacho.
Luego de un poco mas de búsqueda encontró retazos de tela de jeans por todas partes, era obvio había entrado en fase pero ¿Por qué?, ¿A dónde se iría? Miro al cielo ya empezaba a caer la noche, tomo aire y se encamino de vuelta a la reserva seguramente se había ido para allá.
El cielo ya estaba pintado de noche cuando llegó a su casa vio a Billy posado en la ventana mirando hacia a fuera, sintió algo de culpa pero con paso firme se dirigió a su habitación, se lanzo en su cama y sacando su móvil marco a la casa de los Clearwater después de que se oyera el tono dos veces se escucho la serena voz de Leah en la otra línea
– Casa de los Clearwater, buenas noches
– Leah…– dijo Jacob algo anonadado, hacia mucho que no conversaba con la chica
– ¿Jacob, eres tú?
– eh, si, si yo me preguntaba si Seth está ahí
– si
– ah que alivio, ¿el está bien?
– no… Jacob, ¿será posible que puedas venir?
– por supuesto, ¿le pasa algo malo?
– Solo ven por favor
– estaré ahí en un minuto
– de acuerdo, date prisa.
Algo estaba pasando, el tenia un sexto sentido para esas cosas, tomo una hoja y escribió en ella "estoy con los Clearwater" y sin pensárselo dos veces salió por la ventana de su cuarto cuidando no hacer mucho ruido, llego en cosa de dos minutos. Al llegar saludo a los dueños de la casa e incluso a Sam que también se encontraba allí
– oh por Dios ¿está enfermo, que le pasa? – Dijo en cuanto vio a su amigo en la posición que estaba
– así llego aquí y estamos muy preocupados, Jake por favor necesito que me digas lo que sabes, si viste o oíste algo
– no… yo no sé nada – dijo mirando fijamente a su decaído amigo
– sé que salen a patrullar juntos, lo he visto en su mente – dijo la joven loba
– pues si pero yo… bueno el, nosotros – suspiro para centrarse en lo que iba a decir
– nosotros estábamos caminando por el bosque, pero no nos dimos cuenta que habíamos pasado los limites
– ¿los limites?, – Dijo Sam alzando la voz
– Sam por favor deja que siga – irrumpió Harry que no había dicho palabra alguna hasta ahora, Jacob trago saliva y prosiguió
– luego yo recibí una llamada y me aleje por unos minutos porque no había señal, pero cuando volví Seth no estaba
– ¿eso todo?
– sí, pero aun no entiendo, ¿Qué está pasando?
– Quiero estar con él… – la débil voz del joven lobo hiso que todos voltearan a verle, se acercaron a él apresurados con algo de alivio, al fin había dicho algo pero ¿qué quiso decir con eso?
– Por favor… quiero estar con él – Seth se veía mal, tenía aspecto de enfermo en sus últimos días
– Seth por favor dinos que te sucede – le susurraba su hermana posando su mano sobre la frente del muchacho.
– ¿Y si entran en fase y leen su mente? – propuso Jacob a lo que Leah le respondió que la telepatía solo funcionaría si Seth entraba en fase también, pero era evidente que eso no sucedería.
**
Por otro lado en la casa Cullen una situación similar a la que se daba en la casa Clearwater tomaba lugar en la sala de la inmensa casa. Emmett caminaba de un lugar a otro sin detenerse, miraba para todos lados con desesperación y rascaba su cabeza denotando su obvia molestia e inconformidad.
– ¿Emmett querido, te importaría detenerte y sentarte un rato?
– Si ya estas empezando a molestarme – le dijeron Esme y Alice una seguida de la otra
– ¿hermano que es lo que te perturba de esta manera? – pregunto Jasper que de hace rato sentía la sofocante ola de ansiedad y desesperación del musculoso vampiro
– lleva así toda la tarde y cada vez es peor – comento Edward
– si desde que fuimos por provisiones, ¿Emmett viste algo en el bosque?, por minutos estuviste fuera de mis visiones
– eso es porque estaba con uno de los lobos
– a ese ya lo he visto antes; pero todo es muy confuso, solo estaban viéndose el uno al otro – dijo Edward que captaba todos los pensamientos de su hermano
– ¿es eso cierto Emmett? – pregunto esta vez Carlisle que se había mantenido al margen de la conversación al igual que Rosalie
– sí, si descuiden no rompí ninguna regla ni cruce el territorio de los lobos, solo sé que estaba siguiendo un ciervo y luego olí algo… después estaba con él y ahora… No puedo dejar de pensar en que paso y no puedo enfocarme ni puedo dejar de pensar en ese muchacho y me está matando y ya no puedo aguantarlo más – manifestó Emmett temblando de desesperación con un tono de voz ansioso
– Emmett cálmate si te alteras no conseguirás nada – le irrumpió Edward.
– ¿Qué me calme?, ¡crees que no lo he intentado!, cada minuto es peor – Edward volteo a ver a Jasper como pidiéndole que hiciera algo
– es inútil por más que le envíe olas de calma, no tarda alterarse otra vez, sea lo que sea que te está haciendo esto, es más fuerte que mi don – le dijo el rubio vampiro.
Media hora después Emmett seguía igual e incluso peor, o dejaba de rascar sus manos con nerviosismo, movía su cabeza exasperado, su pie golpeteando contra el suelo, incluso parecía que estaba respirando y muy sonoramente pero eso era inútil, sin lugar a duda estaba realmente desesperado hasta tal grado que nada de lo que le dijesen o hiciesen podía calmarlo. Todos tenían sus propias reacciones Carlisle y Esme se preocupaban por él, Alice sentía frustración al no poder ver nada de lo que fuera que estuviera causando esto, Edward temía que esa situación fuera el detonante que hiciera que Jacob se enterase de todo de una vez por todas, Jasper sentía compasión y pena pues solo él entendía los agobiantes y sofocantes sentimientos que estaba experimentando su hermano y Rosalie pues… era Rosalie, solo esperaba que eso no les trajera problemas con los Vulturis.
– Es una locura y lo sabes – dijo Edward colocándose entre la puerta y su hermano al percibir lo que planeaba hacer
– ¿Qué sucede hijo?
– Quiere ir con el chico
– ¿estás loco?, solo lograras que se desate la guerra – le dijo Alice poniéndose de lado de Edward
– fuera de mi camino – dijo el fuerte vampiro escupiendo cada palabra con tonos de un creciente e inexplicable odio y resentimiento
– Emmett es muy arriesgado, lo mejor es que trates de calmarte un poco, no es prudente que te le acerques a ningún humano en ese estado
– ¡no lo entiendes!, ¡me necesita! – dijo con furia contenida, Jasper trataba de calmarlo pero era inútil, Emmett estaba fuera de su alcance, estar lejos de ese chico no le hacía bien
– creo que al chico le puede estar pasando lo mismo, tal vez si se reúnen se calmaran ¿no creen? – sugirió Jasper
– no lo sé, pero no puede llegar allá porque si, ¿comprendes lo que digo Emmett?, puedes ocasionar una guerra
pero a Emmett le importaba en lo más mínimo, su cuerpo clamaba por solo una cosa, y la obtendría a como dé lugar, no pudo contenerse más y haciendo uso de toda su fuerza aparto a Edward de su camino estrellándolo contra la pared haciendo a esta resquebrajarse, atravesó la estructura de la puerta principal derrumbándose por completo y comenzó a correr con gran velocidad, los otros salieron tras él para atraparlo pero este era más veloz, más de lo que fue alguna vez, más de lo que Edward es. Todo eso gracias al deseo; a esa necesidad de estar cerca del lobo, ese enloquecedor anhelo lo hacía más fuerte, más rápido, desquiciado.
Se detuvo en seco cuando llego a ese punto del bosque donde empezó todo, lleno sus inertes pulmones del aroma de su chico y hacer más fácil su búsqueda al llegar al que era el límite con los lobos, apretó la mandíbula con determinación y se preparo para alguna posible lucha no lo pensó mas y atravesó la barrera que separaba a los Cullen de los Quileutes.
Se dejo guiar de su instinto y necesidad, lo cual le ayudo en dar con la casa en cosa de segundos. Algunos de los lobos que habían captado el olor del vampiro lo siguieron hasta rodearlo, la noche recién comenzaba...