Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fresas por pettymint99

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hello, hello!

Para los que ya me conocen sabrán que estoy escribiendo una historia llamada True lies y que avisé que posiblemente no actualizaría.

Este es un oneshot completamente a parte de la historia. No tiene nada que ver.

Y lo estoy subiendo porque quiero probar una teoría.

Como sea.

Disfrútenlo~

Suspiré por enésima vez en lo que iba del día. Realmente comenzaba a fastidiarme.

Enfrente de mí estaba la persona a la que yo más quería y amaba, un chico alto de cabello rojizo, delgado y muy lindo de nombre Lee Taemin. Hace tres semanas, yo, Choi Minho, me le declaré ya no soportando más esta situación. Yo sabía que le gustaba y yo lo amaba como loco ¿Qué era lo que estábamos esperando? ¿Envejecer y poder decirnos todo cuando ya no pudiéramos hacer nada? No señor.

Esa tarde yo había preparado una cena perfecta, incluso me deshice de Key, Jonghyun y Onew mandándolos a comprar pollo sabiendo que nuestro líder no se negaría. Taemin había aparecido con un adorable sonrojo en sus mejillas y sus ojos tenían un brillo muy especial. No iba vestido formalmente ni nada pero aun así puedo decir con total certeza que esa fue una de las mejores noches de toda mi vida. Esa noche salió perfecta y ambos nos declaramos.

-Te amo Taemin, sé que tú sientes lo mismo. ¿Quieres salir conmigo? – Había dicho yo, deseé no haber sonado tan brusco pero realmente ya estaba desesperado.

- ¿En serio hyung? – Me preguntó él mirándome directo a los ojos, sus ojos brillaron con mayor intensidad y yo me quedé embobado con tan sólo eso. No me percaté de que una sonrisa se había ido formando poco a poco, quizás él la tomó como burla pues comenzó a llorar y retiró su mirada. A veces este chico era increíblemente sensible – Por favor, no juegues con eso – Me suplicó, lo vi dispuesto a salir corriendo por lo que, ni tardo ni perezoso, lo tomé de las muñecas.

Nuestros ojos se encontraron nuevamente, sólo con eso nos dijimos millones de cosas.

Una de mis manos fue hacia su cara, le di una suave caricia limpiando las lágrimas que habían aparecido. Con la otra lo sujeté firmemente de la cintura.

Fui acercándome lentamente hacia él esperando que se retirara o se negara. Sin embargo mi corazón latió aún más rápido cuando sus bellos ojos se cerraron y su boca se entreabrió un poco dándome una clara invitación para que lo besara.

No dudé en hacerlo, lentamente junté mis labios con los suyos.

La mejor decisión de mi vida.

Sus labios eran dulces y suaves como… me resulta imposible compararlos con algo pues nada le llega ni se le aproxima a tal suavidad.

El beso comenzó lentamente, sus labios se movían con torpeza y nerviosismo contra los míos. Eso me llenó de una increíble ternura y satisfacción, el saber que yo era el primero en probar sus castos labios aumentó mi ego de una manera algo exagerada. Agradecí un poco el que yo ya haya besado a algunas chicas y así podía llevar el control de aquel beso maravilloso. Por supuesto ninguno de los anteriores se acercaba a este.

Duramos así durante varios minutos hasta que lo sentí alejarse lentamente, como si realmente no quisiera hacerlo, posiblemente se debía a que, al ser su primer beso, aún no sabía cómo mantener el oxígeno en sus pulmones.

Su cara totalmente enrojecida casi me ordenaba a volver a besarlo pero sus brazos se movieron más rápidamente que mis labios rodeándome firmemente, pude escuchar sus risas y yo le correspondí al abrazo agradeciendo que por fin pudiéramos estar juntos formalmente.

-Te amo hyung – Susurró apretándome más, ¡Dios! estaba seguro que si seguía apretándome así moriría por asfixia aunque sería la muerte más maravillosa de todas.

- Yo también te amo Taemin – Dije dándole un pequeño beso en la coronilla de su rojiza cabellera.

Sí, esa noche fue realmente maravillosa.

Lástima que después de eso no puedo contar ningún otro acercamiento.

Cuando oscureció le dije que regresáramos a la casa, durante el trayecto yo intenté volver a probar sus adictivos labios pero él se había dormido y temí despertarlo por lo que me conformé con acariciar sus mejillas lentamente y con infinita ternura. Al llegar a nuestro apartamento, que compartimos con los demás miembros del grupo, Key se había encargado de llevarlo a su cuarto y no me dejó acercarme a más de dos metros de ahí. Ni modo, me tocaba estar con la suegra ahí.

A la mañana siguiente Taemin se despertó con una gran sonrisa y me saludó más cariñosamente de lo normal pero sin levantar sospechas con los demás, por alguna razón él insistía en que no debíamos de actuar tan cariñosos enfrente de los demás a pesar que Jonghyun y Key casi se violaban en la mesa mientras nosotros desayunábamos.

Onew de vez en cuando traía aquí a Joon y más de una vez los encontramos besándose en el sillón con mucha pasión.

¿Y nosotros? A lo máximo que habíamos llegado era a tomarnos de las manos. Nada más ni nada menos.

Ahora nos encontrábamos solos en la sala sentados en el mismo sillón. Taemin estaba recargado en mí, podía notar su aburrimiento a kilómetros de distancia pero él no parecía querer moverse de ahí aunque varios bostezos se le habían escapado. Yo estaba ansioso por besarlo de nuevo pero no sabía cómo reavivar la pasión ya que ambos somos tímidos. Él más que yo.

-Estoy aburrido hyung – Me dijo mirándome con un tierno puchero.

- ¿Qué quieres hacer? – Pregunté esperanzado.

- No lo sé. Tengo hambre, ¿harías algo de comer? – Mis esperanzas se fueron al caño al escucharlo decir eso, suspiré nuevamente y con un escuálido “sí” me levanté a buscar algo en la cocina.

Abrí el refrigerado inspeccionando cada rincón.

Jamón.

Carne.

Chantillí.

Leche.

Fresas.

Man-

¡Alto! Mi vista regresó nuevamente a las fresas, una idea llegó a mi mente de manera rápida. Había fresas en el refrigerador, millones de veces había visto que algunas parejas de los dramas iniciaban sus sesiones de besos con fresas y chantillí. Posiblemente eso funcionaría.

Asomé mi cabeza y lo vi sentado en el sillón mirando aburridamente la televisión. Mi cerebro comenzó a funcionar. Key, Jonghyun y Onew se fueron a una entrevista hasta Japón, no regresarían hasta la tarde de mañana.

“Piénsalo bien Minho, ¿qué prefieres? Aburrirte viendo la televisión y no hacer nada o volver a besar a Taemin con la posibilidad de llegar a algo más”

Me pregunté a mi mismo pero la respuesta no se hizo esperar, definitivamente prefería la número dos. Caminé sigilosamente a la puerta del apartamento para cerrar con llave, así por si alguien llegaba antes de lo planeado sonaría el timbre y tendría que esperar a que alguno de los dos le abriera, aunque si ese alguien apreciaba su vida no interrumpiría nada.

Regresé a la cocina con el mismo silencio y lavé rápidamente las fresas y tomé una gran bocanada de aire, aún no sabía si esto era una buena idea pero estaba decidido a realizarla.

Salí de la cocina y regresé al sillón sentándome un poco más tenso de lo normal.

-¡Fresas! – Gritó emocionado Taemin. Sus ojos brillaron y mi incomodidad pasó a ser remplazada por deseo. Deseaba volver a besarlo.

- Sí – Dije mirándolo, él agarró una y yo le puse un poco de chantillí. Se la llevó directo a la boca soltando un pequeño sonido de placer.

Ahora entiendo a las fans cuando sienten envidia de cualquier cosa, por más mínima que sea, que llegue a tocar nuestros labios. Siempre pensé que estaban locas pero ahora las creía los seres más racionales del mundo. Vaya que es una verdadera tortura.

Miré con asombro como un poco de chantillí se quedaba en su boca, sin dudarlo llevé mi pulgar a su pequeña boca y limpié los restos que habían quedado. Él me miró confundido y yo me llevé el pulgar a la boca para saborear el chantillí, esto era lo más cerca que nuestros labios podían estar en contacto.

-M-Minho – Susurró con confusión en sus ojos.

- ¿Sí? – Dije acercándome más a él mirándolo con deseo - ¿Otra? – Pregunté y no esperé a su respuesta, coloqué una fresa en mi boca y me acerqué a él. Torpemente mordió la otra mitad de la fresa, escuché como tragaba pesadamente y yo ya no pude aguantar más.

Nuestros labios se unieron rápidamente, lo besé lentamente disfrutando nuevamente de aquel obsesionante roce. Esto era mejor de cómo lo recordaba. Nos separamos a petición de él que me veía con ojos desorientados.

-Quieres otra – Afirmé, nunca pregunté ni pedí permiso para volver a besarlo.

Él tardó un poco en reaccionar cuando yo me acerqué nuevamente pero aun así me correspondió.

Poco a poco fui aumentando la intensidad del beso, llegué a posicionarme encima de él sin ninguna protesta por su parte. Mi corazón literalmente se detuvo de la felicidad cuando yo, en busca de oxígeno, intenté separarme un poco y él me detuvo pasando sus delgados brazos alrededor de mi cuello obligándome a mantenerme así.

Las fresas habían quedado en segundo plano por completo.

La necesidad de tenerlo cerca se incrementó en mí. Sentía mi piel arder en completa pasión.

Fui descendiendo lentamente hasta su cuello besándolo y succionando cada pedazo de piel que podía, sentí como sus manitas me empujaban un poco. ¿Es que acaso quería parar? Yo no quería pero no era como si pudiera obligarlo a hacer algo, solté otro suspiro y lentamente comencé a alejarme de él dispuesto a pedirle disculpas.

Pero lo que vi me dejó totalmente sorprendido.

Tenía ladeado el rostro que estaba aún más rojo que hace rato, su pecho subía y bajaba rápidamente, su boca entreabierta lanzando un pequeño suspiro y sus ojos mirándome cuando sintió que yo me alejaba.

-Pensé que sólo comeríamos fresas… - Dijo con dificultad acercándome a él, me quedé en shock por un momento. Lo miré, así como estaba, gracias a su cabello teñido de rojo, me recordaba a una fresa, sólo que mucho más jugosa, linda y apetecible.

- Es lo que pensaba hacer – Dije acercándome a su cuello y volviendo a besarlo. Lo escuché suspirar luego de un gemido para después decir:

- Por favor… no te detengas… -

Y, con esa simple frase, mi sentido de cordura fue hecho añicos.

Sólo podía pensar en poseerlo completamente hasta quedar rendidos.

Lo que sucedió después no lo tengo muy en claro.

Sólo sé que al segundo siguiente ya estábamos en nuestra habitación, él acostado en la cama y yo quitándome la playera.

Continué besándolo mientras una de mis manos se introducía bajo su playera acariciando su abdomen, el suspiro que escuché en mi oído me invitó a continuar. Seguía subiendo hasta llegar a su pecho donde me permití mantener la mano un segundo. Sintiendo como su corazón golpeaba violentamente su pecho. Temí que le diera un ataque ahí mismo y sin querer dejé de besarlo.

-Sólo tú puedes hacer que mi corazón se acelere así – Lo escuché decir mientras me acariciaba el rostro y una hermosa sonrisa aparecía en su bello rostro – Sólo tú haces que yo no pueda ni respirar –

- Taemin… - Susurré incrédulo de que él mismo se haya ido acercando a besarme, eso era una gran iniciativa por parte de él.

- Por favor… no te detengas… - Repitió y yo no dudé en continuar en lo que estaba.

Mis labios atacaron nuevamente su cuello mordiéndolo un poco y dejando pequeñas marcas para que todos entendieran que era mío y de nadie más, con una de mis manos comencé a retorcer sus pezones que ya estaban completamente erectos al igual que su miembro al que le daba pequeñas caricias con mi mano libre. Lo miré de reojo al no poder escuchar nada por parte de él… tal vez no le estaba gustando.

Me di cuenta que no era así ya que al verlo pude notar como mordía desesperadamente su labio inferior conteniendo los sonidos que yo deseaba escuchar. Apliqué más presión en donde mis manos tenían alcance y lo mordí un poco más fuerte, su boca se abrió un poco dejando escapar un pequeño “ah” junto con un suspiro que rápidamente ocultó volviendo a morderse el labio.

-No hagas eso… - Dije besándolo con mucha pasión. El beso por primera vez se intensificó a tal punto que ambos gemíamos conforme el tiempo avanzaba. Él dulcemente intentaba llevar el control del beso sin darse cuenta que era yo el que realmente lo llevaba, apliqué presión nuevamente y él abrió la boca un poco más. Aproveché para meter mi lengua en su boca recorriendo cada sitio, nuestras lenguas comenzaron a luchar y enredarse. Necesité de toda mi voluntad y fuerza para poder alejarme de él y cortar ese maravilloso beso. Al alejarme mordí levemente su labio inferior mientras lo miraba seductoramente y decía - …sólo yo puedo morderte. ¿entendido? –

Él se desconcertó mucho y juro que lo vi ponerse aún más rojo que antes. Mis manos comenzaron a moverse y él se retorció debajo de mí luchando por no dejar escapar ningún sonido. Intensifiqué el movimiento de mis manos, él ya no pudo contenerse más y de su boca salió un increíble gemido.

-No te contengas… quiero escucharte – Dije en su oído con voz ronca.

Con cuidado le quité la playera sin dejar de prestarle atención a sus pezones.

Una vez que se la quité bajé a su pecho y dirigí mi boca a uno de ellos succionando y mordiendo cada vez más rápido logrando mi cometido.

-¡Aaaah! – Escuché su gritó. Sonreí completamente satisfecho pues a partir de eso él ya no logró contenerse más.

Continué brindándole atención a lo que tenía en mi boca, cuando vi que ya estaba completamente rojo e hinchado pase al otro. La espalda de mi pequeño se arqueaba de vez en cuando, sus gritos salían cada más agudos que el anterior. Parecía a punto de quedarse afónico.

Por mi mente pasó el pensamiento de que si sólo con esto él gritaba de esta manera ya quería oír cómo sería cuando llegáramos a…

Dios, no podía esperar más.

Me deshice rápidamente de sus pantalones al igual que sus boxers, yo me alejé un poco para poder apreciarlo bien.

Encantador.

Pensé mirándolo con lujuria, lo quería todo de él.

Sin embargo la espléndida vista me fue arrebatada cuando él tomó una almohada y se cubrió con el pánico  reflejado en sus hermosos ojos. Yo me acerqué a bésalo con la misma pasión que hace rato y él fue aflojando el agarre de la almohada hasta que, en un descuido, yo se la quité. Ya no eran necesarias las palabras, nos podíamos comprender sin necesidad de ellas.

Una inevitable sonrisa se formó en mi rostro cuando sus tímidas manitas comenzaron a recorrer mi torso de forma exquisita y tentadora. Yo le devolví el favor acariciando su entrepierna ya totalmente erecta, él se removió un poco pero me dejó continuar.

Hubiera seguido jugando de manera tortuosa con su miembro de no ser porque, con tan sólo un pequeño roce, su mano llego a mi entrepierna acariciándola torpemente, no pude contenerme y gemí roncamente en su oído. Él pareció entender el mensaje pues comenzó a desabrochar mi pantalón. En menos de un minuto ambos ya estábamos totalmente desnudos y cegados por la pasión del momento.

Llevé tres de mis dedos a su boca y él los lamió de manera tierna, deseé poder abrazarlo pero no lo logré ya que mi otra mano estaba ocupada acariciando su suave piel. Una vez que estuvieron lubricados los saqué de su boca. Lo miré directo a los ojos sonriendo para transmitirle confianza, correspondió a la sonrisa y me acerqué a besarlo lentamente, uno de esos besos que hasta podrían llegar a derramar miel. Duramos así unos segundos hasta que llegó la hora de que uno de mis dedos se dirigiera a su entrada y lo penetrara.

Sus ojos rápidamente se llenaron de lágrimas y yo me sentí el peor ser humano sobre la Tierra, lo acaricié tanto como pude mientras seguía besándolo para evitar que llorara y se distrajera de cualquier dolor. Esperé a que se relajara un poco para poder meter el segundo  y el tercer dedo, él cerró fuertemente los ojos y enterró sus uñas en mi espalda.

Oh no. Le estaba haciendo daño, lo mejor sería parar ahora.

Le besé la frente y él se aferró fuertemente a mi nuca haciendo que quedáramos a milímetros uno del otro.

-Ni se te ocurra detenerte – Me dijo dificultosamente con lágrimas aún en sus ojos – Jamás te perdonaré si lo haces –

Como dije antes, nos podíamos entender sin necesidad de palabras pero aun así yo quise tranquilizarlo.

-Te prometo que el dolor pasará – Le dije volviendo a besarlo. Él fue soltándome poco a poco para aferrarse a las sábanas.

Después de unos minutos un movimiento de sus caderas me hizo comprender que ya estaba listo para lo que seguía.

-Te amo – Le dije alta y claramente para que pudiera escucharme, y fue entonces que me introduje dentro de él con mucho cuidado de no lastimarlo. Estaba seguro que volvería a llorar por lo que con una mano acaricié su erección y con la otra lo abracé un poco. Sus manos se cerraron fuertemente a las sábanas mientras ladeaba el rostro.

Sé que era malo pensar como lo estaba haciendo ahora pero, estar en su interior era la mayor delicia que había experimentado a lo largo de mi vida.

Su interior es tan estrecho, cálido y húmedo que me daban ganas de penetrarlo más duro.

Él seguía con el rostro ladeado pero volvió a mover sus caderas, entendí eso como otra invitación a seguir y yo continué. Puse sus piernas sobre mis hombros para tener mejor alcance y comencé a embestirlo lentamente hasta que ya no pude más.

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaah! – Gritó él cuando yo acerté en el punto exacto. Al entender eso yo me acerqué a él un poco más y di estocadas certeras en ese punto. Podía escuchar cada uno de sus gemidos y gritos en mi oído. No me importaba quedarme sordo con esa melodía tan fantástica.

Finalmente ya no pude más y me corrí en su interior, al mismo tiempo que él lo hacía en nuestros vientres.

Me acosté al lado de él completamente agotado pero feliz.

-Te amo – Me dijo abrazándome.

- Te amo Taemin -

Yo me acerqué a él y lo besé en la frente. Necesitaba un poco de tiempo para recuperar mis energías, pero el hecho de que sabía que estábamos solos y posiblemente esto no sucedería hasta dentro de mucho rato hizo que mis fuerzas se reavivaran de manera asombrosa.

Cinco minutos después estábamos haciendo el amor nuevamente.

Esa tarde fue la mejor de mi vida, escuchar los gemidos, gritos y suspiros de Taemin fueron música para mis oídos. Él me permitió fundirme con él en algo más carnal y pasional pero lleno de amor.

Sólo puedo decir que, ese día, no salimos para nada de aquel cuarto que sería cómplice de nuestras travesuras.

***

-¡¿Quién se comió mis fresas?! – Gritó Histérico Key a la mañana siguiente.

Taemin y yo que estábamos en el sillón acostados, él encima de mí, nos reímos y sus ojitos se llenaron de un brillo juguetón.

-Quiero más fresas – Me susurró riendo traviesamente.

- Y yo te quiero a ti – Le dije besándolo sin importarme que hubiera varios testigos.

A partir de ese día nuestras muestras de afecto se hicieron más públicas y cada vez que todos se iban yo me aseguraba que hubiera fresas en el refrigerador.

Mi lindo pelirrojo es más dulce que las fresas, sus labios son inexplicablemente suaves y dulces.

Creo que es más que obvio pero, amo las fresas.

Notas finales:

n.nU Perdón si está muy... absurdo (?) Lo que sucede es que lo escribí un día en el que tenía el terrible antojo de unas fresas pero no había u.u y pues... salió esto. Algo raro.

Soy nueva en el lemon así que perdón si también salió raro.

Déjenme sus comentarios de amor/odio en los reviews por favor n.n

Bye bye!!

Nos leemos luego.

PD: ¡Se me volvieron a antojar unas fresas! >.<

PD II: Nos leemos luego en otro oneshot que ya casi acabo, seguramente los que lean "True lies" se quejarán. No se preocupen, juro que esa historia no quedará abandonada o me dejaré de llamar "Mentita". Estoy preparando una sorpresa para ustedes n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).