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¿A cuánto juegas tú? por Ninat

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Notas del fanfic:

es kakashi x obito

Notas del capitulo:

Hola a todos, reciban un gran saludo de nuestra parte aoi-nicol y Ana-naru, estamos iniciando un nuevo proyecto y espero que sea de su agrado, sin más les presentamos el primer fic de Kakashi x Obito, donde trabajamos juntas, esperamos su comentarios, y que se diviertan :)

 

-¡aaaAAAHH!-bostezo el pelinegro, sus ojitos negros se cerraron mientras el uchiha se los frotaba, el sueño aun no se le quitaba, ayer estaba tan cansado que su cabeza cayo rendida contra la almohada y sin remedio trato de dormir el poco tiempo que le quedaba, ahora maldecía a su jefe de la división uchiha, ¡ni una puta hora pudo dormir!

-…idiota…-murmuro con desdén mientras veía sus ojeras, había decidido mojarse la cara, no era bueno ir con ese aspecto tan lúgubre al trabajo, se vistió y cambio adecuadamente, desayuno apenas un café y un pan, sus pasos eran los únicos que se oían en el departamento, ya era costumbre sentir esa soledad a su lado, había aprendido a vivir con ella, antes de salir hecho un vistazo a la sala, no había olvidado nada.

El frio de las calles le traspasaba la piel, un ligero temblor  le recorrió el cuerpo, se aproximaba el invierno,  desvió su vista a las casas a su alrededor, unas cuantas ya tenían los típicos arreglos navideños en las puertecillas y ventanas, se froto las manos  en un intento de proporcionarse  calor, su vida por ahora era ordinaria, las cosas se repetían y por ello su actitud había cambiado, se estaba volviendo un poco aburrido, sus cejas se fruncieron ante ese pensamiento, pero era verdad, había tenido que ponerse seriecito desde hace largo rato, los años parecían decirle que tenía que madurar y así lo hizo, o mejor dicho así lo intento, no se tenía que dejar todas las costumbres de lado,  aunque había sido notable el cambio de una de ellas, el desde chico siempre llego tarde a todo, lo evidenciaba siempre que caía de los arboles en su fallido intento de llegar con las justas a sus citas, sonrió con añoranza en ese momento, hace unos cuantos años había cambiado eso, ahora era puntual y en la mayoría de ocasiones trataba de levantarse temprano para no ir tarde a donde le llamaran, en su término laboral estaba casi o medianamente feliz, en un par de meses con mucho esmero y estudio lograría ascender de puesto, solo esperaba aprobar todos los exámenes, a lo lejos vislumbro las puertas de la elite uchiha, el símbolo de su clan se levantaba orgullosamente en lo alto, lo miro por leve rato, su linaje mismo era el de un luchador…, hizo un suave movimiento con los labios, eso era mucha responsabilidad, varios se tomaban muy a pecho su apellido, los uchiha eran vanagloriados, a el no le gustaba eso, se conformaba con que lo apreciaran y punto, sentirse lo más de lo mejor no era su estilo, se podía autoproclamar sencillo…pero…, las cosas no eran así, al tratar de cambiar y madurar muchas cosas dejaron de ser lo mismo, no solo sus sentimientos sino también sus pensamientos y sus virtudes,  pero la cosa no se quedaba ahí, con el tiempo se había agraciado y el cisne dormido que tenía en su interior despertó, vaya …eso fue lo peor de madurar, una persona normal pensaría que el hecho de ser alguien atractivo era bueno, el no decía lo mismo, desde que las hormonas le hicieron efecto en el cuerpo todo  dio un giro de 360 grados y el, si…el, que antes no era apetecible para ninguna damita ahora, ahora era deseado y venerado, ¡si, lo que ustedes oyen!, v-e-n-e-r-a-d-o, muchas de sus antiguas compañeras se le empezaron a proponer cosa que le fue de mal gusto al uchiha, aun se sentía mal por ellas…pero eso hubiera sido peor para él,  varios años anduvo enamorado como bobo de rin, ¡ja, ella ni siquiera le podía regresar la mirada!, y ahora todo estaba de cabeza, sus antiguas compañeras kunoichis que antes lo llamaban llorica y nena o simplemente pensaban que él era poca cosa ahora solo suspiraban ante su presencia, eso fue lo que más le fastidio y la razón obvia del rechazo de obito hacia ellas, era imperdonable, le habían matado en el orgullo, fue caminando lentamente, hoy no quería ir a trabajar, pero como suelen decir, trabajo es trabajo.

Se quedo meditando varias cosas, hablando de rin…, no la había visto en varios meses, ¿cuántos serian?, ¿3..4 o tal vez 6?, las  cosas se habían puesto densas desde que salieron de la división chunin, la medico ninja decidió especializarse con Tsunade, kakashi por otro lado pertenecía a la división anbu de tiempo completo, ahora le tenía envidia, mientras su vida se había vuelto aburrida y ordinaria seguramente la del hatake estaba repleta de acción, necesitaba de un incentivo para seguir viviendo, algo que le encendiera como fuego, varias veces pensó en ir a pedir una misión a Minato pero se abstuvo de eso por el hecho de que si lo hacía también irían kakashi y rin, no era como si no quisiera verles, lo que pasaba es que…se sentía incomodo, no con rin claro está, sino con kakashi, la lucha contra el hatake provenía desde  tiempos inmemorables o desde que el tenia su bendita memoria.

Pero lo más incomodo de eso era que siempre entre sus peleas había algo, algo muy curioso que hacía sentir angustiado al pelinegro, como si entre sus palabras escondieran algo, como…un secreto, kakashi se había vuelto su mal de hígado, incurable para su pesar, siempre que divagaba sus pensamientos  llegaban al hatake y para su pobre mente eso no era nada bueno, kakashi debía ser nombrado enfermedad, su enfermedad, no entendía porque siempre que pensaba en el peli plata el estomago se le revolvía, las piernas le temblaban e innecesariamente empezaba a sudar, sus pupilas se dilataban y hacia lo posible para meter la cabeza donde más fuera seguro, debía admitirlo, hace algunos años ese síndrome se le presentaba.

 Muchas veces se tuvo que rehusar a cumplir misiones por ello, y vaya que se maldecía, todo empezó un día normal como cualquiera, sus ojos negros cual noche oscura se encontraron de manera intensa con los grisáceos cual nubla, pasaron apenas 10 segundos en los cuales se le fue toda la maldita existencia…, kakashi fue el primero en esquivar la mirada, al hacerlo obito enrojeció mágicamente  y de golpe se pudo oír como el uchiha caía al piso, inconsciente.

Ese había sido el peor episodio de su vida, se sentía tan avergonzado por ello, había oído muchas veces que kakashi podía derretir con una mirada, nunca pensó que fuera verdad hasta ese fatídico día, aun no podía creer que se haya desmayado, y lo peor…a los pies de kakashi, literalmente.

Cuando el estomago le empezó a revolotear simplemente lo ignoro, mal de alimentos se dijo en silencio, al entrar a la comisario lo último que esperaba era…

-¡¡obito-kun!!-

-¡¡¿¿pero qué…??!!...¡¡shisui!!-chillo cuando el otro pelinegro le practico el salto del tigre, se le había guindado como mono y el no podía hacer absolutamente nada, los brazos de shisui rodeaban su cuello, había enredado sus piernas alrededor de la cadera de obito  sujetándose con fuerza.

¡Demonios si su jefe le veía!, ni si quiera quería pensarlo, ahora era cuando su actitud cambiaba totalmente, él , que usualmente hubiera reaccionado de modo infantil esta vez no lo hizo, cuando estaba con personas serias él era el payaso, pero cuando estaba con un payaso él era el serio, completamente contradictorio.

-¡teme!, ¡¿Qué pretendes?!-dijo aun a marcándole, las manos de obito estaban en la cintura de shisui tratando de no caerse los dos al piso, se tambaleaban tremendamente, obito sufría por su espalda, ¡se la quebraría!, pensó mientras unas suaves gotitas se formaban en sus ojos.

-¡¡¡PESAS!!!- aun no lograba entender como Itachi le soportaba.

-¡¡obi-sama!!-dijo alegre su compañero, parecía no ver el mal que le causaba al contrario, se tambalearon tanto que al poco rato simplemente terminaron fuera de las puertas cayendo al piso.

-¡¡¡aaaAAAaaahh!!-grito mientras sentía el dolor, estaba seguro de oír un crack, shisui aun estaba sobre su cadera, varias personas que pasaban los veían como locos, obito se golpeo la cara con la palma de la mano, eso debía ser un broma, los otros miembros les rodearon, parecían un chiste andante, obito quiso empujar a shisui pero no tenía la fuerza suficiente para hacerlo, este parecía jovial y feliz, obito solo enrojeció por la vergüenza, sus compañeros reían al verles en semejante pose tan comprometedora, pervertidos, deseo decirles obito.

-quítate shisui…creo que me rompí algo-jadeo al sentir que el peso del otro le sacaba el aire.

-¡obito, no deberían jugar en público!-rio Takusa, Ayumi murmuro algo con lo cual todos respondieron con una sonora carcajada.

-¡a callar idiotas no les incumbe!-amenazo.

-¿A qué idiotas, uchiha obito?-dijo la espectral voz de Madara, todos se pusieron de piedra, parecían gárgolas momificadas, shisui se fue para atrás de golpe, obito trato de pararse aun nervioso, ¡mierda!

-¡jefe…lo que pasa es que…!-trato de excusarse.

-¡creo que es muy obvio que se estuvo haciendo el payaso enfrente de sus compañeros!-reto con severidad el mayor.

-¡pero…!-

-¡sin peros, usted no es un niño!, dígame, ¿acaso debería pensar que esto es un accidente?-obito miro de reojo a shisui, al ser nuevo el no se media, agacho la cabeza con resignación, no sería bueno para shisui iniciar los primeros días de su trabajo con una falta.

-si…tiene razón fue mi culpa, disculpe yo…-

-ya debería entender que con esto usted se ha ganado más trabajo…-camino cerca de obito, este levanto la mirada y se sereno, sus ojos se encontraron fríamente con los de Madara sin ningún miedo, algunos hubiera considerado ese acto como una falta de respeto, obito era el único que podía sostenerle la mirada a Madara,  no tenía que estar tan sumiso ante él, debía admitir que ante Madara no soportaba estar quieto, el sabia como responder ante los cuestionamientos fieros del otro uchiha y eso era algo que los otros no entendía.

-así es…-acepto levantando los hombros con desinterés.

-bien-dijo con cansancio Madara, regreso su mirada a los otros-¡a trabajar no se queden ahí parados!-los muchachos se miraron y  apresurados se dispersaron a sus actividades.

Cuando los dos estaban solos obito simplemente se metió las manos en los bolsillo y paso cerca del otro.

-espero que no me colmes la paciencia obito-advirtió.

-no te jodo, por ende tu tampoco debes hacerlo …tío-obito sonrió petulante, Madara le regreso la mirada molesto.

-te lo dije, un acto mas y te suspendo de tus pruebas-obito rechino los dientes.

-¡pero te juro que no hice nada!-chillo en su defensa mientras hacía pucheros.

-sigues siendo un crio-Madara le dio un suave pellizco en la mejilla, obito gimoteo, Madara se fue con su pose intimidante, una delicada sonrisa se coloco en los labios del menor.

-¡ve a trabajar!-

-¡adiós tío!-este hizo un ademan con la mano y desapareció.

Entro a la jefatura y se puso a hacer sus trámites, varios de sus compañeros se acercaron a su puesto.

Obito ni les vio por estar concentrado en su papeleo.

-obito…-

-……………-

-obito…..-

-……………..-seguía anotando y subrayando algunos datos.

 -obito…, OBITO….-se aclaro la garganta shisui que estaba también allí.

-………………..¿mmnn?-musito sin regresar a ver.

-¡OBITO UCHIHA!-grito Takusa que coloco sus labios muy cerca del oído del menor y grito con fuerza.

-¡aaahhhhhh, malditos idiotas no hagan eso!-casi se cae de la silla por el susto, se tocaba su oído, esos tres querían matarlo.

-vaaa…tu eres el teme-dijo Ayumi mientras se cruzaba de brazos.

Shisui levanto una ceja mientras veía a Takusa.

-¿Qué?-dijo con inocencia el otro.

-¿eso era necesario?-dijo shisui serio.

-¡es que no reaccionaba!, ¿Qué querías, eso o un bat en la cabeza?-le dio su segunda opción. Obito se frotaba las sienes.

-¿Qué quieren?-Shisui sonríe mientras se apoyaba en la mesa.

-vinimos a ayudarte y por cierto gracias por lo de esta mañana-obito sonrió.

-no te preocupes, no es nada-

-bueno, pásanos algunos informes, si lo hacemos entre cuatro será más rápido-todos sacaron sus bolígrafos, Takusa se puso su lentes y se colocaron alrededor de obito.

-haber ese…que está ahí..-reviso algunas carpetas.

-¡no, era el otro!-señalo Ayumi.

-¿Cuál?-cuestiono obito mientras trataba de ordenar la pila de carpetas que se amontonaban a su alrededor.

-¡ese de ahí, la carpeta numero tres!-se la paso y comenzaron con el trabajo, esa tarde había sido mejor de lo que pensó, gracias a los bakas  de sus amigos termino rápido, se distrajo por un momento y al caer la noche los cuatro salieron a beber algo, comieron un poco, el fin de semana iniciaba y los otros  ya tenían planes, Takusa y Ayumi tenían planeado ir a un campamento el sábado, shisui estaría en la casa de Itachi y el…bueno el no tenía planes aun.

Se quedo pensándolo, tal vez podría colarse con Takusa y Ayumi, no, aun andaba cansado por la desvelada que tuvo que pasar, al terminar de comer cada uno se fue a su casa, se despidieron y partieron a diferentes lados.

Obito miraba sus pies distraídamente, logro ver por el rabillo del ojo a una silueta que se le hacía familiar, al levantar la vista la encontró, rin.

Se aproximo a ella a paso veloz, se coloco su lado y le toco el hombro.

-hola rin-ella le regreso la mirada un poco exaltada y sorprendida, pasados unos segundos la kunoichi enrojeció levemente sin que obito lo notara.

-¡hola obito!, hace mucho que no te veo, ¿Cómo estás?-ambos empezaron a caminar juntos.

-bien, ya sabes, un poco ocupado con el trabajo-

-ya veo…-rin miraba los caminos por los que iban.

-¿me acompañas a casa?-pidió rin con gentileza.

-¡por supuesto!-dijo un poco entusiasmado obito, la peli castaña sonrió, podía verse algo en sus ojos que había cambiado,  obito tenía la mirada enfrente, cuando era un niño sus sentimientos por rin fueron muy fuertes pero al pasar de los años se dio cuenta de que eso no era correspondido, no tenia caso intentar nada, aparte cuando dejo a un lado sus sentimientos por rin pudo preocuparse en sus cosas, sus aficiones y su adorado estudio, tuvo tantas buenas experiencias después de ello, había aprendido a ver a rin como una amiga, como ella quería o eso era lo que esperaba.

En ese momento tuvo una idea, invitarla a salir no estaría mal, podía pasar un rato ameno y aparte estar al tanto de las cosas que pasaban, rin era muy actual en todo lo que pasaba al contrario de él que por ahora parecía estar en otro mundo.

Al poco rato llegaron a la casa de la castaña, obito tomo un poco de fuerza y le pregunto.

-oye rin, como mañana no hay nada que hacer pues...¿quisieras salir conmigo?-la primera idea de la castaña fue una cita aunque esa no fue al idea que obito quería dar, parecía nerviosa ante ese pensamiento.

-lo…siento-obito parecía entender aun así no pudo evitar mostrar una cara de decepción.

-no te preocupes…bueno creo que yo ya me debo ir-se dio media vuelta pero en ese momento la mano de la castaña tomo la suya.

-no, es que realmente lo lamento, mañana tengo que ir al hospital a hacer unas operaciones, discúlpame-obito le acaricio los cabellos.

-no te preocupes lo entiendo-sonrío con ternura acto con lo cual la kunoichi solo pudo enrojecer, ¿desde cuándo obito era tan dulce y atractivo? Se perdió en ese pensamiento.

-¡bueno, entonces nos vemos otro día, suerte con tu trabajo!-le dio un suave abrazo y se fue.

Rin no  le pudo ver la cara, obito apretó sus labios, sus ojos miraban apacibles la suave caída de la nieve sobre su cabeza, ojala tuviera alguien con quien entretenerse, no tener con quien estar lo tenía un poco deprimido, solo quería una buena charla y un café caliente, ¿era mucho pedir?, suspiro mientras cerraba los ojos.

 

 

 


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