Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

unstable-enjoyment.com ~ Digital Skin por JHS_LCFR

[Reviews - 293]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ese momento en que te das cuenta, mientras lees un libro en las horas libres de la escuela, que ahora no le escribís a una amiga...sino a todo un público... <3

(En mi cabeza sonaba menos altanero Dx jajaja perdón u_u)

Los amo, sin ustedes no soy nada :*

 

En efecto, había veinte pisos, de los cuales al último (donde Jongin grababa) resultaba imposible llegar vía ascensor. El botón “veinte” estaba encintado o, en su defecto, arrancado de su lugar: por ende, había que llegar al 19 y de allí subir por la escalera. Intercambié miradas con Yifan y entramos al elevador.

“Todo el piso está reservado para nosotros; te encontrarás una puerta negra y tendrás que tocar”, me dijo Kai por teléfono. “Al segundo que dudes, te echan: diles que vas a trabajar, que eres un uke o un seme, de ahí te traerán conmigo”.

“¿Cómo lo sabes?”, le pregunté.

“Hoy iban a llegar dos chicos nuevos para compartir un video conmigo; tú puedes ser uno de ellos”.

A cada piso que pasábamos, temblaba. Sin embargo, no de miedo, sino de coraje, de emoción: no tenía idea del grado, de la envergadura del asunto. Y me estaba mandando, iba a confrontarme yo sólo con Yifan a todo un sistema de pornografía ilegal para rescatar a mí…al chico que me gustaba. Cuando alcanzamos el decimonoveno piso, salimos y subimos los escalones a paso muerto, como repensando la decisión de seguir. Llegados a la puerta negra con un delgado y asustadizo mirador, clavé la mirada para practicar mi confianza.

Al segundo que dudas, te echan.

Muestra que eres como ellos. Muéstrales que eres de su madera.

-Suena a película—comentó Yifan, fascinado; me había leído la mente—¿Tú ya estuviste aquí?

-No, él me lo dijo…bah, algo así—respondí, no podía pensar, tenía que mostrarme firme, decidido. Algo que no era en absoluto.

Acerqué el puño y golpeé repetidas veces, víctima del pánico. El mirador se deslizó con rapidez, estrellándose al final del recorrido; un par de lentes oscuros nos miró de arriba abajo: ejercí la mayor rigidez en mi cuerpo y tragué saliva con fuerza.

-¿Qué hacen aquí?—gruñó el tipo—Y quién les dio permiso.

-Somos los nuevos—contesté al instante; miré por el rabillo del ojo a mi hyung—Yo uke, él seme—era lo más lógico, ¿No?—Nos dijeron que íbamos a trabajar con Kai y Tao, ¿Puede ser?-rogué porque hubiera pronunciado los nombres bien, apenas me escuchaba debido al pitido de mis oídos.

-¡Ah, sí! El Crossover…—comentó el señor, contuve una sonrisa, mordiéndome el labio—Pasen, pasen—y tras deslizar el mirador de vuelta la puerta se entreabrió.

Miré a Yifan, que tenía los ojos bien abiertos, mirándome: probablemente no me imaginaba  mintiendo o hablando como recién; no lo culpo, no sabía nada. Le llamé con la mano y entramos al largo pasillo donde las puertas se encontraban cerradas o apenas abiertas. Ahora comprendía el griterío que se escuchaba en el teléfono cuando hablaba con Kai: eran gemidos, jadeos, llantos, todos productos de los actores. Temblé de pies a cabeza, ¿Cómo serían tratados? ¿Hacía cuánto que estaban allí, probablemente encerrados?

-Esperen aquí, iré a avisarle al señor Lee—anunció el hombre de anteojos desapareciendo tras una puerta.

Al instante, pasaron dos chicos altos, delgados y de cabellos claros completamente desnudos y hablando animadamente. Reconocí a uno de ellos como al que habían golpeado a la salida del colegio cuando fui a buscar a Jongin. ¿Eran todos menores, acaso? De pronto caí en la cuenta: tendría que desnudarme de vuelta, tendría que hacer “cosas”…cosas sucias con mi “eso” para “Lo otro”. Y quizás ni siquiera me tocaría con Jongin si éramos varios.

-No me gusta mostrar la panza—confesé por lo bajo, busqué consuelo en Yifan, aterrado—Estoy rellenito.

-Y yo tengo un tatuaje en el omóplato izquierdo, sería muy fácil reconocerme—agregó, mordiéndose el labio y levantando las cejas; sí, no lo habíamos pensado bien.

En el sector izquierdo del piso había únicamente mujeres de rostro redondo y expresiones tiernas: llevaban encaje o vestidos atrevidos y practicaban un aegyo realmente encantador…pero todo se iba al traste cuando recordaban que vendían su cuerpo por unos pocos won. En el sector del medio (enfrentando el ascensor encintado con “No funciona”) había tanto chicas como chicos, practicando besos y posturas, rozando partes…íntimas de sus cuerpos. Nosotros, según Kai, íbamos a ir a parar al extremo derecho, donde estarían él, los dos chicos que cruzamos y el morocho de nariz gran….Tao.

La grave voz de Yifan brotó de repente, estaba escrutando el piso al igual que yo pero con una postura relajada y las manos en los bolsillos. ¿Se habría olvidado de lo que estábamos a punto de hacer?

-¿Mirabas a ese chico, Kai, verdad?

Asentí, tuve que hacerlo.

-Jamás me lo hubiera imaginado de ti—sonrió, colorado.

-Ni para eso sirvo—intenté bromear—me enamoré de él porque me daba lástima—eso no era broma, sin embargo liberó una risa tensa—De todas formas, tú…y ése chico Tao…

-Wushu ZT. Desde que tengo 19, muero por follármelo, sueño con eso, me despierto con las sábanas sucias por eso…

Su repentina soltura me tentó.

-Y míranos ahora…

Me correspondió la sonrisa; el hombre enorme de anteojos apareció de la nada, interrumpiéndonos y nos guió, hacia una puerta, la “B”. Dejándonos libre el paso, dimos un paso dentro.

Aún lo recuerdo como si estuviera entrando ahora.

No pude hablar, no pude respirar. Me quedé ahí, congelado por lo que veía, por el movimiento que se presentaba frente a mí y por el roce de pieles totalmente contrastadas. Justamente, las de Kai y Tao, porque cuando el grandulón nos había hablado del “crossover”, era en serio.

Kai, Jongin….mi precioso Jongin…estaba boca arriba, cabeza hacia un costado, con hilos de saliva en sus labios, se encontraba abierto plenamente de piernas, tomándose fuertemente de las rodillas y gimiendo sin control alguno, gritando lascivamente y dejando que su voz rebotara contra las paredes y mi interior…mientras Tao, que en efecto era el chico de la tienda, descansaba sobre sus pantorrillas y se hundía en mi Jongin con fervor, con brutalidad, hundiéndole las uñas en la carne de la cadera, moviéndose más rápido que nunca y jadeando como un perro mientras se lamía constantemente los labios. El ruido de sus pieles chocando me aturdía, el rostro de Jongin contraído en placer, doloroso placer, su voz suplicando más fuerza, lo bien que se sentía…

…Tuve que haberme enojado, haberme puesto celoso o estallar en rabia. Pero no. Ahora no estaba sufriendo, lo estaba disfrutando pues cuando Tao se detuvo para masturbarlo (perdón…), él empezó a mover las caderas para recompensar la falta de trabajo de su compañero. Tampoco me deprimí, al menos no en el momento, y de mis labios salió un ruido seco, gutural, orgásmico, que me quitó fuerzas y me llevó a apoyarme en la pared, detrás de Yifan, que ya estaba sentado de la impresión. Cuando lo vi tocarse disimuladamente, me ericé por completo: ¿Por qué tenía tantas ganas de hacer lo mismo? No, no, no…estaba mal, no podía…pero Kai…así…no, no.

En eso, un muchacho cualquiera que estaba ahí se me acercó y me señaló con su lapicera, parecía anotar algo, los horarios, los nombres, no sé.

-Ustedes siguen. Tú—me señaló—serás un estudiante de secundaria raptado, y tú—le hablaba a Yifan—Utilizarás los juguetes que más tarde te dará Eun-ssi , ¿De acuerdo?

Empecé a temblar: me imaginaba vistiendo mi viejo uniforme, sólo que con más de veinte años y con mi mejor amigo y primer amor desvistiéndome, manoseándome e invadiendo sectores oscuros con…juguetes…pegajosos….y de colores.

Ay, madres…

-Tranquilo—me alentó—Te ataremos y te vendaremos los ojos…pero los vibradores son fantásticos. Eso sí, quizás sientas un poco de voltaje en los pezones—sonrió.

Ahí perdí toda la valentía, todo el coraje que intentaba recuperar mientras me forzaba a enfocar bien, y caí al lado de Yifan para abrazarlo; no, no quería hacerlo: después de todo seguía siendo el mismo cobarde de siempre; busqué ocultarme en la inmensidad de Yifan, pero ni él podía controlarse. Lo “vi” sin querer y…ay, madres…estaba, “incómodo”. En su cara vi dolor, dolor por no liberar sus tensiones. Me pregunté si ya habría tenido relaciones con Tao…o con alguien. ¿Acaso seguirá siendo…como yo hasta hace unas noches atrás?

-¡¡¡¡PAREN TODO!!!!—bramó alguien, su voz sonó ahogada, pero fue reconocible.

Reconocería siempre esa voz, no importa qué tan lejos esté de él, siempre lo haría. No me resultaría difícil en absoluto ubicarlo; porque ahora sentía que vivía para él. El camarógrafo maldijo, los iluminadores se miraron confusos, y apretando el agarre a mi Hyung, me animé a mirarlo, a sentí que me correspondía el contacto visual. Apoyado en los codos, sacudió la cabeza para despejarse el flequillo; el cuerpo entero le brillaba por la transpiración y su pecho se contraía con rapidez, intentando recuperar el aire.

-¿¡Hyung!?—pareció sonreír, como no creyendo que estuviera ahí.

Quise responder, quise llamarlo, abrazarlo, pero el escándalo de los camarógrafos y los iluminadores me tapó la vista, me aturdió, me alejó de él.

-¿Qué pasó?

-¿Por qué cortaron?

-¡Diablos, tenemos que empezar todo de nuevo!

-¡¡Vuelvan a sus posiciones!!

-¡¡Argh, corten todo!!

Sin embargo, en el medio del barullo, en el medio de todo ese caos, vi sus manos, su cuerpo, sus rodillas acercándose a mí. Gateaba entre la gente que caminaba y maldecía, buscándome, sonriente. Al principio no pude escucharlo, pero en sus labios se leyó perfectamente la palabra “Hyung”.

-Lo lograste, ¿Qué haces aquí? ¿Cómo te dejaron entrar?

-Pues…—“me salió todo de pura suerte, vayámonos antes de que me inunde el pánico”—Es difícil…de explicar, ven—le llamé con los dedos, acercó el rostro, emocionado—Vinimos a sacarte, a partir de hoy eres…“libre”.

Ni bien se alejó, Kai esbozó una amplia sonrisa y empezó a carcajear. Pude sentir que todos los miraban, salvo Yifan y Tao, que parecían estar escrutándose desde hacía media hora. De repente, Jongin se levantó y empezó a vestirse.

-¿¡Qué les dije, mierdas!? ¡¡Hoy se termina todo, infelices!! ¡Pueden chuparla e irse a carajo, yo ME LARGO!—festejó con la risa brotando de su garganta y sonando como burla, sádica y asquerosa burla.

Sí, los odiaba. Si no, no hubiera gritado de tal forma.

La puerta se abrió de golpe y delataron nuestra intromisión, nos llevaron a los tres a la rastra: Yifan, imposible de reaccionar; yo, desesperado por alcanzar a Kai y él, llorando de la felicidad mientras insultaba a cualquiera que se le pasara por enfrente. ¿Qué pasaba, por qué lo soltaban así nomás? ¿No era que los volvían a encerrar o algo así? Mis pensamientos se vieron cortados por el impacto de mi cuerpo contra las escaleras, rodando hacia abajo. Terminé prácticamente encima de Yifan, Kai cayó a un costado, mirando la puerta con rabia, pero sonriente.

-Hoy se termina. De una puta vez y para todas—lloró, conteniendo el dolor entre carcajadas secas.

 

 

-¿¡Qué rayos!? ¿¡EN SERIO!?

Yifan asintió, yo me quedé colorado en mi lugar. Es que me había olvidado por completo: durante las siguientes dos semanas tenia los exámenes finales de la Universidad, al fin podría recibirme y dedicarme al trabajo; y si quería que Jongin trabajara en la librería una vez que egresara (ya que estaba en el último año), tenía que esforzarme. Y Kai bañándose o apareciéndose desnudo frente a mí no iba a ser de ayuda. Necesitaba enfocarme, alejarme de él durante un tiempo, por más que fuera increíblemente doloroso para mi mente…y mi cuerpo.

-Entiendo que preferirías vivir con Kyungsoo—lo tranquilizó Yifan—pero como él tiene exámenes te quedarás conmigo hasta que su tortura termine—sentenció.

-¿…Y mi noona?

Tragué saliva, incómodo. Jongin no pensaba separarse de su hermana; consideré la idea de armarle un cuarto en la sala…o por ahí. De mala gana, porque ahora que estaba levemente más…“desinhibido”, quería…

…probar…

…cosas.

-Puedes…emh…traerla—supuso, levantando una ceja—; yo…no tengo problema, no mientras se consigan un trabajo decente y ayuden a pagar. Entiéndeme, tengo mis gastos.

-Por supuesto que sí—carcajeó Jongin, entusiasmado—; Tao Hyung te arranca mucho, ¿Verdad?—la reacción en su rostro y en su cuerpo fue más que suficiente—Jah, sabía… ¿Semanal, mensual o anual?

-¡J-Jongin! Te está ofreciendo techo, ten más respeto—¿¡Cómo iba a hacer eso!? ¿¡No tenía vergüenza, acaso!?

Resopló, aburrido.

-Ya, ya, ya…perdón, Hyung—suspiró, rascándose la cabeza.

Yifan pareció no molestarse, hasta que chasqueó la lengua, como recordando algo; a continuación se inclinó frente a él y entrecerró los ojos para asustarlo.

-¿Casa de puerta roja y paredes negras, me habías dicho?

Ay, madres…Ay, Dios, no.

-Así me dijiste, ¿Verdad?—insistió—Porque no la encontré—Jongin se encogió en sí mismo, colorado—Agradéceme que aún tengas pito, ¿Me oíste?—siseó rascándole la cabeza bruscamente, casi queriendo lastimarlo.

-Sí, Hyung…señor. Nim.

Cuando desapareció en el piso de arriba (anunció que iría a preparar las camas), me tomé el puente de la nariz: Pobre Yifan, pobre, pobre Yifan…

Se le iba a hacer difícil.

 

 

Viví solo ni bien terminé la secundaria, ni bien entré a la Universidad, cuando me regalaron este hogar para manejarme por mi cuenta, y me había más que acostumbrado a vivir sólo y a mi manera, a mis tiempos en ese pequeño pero acogedor lugar. Ahora, sorprendentemente, me encontraba completamente desolado, necesitado de otra presencia.

Su presencia.

Me había vuelto egoísta, caprichoso, quería lo que quería y lo quería al instante, por primera vez chillaba, pataleaba y me complacían de todas las formas posibles. Había descubierto un nuevo lado de mí, una nueva faceta; quizás no era mi naturaleza reprimida, sino un ataque repentino que rápidamente desaparecería en cuanto me cansara o recuperara la tranquilidad (habían pasado demasiadas cosas últimamente: mis propios amigos de la facultad me habían golpeado a la salida de un club al cual nunca había ido, había empezado a mirar videos pornográficos, me había enamorado irrevocablemente del muchacho…primero para ignorar o tratar de superar mi fracaso unilateral con mi mejor amigo chino, luego por su personalidad, por su debilidad que me atraía, porque pujaba de mí para protegerle, porque luego logré que aceptara mi abrazo, mi consuelo; fui a sacarlo de su asqueroso trabajo fingiendo ser un actor pornográfico, uno de ellos, y me echaron, lastimándome una vez más la cadera…a este paso quedaría chueco). Pero de todas formas, él me seguía faltando: el silencio de mi casa lo llamaba, mi cama lo llamaba, mi cuerpo…mi cuerpo gritaba desesperadamente su nombre. Y me asustaba.

Sentí los vellos de mis brazos y de mi nuca erizarse lentamente, a mi cabeza volvía la escena de Kai en el edificio, abierto de piernas plenamente, moviéndose con frenesí, mordiéndose el labio pero finalmente cayendo en la tentación. Rápidamente caí en la cuenta: ¿Yo lo hacía sentir así? ¿Tao era mejor que yo? ¿Qué tenía que hacer para que se comportara de esa manera conmigo, a pesar de ser yo el pasivo? Aish, miren lo que estaba pensando…pero no podía ignorarlo, se estaba volviendo, lamentable y desgraciadamente, más fuerte que mi autocontrol, que había flaqueado tanto últimamente que se encontraba en las últimas, como una muralla a medio hacer.

Contemplé imaginariamente las filas de piedras que tenía que escalar: ¿Qué habría del otro lado? ¿Qué me pasaría si cedía a los deseos, a los caprichos espontáneos y efímeros? ¿En qué me convertiría? ¿Sería siquiera capaz de controlarlo? Acaricié la pared, sintiendo la rugosidad del material. Iba a lastimarme, pero era sólo colgarme, saltar y pasar al otro lado. Era tan fácil, se veía tan fácil…Subí, de repente tenía fuerzas para llegar a la cima del Everest en un segundo, me sentí imponente. En la vida real, me senté en la cama y apoyé inconscientemente las manos en mi pecho, examinando la fina tela de mi camiseta. Mientras me abrazaba por la cadera, por debajo de la remera sintiendo así el hervor de mi piel, en mi mente realicé flexiones para poder apoyar la rodilla en lo más alto de la muralla. Ya de pie allí, en la Tierra bajaba mis manos hacia el borde del pantalón, desabotonándolo desinteresadamente, como quien no quiere la cosa, sintiendo el calor y la sangre acumularse en mi entrepierna.

Me llamaba la atención, quería llegar…quería saber, de una buena vez enterarme cómo se sentía, cómo te “aliviaba” esa simple acción, ese básico movimiento que cualquier muchacho adolescente realizaba tranquila y despreocupadamente sabiendo que sus padres no están allí. Quería temblar ante el toque, ante el desahogo de tensiones. Y yo estaba ahí en mi casa, solo, sin padres ni nadie presente, con las cortinas tapando la luz del Sol y la curiosidad carcomiéndome por dentro.

Miré el paisaje que se extendía del otro lado de la muralla, ya parado en ella: era borroso, la neblina te impedía enfocar y no podía divisar ni horizonte ni suelo; ahí fue cuando la gravedad empezó a succionarme hacia abajo, doblándome hacia delante, estando a punto de caer.

En algún momento había cerrado los ojos, pues los abrí y me vi en mi cama de vuelta, con la mano hundida bajo la ropa, dentro de mi jean, dentro de mi bóxer. Nervioso y mordiéndome el labio, estiré los dedos, rozando mi masculinidad, que se retorció ante el toque, volviéndome…

…Loco.

Mientras me rodeaba con la mano, con el puño, me dejé succionar por aquella fuerza oscura y caí. Caí sin golpear jamás el piso, mientras bombeaba vergonzosa y desvergonzadamente a la vez, con miedo y sin miedo, con pena pero sin pena. Como si supiera, como siempre lo supe, que lo que hacía estaba mal, excitándome sólo eso, esas cinco o seis palabras.

“No lo hagas, está mal”.

“No lo hagas, que está mal”.

Me había adentrado a un mundo nuevo, un mundo donde Jongin lo significaba todo. Y si no estaba él por algún motivo (siempre y cuando supiera que iba a volver), si por algunos segundos, minutos u horas me faltaba o no podía aparecer…ahora sabía que no pasaba nada si cruzaba la muralla. Al menos nada peligroso.

 

 

Notas finales:

Perdonen que no lo previsualicé ni corregí....veo doble de tanto leer/escribir xD

Sí, ya sé, malísimo el capítulo D: es que no se me ocurría nada y el barullo del colegio tampoco ayudaba mucho >.< pero bueno...KYUNGSOO se animó a....omoo!! :O :X

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).