-¿Qué haces aquí?-dijo el joven genio en un bostezo mientras agitaba una mano por sus ojos-¿Acaso sabes qué hora es Morgan?
-Ya es de mañana Reid-dijo el moreno serio-Vine a disculparme contigo dando la cara.
-¿Pero cuál era la necesidad de venir a las 6 de la mañana?-comentó agotado el menor-Además, ya escuché los mensajes de ayer.
-Lo siento Reid- dijo Morgan tras mirar al genio -Por todo, de verdad. Y por esa misma razón…-el mayor de los dos agentes tomó aire, y el genio lo miró a los ojos -creo que deberíamos dejarlo-tras decir esto, Reid se sintió confuso, sentía que era una broma, y Morgan tuvo que desviar la mirada por un momento-Creo que es lo mejor, te he hecho demasiado daño, y no siento ser capaz de protegerte.
-¿Es que de verdad no me quieres?-preguntó Reid un poco extrañado, no le creía al moreno, no quería creerle. Bajo la mirada tratando de analizar las cosas y arreglar aquel rompecabezas dentro de él.
-Reid, eso no es verdad-contestó Morgan con tristeza en el rostro.
-¿Qué no comúnmente se lucha por la persona que quieres?-dijo Reid levantando la mirada.
-El problema es que yo no sé luchar-gruñó frustrado el mayor-Jamás tuve que hacerlo, así que no se cómo pelear por ti.
-Solo hazlo y ya-gimoteó Reid -¿Por qué no solo lo haces? ¿O por qué no solo lo olvidamos? Hay que olvidar todo lo que pasó.
-Sí Reid, podemos hacer eso-dijo serio- Pero, ¿quién nos asegura que no volverá a ocurrir? ¿Quién dice que ya no saldrás lastimado por mi culpa?
-Ahora solo das escusas-rió el joven genio con tristeza-De verdad quieres terminar con todo esto, ¿verdad?
-Lo siento, Reid-dijo el moreno-Perdóname por todo.
Tras decir esto, Morgan trató de acariciar la cabeza de Reid pero se detuvo antes de que su mano se elevara un poco. Se dio vuelta con la cabeza gacha y se dirigió hacia la salida del edificio, dejando al castaño despedazado en el umbral de la puerta.
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Reid llegó a las instalaciones de la BAU, con la mente más despejada pero con cara de póker, no quería hablar con nadie, sin embargo debía asistir al trabajo. Desde lo que ocurrió en el metro y el asunto del asesino, prefería llegar en camión aunque fuera más caro y más tardado. Sabía que tendría que ver a su ahora ex novio puesto que trabajaban en la misma unidad, pero no le importaba, aparentaría tranquilidad, y lo superaría algún día (sí claro, llevaba intentándolo por al menos 8 años). La noche pasada había olvidado ir a con su jefe a la hora que éste le pidió reunirse con él.
-Reid-le llamó el líder del equipo, sacando a Reid bruscamente de su mundo-¿puedes venir a la oficina conmigo por favor?
-C-claro-dijo Reid.
-Adelántate, ya voy, debo aclarar algunas cosas con Rossi-dijo el mayor dejando que Reid se retirara primero.
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Morgan se encontraba caminando por las calles, no sabía a dónde ir por el momento. Llegó al café donde había gritado sus sentimientos por Reid y se sentó en una de las mesas, en una mesa especial, en un rincón especial donde no había mucha gente. Había llamado a Rossi, le había comentado que se sentía incapaz de asistir al trabajo ese día, que se estaba muriendo, que se sentía mal. Rossi conocía todo sobre esa relación, y él mismo le había planteado la misma interrogante al agente: ¿Por qué simplemente no peleas?
-No sé cómo pelear Dave, no por la gente-decía el moreno mientras charlaba con el por teléfono.
-No es tan complicado Derek-insistió el agente mayor-Solo debes tener iniciativa y dar a entender que lo tuyo es tuyo, si no lo haces, cualquiera lo va a tratar de tomar. Guía tus celos de otra manera para que no los descargues sobre el chico, sino que los uses para protegerlo, apegarlo más a ti, evitar que se vaya.
-Creo que es un poco tarde Dave-sonrió con tristeza el agente-Lo terminamos todo esta mañana.
Silencio. Dave estaba cayado al otro lado de la línea, y Morgan no tenía prisa en que contestara.
-¿Y tú lo quieres?-preguntó finalmente el mayor de los agentes.
-Con toda mi alma-contestó el mayor con una leve sonrisa-Por eso no quiero lastimarlo.
-Si no quieres lastimarlo, demuéstrale que lo quieres-corroboró Rossi-Es la manera más fácil de hacer feliz a la persona querida, pero debes hacer que se entere por medio de hechos.
-Tienes razón Dave-Morgan se sentía iluminado por la sabiduría en ese momento, y sintió que todo iba a salir bien-Debo ir a buscarlo.
-Antes de irte-interrumpieron desde el otro lado de la línea-Ahora mismo está con Aaron, ¿por qué no lo vas a buscar ahí y cuando termine con Hotch conversas con él?
-Me tengo que ir-dijo apresurado el moreno-La BAU no queda nada cerca-diciendo esto, colgó y salió corriendo en dirección a la BAU.
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Estando en la oficina de su jefe, Reid no tenía a dónde mirar. No tenía muchas cosas, y esto provocaba que todo se viera más iluminado. No podía dejar de pensar en las palabras de Morgan, y en la posibilidad de dejar de pensar en él. Tal vez ya era momento, pero simplemente se le complicaba, no era fácil. La sonrisa del moreno lo acosaba mentalmente y lo torturaba poco a poco.
-Lamento la tardanza-dijo Hotch entrando a su oficina, sacando al castaño de sus pensamientos-¿Has esperado mucho?
-Para nada-comentó Reid-Lamento no haber venido ayer, estaba algo… indispuesto.
-¿Pelearon Morgan y tú?-preguntó su jefe mirando al chico seriamente con ojos paternales. Reid levantó la mirada sorprendido ante la iniciativa de su jefe.
-¿Cómo…?-tartamudeó el más joven.
-Los vi pelear ayer en la escena Reid-dijo aun mirándolo fijamente-Al parecer se calentaron las cosas, Morgan no pensó lo que decía.
-Solo fue una discusión casual-Reid recordó entonces que las relaciones estaban prohibidas en la unidad, aunque la suya hubiese terminado tendría una reprimenda.
-Por dios Reid-dijo agotado el mayor-No nos creas tan tontos. Hacemos perfiles cada día en este trabajo, sacamos conclusiones de simples acciones como un gesto o una mirada sin siquiera pensárnoslo mucho. Sabemos lo que hay entre ustedes-Reid lo miró con los ojos abiertos de par en par y con los labios cerrados con fuerza.
-¿Desde cuándo…?
-Desde siempre Reid-dijo el jefe mientras separaba un poco su manos en muestra de sorpresa-Siempre ha sido evidente que se quieren, y no estamos en contra de eso.
-Pero las reglas…
-Reid-el agente se acercó peligrosamente al muchacho para mostrar autoridad-Esas cosas se resuelven hablando, además dudo que hubiera un problema si evitan distraerse del trabajo a pesar de tener una relación.
-Pues ya no será problema, creo-dijo con una leve sonrisa triste el genio-Hoy por la mañana Morgan ha ido a mi apartamento y ha terminado conmigo-el mayor lo miró dudoso, y al mismo tiempo parecía esperar algo.
-Pues entonces creo que no puedo penalizar tu falta de ayer-dijo su jefe poniéndose de pie, seguido por Reid que se levantó de prisa-Al parecer estabas indispuesto, así que solo te daré unas horas de vigilancia extra por aquello, no serán muchas debido a que los necesito a todos por aquí.
-De acuerdo, gracias Hotch-dijo amable el muchacho para disponerse a salir, pero entonces Hotch sintió vibrar su móvil, la señal, pensó el mayor.
-Reid-dijo serio, cuando el muchacho volteó fue tomado por el brazo y acorralado tras el escritorio-Quiero aclarar que solo trato de hacer algo bueno por ti-y diciendo esto, el pelinegro unió sus dudosos labios con los de Reid, espantándolo bastante. Era un poco salvaje, Hotch iba en serio. Reid gemía un poco por el disgusto, trataba de alejarse como no lo hizo con Jones, pero no podía, su jefe era fuerte y lo estaba tomando por ambos brazos. Hotch pasó de sus labios a su cuello, lamiendo levemente y con gran duda entre movimiento y movimiento, pero eso no evitaba pero de cierto modo fuera algo ágil.
-Hotch, ¿qué haces?-decía un Reid asustado, no entendía el comportamiento de su jefe, es decir, el tenía una novia muy guapa y la quería muchísimo, ¿por qué hacía todo aquello?-Hotch…para ya-estaba espantado, no quería seguir con todo ello, además las palabras de Hotch: “Quiero aclarar que solo trato de hacer algo bueno por ti”. No entendía cual era el propósito de todo aquello. De repente sintió como su jefe desabrochaba ágilmente los botones de su camisa y comenzaba a acariciar su torso, el joven genio no podía hacer más que apretar los ojos y los labios evitando sentir todo aquello, pues no era capaz de quitarse a aquel fuerte hombre de encima.
-Me temo que aun no puedo hacer eso-dijo para mirar al joven genio a los ojos, con mirada arrepentida de cierta forma, pero decidida. “¿Aun?” se preguntó Reid mentalmente. El genio en seguida sintió cómo su jefe ponía su mano sobre su miembro y lo miró con sorpresa-Lo siento mucho Reid, pero no será por mucho.
El genio sudaba, no sabía qué estaba ocurriendo estaba confundido y aterrado. “¿Por qué no correr?, recordó las palabras de Morgan en ese momento, “¿No era una opción factible Reid?”.
-¡Ya basta Hotch!-gimoteó tratando de zafarse-¡Déjame! Tanto tú como yo sabemos que no quieres hacer esto, ¿o sí?-Hotch no pareció haberlo escuchado, solo continuó.
Reid se sintió débil, débil por completo, incluso incapaz de escapar de aquello que lo atemorizaba o le hacía daño. Vio cómo su jefe se hincaba frente a él, y comenzó a pensar lo peor, el mayor se quedó ahí, como pensativo, mientras el chico cada vez se sentía más atemorizado, estaba paralizado por todo aquello. Logró darse cuenta que Hotch solo se quedó ahí, son hacer nada, es más, solo puso sus brazos sobre las rodillas, estando de cuclillas, como esperando que algo pasara.
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Derek había llegado por fin a la BAU y corría entre pasillos y pasillos, incluso prefirió usar las escaleras en lugar del ascensor, pues sentía que éste sería muy lento. Tenía que llegar a la oficina de su jefe antes de que Reid se fuera, así que al llegar al piso correspondiente, subió hasta la oficina de su jefe. Caminó con calma hacia ahí, tenía que saber si aun podía estar con su joven genio, lo quería con locura, y tal vez no había sido la mejor idea haber dicho todo por teléfono, debió hacerlo en persona, además de luchar por él, aunque no tuviera ni la menor idea de cómo hacerlo. Llegó al frente de la oficina de su jefe, la puerta estaba cerrada, así que se decidió a abrirla, pero lo paralizó cierto sonido que provenía dentro de la habitación: era Reid. Pero no sonaba como si estuviese bien, sonaba extraño, algo raro ocurría dentro d esa oficina, algo que…
-¡Ya basta Hotch! ¡Déjame! Tanto tú como yo sabemos que no quieres hacer esto, ¿o sí?
Esto sofocó al moreno, que se encontraba paralizado frente a la puerta, ¿qué rayos estaba haciendo Hotch con el chico? Lo que fuese no le dio buena espina a Morgan, que no hizo más que abrir la puerta de la oficina para ver lo que ocurría y le sorprendió lo que encontró, lo sorprendió de muerte: Hotch, en cuclillas frente a su castaño, SU Reid, y el chico con la cara sonrojada e incómoda, pero ¿por qué no peleaba? Morgan estuvo a punto de caminar hacia atrás, a punto de irse con rostro afligido.
-¿Q-qué te pasa Hotch?-escuchó que decía el genio con cierto disgusto-No es por molestar ni nada de eso, pero esto está completamente mal-esto último lo dijo elevando la voz un poco y cerrando los ojos, con miedo a que los ojos de su jefe lo ajusticiaran, pero había algo que debía decir-¡T-tú estás con Beth! Deja de hacer esto, además…además, sabes que yo quiero a Derek, y que no estoy de acuerdo con esto.
Eso le bastó al moreno, quien tomó aire y entró de golpe a la oficina de su jefe, avanzó hasta este, lo tomó de un hombro y lo lanzó hacia atrás, provocando que se golpeara la cabeza con una pequeña mesa que estaba a corta distancia del escritorio. El joven genio no lograba asimilar lo que estaba ocurriendo, era Morgan, estaba ahí, y había estado detrás de la puerta desde sabe Dios cuando, este pensamiento hizo que se sonrojara bastante.
-Mo-Mo-Mo-Morgan-dijo Reid tratando de detener al moreno que se notaba dispuesto a atacar al jefe, que se encontraba sentado en el suelo con la cabeza adolorida y posiblemente sangrante.
El moreno miró a Reid unos instantes para luego tomarlo de la muñeca y llevárselo de la BAU, dejando al jefe donde estaba. Cuando los dos agentes salieron, otro de mayor edad entró en la habitación tras ver cómo se alejaban y le lanzó una bolsa de hielo a Hotch, que la recibió de mala gana.
-¿Y bien?-preguntó Rossi expectante y tranquilo al igual que Hotch.
-¿De qué hablas?-gruñó el pelinegro mientras se colocaba el hielo en la cabeza.
-Por dios Aaron-dijo el mayor acercándose más-¿Se molestó mucho?
-No creo, creo que lo ayudó a dar un paso más-dijo Hotch mirando a su compañero a los ojos-Joder Dave-gruñó molesto-Para el próximo plan te toca a ti hacer de malo.
-Me debías un café, Aaron-rió el mayor tomando un sorbo al café que llevaba consigo y ver cómo el otro agente soltaba una pequeña risa-Para la próxima lo hago yo, lo prometo, aunque,-hizo una pausa antes de salir de la habitación-creo que no te vería tan satisfecho por haber sido de tanta ayuda, creo que ahora mismo ya te sientes mejor por ellos, hiciste algo bueno, orillaste a Derek a actuar, y es algo que te agradecerán ambos siempre-tras decir esto, el mayor de los agentes se retiró haciendo un ademán de despedida. Cuando Hotch se encontró solo, soltó una pequeña sonrisa complacida y se retiró a continuar con el papeleo.
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El camino transcurrió rápido, pronto llegaron a casa de Morgan, pero no hubo conversación, fue puro silencio de la BAU a su apartamento. Al llegar le dio el paso a Reid, quien entró un poco apenado, no sabía qué decir, y honestamente, esa era la situación del moreno también, quien entró después de él cerrando la puerta.
Reid se sentó en uno de los sofás y esperó hasta que Morgan tomara asiento también para comenzar a hablar.
-Lo… lo siento-tartamudeó el genio frente a la fija mirada de Morgan-Esta vez traté de moverme pero creo que me paralicé.
-No tienes que darme explicaciones Reid-dijo con una tierna sonrisa el mayor de los agentes.
-Es verdad-se entristeció Reid-Ya no tenemos nada, ¿cierto? Terminamos.
-Entonces volvamos-interrumpió Morgan, haciendo que Reid levantara la mirada para mirarlo-Pensaba que no podía protegerte, y por eso te dejé ir, no quería lastimarte más, pero ahora sé qué debo hacer-diciendo esto se acercó a robarle un beso largo y apasionado al genio que solo siguió aquello como podía-Spencer Reid, tú eres mi chico lindo, no dejaré que nadie te toque-diciendo esto volvió a atacar vorazmente los labios del más joven, que debido a la intensidad comenzaba a gemir y se separaba de repente para tomar aire y luego se volvían a unir sus labios, sus alientos, sus suspiros. Cada vez estaban más excitados y sus cuerpos pedían más; Morgan pasó de sus labios a su cuello, haciendo al genio suspirar con fuerza, se acercó a su oído-Tú eres mío.
Después de decir esto, tomó al chico y lo alzó cuan princesa, sorprendiendo un poco a Reid, a quien le sonrió alegre, siendo correspondido por el más joven con la tierna sonrisa de un niño.
-Pu-puedes bajarme Morgan-decía un tímido Reid, sonrojado y sin capacidad de hacer contacto visual-Puedo caminar.
-Pero así es más romántico, chico lindo-Morgan besó levemente su nariz y se encaminó a la habitación con el apenado chico en brazos.