Jacob.
Me levante de la cama mas por cansancio e incomodidad que otra cosa, llevaba toda la madrugada sin poder dormir, ¿la razón? Ni yo la supe, cada vez que dormía, me levantaba por instinto.
– Excelente ojeras – me dije a mi mismo con sarcasmo al verme en el espejo, me aliste con pereza y baje a desayunar.
– Buenos días Jacob. Dijo mi padre, a lo que respondí con movimiento de cabeza.
– Hijo debemos hablar. “debemos” repetí para mi mismo tratando de analizar el porqué de la charla que estaba por iniciar o el posible sermón sobre mi aislamiento estos últimos días. y es que la verdad desde que Edward se había ido, no tenía ganas de nada
– Bien... Respondí inexpresivo.
– Bueno, ¿Cómo te va?
– Bien
– ¿Cómo te sientes? - lo mire ceñudo ante sus preguntas.
– Papa, ya sé a dónde te diriges con esto ¿te importaría dejar de lado el rodeo? - El solo me vio sorprendido y visiblemente molesto por mi grotesca respuesta. Suspire y murmure un “lo siento” tome asiento y le inste a que me hablara.
– tu comportamiento ha sido extraño estos días, y estoy más que seguro de que sabes de qué estoy hablando. Era obvio se refería a Edward, pero no tenía ganas de hablar de él en ese momento.
– ¿Podemos hablar después?, realmente estoy retrasado -Billy miro su reloj de mano, el silencio se había apoderado de la conversación, la tensión podía rebanarse en ese momento.
– Está bien - le oí decir.
Salí lo más rápido que pude, estar cerca de mi padre me llenaba de coraje. Iba caminando distraído y algo extraño me sucedió.
Sentí una brisa extraña y que un escalofríos subía por mi espalda una extraña sensación de mareo me llego y ahí fue donde todo cambio, de pronto todo se veía diferente como en cámara lenta, escuchaba los sonidos que me rodeaban pero aun mas audibles de lo que para un oído normal debe ser normalmente, sentí algo recorrer mi cuerpo diferente a todo lo anterior todo esto me parecía extraño era sorprendente estar así escuche un susurro
– Jacob…– parecía celestial todo era extraño, bello, diferente, hermoso. por alguna razón al intentar hablar solo lo hacía mentalmente, puesto que mi boca no emitía sonido alguno.
– Jacob… – esta vez seguí la voz y pude vislumbrar una hermosa mujer, su belleza era anormal mucho más que una modelo y el simple hecho de estar con ella me daba tranquilidad me hacia feliz, no podía explicar con palabras, me sentía indefenso ante ella, desnudo, frágil como un bebe, ella era de tez blanca, su cabello negro como la noche, sus mejillas tenían un hermoso rubor sus ojos azules ¡valla que era bella! no podría describirla como corresponde, toda ella era increíble hermosura estaba vestida con lo que parecía ser un traje blanco y a la vez brillante como si se hubiera vestido de luz, escotado pero no demasiado, largo hasta arriba de los tobillos parecía estar hecho de varias capas de tela empecé a sentir un deseo que no podía reprimir de acercarme a ella que poco a poco empezaba a volverse necesidad me extendió la mano y no dude en acercarme para tocarla, cuando nuestras manos estuvieron a punto de tocarse un estruendo me alarmo, apreté los ojos y me encogí un poco cuando reaccione todo se había desvanecido.
– ¿Qué rayos fue todo eso?, al principio me entristecí por haberla perdido, hasta que otro estruendo me trajo de mi ensimasmiento, me enoje, ya venía la lluvia.
Me encamine al colegio con resignación, aun confundido por los sucesos de hace unos minutos, estaba tan desorientado e inconsciente de lo que hacía que no había caído en cuenta que estaba caminando en lugar de haber tomado el auto, y ahí estaba yo arrastrando los pies por la carretera.
Una resonante bocina anunciaba un auto que no tardo en aparcarse a mi lado, era Chris en su impala LTZ plateado, sin pensarlo me adentre en el asiento del copiloto una vez dentro sonreí levemente, Chris siempre me hacia sonreír
– ¿Qué hacías ahí?
– Caminaba
– vaya que sí.
– Chris…
– ¿sí?
– no quiero ir a la escuela.
– ¿Qué?, ¿por qué?
– nada, mejor olvídalo…
Recosté mi cabeza en el vidrio lleno de gotas por la lluvia que comenzó a caer, empezaba a tener frio. Repasé en mi mente lo que había pasado anteriormente, hasta que sentí el auto detenerse, ya habíamos llegado
– ¿en qué piensas? – la voz de Chris me saco de mi cabeza por unos minutos recordándome que estaba con él, “que bien me conoce”, no pude evitar el sonreír al pensar eso, los ojos de Chris me recordaban a los de la hermosa mujer, pensar en ella me hacía sentir extraño, nostálgico, feliz, confundido… muchas emociones para sentir al mismo tiempo
– no es nada importante – mentí.
Nos bajamos del auto, estábamos solos en el estacionamiento, casi todos estaban ya dentro, mi humor empezaba a mejorar y de pronto empecé a sonreír como un idiota enamorado, sentí la brisa fría llenarme los pulmones, y la lluvia mojarme al quedarme parado en el estacionamiento algo extraño me sucedía y lo empecé a notar cuando dije un comentario demasiado torpe
– ¿no es un día maravilloso? – Masculle mientras sonreía y hablaba con una voz empalagosa
– ok suficiente, quiero saber que pasa, estas actuando extraño. Dijo Chris mirándome con el seño fruncido
Pestañee dos veces y le dije que no me hiciera caso
– ven es hora de entrar – dije con la aun exagerada sonrisa y esa empalagosa voz.
Al entrar volví a la “normalidad”, me tocaba biología la única clase que no tenía con Chris, tome asiento en mi lugar de siempre, no me sorprendió que no estuviera Edward, toda la clase estuve distraído, hasta que sonó la campana, fui a matemáticas luego a español pero en mi mente solo cabía una sola cosa, ya sabrán a que me refiero.
Preguntas…
muchas preguntas se formulaban en mi cabeza, ¿Quién era ella?, ¿Cómo sabia mi nombre?, ¿Qué había pasado?, ¿Por qué me sentía así?, ¿eso fue real?, ¿me estaba volviendo loco?, El día culmino y estábamos por irnos, Salí tranquilamente del salón junto con Terrence y Vanessa, saque unos libros de mi casillero y nos dirigimos al estacionamiento, ahí nos encontramos con los demás, conversamos un rato de lo que haríamos el fin de semana y otras cosas.
– bueno chicos, ya llegaron por mí los veo el lunes, se despidió Vanessa
– adiós querida ¡no olvides lo que te dije!, le dijo Lucy a lo que la otra le sonrió ¿malvadamente?
– he ¿que se traen entre manos ustedes dos? – pregunto Terrence
– cosas de chicas – se apresuro a decir Lucy
– ¿irán a la fogata? – Pregunto Terrence
Chris me miro, como esperando mi respuesta a lo que yo hacía lo mismo
– he, no creo que pueda chicos tengo una charla pendiente con mi papa – les respondí haciendo comillas con mis dedos para enfatizar
– ugh padres – murmuro Lucy
– bueno si te dejan ir no dudes en avisar. Yo asentí y estuvimos un rato mas luego de despedirnos nos fuimos.
– Chris, ¿vas a ir? – pregunte ya en cuanto estuvimos en el auto
– solo si tu vas
No dijimos más nada e todo el lapso hasta que estábamos aparcados en mi casa
– ¿Qué harás mañana? – pregunto
– nada, creo ¿por qué?
– vayamos a Port Angeles.
– de acuerdo, no he salido desde el año pasado, creo que ya me hace falta – el asintió y yo le imite
– mañana te llamare – le dije tomando mis libros y despidiéndome con un gesto que ni yo entendí, llegue a la puerta de mi casa y el claxon resonó 2 veces levante el brazo y lo agite despidiéndome otra vez de él. Al entrar mi padre ya me esperaba.
– bueno pa´, estoy listo para hablar, le solté con una sonrisa esta vez no forzada.
– eh claro hijo
Tome asiento, bebí agua y me quede viéndole como si fuera el amor de mi vida.
– Veraz de lo que quería hablarte era sobre tu comportamiento de estos últimos días, yo pensé…
– ni lo menciones – le interrumpí cosa que no le sorprendió
– sé que estos días he estado muy distante, pero no más de eso, es mas quiero pedirte permiso para ir a Port Angeles mañana.
Se hiso el tan acostumbrado silencio de nuestras conversaciones hasta que respondió
– está bien – su ceño estaba fruncido hasta que finalmente asintió, no entendí muy bien el por qué, pero así fue, converse un rato mas con él como nunca lo había hecho en mi vida me conto cosas de sus días de juventud, cenamos, nos reímos hasta que el cansancio hiso posesión de mi cuerpo, bostecé por sexta vez y me dirigí a cepillarme los dientes le di las buenas noches a mi padre y me acosté y por primera vez en varias noches pude dormir plácidamente.
– Buenas noches hijo – suspiro mientras recordaba a su difunta esposa
– creo que ya ha empezado – murmuró
– después de todo algo tenias que sacar de tu madre