Fue un movimiento tan veloz que el mayor tardó en reaccionar y solo se quedó pasmado, sin separar a su compañero. Reid sujetaba a Morgan de los brazos con dulzura, las manos le temblaban y sus ojos estaban cerrados con fuerza. El beso apenas fue un roce leve, era superficial, pero Morgan logró notar todos y cada uno de los sentimientos del joven genio. Reid se separó poco a poco de Morgan para luego mirarlo a los ojos.
-Creo que ahora lo sabes-dijo levemente el genio, pero parecía que Morgan no reaccionaba, tenía la mirada gacha y seguía sin poder pronunciar ninguna palabra.
-¿Alguien más lo sabe?-le preguntó levemente el agente.
-Creo que solo J.J. y García-dijo Reid ya estando un poco más alejado del moreno-Y creo que Emily también. ¿Y ahora qué me dices? ¿Sigues pensando lo mismo?-preguntó esperanzado, pero fingiendo templanza.
-Reid…-comenzó Morgan levantando la mirada, pero se sintió intimidado por la mirada del castaño y se mordió la lengua-Lo siento mucho…
Reid se sintió morir de repente, incluso sintió perder el equilibrio por unos instantes. Miraba a Morgan a los ojos, con tristeza, pero él ya sabía que era posible que pasara aquello, era la opción más fiable, siempre la había sido. Suspiró y bajo la mirada un poco aliviado por al fin poder decirle lo que sentía de una vez por todas, pero su corazón estaba hecho trisas. El moreno lograba ver en el rostro de su compañero un semblante suyo que jamás había visto. Lo miraba con tristeza sin poder decir nada más.
-Reid…-quiso seguir el moreno, pero resultó inoportunamente interrumpido.
-¡Ah! Aquí están-dijo el alguacil entrando en la sala-Los estuve buscando, hay nueva informa…-se quedó callado después de ver el rostro de ambos agentes, uno totalmente decaído y el otro también, pero molesto por la intromisión-Lo…siento, ¿llegué en mal momento?
-Para nada-dijo Reid, sonriendo un poco, lo que dejó un poco confundido a Morgan-Voy para allá, me adelanto, nos vemos.
Tras decir esto Reid salió casi corriendo de la habitación, tenía que llegar al baño para desahogarse a solas. Morgan lo vio marcharse con un nudo en el pecho, en el estómago y en la cabeza.
-¿Está el doctor bien?-preguntó a Morgan mirándolo confundido.
-No lo sé-fingió el moreno, molesto por las muchas interrupciones que había hecho el alguacil en tan pocos segundos-Creo que sí.
-Me alegro-dijo el alguacil con una sonrisa enamorada en el rostro mirando hacia la puerta. Morgan no se percató, solo comenzó a darse la vuelta para recoger sus cosas mientras se llevaba una mano a la cabeza en señal de cansancio. De pronto Morgan sintió como era jalado del cuello de su camiseta y era estrellado contra el pizarrón, borrando algunas de las cosas que había escrito Reid anteriormente. Se percató de que el alguacil estaba frente a él, que sus pupilas estaban dilatadas y su sonrisa había desaparecido-De verdad me alegro, porque, si me llegase a percatar de que, de algún modo le hace daño a esa hermosa criatura, no se lo perdonaría en la vida.
Morgan no podía zafarse del acorralamiento del alguacil, era sorprendentemente fuerte, pero más que nada, lo que más sorprendió al moreno fue el cómo había hablado de Reid. No pudo evitar sentirse molesto, pero aun con toda la adrenalina no podía zafarse. De repente Jones se fue quitando de encima casi de golpe, para después dirigir una limpia sonrisa a Morgan.
-Bien, ahora que ya hablamos,-dijo calmado-es hora de reunirnos con los demás, deben estar esperando. Ah, y agente Morgan-dijo tomando un abrigo que al parecer era de Reid-lo celo mucho. Ya sabe, por ser quien le quita el sueño al doctor.
-Se llama Reid-rugió molesto Morgan-Él es una persona no una profesión-tras decir esto, le arrebató el abrigo y se fue furioso, dejando al alguacil con ganas de ejecutarlo.
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-Spence-dijo J.J. al ver entrar el joven a donde estaban reunidos-¿Cómo es que apenas vas llegando? ¿Pasó algo?
-De hecho tengo que hablar contigo si no es mucha molestia, después de dar el perfil-dijo Spencer a su amiga, que lo miraba extrañado.
-Claro-dijo con curiosidad en el rostro, lo cual Reid notó y prefirió ignorar de momento-¿Porqué Morgan y tú no llegaron juntos?-el genio sintió palidecer de repente, lo que J.J. percibió al instante.
-¿El…ya está aquí?-preguntó, ¿cuánto había tardado en el baño desahogándose?
-Llegó hace unos minutos-dijo la agente-Está discutiendo lo que descubrieron con Hotch, hay marcas de lágrimas en tu cara.
-…-Reid comenzó a agitarse las mangas de la camisa en la cara, totalmente apenado.
-Así que lloraste-dijo J.J.-Déjate la cara, no tienes nada.-el genio lo miró indignado.
-Qué mala broma J.J.-dijo dispuesto a entrar, pero ella lo detuvo.
-¿Qué ocurrió Spence?-lo miró de manera maternal.
-Lo sabe-dijo simplemente, con cara afligida. La rubia abrió los ojos por la sorpresa. Reid hizo un leve movimiento de cabeza y se dispuso a entrar, esta vez la agente no lo detuvo, solo lo siguió con mirada triste.
-Estamos listos para dar el perfil-dijo Hotch entrando en la habitación al lado de Morgan. Cuando éste vio a Reid lo observó con detenimiento y tristeza. Cuando el genio se percató de que era observado, miró hacia donde estaba Morgan, quien no dejó de mirarlo. Reid bajo la mirada y se fue al otro lado de la habitación, perseguido por la mirada del moreno.
-¿Entonces está listo el perfil?-dijo el genio llegando a donde su jefe estaba ordenando unos papeles.
-Así es, pero es uno temporal, pues aun no conocemos del todo al UNSUB-dijo el mayor para alzar la mirada hacia el castaño-Reid, ¿has estado llorando?
-Ya caí en esa broma Hotch-dijo ofendido el genio, pero se sobresaltó al sentir como su jefe había comenzado a frotar levemente su mejilla con el pulgar, mientras éste observaba el objetivo. Reid no podía reaccionar, eso no era digno de su jefe.
-Tenías una leve marca seca en el rostro-dijo Hotch cuando por fin separó su mano de la mejilla de Reid, quien seguía petrificado.- ¡Atención! Les daremos el perfil de una vez.
Los oficiales de policía comenzaron a juntarse mientras charlaban entre ellos. Todos los miembros del equipo se fueron acercando a donde estaban Reid y Hotch. Cuando Morgan pasó por enfrente de Reid, éste último desvió la mirada, por lo que el moreno trató de buscar su mirada y atención.
-Oye-dijo el agente sin respuesta-Reid.-al escuchar su nombre el castaño volvió sus ojos a su compañero, que lo observaba con una mirada entre seria, fría, pero también preocupada por el chico-Dime, ¿ahora será así todo el tiempo?
-¿Así cómo?-preguntó ingenuo el chico, ante lo cual Morgan reaccionó un poco iracundo.
-¿Vas e estar ignorándome desde ahora?-dijo Morgan obligando con la mirada al chico para que lo observara-Dime, ¿vas a estar así? Porque si así es, lo mejor será ponernos a pensar que no pasó nada, olvidarnos de todo lo que no queramos recordar, para así seguir como estábamos. Solo olvídalo, ¿quieres? Nada pasó.
Al decir estas cosas el agente comenzó a alzar la voz sin darse cuenta, no lo suficiente para que los policías presentes en la sala lo escucharan, pero sus compañeros se percataron y los miraron un poco espantados e intrigados sobre lo que ocurría. Reid sentía que las lágrimas volverían, ¿quién dijo que él quería olvidar el beso? Fue lo mejor que le había pasado nunca, fue el momento más feliz de su vida, y ahora la persona que más quería le decía, casi obligándolo, a olvidar todo y seguir como si nada. Tras haber hablado, Derek se retiró al otro lado de la habitación donde se encontraban Rossi y J.J. Reid solo se quedó callado, serio, parecía un cuerpo inhabitado, un cascarón. Alex se había acercado a él tras temer que el chico pudiera colapsar, pero no pasó, solo se quedó de pie sin hablar ni mirar a nadie.
-Debemos comenzar-dijo Hotch al resto del equipo, pero viendo fijamente a Reid.-Nuestro UNSUB-comenzó levantando la voz, sacando un poco a Reid de su profundo transe-Es un hombre blanco de entre 30 y 35 años, habita en Virginia, pero es posible que tenga trabajo fuera, razón que lo lleva a tomar el tren.
-La victimología es variada, no parece haber ningún patrón fuera del MO-secundó J.J. a su líder- Había mujeres y hombres, eran morenos, rubios, e incluso se incluye a una mujer de raza asiática entre las víctimas más recientes.
-Se podría decir que debido a la agresividad de los asesinatos y los mensajes, el sujeto conocía de forma personal a las víctimas-comentó Morgan-Y se considera que los encuentra en el metro.
Los métodos que utiliza para ganar la confianza de las víctimas aún no los conocemos,-continuó Rossi-pero deben ser buenos considerando que lo llevaron hasta sus casas de retiro. Posiblemente formaron fuertes lazos de amistad.
Todos volvieron la vista hacia Reid que parecía ajeno al caso, no prestaba atención en nada, lo que hizo que los demás intercambiaran miradas.
-En cuanto al perfil geográfico,-comenzó Blake rescatando a su compañero-todos los sujetos trabajaban en su mayoría en Nueva York, los demás tomaban la misma línea de metro, así que consideramos poner vigilancia en esos lugares.
-Es un sádico que disfruta de ver sufrir a las personas con las que se relaciona-concluyó Hotch-Así que si durante la vigilancia alguien se acerca a interactuar con ustedes, tomen sus datos completos, no podemos descartar a nadie. Gracias.
En cuanto Hotch dijo esto, no solo los oficiales salieron volando de la sala, sino también Morgan, no quería seguir ahí. Al verlo salir tan apresurado, Hotch le llamó.
-Morgan, me gustaría verte en mi oficina en 20 minutos, no tardes-tras escuchar esto el moreno asintió y salió de la sala por completo. Reid no se había dado cuenta de nada, ni de la descripción del perfil ni de la actitud de su querido agente.
Reid lo vio salir por la puerta a toda velocidad y a Rossi tras de él.
-¿Estás bien Reid?-le preguntó Blake tomándolo del brazo. El menor solo asintió un poco para después despedirse e irse a casa.
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-Así que aquí vienes a desahogar tus problemas-comentó Rossi acercándose a la barra del bar donde se encontraba cierto moreno tomando su décima copa, ya se sentía mareado. No estaba rodeado por chicas, las había estado mandando al diablo durante todo el rato, no quería tenerlas cerca en ese momento.
-¿Se puede saber qué quieres Dave?-dijo brusco el agente mientras se terminaba la copa que tenía en la mano.
-¿Por qué trataste así a Reid hace unos momentos?-típico de Dave, siempre tan directo. Esta pregunta hizo que Morgan pidiera otra copa más-Tu siempre lo has tratado tan bien, ¿qué pasó esta vez?
-Es todo culpa tuya-dijo en un tono típico de un borracho a punto de desmayarse-Tuya y de tu ideología retorcida. ¿De dónde sacaste que los agentes no podían tener una relación en la agencia?
-Ya lo hemos hablado Morgan-dijo en tono paternal el mayor-Esa regla se creó para que todos estuviesen concentrados al 100% en el trabajo.
-Por culpa tuya y de esa maldita regla, le rompí el corazón a la persona que más quiero-admitió el muy borracho agente. Rossi sabía que se encontraba en un estado en el que no recordaría nada al día siguiente.
-No fue la regla, fue el modo en que lo rechazaste-regañó Dave.
-¡No tenía que haberlo rechazado diablos!-gruñó Morgan, para después fijar su atención en el vaso que tenía en sus manos. Rossi lo veía con lástima y pena.-A veces, me dan ganas de dejarlo todo, para por fin poder hacerlo feliz.
-Nos vamos-dijo de repente Dave, ante lo cual el borracho agente lo miró extrañado.
-¿A dónde?-dijo el moreno.
-A buscarte asilo-comentó Dave caminando hacia la puerta, con Morgan siguiéndole el paso como podía.
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Reid se encontraba leyendo pacíficamente en la sala de su apartamento, pero no había pasado de página desde que había llegado a casa, no podía concentrarse para nada, su cabeza no reaccionaba en lo absoluto. Las luces tintineaban así que decidió apagar la luz y ver alguna película en la televisión. Le gustaba ver películas de Charlie Chaplin desde que Gideon se las mostró con detenimiento, desde entonces era un pasatiempo más. Puso play y comenzó a reírse en ese mismo instante, no era una risa sonora, sino leve. De repente escuchó cómo alguien golpeaba la puerta del departamento, lo que le pareció muy misterioso, pues no esperaba visitas, y nadie solía visitarle sin avisar. Caminó hacia la puerta con sigilo y vio por la mirilla a cierto agente moreno, vestido con ropa diferente a la que le había visto en la agencia aquel día. Dudo por un instante el abrir la puerta, hasta que escuchó que Morgan le hablaba.
-Reid-gritó-Sé que estás al otro lado. Dave me dejó votado aquí, ¿me das asilo?
A Reid se le figuró tanto como un gatito huérfano bajo la lluvia que no pudo hacer otra cosa más que abrir. Al abrir la puerta, el cuerpo de Morgan se le vino encima por lo ebrio que se encontraba.
-Morgan-gimoteó Reid usando todas sus fuerzas para mantener a su compañero en pie-Apestas hombre, ¿cuánto has tomado? ¿Qué…?
No pudo terminar, puesto que Morgan comenzó a devorar sus labios, Reid estaba atrapado en un beso intenso que le evitaba respirar y que le provocaba lanzar uno que otro gemido. No solo no podía separarse del fuerte amarre del agente Morgan, sino que no quería, quería que continuara y que no terminara en la vida. Comenzó a dejarse llevar y se estremeció al sentir como Morgan jugaba con su lengua.
-Derek…-soltó apenas en un suspiro, antes de que el moreno lo atrapara de nuevo con sus labios. Morgan lo acorraló contra la pared para seguir con su labor.
Reid no podía negar que quería que continuara, pero se estremeció del susto al sentir cómo la mano de su compañero se posaba sobre su miembro. No pudo evitar soltar un gemido sonoro que le provocó un enrojecimiento en el rostro.
-Es una de las únicas veces que me has llamado por mi nombre, chico lindo-dijo el moreno tomando a Reid por la barbilla, obligándolo a mirarlo a los ojos, al mismo tiempo que utilizaba su otra mano para dar placer al chico, que temblaba por aquella sensación tan nueva y maravillosa para él-Vaya, qué sensible eres, apenas comencé a tocarte y ya tienes esa cara.
En efecto, Reid tenía cara suplica, de aquel que necesita más y más, pero no quería pedirlo, estaba demasiado avergonzado por su reacción. No se sentía listo para eso, además de que estaba dolido, y ahora confundido.
-Morgan…ya…-apenas suspiró las palabras, pero Morgan lo escuchó fuerte y claro, por lo que no se detuvo, sino que ágilmente abrió la bragueta del pantalón de Reid, comenzando a acariciar ágilmente su miembro erecto, causando un fuerte gemido por parte del castaño. Lo disfrutaba, se sentía muy bien para él, y no quería que Morgan se detuviera, pero se sentía muy avergonzado, esa situación no le gustaba. Su respiración esta entrecortada, y entre beso y beso soltaba un suspiro, un gemido, el nombre de su amado. Morgan seguía realizando su labor ágilmente, sin inmutarse, le gustaba ver como gemía su castaño.
-¡Ah! Ya… ¡Morgan! Deja… ¡me!-esta vez fue más audible el gemido, pero Morgan lo ahogó, besando con intensidad al genio. Durante el beso Reid soltaba pequeños gemidos y gritillos, hasta que llegó un suspiro ahogado y prolongado, terminando finalmente con todo aquel éxtasis, lo que hizo que Morgan rompiera el beso para mirarle el rostro: se veía realmente hermoso en su opinión. No pudo contener una sonrisa tras escuchar el jadeo incesante del muchacho que lo miraba con una mezcla extensa de varios sentimientos.
-Considérate violado, chico lindo-rió el agente para después ir hacia el sofá y quedarse completamente dormido por el gran nivel de alcohol que llevaba encima. Reid, que seguía apoyado en la pared, fue resbalando por esta hasta quedar sentado en el suelo, con la misma expresión de sorpresa que durante el primer instante de toda aquella locura.
No podía creer nada de lo que había ocurrido: acababa de ser “violado” por la persona que más amaba, quien hacía menos de 8 horas lo había rechazado, y que ahora dormía en su sofá.