Kaito comenzaba a ponerse ansioso, Gackupo pronto tendría que regresar, el tiempo del intercambio llegaba a su final, ambos lo sabían pero ninguno decía nada, evitaban ese tema a toda costa, Gackupo se mostraba tenso, debía hablar con su novio respecto a la fecha que se acercaba.
-Kaito, necesitamos hablar.
-¿Sobre?
-Sabes bien sobre qué.
-Gackupo disfrutemos del tiempo que estemos juntos.
-Ven conmigo a Inglaterra- Kaito lo miró sorprendido.
-¿Qué?
-Sé que es egoísta pero te amo, no quiero imaginar el estar sin ti- Kaito estaba asombrado, no se esperaba eso, no sabía qué decir o cómo actuar. –Prométeme que lo pensaras, ¿si?
Kaito le miró, se dio cuenta de la desesperación en su mirada y terminó por asentir, Gackupo sonrió y le besó.
Los días pasaban y la fecha de partida se acercaba, Gackupo se estaba poniendo ansioso por no obtener respuesta, sus esperanzas se vinieron al suelo cuando solo faltaban dos días.
-¿Qué pasa?- le preguntó Kaito al verlo tan abatido y mirando a la nada.
-Nada, solo imagino como será regresar a casa- Kaito se tensó, aún no le había dado una respuesta.
-Gackupo, yo…- el otro le miró de reojo –. No puedo ir contigo, mi familia, la escuela, todo lo que conozco está aquí.
-Ya lo sabía- habló parcamente, Kaito le miró sorprendido.
-¿Cómo?
-Siempre evades las cosas que te incomodan o cuando sientes que le harás daño a alguien.
-¿Por qué no me dijiste nada? Yo estaba preocupado por cómo te lo diría, aún más, como reaccionarias y tú…
-Esperaba que tuvieras la decencia de decírmelo- se levantó molesto –Me voy.
-¿A dónde?
-Todavía no termino la maleta- fue todo lo que dijo y se alejó.
Kaito se sintió mal, su novio lo estaba dejando, no, él le había dejado primero, sus ojos se llenaron de lágrimas, sintió un vació en su pecho para después ser llenado por dolor, no aguanto más y se soltó a llorar.
Al día siguiente, las cosas no mejoraron, Gackupo llegó tarde por estar arreglando cosas de su viaje, los maestros les informaron a todos que aquel era el último día que el de largos cabellos estaba en la escuela, que le hicieran sentir bien y le dieran una cálida despedida, todos miraron a Kaito, ya que sabían que eran pareja, su mejor amigo se acercó a preguntarle.
-¿Estas bien?- Kaito se tragó el nudo en la garganta y negó bajando el rostro.
-Oh, Kaito- le iba a abrazar pero el de cabellos azules alzó la vista y miró a su novio, corrió a él y le abrazó.
-Pensé que no vendrías.
-¿Por qué no habría de venir?- le abrazó.
-Porque ayer estabas enojado- Gackupo suspiró.
-Tú mismo lo has dicho, estaba, ya no lo estoy, ven vamos a un lugar más tranquilo- Kaito se dejó guiar.
Llegaron hasta los jardines. El de largos cabellos fue el primero en hablar.
–Te voy a extrañar.
-Yo también, mucho- lo abrazó con fuerza.
-¿Pensaras en mí?
-Siempre- Gackupo sonrió -¿Mañana vendrás a la escuela o estarás muy ocupado preparando todo?
-Amor, me voy esta tarde- Kaito se separó y le miró sorprendido.
-¿Por qué no me dijiste nada?
-Unas horas más, unas horas menos, de todas formas me voy- aquellas palabra le dolieron pero eran verdad.
-¿Me escribirás?
-Sí, te escribiré, no lo dudes- Kaito le sonrió y asintió.
-Te voy a extrañar mucho- dijo con la voz quebrada.
-Yo también amor- dijo tristemente Gackupo, suspiró–. Am… Kaito debo irme-
-¿Tan pronto?- le miró sorprendido.
-Sí, lo siento ya son las cuatro de la tarde- Kaito le miró y asintió con lágrimas en los ojos, le abrazó con fuerza y le besó con desesperación. –Te amo, jamás lo olvides.
-Nunca- Gackupo le volvió a besar.
-Adios, amor mío, mi vida- Kaito no soportó más las lágrimas, aquellas palabras, no sonaban a un hasta luego, sino a una despedida definitiva.
El de largos cabellos besó sus mejillas su frente y por último sus labios, secó las lágrimas del más bajo, le sonrió tristemente y se alejó sin girarse en ningún momento. Kaito se dejó caer desolado, había perdido a su novio, a su todo, a su vida, se quedó ahí llorando hasta que sintió que alguien le cubría con una chamarra, se sobresaltó y se giró a ver al recién llegado, creyendo que se trataba de su novio, al ver que no era así, sus ojos nuevamente se llenaron de lágrimas, ahí se encontraba Len.
-Kaito, ya todos se han ido, vamos, te acompaño a tú casa- el de cabellos azules, intento levantarse pero estaba entumido, por lo que cayó. Len se acercó a él
-Vamos- le ayudó a pararse y se alejaron caminando lentamente.
&&&&&&&&&&&&&&&
Gackupo miraba a la nada por la ventana, su semblante estaba llenó de tristeza, había sido un tonto por haberle pedido eso a su amor, sólo le había causado dolor a su niño y a él, cerró los ojos dejando caer un par de lágrimas, nunca había imaginado sentir tanto dolor.
En cuanto el avión aterrizó, se dirigió a su departamento y se encerró para no salir en una semana.
&&&&&&&&&&&&&&&&&
Kaito intentaba mostrarse animado pero un aire de nostalgia, le rodeaba, siempre que lleva a casa abría su correo electrónico para encontrarse con un mail de su novio, eso lo llenaba de felicidad.
El tiempo paso, y las actividades de ambos se volvieron más demandantes, además adquirieron otras responsabilidades, los mensajes ya eran cada semana, para después pasara a cada algunos meses, pronto estos dejaron de llegar.
Una noche Kaito regresaba del trabajo, cuando recibió un correo, se sorprendió al ver de quién era, creía que se había olvidado de él, ansioso, lo abrió esperando unas palabras de amor, pero encontró un archivo adjunto se trataba de una canción, la descargó y la reprodujo. La hermosa voz de Gackupo llenó su pequeño departamento, al escucharla sus ojos se llenaron de lágrimas, la escuchó varias veces sin dejar de llorar. Era una canción para él, había sido un tonto, su novio de la escuela aún le amaba y con eso se lo demostraba, cuando todo ese tiempo creyó que se había olvidado de él, incluso salió con muchos otros para olvidarlo pero nunca pudo. Decidido compró un pasaje para Inglaterra, le buscaría, no podía terminar todo ahí. Con eso en mente, decidió distraerse, había estado tan centrado en su trabajo, que hacía meses que no veía televisión, ni entraba al internet. Así que decidió ver algo de televisión, le dejó en las noticias.
Comenzaba a dormirse cuando escuchó la voz de su amor, creía que estaba soñando pero la hermosa melodía fue interrumpida, por otra voz, abrió los ojos y se sorprendió al ver a su amor en la pantalla, anunciaban un concierto de él en la ciudad y que los boletos se habían agotado en horas. Se sintió temeroso, frustrado, ansioso, quería verlo, necesitaba verlo. Presuroso encendió la computadora e hizo lo imposible por conseguir un boleto pero fue imposible, todos los lugares ya estaban vendidos, se sintió triste. Pensando en que hacer para verlo se quedó dormido.
Por la mañana despertó cansado, preocupado como estaba no pudo dormir, se mostraba distraído en el trabajo, todos notaron su malestar.
-Kaito ¿Estas bien?- le preguntó Miku, al ver a su compañero y amigo con ojeras y preocupado.
-Sí, solo no dormí bien.
-¿Algo que te preocupe?
-Solo que un viejo amigo va a venir a la ciudad y estoy ansioso por verlo.
-Ohhhh ya veo, que emoción, espero que pases un rato increíble con él.
-Si- sonrió alegré al imaginar que podría hablar con Gackupo, más animado, termino su jornada laboral y se dirigió a casa, se acercaba a su edificio cuando vio una silueta conocida, su corazón dio un vuelco, estaba seguro que ese era Gackupo, su amor, su vida estaba ahí parado, mirando hacía su departamento.
-GACKUPO- el aludido se giró sorprendido. Los ojos de Kaito se llenaron de lágrimas al ver que era él. Recorrió la distancia que les separaba para abrazarle con fuerza. –Gackupo, o Gackupo, estas aquí, no estoy soñando- dijo con un hilo de voz.
-Am… Kaito, ¿Podemos ir a un lugar más tranquilo?, creo que comenzamos a llamar la atención- el de cabellos azules se separó, le miró y sonrió.
-Vamos a mi departamento- le tomó de la mano y le guio hasta él –Es un poco pequeño pero es acogedor- se excusó, al entrar y estar solos Kaito lo abrazó. –Te extrañe.
-No pareciera Kaito, nunca más me escribiste.
-Creí que ya no me amabas.
-¿Y qué te hizo creer esa tontería?
-Tú tampoco ya me escribías.
-Tenía muchas cosas que hacer y planear- Kaito no quería hablar de eso, o terminarían peleando.
-Escuche tú canción, es hermosa.
-Siempre estaba pensando en ti- Kaito, se separó a mirarle, no sabía si estaría bien pero no le importó, se acercó a los labios de Gackupo y le besó, un suave besó, al ver que su amor no lo alejaba, tuvo más confianza y lo besó con más pasión. Gackupo pronto tomó control del besó, al separarse ambos se miraron con cariño y anhelo.
-¿Cómo supiste donde vivía?
-No es difícil averiguarlo, si eres el cantante de moda del momento- eso le recordó a Kaito.
-Te vi en la tele, que vas a dar un concierto aquí, intente conseguir un boleto pero ya estaban agotados- dijo triste, el de largos cabellos se separó para sacar algo de su chamarra, se lo extendió a Kaito, quien lo tomó y miró sorprendido, se trataba de un boleto, zona preferencial.
-Pensaba dejarlo en tú buzón e irme pero entonces tú me viste
-¿No pensabas verme?- preguntó con lágrimas en los ojos.
-Yo también creí que ya no me amabas, no me escribiste nada, aunque te envié la canción- Kaito, se dio cuenta que era cierto, su actuar había sido como si no le importara, se sintió tan mal –. Si no acudías al concierto, ya no habría nada por lo que pelear, esperaba a la fecha para ver si acudías.
-Soy un estúpido, te hice creer que me había olvidado de ti, cuando no puedo dejar de pensar en ti, fui tan feliz al ver tú mensaje, el escuchar tú canción, de inmediato supe que estabas hablando de mi- le miró, tomó su rostro –. Te amo Gackupo, eres mi vida, mi ser, sin ti todo este tiempo he estado muerto en vida pero ya no más, una vez cometí un error por mi inmadurez y temores pero esta vez no- buscó con la mirada algo, corrió a su habitación y regresó con algo en su mano, se colocó frente a su amor –. Gackupo cásate conmigo- abrió sus manos mostrándole una cadena con un anillo.
Aquello sorprendió al mayor, abrió los ojos asombrado, al ir ahí se había imaginado todas las probabilidades excepto esa.
-Kaito… ¿Estás seguro de lo que me estas pidiendo? No puedo quedarme aquí, mi carrera va en ascenso y estoy viajando constantemente.
-Esta vez me iré contigo, no importa a donde tengas que viajar estaré a tú lado, fui un idiota al no darme cuenta antes, no puedo vivir sin ti- le besó.
Gackupo le respondió el besó, estaba tan feliz, iba con la idea de salir lastimado con un gran dolor en su pecho y había sucedido todo lo contrario.