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unstable-enjoyment.com ~ Digital Skin por JHS_LCFR

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~Flashback~

 

Cuando llegó, se tapaba la cara y caminaba encorvado: era grandote, pero por su postura supuse que no le gustaba la escuela y hasta le temía. Contuve una risa: Yifan podía ser atemorizante físicamente, pero tenía esos momentos que te resultan imposibles de ocultar, como el amor de Jongin a las sandías y yo a…a…

…A ¿Qué?

Corrí a abrazarlo, lo extrañaba tanto, lo anhelaba tanto que el simple hecho de que me hubiese llamado hacía estremecer mi corazón; devolvió el gesto perezosamente y se quedó concentrado en Jongin. Por suerte supe interpretar la mirada como sorpresa en vez de deseo, no le gustaba. No le gustaba…gracias a Dios.

-Antes que nada—comenté—Jongin conoce al chico de la tienda.

Levantó las cejas.

-¿Qué qué?

-Sí, Jongin…--apreté los labios y cabizbajo, le hablé al oído—Trabaja con él.

Nunca me hubiera creído o imaginado que Yifan miraba ese tipo de cosas, no parecía en absoluto ser de esas personas. ¿Le tratarían a su chico como lo trataban a Jongin? Aunque dijo que lo habían scuestrado...Más allá de eso, ahora estaba dejándole inexplícitamente que conocía su secreto (ya que nunca nos lo contó) y, lamentablemente, estaba quedando inexplícitamente que yo también me había adentrado en ese mundo.

Creí verle el alma huir del cuerpo, puesto que palideció y abrió los ojos.

-¿Quieres decir que él…?—no pudo completar la oración, me apené.

-Tienes que jurarme que no se lo dirás a nadie—mascullé, suplicante.

-¿¡Qué!?

-Hyung—me llamó Kai, tomándome del hombro—Me tengo que ir…si llego tarde, yo…

-¡No!—exclamé, girándome—Tú te quedarás conmigo—ahora que iba a estar bajo mi cuidado, tendría que ponerme firme.

-Pero noona---

-Noona nada.

Y para sorpresa de todos (sobre todo mía), noté una tímida pero sincera sonrisa en Jongin; observé su boca: su labio había sanado en gran parte y los moretones seguían (no me dejaba verlos cuando se cambiaba) junto con los golpes en un ojo y el mentón.

-De acuerdo—susurró, encogiéndose de hombros—Lo haré—yo, por mi parte, quedé encantado.

~Fin del Flashback~

 

Reinaba un silencio incómodo mientras me apuraba por poner la mesa y servir la comida, Yifan parecía aún estar procesándolo todo y Jongin…había dejado de hablar, incluso había caminado pegado a Yifan durante todo el trayecto, y cuando empecé a limpiar se le quedaba mirando desde lejos mientras le enseñaba la casa, ignorándome. Me molestó.

Mientras volvía a la heladera para colocar las bebidas, escuché la grave voz de mi Hyung tratando de entablar conversación con Kai que, siempre que me fijaba, o le guiñaba el ojo o se lamía los labios. Me molestó.

-Así que te llamas…

-Dime Kai—rió por lo bajo, di un respingo. ¿Por qué él sí podía llamarlo así? Volví a concentrarme en lo mío, tenía que dejar de ser tan quisquilloso, eso estaba mal.

-¿Cuántos años tienes?—continuó Yifan.

-Los que tú quieras—otra puntada en el pecho, esta vez más difícil de sobrellevar—¿Tú, chico rudo?

-¿Por qué te peleaste a la salida del club?—se notaba molesto, incómodo, pues hablaba gruñendo.

-Querían que hiciera mi trabajo con ellos, pero no pensaban pagarme—contestó—¿Por qué? ¿Quieres laburar conmigo?—carcajeó. Se me revolvió el estómago.

-¿Desde hace cuánto que trabajas…ahí?—Yifan seguía sin darse por vencido, se le notaba exhausto por los comentarios de Jongin…y yo también lo estaba.

-Tengo bastante experiencia, si es lo que quieres saber realmente.

¡Suficiente!

Golpeé bruscamente las botellas en la mesa, respirando agitadamente: era insoportable, dolía, me desestabilizaba físicamente. Ay, madres…tenía que calmarme, pero el hecho de que Jongin se viera interesado en Yifan de una forma tan superficial y física me…no sé…ponía…

…violento.

Los acompañé, sentándome en silencio, pidiéndoles inexplícitamente que hicieran lo mismo: habían pasado quince minutos y ya tenía ganas de llorar, de esconderme en un rincón y me dejaran solo hasta que pasara mi angustia. Pasaron los minutos y noté a Kai con los ojos encima de Yifan otra vez, jugando con su lengua alrededor del cubierto y arrugando la nariz coquetamente. ¿Qué estaba pasando?

-Deja de tocarme por debajo de la mesa—dijo Yifan de repente—No me calientas.

“El rubio estaba bueno”.

“Si me esfuerzo, puedo hacer que se fije en mí. No voy a negar que soy guapo”

“Estás tan indefenso…Jongin te hará pedazos”.

“Es sólo…es sólo un niño”.

Cada uno de los recuerdos golpeó, pegó contra mi pecho. Sin embargo, tragué saliva con fuerza y recuperé mi postura, me había dejado llevar por la tristeza y había soltado los cubiertos, pero tenía que ser fuerte. Después de todo…

Él no gusta de mí. No lo ha dicho.

Soy quien le está ayudando a salir de su situación.

No tengo que necesariamente gustarle…volverme su…

-Kyungsoo-yah—la voz de Yifan me trajo de vuelta al mundo; en realidad, no me había movido en absoluto—Este chico, ¿Vale la pena?

-¿Eh?—me perdí; ¿Habían hablado mientras yo estaba en trance? Ay, madres…no presté atención—¿A qué te refieres?

-¿Vas a sacarlo de “ahí”?—Abrí los ojos como platos, ¡Cómo iba a hablar de eso durante la comida! Pero bueno, quería respuestas…—Y tú—ahora le hablaba a Kai—Más te vale que no tengas ninguna peste encima. Amo a Kyungsoo y lo último que quiero es verlo herido o podrido por tu culpa.

Temblé. De pies a cabeza, y como cinco veces. ¿Lo escucharon? Había dicho que me amaba…me amaba. Wu Yifan…me amaba. ¿Pero por qué me lo decía así, ahora, bajo estas condiciones y ni siquiera a mí directamente? Tardé en entender: quizás malinterpretaba la relación mía con Kai y pensaba…que éramos…

¡No!

Tarde. Ay, madres…ya era tarde, tarde, tarde.

Si alguna vez existió la posibilidad de que Yifan se hubiese enamorado de mí, y suponiendo que actualmente estuviese pasando, yo mismo, YO MISMO, la había arruinado, la había desperdiciado. ¿Cómo? Ayudando a Kai, protegiéndolo…haciéndoles pensar a los otros que éramos…algo.

Quise explicar, morí por explicar, pero la ansiedad me atragantaba la voz, me tapaba la garganta y las fosas nasales, no podía coordinar las órdenes de mi cerebro con la obediencia de mis músculos corporales, mis extremidades, de mis pensamientos siquiera. Estaba completamente alborotado. Y Jongin no ayudó tampoco.

-Ya entiendo tu problema—dijo, airoso—Quieres montarte a Kyungsoo Hyung pero te da vergüenza no ser tan bueno como yo.

¡¡¡…!!!

¿¡P…p….ppppp…pero qué…!?

-Tranquilo—dijo inclinándose hacia él—Yo puedo enseñarte, sólo dame quince minutos y 20.000 won…yeobbo.

-¡¡JONGIN!!—No aguanté. Y mucho menos Yifan cuando lo tomó del cuello para lanzarlo al suelo, estrellándolo.

Oh, no.

Instintivamente me interpuse entre ellos, nuevamente. Se merecía una bofetada, y yo ya se la había dado, no merecía más golpes, Kai ya estaba dolido, roto. Quizás más que yo, pero se empeñaba en ocultarlo tras esa actitud, como cuando me describió al chico de la tienda, el que le gustaba a Yifan.

“Puede ser orgulloso, pero dentro de todo es buen tipo”.

Y Jongin también lo era: era un niño de secundaria que no conocía la leche, moría de fascinación al entrar a un supermercado, se sentía en el cielo cuando corría y se subía al carrito y tenía una innata admiración hacia la historia además de una repentina adoración a las sandías.

No era mal tipo. Lo forzaban a serlo para ignorar su dolor y no podía trabajar en ningún otro lado por ser lo que era.

Un niño.

-No lo conoces—insistí, tendría que cambiar de táctica si no quería hartar a Yifan, que me miraba con fuego inyectado en lo ojos—No tienes idea por lo que está pasando, por favor, entiéndelo—estaba desesperado, temblaba al ver su rostro enfurecido—Necesita dinero, no lo aceptan en ningún lado por su edad y---

-Déjalo—se escuchó a lo lejos, lastimosamente. Era Kai hablando, más bien farfullando, hecho un ovillo en el suelo—Deja que me golpee.

Solté de los hombros a Yifan lentamente, ambos lo miramos boquiabiertos. No podía ser...

-Ya estoy harto…--susurró con ojos muertos—Quiero ser un adolescente normal y no puedo. Quizás si me mata me sienta mejor, necesito escapar de todo esto.

“Quizás si me mata…”

“Necesito escapar de todo esto”.

Sentí un martillo aplastándome el pecho. ¿Qué le hacían para dejarse golpear así, sin más?

Y lo más importante, y que no había notado era que, a pesar de haber estado con él sólo dos días…

…ahora no podía imaginarme un mundo sin Jongin. Literalmente no podía, era un futuro que me negaba a asimilar.

-¡No digas eso!—bramé, furioso y con la vista borrosa; cómo se atrevía a hacerme esto, si sabía, sabía que yo…—Yo puedo ayudarte, prometo sacarte de ahí—automáticamente mis manos viajaron a su rostro, atónito—Verás que todo se soluciona, sólo dame tiempo.

Todo lo dicho había vuelto a escapar de mi cuerpo, ya cansado de retener deseos, reacciones, emociones. Sí, necesitaba tiempo: me recibiría y convencería al señor de la tienda de libros que le diera mí puesto una vez Kai hubiese egresado de la secundaria. No estaba pulido aún, pero si los cálculos no me fallaban todo podría ir medianamente bien entonces.

Yifan se levantó y se sacudió la suciedad de la ropa y las manos.

-Ey, tú. ¿Conoces a ZT?—me giré, sorprendido y algo molesto, para ser sincero—De casualidad, ¿Sabes dónde vive?

Justo antes de regañarle (¡Qué falta de vergüenza, señor!) Kai separó los labios y jadeó.

-Te lo diré con una condición—susurró—No puedes delatarnos. Todos estamos allí por alguna razón, necesitamos trabajo. No conseguimos otra forma de ganar dinero.

Me miró, como preguntándome si era cierto, si estaba bromeando. No pude hacer más que morderme el labio, imaginando lo que pasaría si Yifan no guardaba el secreto.

-Trato hecho—respondió luego de pensárselo—Ahora, dame la dirección.

-Es una casa....paredes negras…puerta roja—suspiró cansado—Está del lado Oeste de la ciudad, será fácil de ubicar, alrededor es pura pobreza.

Yifan no tardó en desaparecer tras la puerta. No pidió perdón, no saludó, simplemente se esfumó tras un portazo. Yo me quedé con Kai carente de vida (aparentemente), colgando de mis brazos, que abrazaban ahora su cintura. Yo me hallaba sentado sobre mis pantorrillas, él descansaba la cabeza sobre mi pecho y acariciaba mi mano dibujando círculos con sus dedos. Estaba herido, había pasado por mucho y seguro estaba cansado. Quizás por eso estaba tan caprichoso, estaba…exhausto.

-Gracias—suspiré, él siguió en su mundo, escrutando la pared, la ventana que daba a la calle.

-No—respondió—No lo hagas. Le mentí—confesó, sonriendo tristemente—No sé por qué…simplemente…le mentí.

¿¡Qué!? ¡Yifan estaba en peligro, entonces! ¡Viviría buscando una casa que no existía! ¡Cómo podía hacerle eso si supuestamente le atraía!

-Jongin, hay que avisarle aho---

-Por favor, no me retes—gimió, sus hombros empezaron a temblar—Esto harto de que me reten, estoy harto de que me castiguen…

Y lloró, empezó calma y silenciosamente, como mis sollozos dentro del armario cuando era niño, y terminó siendo una explosión desgarradora, como la noche de mi cumpleaños con Yifan. Sólo que él tenía a alguien que lo consolase, tenía un par de brazos abiertos brindándoles su calor.

Claro: éramos completamente diferentes. A mí nunca me habían levantado la mano; a él...a él...

...

-No me retes, Hyung…por favor, basta…

Hundí la nariz en su cabello y apreté el abrazo.

-Hyung…Hyung…--me llamó, buscándome el rostro con las manos.

-Aquí estoy, Jongin. Aquí estoy—le aseguré, bajando la cabeza para que la sujetara firmemente de la nuca.

Me obligó a mirarlo, a verle por enésima vez las lágrimas en los ojos, y lloró mi nombre mientras unía sus labios con los míos; una y otra y otra vez. Fue triste, doloroso, pero bueno a la vez: era un beso desesperado, de auxilio, pero al menos ése sentimiento era verdadero. Creo que ahí pude ver al verdadero Jongin, un Jongin que logró aflorar y admitir que no tenía más fuerzas.

Yo estoy dispuesto a dártelas.

Sequé sus lágrimas con mis manos sin alejar nuestros rostros, acaricié sus mejillas, recorrí su mentón, acomodé sus cabellos detrás de su oreja y lo aferré a mi rostro. “Aquí estoy, tómame. Déjame ayudarte, acéptame”. Pareció leerme el pensamiento, porque se acomodó, girándose y tirándome hacia él, de forma que yo descansara sobre él, acostado en el suelo.

-Duele, Hyung…duele mucho—lloró cuando besaba su cuello con timidez, pues no servía para esas cosas.

-¿Dónde duele? Prometo curarte—susurré, avergonzado. No me gustaba hablar durante “el proceso”, me parecía muy…telenovelístico—Dime, no tengas miedo.

Buscó una de mis manos y la llevó a su pecho, a la altura del corazón.

-Se retuerce…se quiebra—suspiró, lloriqueando—Lastima hasta ignorarlo.

Sus palabras me potenciaban, me daban energía para sanarlo, para apoyarlo, para aferrarlo a mi cuerpo y mantenerlo de pie ante las adversidades. No me importaba si terminaba prestándole todas mis fuerzas vitales. Ya no...

Quería que fuera feliz, incluso aunque luego fuese a costa mía, de mi vida, de mi existencia.

-Quédate conmigo, Jongin—confesé mientras le acariciaba el pecho bajo la remera, que respiraba agitadamente; no sé qué me pasaba, necesitaba sentirlo, llegar al fondo de él, descubrirlo en el camino—Quédate para que pueda ayudarte. Pero no me lastimes.

-Es que…no quiero…no puedo…--ahogó un gemid;o le agarré fuertemente de la cintura.

-¿No puedes qué?—levanté la cabeza, ya me encontraba encorvado a la altura de su estómago.

-No puedo…querer a nadie. No puedo enamorarme…Noona me dijo…

Sonó un teléfono, me inmovilicé de inmediato. El ringtone no era mío; Jongin me apartó, sonrojado y secándose los ojos torpemente...al leer el nuevo mensaje, gimoteó dos o tres veces más y se paró.

-¿¡A dónde vas!?

Le tomé de la muñeca, se giró sin mirarme y dijo mudamente “Perdón”. Salió por la puerta y entendí: el trabajo. Ese…

…PUTO.

Trabajo.

Me derrumbé en la entrada, mas no pude llorar: ya no tenía lágrimas, ya ni ganas tenía de generar algunas. Estaba cansado, quería irme a dormir. Dormir en mi cama abrazado a Kai, soñar cosas inentendibles y despertarme con su cuerpo amoldado al mío.

Quería eso. Ahora.

Ahora, ahora, ahora.

¡Ya!

Bufé, molesto, y mascullé las malas palabras más sucias que conocí en mi vida mientras me pasaba la mano por la cara.

Al diablo con el “niño bien”. Carajo.

 

Notas finales:

Perdónenme, no tenía inspiración y pensaba subir mañana... Pero vinieron mis amigas y estoy más concentrada en ellas que en otra cosa.


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