Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

unstable-enjoyment.com ~ Digital Skin por JHS_LCFR

[Reviews - 293]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Volví~!! Perdonen u_u Es que fui a cortarme el pelo, tuve escuela (todas las horas, consiguieron profesores, mierda), deberes, bla bla blah...

 

El dominio que supone la web unstable-enjoyment.com ha sido incautado en pos de una orden emitida por el tribunal distrital de Corea. El jurado ha procesado a varias personas y entidades presuntamente involucradas en la operación de unstable-enjoyment.com y demás relacionados con éste, acusándolos de los siguientes delitos federales: Conspiración para cometer Crimen Organizado, Conspiración en cuanto a Lavado de Dinero y demás violaciones de los Derechos Humanos tales como Secuestro, Hacinamiento, Violación, Ejercicio de Violencia Doméstica y Psicológica…”

 

Eso decía.

Y en esa casa cundía, literalmente, el pánico: GaEul nos abrió eufórica, descontrolada, gritando palabras inentendibles y agitando los brazos; cuando llegamos al cuarto de Yifan lo vimos agarrotado a la silla y con los ojos fijos en la computadora, intenté hablarle pero no reaccionaba, no se movía, nada, como si acabaran de insertarle una lanza en el pecho.

Lo peor fue Chanyeol. Pobre Chanyeol.

Tuve que apartarme de Yifan para acudir a él, que estaba perdido, salvaje, en plena locura: giraba en el piso, llorando y gritando sin parar y sin ton ni son, bramaba deshaciéndose la garganta, llamaba a alguien que no se encontraba con nosotros y se tiraba de los pelos, lamentándose, maldiciendo. Cuando me senté frente a él para tranquilizarlo, forcejeó conmigo sólo unos segundos, luego se aferró a mí como si fuese su vida, su calma y no me soltó.

-¡¡Se lo llevaron!!—bramaba afónico—Se lo llevaron lejos, no lo voy a ver nunca más…¡Si tan sólo hubiera hecho las cosas bien! ¡Soo, si tan sólo hubiera hecho la cosas bien y rápido…!

¿De quién hablaba?

-Shh, tranquilo, tranquilo—le respondía mientras buscaba las palabras—Ya encontraremos la solución, lo haremos, te lo prometo. Todo saldrá bien y podrás…verlo de nuevo—quienquiera que estuviese buscando.

Levanté la cabeza y vi a Jongin rodeado completamente por los brazos de GaEul, que parecía más su madre que su hermana en esos momentos. Pude escucharlo llorar ahogadamente, como si le disgustara que le oyeran herido, lastimado.

No podía mostrar sus debilidades, aquello que le ponía sensible…se aprovecharían de eso.

Vi cómo se arrugaban las espaldas de la ropa, agarrotándose a ellas bruscamente, fundiéndose en el intento de contener la angustia que liberaban en susurros inentendibles que no lograba decodificar debido a los alaridos de Chanyeol. Mi vista entonces se desvió hacia Yifan, que pareció apenas moverse, como si hubiera logrado respirar seca y entrecortadamente: casi como prediciendo mis movimientos, Yeol logró aflojar el agarre, como dejándome ir, dándome permiso.

-Yifan Hyung—me levanté a tientas y le tomé de las manos, no reaccionó—Yifan, déjame abrazarte.

Pero no contestaba, no obedecía. Era terco, no quería que la gente le tuviera lástima o lo viera mal, decía que ése era su papel: el de consolar, no ser consolado. Pero por no desagotar su interior de tanta pena se quedaba así, duro, frío, casi muerto. Y no iba a permitirlo, tenía que ser fuerte, firme.

Si pude con Kai, podría con él.

-Yifan, suelta el escritorio—le ordené, moviéndole los dedos, que sonaban como ramas quebradas de lo rígidas que estaban.

-No…puedo…--contestó segundos después con voz perdida, poco profunda, casi etérea—Yo…

Su rostro se contrajo: quería, se moría por llorar, por quebrarse y dejarlo todo salir. Sólo necesitaba un empujoncito, un pequeño…y suave…empujoncito.

-Ven aquí—murmuré logrando girarlo hacia mí y extendí mis brazos, como lo hacía siempre él.

Me miró a los ojos durante minutos interminables: a saber qué pasaba por su cabeza. Parecía escanearme, observar cada centímetro de mi piel. Y lo más sorprendente fue que no sentí nada, nada de nada; ni incomodidad, ni calor en las mejillas, ni pena porque no podría hacer lo mismo con él porque se daría cuenta…Nada. En mi cabeza seguía la imagen de Jongin a cada momento: durmiendo, despierto, sonriente, juguetón, inocente. Yifan ahora era…un hermano, sólo eso. Jongin de alguna forma había logrado acapararlo.

Y me tranquilizó enormemente por dentro. Porque supe que podría dejar que Yifan me abrazase o al revés…total, no pasaría nada, no lo malinterpretaría.

-Estamos jodidos—espetó, cansado, trayéndome de vuelta al mundo.

No pude hacer más que reír: tenía esa forma de expresarse…Asentí y me levanté para abrazarlo suavemente, sintiendo cómo su cuerpo perdía rigidez al tiempo que regularizaba su respiración.

-Estamos todos jodidos—le imité la voz y los gestos—Hemos tardado mucho—me sinceré.

-¿Tú crees…—hipaba, aún se estaba aguantando—que haya una posibilidad…?

-¿De encontrarlo?—Sabía que soñaba con terminar igual que yo con Kai, lo conocía como la palma de mi mano, como si lo conociese de toda la vida—Por supuesto, por más pequeña que sea, está. Y debemos aprovecharla.

-¿Pero cómo?

Ahí estaba el problema. Para encontrar a ese muchacho Tao, habría que registrar los lugares que frecuentaba…y uno de esos era…

No, no puedo. Voy a lastimarlo.

Me alejé, desviando la mirada tristemente hacia él: le dolería, le mataría por dentro. Pero lamentablemente no teníamos otra opción.

-Jongin nos será de mucha ayuda—susurré, casi pidiéndole perdón al llamarle la atención—¿Verdad?

 

 

Toda la cuadra estaba bloqueada por móviles de policía, la gente se congestionaba alrededor y miraba sorprendida, las viejas ya empezaban a especular y más de un pequeño se metía por debajo de la cinta, siendo agarrado rápidamente por su madre de vuelta a su lugar. Caminando entre la gente, intentamos buscar un lugar, un agujero por el cual escabullirnos; pero los oficiales estaban técnicamente uno al lado del otro, con unos tres metros de distancia entre uno y otro, varios mandaban o recibían órdenes vía sus comunicadores y mascullaban cosas inentendibles, atropellando las palabras e intercambiando miradas entre ellos, a lo lejos.

-Qué raro que no aparezca ningún móvil de noticias—suspiró GaEul, mordiéndose las uñas.

-Jongin—habló Yifan—tú conoces esto, ¿Tienes idea de alguna puerta trasera o algo así?

-Hay una que da al cuarto del fondo del primer piso, el de la lavandería. Quizás podamos acercarnos, pero muchos intentaban escaparse por ahí…dudo que la tengan descubierta, sin vigilar—respondió, nervioso. Quizás no debimos haberlo llevado esa vez.

Todo transcurría con tanta calma, nadie se movía, esperaban alguna orden probablemente, pero…

-No entiendo, no están sacando a nadie—me sinceré—¿Estarán resistiéndose?

-¿Redada?—gritó Chanyeol, espantado; GaEul me retó con la mirada—Tiroteos no, por favor—pidió a la nada—Por favor, no…Si le hacen daño…

-Tranquilo, no sucederá nada de eso—lo tranquilizó Yifan, tomándole la mano, todos supimos que Chanyeol asintió más de gusto que porque le creyera.

Estábamos todos asustados, pero teníamos que cooperar para armar esa mentira de despreocupación y valentía sobre el cual nos manejábamos, teníamos que ponernos las máscaras y actuar sobre ese escenario tambaleante, haciendo de cuenta que no pasaba nada. Vimos varias mujeres cantando una marcha quizás, con carteles en alto que rezaban: “CERDOS”, “HIJOS DE P…”, “NO A LA TRATA DE PERSONAS”, “BASTA DE PROSTITUCIÓN”, “NO MÁS ABUSO DE MENORES”, y quise esconderme. Si supieran que yo llegué a mirar esos videos una vez…Ay, madres…

Durante todo el camino, Jongin nos acompañó cabizbajo y no volvió a abrir la boca, le busqué la mano e intenté entrelazar nuestros dedos; lo hizo de mala gana: No, no tenía que estar allí. En la esquina a la que nos dirigíamos, de pronto estalló una ola de gritos y malas palabras; Yifan me miró instantáneamente: a ninguno de nosotros se le pasó por alto el temblor que inundó a Chanyeol o el respingo que dio Kai.

No pueden avanzar. Se tienen que…

-Yo me quedo—dijo GaEul de repente, entendiendo—quizás volvamos a la casa—concluyó tomando de las muñecas a Jongin y a Yeol.

-De acuerdo—Yifan accedió al instante; me observó durante unos segundos antes de hablar—, ¿Soo?

-Debería cuidar a Jongin y a Chanyeol…pero no te puedo dejar solo—¿Qué hacía?

Su respuesta fue inmediata, posó sus manos en mi hombros y se agachó para fijar su vista en mis ojos, los cuales ya no me emborronaban la vista o me hacían perder el foco.

-Ya ayudaste bastante—susurró—. Ve y quédate con ellos.

No.

Perdón, pero no.

-No pienso dejarte solo, mira si te quiebras de nuevo—si se quedaba seco, duro como en su casa, quién sabe lo que podría pasar…Tenía que ser valiente.

Una mueca mezcla de sonrisa y decepción se cruzó en su rostro, GaEul rápidamente se fue con los chicos, que parecieron protestar superficialmente, casi alegrados de irse de allí. Caminando vivamente hacia la otra esquina, Yifan y yo intentamos avanzar, chocándonos a la gente y pisándola sin querer. Me sorprendía que no se corrieran ante la imponente figura de Hyung, a mí…les entiendo perfectamente que no me vean…o noten.

A mitad de cuadra, escuchamos disparos, haciendo estallar a la gente como una masa enorme llena de miedo y alaridos desgarradores. El ruido de las explosiones haciendo eco por toda la ciudad, esparciéndose rápidamente sobre las calles y llegando hasta mi cabeza para detonar dentro de mi pecho, acelerándome el pulso hizo que instantáneamente buscara a algo a lo que aferrarme.

-¿Asustado?

-Necesito un baño—confesé y lo escuché reír. No servía para ser valiente, era como un Sancho Panza patético, un Robin de mentira.

-Vamos, no te harán daño—dijo despreocupado.

-¿Cómo sabes?—¿Era…perdón…tonto? Estábamos allí nomás...una bala perdida…una sola bala perdida y…

-Porque estás abajo mío, usándome de escudo—rió, levantando los brazos para dejarme expuesto.

Tuve que enderezarme, disculparme y seguir a su lado, sintiéndome vulnerable, débil, a la vista, listo para ser asesinado con un mísero y ruidoso disparo. Cuando llegamos, observamos cinco móviles, uno al lado del otro y al menos veinte oficiales rodeando a una sola persona, un hombre alto y viejo (las manos lo delataban, las venas le resaltaban de todos lados) que llevaba la remera encima de la cabeza, cubriéndole el rostro. Llevaba las manos detrás de la espalda, sujetadas fuertemente por un policía. La gente le gritaba “degenerado”, “basura” y demás. Probablemente ése era el Señor Lee que nos habían nombrado antes, ¿El creador de todo, quizás? Le siguieron dos hombres más, bastante fornidos (seguro los de seguridad que nos abrieron y a la vez nos echaron), otros cinco más menuditos (¿Los camarógrafos y eso?). Y luego vino lo peor.

Les siguieron “ellos”, sin camiseta que los cubra, pues con suerte les habían dado tiempo a colocarse los pantalones sin ropa interior.

Primero HyunA, que lloraba amargamente y tenía el rostro torcido en una muestra horrible; luego Jessica, que gritaba e intentaba zafarse, diciendo que la soltaran, que la dejaran irse a casa; GaIn se dejaba arrastrar, tenía la mirada ida, parecía drogada. Las chicas siguieron pasando, vistiendo corpiños y pantaletas,  fueron a parar a otro móvil, seguramente irían a confesar mientras los primeros irían directamente a la celda. Entrando de cabeza al vehículo y apretujadas unas contra otras, un móvil desapareció en dirección a alguna comisaría.

No vi ningún otro móvil ocupado por los chicos, tampoco los vimos salir cuando nos acercábamos, y de repente, hubo un pequeño disturbio cuando sacaron a una pareja de chicos jóvenes y extremadamente pálidos, eran más específicamente los que nos habíamos cruzado al entrar al piso veinte. Uno de ellos, de cabello castaño claro y flequillo que le tapaba los ojos, era llevado a una ambulancia que no habíamos notado, tenía un impresionante agujero en el pecho, en la zona cercana al corazón y cojeaba, chorreaba sangre tanto del disparo aquel como del otro que tenía en una pierna. Iba completamente desnudo y gemía de dolor mientras lo introducían en la ambulancia. Entrecerré los ojos, intentando descifrar de dónde me sonaba su cara…SÍ, era el chico al que habían golpeado a la salida del colegio de Jongin, no podía ser otra persona.

Rápidamente salió otro, de cabellos más ondulados y claros, cara aniñada y cabeza pequeña, que apenas estaba tapado con una sábana y gritaba que no se llevaran al otro, que le dejaran acompañarlo. Gritó algo más, pero no pude entenderle, pues lloraba y chillaba mientras lo metían a la fuerza dentro de un móvil. Empecé a sopesar la leve idea de haberme ido antes: no podía manejar mis reacciones, nunca fui un tipo que pusiera el pecho a la bala… ¿O sí? No quería averiguarlo, estaba hecho todo un cobarde y me quería ir corriendo, quería despare…

-¿¡Chanyeol!?—¿¡Qué hacía de vuelta!? Estaba despeinado y cansado, buscándonos—¡Ya, Chanyeol!—agité los brazos para llamarle la atención, acudió a nosotros—Qué…

-Tengo que verlo—respondió sin más—, ¿Vieron algo?

-Sólo sacaron a las mujeres y a unos tipos, pero ninguno se veía físicamente como ellos, los chicos—iba a omitir el detalle de los disparos—Aún estamos esperando.

Como retándome, recordándome que los había ignorado en mí relato y que no debía hacerlo, los tiros volvieron a explotar dentro del edificio; de vuelta terminé aferrándome a Yifan, detrás de él. Cuando hubieron terminado de detonarse aquellos disparos, bombas para mis oídos y mi pulso cardíaco, abrí mis ojos: veía borroso, estaba espantado. Otra vez jugaba a hacerme el “No le temo al peligro” y me estaba saliendo mal: ya había sufrido bastante en el club, no quería volver a pasarla mal, y menos con una pistola del lado de los torturadores. No, no, no, no…

-Soo—escuché por lo bajo, sobre mi cabeza—m jor vuelve a casa. Te estás espantando por nada.

Su tono era obvio, también tenía miedo, podía verlo moviendo sus piernas constantemente, como impidiendo que su cuerpo se acobardase, no permitiéndoselo; a veces Yifan creía que tenía una imagen o persona a la cual representar en todo momento, y eso sinceramente me exasperaba.

Si me iba a ir, me iría con él; sí, ya sé, dejaríamos todo en nada, habríamos ido en vano y todo, pero…pero…

-Pero---

-Jongin no debe estar bien—respondió tapándome la boca con sus dedos—Y GaEul-ssi tampoco, considerando la situación de su hermano.

Madres, tenía razón.

Tenía razón, no obstante no iba a dejarlo allí, a merced de los oficiales y quienquiera que estuviera por ahí meta tirotear y tirotear como si nada. Aunque no servía de nada acobachándome bajo su cuerpo cada que me asustaba; podría convencerlo de esperar  a que saquen a los chicos y recién ahí volver a involucrarnos; podría armarme de coraje y quedarme ahí. No, tampoco…nunca sucedería eso. Me quedé mirándolo, preguntándole “¿Estás seguro?” mentalmente; y me respondió con un vivo brillo en los ojos; no pude hacer más que abrazarlo, desearle todas las suertes y rogarle que por favor se cuidara con lo que hacía, que esto no era ningún juego. Me despedí caminando hacia atrás y levantando la mano contando hasta diez antes de darme vuelta.

En ningún momento noté que Chanyeol había desaparecido.

 

Notas finales:

Ya vieron Sadness de M4M? Amo a Alen, a Wobin, a Vinson...y a Jimmy también *-* XD

En fin, no sé qué decir...perdón de vuelta por no haber actualizado ayer.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).