Acerco su mano lentamente aun con dudas, sin saber bien que estaba haciendo.
Toco finalmente en el interior del espejo y sintió como una corriente de energía azotó su cuerpo haciéndolo caer inconsciente.
*Jacob Pov*
Me encontraba envuelto en una pesadez y en cuanto fui capaz de abrir mis ojos vi que había oscuridad a todo mí alrededor, la cual me impedía saber en dónde me encontraba, solo me hallaba entre penumbras sin lograr distinguir donde estaba el techado o el suelo, era como estar suspendido en medio del espacio sin ver nada más que mi cuerpo mismo.
Abruptamente un cálido resplandor sin forma surgió frente a mí, el cual se hacía lentamente más grande adquiriendo una figura humanoide femenina.
Pasados un par de segundos la luz se extinguió dejando ante mí el cuerpo de alguien, una mujer más exactamente. Ella apareció trayendo consigo la luz a todo el lugar, llenándolo de un hermoso y luminoso paisaje, muy parecido a los jardines reales del castillo.
En cuanto finalice de observar la belleza e inmensidad del jardín en el que me encontraba, dirigí mis ojos hacia la mujer, quien para mi grata sorpresa resulto ser mi madre
Mis pensamientos se dispararon rápidamente logrando que me confundiera y excitara por verla parada allí frente a mis ojos, ¿sería esto real, o tan solo otro truco de mi abuelo?, ¿la tenia realmente frente a mi?, ¿no era solo otro de mis espejismos haciendo de las suyas?
Me acerque poco a poco hacia ella, no había mucha distancia entre nosotros sin embargo se sentía todo lo opuesto
– ¿e… eres real? – pregunte en cuanto pude hablarle, observando sus gestos y movimientos casi etéreos que me hacían perderme en la belleza que irradiaba.
La mire acercarse hacia mi sin ninguna prisa, parecía como si su cuerpo flotase, incluso sus cabellos y partes de su vestido parecían flotar en una manera menor, coloco su mano sobre mi rostro y me sonrió, yo conmoviéndome sin remedio halle calidez en su caricia
– Tan real como esto – respondió ella. Sus manos irradiaban una hermosa calidez que se apoderaba de mi envolviéndome en un manto de amor y cariño que solo una madre es capaz de otorgar.
No hacían falta las palabras, era como si de alguna manera mística pudiéramos pasarnos todo lo que sentíamos y queríamos decirnos, con tan solo gestos, voluntad y sonrisas.
– No sabes cuánto he soñado y deseado este momento – le masculle lanzándome a su abrazo para dejar que esa sensación tan cálida que me envolvía no se perdiera, sino que se intensificara aun mas, y así fue. Estar entre sus brazos era como besar la felicidad y recibir la caricia de un paraíso después de tanto tiempo de haber estado esperándolo.
Mis ojos se humedecieron con lágrimas que no terminaron de formarse quedando incapaces de brotar. Lentamente me separe de ella notando que mis ropajes habían cambiado a algo más similar o acorde a lo que ella usaba, mis pies estaban descalzos, vestía unos pantalones largos blanco de tela suave y delicada junto con una camisa sin botones que dejaba parte de mi torso libre, confeccionada de la misma forma
– Lo sé cariño, ahora estoy aquí para ti – me respondió sonriendo… Su sonrisa, esa por la cual habría dado todo para verla en mis peores momentos, tan llena de vida y esperanza
– ¿c…como es esto posible?, ¿Qué es este lugar? – inquirí en cuanto pude calmar mis emociones
Ella me ofreció su mano y yo la tome, de repente un sendero de piedras lisas apareció y yendo con mi brazo enredado con el suyo comenzamos a pasar sobre el
– Este lugar existe y es posible por la magia, este lugar es a dónde venimos los seres sobrenaturales al fallecer, es un inmenso jardín que sirve como lugar de reposo para criaturas como nosotros
– ¿entonces, e…eso, significa que estoy muerto?
– No cielo, tu aun perteneces al plano de los vivos – me respondió tan maternal como ella es, como si yo fuera su bebe despertando asustado por pesadillas, como si su voz fuera como un arrullo dulce al hablarme y eso me hacía sentir tan especial
– Entonces… ¿Cómo llegue aquí?, ¿fue, por ese espejo? – inquirí confundiéndome a lo que ella me asentía suavemente, como si mis deducciones le maravillaran y la enorgullecerán de mi
– El espejo fue usado para que una parte de tu mente pudiera viajar hasta este lugar, en estos momentos eres solo una proyección de ti mismo, pero podrás recordarlo todo en cuanto regreses a tu cuerpo
Tomamos asiento en una banca hermosa que parecía estar formada con plantaciones que crecían y se amoldaban hasta darle la forma de un espacioso asiento
– ¿y porque estoy aquí mamá? – inquirí nuevamente sintiéndome feliz de poder llamarla de esa manera. Note como su expresión se torno un poco más seria, casi imperceptible en realidad
– Estoy bastante segura de que sabes la respuesta de eso cielo
– ¿me vas ayudar? – pregunte pensativo y con interés
– Nada me daría más felicidad cariño, pero ya no nos queda mucho tiempo y es peligroso que estés demasiado tiempo fuera de tu cuerpo
– ¿Qué?, no quiero irme todavía, te extraño mucho – le dije aferrándome, sin ganas de alejarme de ella
– Mi pequeño, yo también he extrañado poder hablarte y cuidar de ti, mi niño eres tan hermoso, pero no creas que no estoy contigo
– Mama, no sabes cuánto he querido poder conocerte, hasta este momento solo he visto recuerdos y fantasías, por favor déjame quedarme un poco más.
– Cariño, siempre he estado a tu lado desde el día en que naciste, solo que hasta ahora has podido verme, pero yo siempre he estado dentro de ti, observándote, aconsejándote, amándote…
Mientras oía a mi madre hablar, pude ver y sentir como el ambiente tranquilo que reinaba en todo el lugar comenzaba a cambiar de manera repentina y alterada, la brisa comenzó a soplar reciamente y los cielos pasteles se llenaban de una espesa oscuridad nubosa
– ¿mama que está pasando? – inquirí abrazándola, ya que sentía que mi cuerpo estaba siendo alejado de ella a la fuerza
– Ya debes irte mi niño, no perteneces al plano de los muertos
– ¡mama espera!, por favor, te quiero mucho – le alegue entre lagrimas luchando contra esa corriente amenazante que se empeñaba en separarme de mi madre
– Yo también mi cielo, tu siempre has sido mi pequeño ángel, debes soltarte ahora hijo. Busca a una mujer llamada oráculo, ella te explicara todo
– ¡mami por favor!, ¡quiero quedarme!, ¡quiero estar aquí! – le rogué y rogué, pero aparentemente ella no tenia voz ni voto para hacer tal cosa
– “Te amo Jacob, con toda la fuerza de mi corazón” – fue exactamente lo último que oí de ella mientras la corriente lograba finalmente romper mi agarre y separarme de mi mama.
Todo el paisaje se disolvió, dejándome en donde estaba al inicio, la oscuridad infinita en la que estuve antes de llegar con mi madre, con la única diferencia que ahora mi cuerpo estaba acostado con los ojos cerrados, como si estuviera sumido en un sueño profundo, mire hacia todos lados buscando alguna estela de que mi mama siguiera por algún lugar, pero mis ojos solo captaban oscuridad ante mí y eso me entristeció verdaderamente
– También te amo mama… – masculle en voz baja mientras me acomodaba sobre mi cuerpo tendido bajo mis pies para fusionarme con el
Al entrar en el sentí una desagradable experiencia, era como si la parte que estaba fuera se hubiera triturado para mezclarse con el cuerpo y unirse una vez más.
Un tremendo hormigueo a nivel de todo mi organismo me hiso estremecer y abrir los ojos de golpe, mi visión era terriblemente desenfocada y mi corazón latía con fuerza, mis ojos tenían lagrimas y mi cuerpo había sudado a la vez que estaba frio, sin mencionar el mareo, los músculos entumecidos, las nauseas y el dolor de espalda.
Logre fijar bien la vista y la oscuridad ya no pintaba por ninguna parte, aparentemente ahora estaba de regreso a la biblioteca
Me puse de pie en el momento que pude hacerlo cuidando de no caerme puesto que la cabeza aun me daba vueltas. Me quede varios minutos mientras me reponía, luego de eso busque la salida guiando mis pasos por los pasillos interminables del castillo, en el cruce tuve tiempo suficiente para adiestrar mis sentidos nuevamente, ese viaje enserio me había dejado desbaratado.
– ¡Dichos los ojos que te ven! – oí decir con voz diáfana y aguda, sin duda era Claudine. Me gire hacia donde estaba y la vi saludándome junto con Claude quien llevaba un enorme pergamino
– Tíos… – salude gentilmente con un movimiento de cabeza, cuando estaba por seguir mi camino, escuche un desgarrador grito que seguramente había resonado en todo el castillo. Note la cara de horror que mi tía tenia y me apresure a ir hacia ella
– ¿Qué, sucede? – inquirí intrigado. Su cara de pavor era desalentadora
– ¿q… que le sucedió a tu cabello? – señalaba la mujer, como si el apocalipsis se hubiera desatado y estuviésemos siendo devorados por algún monstruo demoniaco
El tío Claude disimulo su carcajada mientras yo la observaba con el entrecejo marcado, – “esta tipa necesita ayuda profesional” – paso por mi mente
– Esta tan, oscuro, ¿Qué le paso a mi obra de arte? – pregunto tocando mi cabeza como si como si estuviera llena de sarna
– Dios mío ¿pero qué es esto? – se preguntaba horrorizada
– Tía, solo es… cabello
Nuevamente emitió un grito desgarrador, como si mis palabras fuesen algún tipo de insulto o palabrota imperdonable hacia su persona. Repentinamente ella se puso a llorar alegando que yo no la quería y que no podía creer que yo le hubiera hecho eso
– Pero… si no hice nada – me defendí
Le di una mirada suplicante a mi tío y el pareció entenderme, trono sus dedos y mi cabello se hiso rubio oscuro nuevamente de la raíz a la punta. Mi tía me miro encantada y complacida dio pequeños saltos de emoción acompañados de aplausos vertiginosos, se veía realmente ridícula, el verla comportarse de esa manera me hacia recordar a London Tipton
– Mucho mejor, te veras hermoso en la boda cariño
– Eso espero tía, ¡no puedo esperar un día más! – mentí fingiendo mi tono más entusiasmado haciendo que se tragaran toda la farsa
Tome prisa queriendo salir rápido de ese castillo de locura, debía enfocarme en una sola cosa
– “tengo que encontrar al oráculo…”
**
Mientras tanto, en la dimensión terrenal, una tormenta tomaba lugar en forks, algo no estaba bien con ese lugar, era como si vivieran en un invierno eterno
Seth había contactado con su hermana, quien se encontraba en esos momentos refugiada bajo el techo de la casa Black. La noticia de la muerte de Jacob la tomo desprevenida dejándola muy estremecida, sin embargo su corazón era tan frio que ni siquiera con eso se permitía a ella misma llorar
– Todo esto es culpa de los vampiros Seth – alego en voz baja – Ellos solo saben traer muerte y dolor – continuo
En ese momento Emmett apareció con una bandeja de comida a medio terminar. Leah le miraba recelosa, siguiendo de cerca sus movimientos, como si estuviera esperando un ataque o una acción por parte de él
– Boo, pude lograr que el señor Black comiera un poco, tu también deberías hacer lo mismo – le sugirió Emmett, dejando las cosas en la cocinas
– Si cosito, comeré algo en un rato – aseguro Seth, Emmett se sentó del otro lado del comedor, para darles privacidad a los hermanos en la sala
– ”cosito” – bufo Leah
– no sé cómo te imprimaste de ese sujeto, es espeluznante – dijo mientras los rayos ensordecedores de la tormenta llenaban de ruido la casa
Emmett jugaba con sus manos tratando de distraerse, pues no estaba lo suficientemente cerca de Seth y eso lo ponía ansioso
– Eres una amargada, todo pasa por una razón… – alego seth
– Pues yo pienso que es una locura, no es normal ni natural – continuo ella
– Nuestro amor es real Leah – afirmo el
– No, solo crees que estas enamorado porque la imprimación te lava el cerebro para convencerte de que es así
– ¡Seth y yo nos amamos! – gruño Emmett apareciendo frente a ella en un solo parpadeo mirándola molesto
– Oh vamos… no empiecen ustedes dos – rogo Seth. Emmett se sentó al lado en enfoque posesivo, como hacia usualmente cuando sentía que él y Seth estaban siendo amenazados como pareja
Leah se puso de pie casi al instante, no soportaba esas actitudes impulsivas de los vampiros, ni mucho menos las muestras de afecto, se fue hasta la ventana mirando hacia afuera peguntándose cuando escamparía, no sabía cuánto tiempo estarían atrapados ahí así que se tranquilizo
El señor Black, dentro de su habitación se encontraba ojeando un viejo álbum de fotografías en donde no había suficientes de las mismas para poder recordar a su hijo.
Ya nada quedaba más que los recuerdos de lo que fue la vida juntos, como padre e hijo, recuerdos que le traían insufribles sensaciones a su pecho acompañadas de lagrimas saladas, ya no sabía cuánto más iba a llorar
Cuando Sarah falleció se aferro a Jacob, a su pequeño que fue la luz en medio de su oscuridad, Jacob fue su salvación, fue su ancla a este mundo porque el dolor que le dejo la primera perdida fue trascendental, de otro infinito, insuperable. Pero Jacob… su pequeño Jacob, fue lo que lo ato al mundo haciéndole recordar que aun quedaban razones para vivir.
Pero ahora Jacob se había ido, ¿Qué razones para seguir viviendo le quedaban?, sin su hijo, la luz de sus ojos, sin su más valioso legado.
Tener solo a Jacob por tanto años, el quererlo siempre bajo su protección, el haberlo atesorado tanto, había hecho que su hijo se volvería la debilidad de la armadura de su alma, ahora esa armadura, ya desvanecida, le dejaba su alma desprotegida, haciendo que fuera destrozada una y otra vez con cada vez al recordar que estaba muerto, era como recibir esa noticia una y otra vez buscando acabar con su sanidad mental
Parecía que era apenas ayer cuando llego al mundo llenándolo de felicidad y dicha, parecía que era apenas ayer cuando lo cargo por primera vez, a su hijo, su varoncito, era su pedacito de cielo moviéndose entre sus brazos, parecía que era apenas ayer cuando le oyó llamarle “papi” por primera vez, su primer cumpleaños, la primera vez que lo llevo a la escuela y como su hijito lloraba porque no quería alejarse de su papa, todas esa veces que fueron tan substanciales y significativas se arremolinaban en su cabeza, inyectándose en lo más profundo de él como un calmante
A su vez todas esas veces que no fueron las mejores, las peleas, las discusiones, los problemas y las diferencias que los llevaban a la contienda y disensiones, a la separación y a decirse cosas que no sentían, todo llegaba a él para recriminarle esos malos momentos, para atacarle por haber actuado de esa forma en las veces que fallo.
Nunca pensó que estaría en esa posición, sufriendo la muerte de alguien tan cercano después de haber sufrido la muerte de su esposa, pero para su desdicha, estaba pasando otra vez y no sabía cómo lidiar con ello. Aun pensaba que de alguna manera inexplicable Jacob regresaría y que todo estaría bien, pero eso era tan seguro como pez sobreviviendo fuera del agua.
Se sentía perdido, ya no había luz en su camino y ya no podía avanzar porque sin esa luz solo había sombras que lo envolvían en oscuridad y frialdad, atrapado en su dolor que se volvían como cadenas que lo obligaban a consumirse, que lo aprisionaban alejándolo de la calma y la paz
Era sin duda desastroso, en tantas formas diferentes, le ahogaba, le causaba dolor, le hacía derramar lágrimas, le atravesaban en lo más profundo de si, llevándose un poco de él con cada perforación para al final dejarlo sintiendo lastima de si mismo concluyendo solo momentáneamente para luego iniciar el ciclo de nuevo
Y cada vez que ese ciclo terminaba trataba de alguna manera enviar el dolor lejos pero por alguna razón todo el acumulado se quedaba estancado en su garganta, causándole una fuerte opresión que no se liberaría hasta que gritara para poder ser expulsada
Y de esa manera específica lo hiso, apretando sus manos sobre los brazos de la silla en la que estaba sentado, junto todo el aire que lograba entrar en sus pulmones y ejerciendo su fuerza grito, tan alto, tan audible, tan derrotado y adolorido, grito para poder expulsar el dolor de su garganta, para poder aunque sea ser libre unos segundos de tanta porquería interna
Grito el nombre de la causa de su pena, queriendo escapar y unirse junto a él encontrando la paz tan anhelada, grito con la lluvia como fiel testigo, grito con determinación, atormentado y agotado siendo consciente de que eso no solucionaría nada, pero quizá, solo quizá alivianaría las penas
**
Jacob seguía en su búsqueda, había recorrido varios lugares del pueblo perdiéndose en dos ocasiones, sin embargo no daba con la tal “oráculo”, a pesar de que pregunto un sin número de veces, pero era como si tal mujer no existiera
Se sentó un momento para despejar sus pensamientos y descansar un poco, cuando de pronto sintió el dolor de su padre, fue algo repentino e inevitable como un escalofrío, como un roce, una voz llamando a la distancia.
Intrigado por la mala sensación quiso asegurarse de que su padre estuviera bien, pero sin saber cómo hacerlo se frustro.
Hasta que recordó las palabras de Derek y se concentro, enfocándose únicamente en su padre, poniendo toda su atención y esfuerzo en el, pensó que no estaba dando resultado pero eso cambio en el momento que pudo percibir… percibirlo todo
– “¿Billy piensa que estoy muerto?” – se pregunto
Eso no estaba bien, ¿qué le haría pensar tal cosa?, era verdad que no habían podido hablar los últimos días con el pero no era para tanto. Sus cavilaciones se interrumpieron por un hecho que estaba ignorando inconscientemente
Si se encontraba en esa dimensión, posiblemente estuviera pasando lo mismo que paso cuando paso una noche en el plano oculto de las otras hadas.
Se levanto en un rápido movimiento chocando contra alguien en el acto, ese alguien término siendo Richard
– Tenemos que empezar a encontrarnos como gente normal – le dijo Richard tomando los materiales que se le habían caído
– No puedo estar más de acuerdo – respondió Jacob ayudándole
– ¿qué es toda esta chatarra? – inquirió
– Ni idea, mi abuela me la pidió, ¿estás ocupado? – contesto Richard
– No, en realidad no – suspiro Jacob
– ¡perfecto!, así me ayudas a traer todo esto
Iniciaron una nueva caminata hacia la casa de Richard, Jacob algo fastidiado por los resultados de su búsqueda y de lo que piensa su padre, no menciono palabra alguna en el trayecto
Al llegar guardaron todo y se sentaron sin hacer mas, estaban aburridos y los temas de conversación no fluían
– ¿quieres una géfsi? – ofreció Richard
– No sé qué demonios sea eso pero suena a pepsi, dame una – acepto, tenía algo de hambre
– No sé qué demonios sea eso pero aquí tienes. ¿Cómo esta Chris? – inquirió pasándole una fruta que poseía un color durazno brillante y la apariencia de una acentuada manzana mas el tamaño de su mano
Jacob comió de ella y para su sorpresa, la fruta tenía el sabor de una pizza de hongos y queso, la cual era su preferida
– Amigo tienes que decirme donde consigues de estas – alego Jacob terminando lo que quedaba
– Las géfsi no tienen sabor definido, adquieren el gustillo de lo que tiene antojo quien la este comiendo
– Maldición, dame otra – jadeo
– ¡oh, abuela!, te guarde las cosas que me mandaste a buscar – musito Richard ignorando a Jacob, puesto que la mujer había aparecido de repente
– ¡Has llegado! – expresó ella mirando a Jacob – ya era hora, me estaba aburriendo de esperar
– ¿perdón? – dijo el aludido confundido
– Soy a quien buscas torpe, ¿esperabas que fuera a buscarte yo o qué?
– ¿Qué?, ¿tú eres el oráculo?
– ¿oráculo?, ¿de que están hablando? – irrumpió Richard
– En estos días no uso ese nombre pero sí, soy la misma
Jacob estuvo perdido unos segundos, nunca pensó que el oráculo fuera una mujer tan joven, era más creíble que fueran un grupo de personas, todos vestidos con ropas ceremoniales y cosas así del tipo películas de fantasía
– He estado buscándote todo el día
– Lo se
– Mi mama me dijo que…
– Lo sé, soy el oráculo yo sé todo, desde que tu papa cree que estás muerto hasta lo difícil que te es admitirte a ti mismo que estas empezando a sentirte atraído por tu prometido – alego quitándole la fruta que tenia y dándole un mordisco, dejando a Jacob colisionado con tal declaración que le hiso enrojecer hasta las orejas
– ¡no me gusta Derek! – alego
– Sí, claro, a mi me dicen oráculo solo porque si. En fin, no viniste a eso – ironizo
– Tienes razón, si sabes a lo que vine entonces dime ya
Ella lo miro, ya poniéndose seria como se suponía que debía ser, dejo a la fruta y le indico a Jacob que la siguiera, caminaron calmadamente seguidos por Richard hasta la habitación de la mujer la cual era inmensa, la habitación era tan grande como un inmenso campo sin limitaciones, lo cual confundía a Jacob puesto que la casa desde fuera tenía un tamaño normal, ¿Cómo podía entonces haber algo tan grande dentro de algo tan pequeño en comparación?
Llegaron hasta un punto donde había una especie de fogata, sobre la cual había un caldero de bronce. El fuego fluía de la nada puesto que no había nada que lo provocase, ni leñas, ni papel, ni carbón, absolutamente nada, solo fuego cuyo color era de un azul intenso
– Sé que estas decidido y muy determinado, pero voy a preguntarte esto de todas formas, ¿estás seguro que quieres esto?
Jacob desvió la mirada por dos segundos, preguntándoselo a si mismo “¿realmente quiero esto?”
– Si – respondió con seguridad y confianza
– Bien – contesto ella. Se acercaron mas a la fogata y ella tomo un pequeño vaso que sepa dios de donde lo saco
– Tienes el poder, tienes mucho poder, lo has usado pero no tienes control sobre el, desde la primera vez hasta el día de hoy has usado tus emociones, usado tu odio, tu felicidad, tu emoción… pero no sabes cómo hacerlo en verdad, eres como el niño que quiere volar antes de aprender a caminar
En ese momento una flor broto de la tierra al lado de ella y la tomo lanzándola dentro del caldero que contenía algún brebaje hirviendo
– Para entender tu poder, para tener el control, debes comprender de donde viene, debes ver tu pasado – dijo ella sirviendo en el vaso un poco del contenido que había en el caldero
Le paso el vaso a Jacob que dudoso no se sintió seguro si debía hacer tal cosa
– Debes beberlo todo y concentrarte en recordar – le indico
El obedeció y mantuvo sus ojos cerrados, el brebaje sabio horrible pero en seguida sentía como tenía surgía efecto, de un momento a otro dentro de su cabeza había un caos, oía a lo lejos la voz de oráculo diciéndole que se concentrara en recordar y solo en recordar.
Fue entonces que pudo verlo…
*Flashback*
Era como aquella vez en la que presencio el juicio de su madre.
Vio como su mama estaba acostada en labor de parto, aunque en lugar de estar sufriendo se le veía completamente tranquila, a un Billy bastante joven, él estaba junto a ella tomando su mano con una expresión de emoción dibujada en su rostro
Su madre pujaba con fuerza y con una facilidad sorprendente, no tardo más de tres minutos y un hermoso bebe se dejaba ver
– Es un varón – dijo la partera sorprendida, pues el bebe no tenía el cordón umbilical que todos los bebes tienen al nacer
– Algo no está bien – dijo nuevamente, revisando y tomando las medidas. El bebe estaba demasiado quieto y se veía como si estuviera dormido
Los padres de Jacob se vieron al mismo tiempo, frunciendo el entrecejo
– ¿Qué sucede? – inquirió Billy
– Este bebe, esta… muerto
– ¿Qué? – jadeo – no no no eso es imposible
Billy se había enfrascado con la partera en una pequeña discusión, en la que él le reclamaba y ella alegaba que ese bebe no era normal
Mientras tanto Sarah, poniéndose de pie tomo a su bebe
– No permitiré que nada te pase – le susurro llevándolo hasta un lugar más apartado. Se hiso un pequeño corte en su dedo índice y dejo caer varias gotas de su sangre en la pequeña boca del bebe y en su frente dibujo una especia de triangulo de sangre
– Vitae – proclamo ella en voz alta haciendo que la sangre brillara débilmente hasta que traspaso la piel y desapareció, tras unos segundos el llanto de un bebe llenaba el silencio de la casa
De esa manera fue como Jacob volvió a la existencia, la sangre de su madre dentro de su cuerpo hiso que su parte hada se fortaleciera para que pudiera mantener el cuerpo con vida.
El recuerdo termino y uno nuevo dio inicio
Esta vez Jacob veía a su madre sobre el regazo de Billy, este ultimo lloraba y su madre se movía pobremente con una herida de muerte en su cuello, por la cual brotaba sangre que al caer en la tierra hacia florecer lo que estuviera sembrado cerca, su madre se veía más muerta que viva y de un momento a otro sus ojos se cerraron
Vio como el cuerpo comenzó a brillar y luego exploto volviéndose un remolino de luces brillantes, las cuales se fueron arrastradas por el viento, las luces se volvieron una especie de polvillo y volaron a través del bosque hasta llegar a una habitación en la casa de Billy
La ventana se abrió repentinamente dejando mostrar a un Jacob aun de bebe que dormía plácidamente, en ese momento el polvillo se aproximo a él y entro en su cuerpo fusionándose con el
Entre otras palabras la madre de Jacob había sido absorbida por el bebe
El recuerdo termino y Jacob pudo abrir los ojos otra vez
– Eso es imposible – murmuro asustado en cuanto recupero el habla
– No lo es Jacob, naciste muerto porque viniste al mundo vacio, sin alma. Eras un bebe nacido humano que con los años desarrollaría su parte como hada, pero al no tener alma alguna tu madre tuvo que hacer que tu parte hada se hiciese más fuerte para que te hiciera vivir, tienes características y conductas humanas porque te enseñaron a vivir como humano, pero lo cierto es que tu humanidad desapareció desde el momento en que naciste
– Es mentira – negaba el aterrado
– ¿Por qué crees que eres tan poderoso?, siendo tan solo un hada con 17 años de existencia es imposible, tu madre era una anciana Jacob, la segunda más poderosa de la tierra, y fue la sangre de una anciana la que te hiso ser tan poderoso como un anciano
– Estas mintiendo – dijo al borde de las lagrimas
– Lo has visto tu mismo, y te volviste incluso más poderoso cuando absorbiste lo que quedaba de tu madre, está dentro de ti
– ¿estás diciendo que mi madre vive en mi cuerpo?
– Una parte de ella sí, sus recuerdos, sus poderes, sus hábitos, su cuerpo físico murió pero la esencia, lo que estaba en el interior de tu madre sigue viviendo, dentro de ti – asintió la mujer
Jacob sentía que iba a caerse en cualquier momento, era una confesión que nunca siquiera pensó que fuera posible, ni en las más locas de sus suposiciones hipotéticas
– Has visto el pasado y el misterio que había en el, ahora debes conocer el presente – dijo ella dejando caer un polvillo sobre el caldero haciendo que el liquido se tornara verdoso y espeso
Le tendió nuevamente el vaso incitándole a beber a lo que Jacob aun con su expresión descompuesta, con temor de que otras cosas podía enterarse. Bebió nuevamente el amargo brebaje y cerro sus ojos dejándose ir a ese mundo de recuerdos
– Concéntrate, enfócate y piensa en tus seres queridos – oyó que le decía el oráculo a lo lejos
Reiteradamente se encontraba como espectador de alguna visión de la cual no podía ser participe, si no que solo podía observar
Vio a un Billy gritando, débil, sufriendo por alguna cosa, ya sabía que Billy estaba así porque piensa que él está muerto, pero fue una completa sorpresa ver a los demás, los Cullen, la manada, Edward…
Vio como la noticia era esparcida por toda la comunidad, como si fuera pólvora, vio el deplorable estado en el que estaba su Edward
Todos creían que él estaba muerto y estaban sufriendo por ello, en especial su padre y Edward.
Repentinamente la visión se deshizo antes siquiera de pensar en una forma de hacerles saber de que él estaba bien
Ahora la visión que tenia era de los adentros del castillo, se mostraba a un Derek ansioso escribiendo lo que sería unos votos de boda, cosa que enterneció a Jacob y a la vez le hiso sentir pena, se mostro también a una Claudine decorando un vestido el cual la prometida de Chris usaría para el gran día, a un Chris mirando un extraño sello marcado en su brazo tratando de deshacerlo, a un Claude conversando con el rey y a un libro que era sobre rituales ceremoniales.
Eso sin duda significaba que la boda seria mañana. Nuevamente Jacob salió de tal visión volviendo a la realidad actual en la que estaba algo mareado por tanto esfuerzo mental
– Ahora conoces tu presente, lo cual nos deja por saber es el futuro – dijo el oráculo depositando un polvillo brillante como la escarcha, el cual hiso que el contenido del caldero se tornara más liviano y de un rojo tono sangre
– Debes estar pensando que tu futuro es únicamente con tu novio sin embargo, hay dos caminos y la decisión que tomes ahora te sellara hacia ese camino sin marcha atrás
– No lo entiendo… – titubeo
– Si regresas al plano de los humanos, causaras pena, dolor y muerte a tus seres queridos, les causaras un sufrimiento irremediable y al final después de tantos sacrificios tu también morirás para siempre… pero si te quedas, tanto ellos como nosotros, tanto los tuyos como los nuestros estaremos a salvo, tu prometido te amara y tu lo amaras a él y su amor será el más conocido y el más puro que se halla dado, llenaran a este reino de dicha y muchos descendientes, vivirás para siempre y serás feliz con el pasar de los años
– Eso no puede ser cierto – negó Jacob al borde de un ataque de pánico
– He sido el oráculo por más de 500 años, en los cuales nunca me he equivocado, mis visiones no están basadas en lo que la gente quiera o no quiera, mis visiones son el futuro definitivo y tú has tenido la suerte de verlo, para que tengas la capacidad de elegir con cuál de los dos caminos quieres quedarte. Tuya es la decisión, no puedes no escoger o tu destino se volverá contra ti y terminaras atrapado en lo que no querías
Jacob se negaba a creer lo que oía, lo peor de todo es que aun ni siquiera sabía cómo haría para salir, y eso de que si volvía con los suyos les traería ¿sufrimiento y muerte?
Eso sin duda cambiaba todos sus planes y no precisamente para bien. Ahora si estaba entre la espada y la pared