Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

unstable-enjoyment.com ~ Digital Skin por JHS_LCFR

[Reviews - 293]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Las enfermeras no bromeaban cuando comentaban que nos encontraríamos con una sorpresa al entrar mientras se reían, y el doctor tenía todo el derecho de decirnos que por favor les señaláramos a los chicos que esto era un hospital y no un motel. No, en serio, lo que vimos ni bien entrar fue alarmante: Tao estaba, literalmente, encima de Yifan, durmiendo abrazado a él, cuyas manos descansaban sobre sus glúteos si vergüenza alguna. Kai no aguantó y empezó a tentarse, terminando sentado en el piso y sujetándose el estómago, despertando a los otros dos. GaEul simplemente arqueó las cejas, ¿Yo? Morí de vergüenza ajena cuando Tao se levantó rápido y dejó a la vista las sábanas…manchadas, húmedas por culpa de Kris. Ay, madres…qué habrá pasado ahí esa noche. Jongin claramente no se podía quedar callado, le estaban sirviendo la broma en bandeja.

-Vaya, vaya, vaya…así que eres de los rapiditos—dijo—de los que no duran—después me codeó, mirándome pícaramente—por suerte tú no tiene ese problema.

Antes de que pudiera contestar, GaEul se encargó de golpearlo con fuerza a modo de reprimenda; yo aproveché para escapar al baño, de tantos nervios y bochorno hasta tenía hipo. Es decir, el comentario de Kai era claramente su forma de empezar una conversación, de olvidarnos del altercado en el cuarto y arreglarnos, por decirlo así: el tema es que lo hacía a su manera… ¡Y delante de su hermana y de Yifan y de un desconocido! Un desconocido…que volvía loco a Yifan. ¿Cómo lo hacía? Bueno, en realidad, no era muy feo que digamos; era alto, tenía buen físico (cuando se levantó, parecía una torre), tenía una espalda casi tan ancha como la de Yifan, y los brazos los tenía muy bien formados, cuando se cubrió la cara su físico saltó a la vista, incluso escuché a GaEul silbar por lo bajo; tenía cara pequeña y recuerdo que a Yifan le gustaban mucho los cuellos y las clavículas (decía que era como un vampiro, bromeando) y ése chico tenía, si se lo miraba desde la perspectiva de Yifan, todos los puntos para ganar. Sí, era perfecto para él, y lo bueno era que ese chico Tao también parecía estar interesado en Yifan. Conclusión: todos felices. Ahora me faltaba responderle a Kai, pero las piernas aún me temblaban al recordar lo ocurrido: sé que no pasaba nada si…bueno…“lo hacía”, pero tenía que entender que desprenderme de la estructura a la cual fui arraigado por la fuerza desde chico era muy difícil; y, no quería sonar engreído, pero había dado más pasos que cualquier otra persona, me había esforzado bastante…tenía que descansar, esto mentalmente me agotaba, ¿Se entiende? Pero mi cuerpo me venía felicitando de una forma…una vocecita en mi cabeza me decía que lo venía haciendo tan bien…sentía que no podía parar, que me perdería de algo si me quedaba aquí parado descansando. Quería que todo mi ser ardiera de vuelta, quería temblar de pies a cabeza pero no por los nervios, quería ver ese destello blanco y destensar mis músculos a través de esa explosión en mi bajo estómago, ese retorcijón que molestaba y luego me mostraba que todo estaba bien, terminando yo exhausto y aferrado al cuerpo de Jongin, tostado, con los poros a flor de piel e hirviendo, abrigándome en la noche sin necesidad de taparnos con sábana o frazada alguna. Pero si quería eso, tenía que dejarme llevar…dejarme llevar, durante todo el proceso, todo el camino. ¿Lo iba a poder hacer? Lo hice en mi cumpleaños con Yifan y todo terminó en desastre; no, no, no, no, esa idea tenía que irse, Yifan era Yifan y Jongin era Jongin…Eran completamente diferentes, completamente.

El cambio es bueno, Soo. Lo has comprobado tú mismo.

Respirando hondo, salí del baño, justo a tiempo para ver a Tao deslizarse hacia el pasillo silenciosamente.

-Perdón—llamé la atención de los demás que me miraron inmutables, acostumbrados a mí actitud, sin embargo, al ver de vuelta las sábanas sucias de Yifan, enrojecí—es que, Ugh—me tapé el rostro, era demasiado verlo así. Y pensar que yo soñaba con provocarle eso…

-Tranquilo—Kai corrió a abrazarme, a modo de disculpa; lo sabía, lo conocía—, ¿Qué tiene de malo contarle al mundo de tu fuerte, resistente y gran p---

-Silencio o te saco—gruñó GaEul—hay gente que no quiere detalles.

Golpearon la puerta y antes de voltearnos para ver quién era, apareció una doctora con una planilla a llenar; instantáneamente decidimos salir, GaEul me contó que Yifan ya había sido advertido de sus posibles citas con la traumatóloga y la fonoaudióloga, puesto que apenas podía hablar, aunque si se esforzaba le salía la voz rasposa y lastimosamente. De forma que nos quedamos allí nuevamente, en ese feo y sucio pasillo sin vida, esperando para saber si podíamos irnos todos a casa o si debíamos dejar a uno por quién sabía cuánto más. Y para sorpresa de todos, dos personas más aparecieron en el hospital preguntando por el paciente Wu Yifan: uno alto y otro bajito, que se quedaron congelados en sus lugares al vernos. Y ahí todo pasó demasiado rápido: Chanyeol ocultó con su cuerpo a Baekhyun, quedando de blanco perfecto para Jongin, que le golpeaba y empujaba, gritándole lo cobarde que era por no haberse aparecido antes.

-¡Tu amigo casi se muere, por si no sabías, infeliz!

Pero el otro no respondía, se quedaba callado, recibiendo todo tipo de agresión. GaEul se levantó para apartar a su hermano, yo me dirigí con Chanyeol y Baekhyun a la calle, todos necesitábamos algo de aire.

-¿Por qué no apareciste antes?—pregunté, no podía quedarme con la duda—Y desapareciste la última vez, ¿Qué hiciste? ¿Dónde estabas?—cuando le vi el brazo vendado me dio un vuelco el corazón—¡Chanyeol, qué te--!

Me tapó la boca con su mano gigante, el brillo de sus ojos había desaparecido, era otro Chanyeol. Estaba apagado, el chico que yo conocía se había ido, estaba perdido en algún rincón de ese enorme cuerpo que me miraba, serio y preocupado.

-No tienes que contarle a nadie lo que te voy a decir, ¿Me oíste? A nadie.

Asentí, aunque entendía poco y nada, y empezó a narrar. A cada instante mis ojos volaban hacia Baekhyun, que había comenzado a llorar en silencio, pero fue rápidamente abrazado por Chanyeol aún con su brazo lastimado. No podía ser, no sonaba creíble. Cuando no daba crédito a mis oídos, mi mente se perdió en la imagen de aquella pareja trágica, que parecía que nunca iba a dejar de sufrir.

Cuando volví solo, GaEul levantó una ceja; sólo pude responder resoplando, preocupado.

 

 

Tuvimos que cargarlo nosotros; fingió poder caminar y hablar bien hasta que doblamos la esquina, allí se derrumbó, debido a que se había esforzado al máximo para parecer completamente recuperado. Por suerte pudimos sujetarlo y GaEul y yo aguantábamos su peso, tomándolo de la cintura o pasándonos un brazo por los hombros. Jongin, por su parte, caminaba hacia atrás, mirándonos avanzar a paso de tortuga.

-Wow, te mataron Yifan—comentó—¿Te hicieron correr o qué? Parece que vienes de una maratón.

-¿Chanyeol?—preguntó, ignorándolo.

Según Yeol, Yifan había entrado al edificio para ir a buscarlo, ya que lo había visto escabullirse entre los móviles para llegar al piso 20. Cómo sabía Yeol dónde trabajaba Baekhyun, no lo sé ni me lo dijo, fue uno de los grandes pozos que dejó sin tapar en la narración, diciéndome que era mejor que no supiera. Pero volviendo, sería lógico que Yifan preguntase por su amigo, razón principal por la que entró al rascacielos y recibió el disparo. Quién le disparó tampoco me lo dijo. “Hay cosas que es mejor que mueran aquí”, susurró, señalándose la cabeza. “No ayudaría en nada dejarlas salir”.

No le pasó desapercibido nuestro silencio, se detuvo en seco y su rostro se contrajo en sorpresa.

-Alto, ¿No estará…?

-¿Muerto? ¡No, no!—tartamudeé, su estado actual más semejante noticia no le haría bien, sobre todo porque no era cierta—Sólo está…mal. No se atreve a verte aún, entiéndelo—o al menos así me había dicho: “No puedo, pensé que hoy podría, pero no puedo”.

-¿Quién me disparó?—insistió—¿Se sabe?

-Es mejor que no sepas eso, sólo que lo hicieron—dijo GaEul, distante; con una mirada cómplice me demostró que sabía que algo estaba pasando—Vamos—agregó, acelerando el paso.

-Alto, alto. ¿Y el chico de Chanyeol?

-¿¡PODRÍAS DEJAR DE PREGUNTAR Y MOVERTE!?—gritó Kai, molesto—Te responderán cuando sea tiempo, carajo. No seas impaciente—concluyó, girándose y dándonos la espalda.

Yifan no se quedó con las ganas de responder y pretendió abalanzarse sobre él, lo cual terminó siendo un tropezón con sus propios pies y un agarre afortunado y resistente de mi parte.

-Vamos a casa, por favor—me sentía tan mal ocultándole las cosas—Yifan, Chanyeol te contará todo cuando esté listo, ¿Sí? Por ahora concéntrate en tus heridas.

Asintió enfadado y nos hizo más fácil el camino de vuelta; de pronto, mi boca empezó a hablar sola, buscando un tema con el cual distraernos, concentrarnos hasta que todo pareciera calmarse.

-Por cierto, Yifan—me miró, expectante—GaEul y Jongin ya se mudaron a mi departamento—mentira; Jongin me mataría y GaEul terminaría más molesta que otra cosa, pues se sentía incómoda al lado de nosotros, juntos—y terminé mis exámenes—susurré, sonrojado; su cara de sorpresa me tentó; para él el tiempo casi que no había pasado—Me recibí—dije, airado, GaEul tampoco pareció haberse enterado—La ceremonia es en una semana.

Me dedicó la sonrisa más cálida y sus ojos se volvieron dos pequeñas medialunas brillantes y vidriosas; era la expresión suya que más me gustaba, porque Yifan a veces podía ser un misterio, pero conmigo y por alguna razón (me lo había contado hace tiempo) se volvía completamente transparente. Uniendo nuestras frentes, me guiñó un ojo.

-Estoy orgulloso—masculló roncamente—Mi amigo, el inteligente—dijo, como si fuera el título de una película, maravillado.

Su rostro era de lo más cómico: físicamente se encontraba hecho pedazos, pero desde que me escuchó había logrado erguirse y caminar casi a ritmo normal, acelerando el paso hacia su casa. Me tenté, sonreía tontamente, como cuando un padre escucha hablar por primera vez a su bebé, era realmente encantador, algo no muy común en Yifan. En respuesta, busqué su mano, colgando sobre mi hombro, y entrelacé nuestros dedos: se lo iluminó más la cara, si eso era posible siquiera. Aunque escuché a GaEul carraspear, rápidamente entendió: no era una traición ni nada por el estilo, aparte, no teníamos que darnos el lujo de pelear en una situación tan delicada como esta.

-Hey—llamó Jongin, inmóvil—hey, hey, ¡Qué es eso!

Dos pasos más y los vimos: un solo móvil, un par de policías en la casa de Yifan.

Qué hacían, qué querían, a quién buscaban, a quién iban a llevarse: No lo sabíamos. Y, sinceramente, no teníamos ganas de hacerlo.

 

 

Si te ponías a pensar, era obvio: Yifan tendría que declarar, Tao tendría que declarar, Baekhyun y Chanyeol también…y Jongin también, que se encontraba en esos cuartos, confesionarios de paredes grises, con una mesa negra en el medio y la famosa ventana negra desde donde se veía todo. Y desde donde yo mismo observaba a Kai, sentado en esa solitaria silla, rodeado sólo por el eco de sus palabras, un investigador y un grabador en el centro de la mesa.

-Cuéntanos todo lo que sabes, por favor—pidió el hombre de traje, sentándose y aflojándose el nudo de la corbata.

-¿Estoy obligado a hacerlo?

-Por favor, coopera. Ahórranos más problemas—sonrió el hombre, cuyos años habían dejado rastro a lo largo de su rostro y su cabello. Tendría cuarenta y pico—¿Y bien?

Respiró hondo, como advirtiéndose de que lo que iba a ocurrir no iba a ser bueno.

-¿Qué quiere que le diga? Con los demás debería ser suficiente. Todo ocurría en un rascacielos, un edificio de departamentos a alquilar. Estaba el piso número veinte, el último, todo reservado para nosotros, pero no teníamos permitido dormir ahí por miedo a que ustedes llegasen—le sonrió sarcásticamente—En cuanto al “trabajo” en sí, pues…a mí, a Sehun y a Baekhyun tenían que darnos pastillas para que la erección durara más…conoce los Viagras, ¿Verdad? Pero Tao, Luhan y el resto sabían más o menos controlar sus estímulos, así que ya no los necesitaban, nosotros éramos nuevos; después…mmm…Ah, sí. A Baekhyun varias veces lo “durmieron”, anestesiaron, porque lloraba y gritaba que se quería ir, que no quería grabar…pobrecito, no hubiera andado solo cuando lo agarraron. ¡Ah, eso! A casi todos los secuestraron, los llevaban a la que ahora es la casa de Tao, que se encarga de cuidar a los nuevos, como Baekhyun, que quieren escaparse pretendiendo que se pueden salir—se encogió de hombros.

¿¡Cómo era posible que no se inmutara en absoluto!? Tardé en entenderlo, pero si bien su postura era calma, relajada y se mostraba indiferente o despreocupado mientras relataba, su voz se quebraba, empezaba a bajar el volumen, volviéndose un hilo de sonidos apenas perceptible.

-¿Cómo es eso de “a casi todos los secuestraron”?

-Fácil—sonrió—Yo me ofrecí, voluntariamente.

-¿Por qué?

En mi mente se activó un interruptor, y empecé a moverme solo hacia la puerta que daba a la habitación: No, tenía que sacarlo de ahí antes de que respondiese.

-Pues…

En un segundo me tomaron de los brazos, reteniéndome.

-Ya terminó—dije, agitándome en dirección a la puerta—¡Ahí tienen lo que buscaban, déjenlo ir!—pero del otro lado del vidrio nadie podía escucharme, incluso habían desconectado el comunicador entre mi cuarto y el de Jongin, pudiendo sólo escuchar y no dar órdenes.

-Alguien tenía que hacerse cargo—respondió, frotándose los muslos y mirando hacia abajo.

-¿De qué?

-¡¡YA, SUÉLTENLO!!—bramé, estirando los brazos torpemente.

La escena en el confesionario transcurría de los más normal, ajena al caos que causaba del otro lado de la puerta.

-De casa, de mí…de la familia.

-¿Y tus padres?

-¡¡¡POR FAVOR, TERMINEN LA ENTREVISTA!!!

Jongin pidió un segundo antes de hablar, carraspeó y se pudo notar que estaba incómodo, pues se había agarrotado a la silla, mirando a los alrededores. Casi como buscándome.

-Somos mi hermana mayor y yo, nadie más—sonrió, incluso había omitido el detalle de su hermana SuJin, causante de su miseria—No hay padres, desde hace rato que no hay—y corrió una lágrimas por su mejilla, esa que indicaba que pronto vendrían más si no corría a abrazarlo.

-¡¡DÉJENME SACARLO!!—no aguanté y empecé a forcejear para quitarme a los señores de encima, sin perdón ni vergüenza.

-Una última pregunta, chico…--se inclinó sobre él, sujetando con fuerza el grabador—Tu hermana mayor… ¿Cuántos años tiene?

-¡¡¡JONGIN!!!—no tenía que responder, nunca debió haber nombrado a GaEul.

Respiró hondo nuevamente y bajó la cabeza para llorar en silencio.

-Veintiocho—respondió.

-¡¡¡NO!!!

Acababa de cavar la tumba para GaEul.

GaEul era mayor de edad, le aplicarían cargos por no haber evitado que Jongin entrara al Departamento (para peor, voluntariamente).

Dios mío…

…GaEul iría a la cárcel.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).