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unstable-enjoyment.com ~ Digital Skin por JHS_LCFR

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Notas del capitulo:

¡¡Falta poco, falta poco para el final!! ¡Cada vez menos!

Mil disculpas por no haber actualizado ayer...no tenía ganas de escribir y me enfermé Dx

 

Me quedé mirando al techo, jugando con mis dedos. No podía responder, sinceramente no podía. A ver, no me malinterpreten, había sido…espectacular. Resulta que mi “eso” y la boca de Jongin combinados no era tan malo como yo pensaba. Es decir, me hizo sentir increíble, sensorialmente fue algo nuevo, inimaginable; cuando jugaba a presionar sus labios y tarareaba, su voz retumbaba contra mi piel, volviéndome loco; cuando inclinaba la cabeza, me retorcía bajo él, nombrando a Jesús, a María, ¡Casi a los Reyes Magos! y demás, diciendo cosas inentendibles y tapándome la boca cuando empezó a subir y a bajar, avergonzándome con la vista y la situación pero deleitándome con sus movimientos y el ritmo. Sí, fue genial, hay que sincerarse de vez en cuando. Bueno, en realidad lo más genial fue ver la cara de Jongin cuando terminamos (bueno….emh…terminé): su tristeza se había esfumado, se le veía relajado, contento, calmado. Tenía una sonrisa muda y tranquila, lo recuerdo porque ésa es una de mis favoritas. Se lamió los labios y se limpió a cara, lo cual me resultó terriblemente erótico: se pasaba la mano o los dedos por el rostro y por el cuello y luego se lamía lentamente, frente a mí. Jamás, jamás pensé que sería tan sucio y pervertido como para, con sólo mirarlo, estar rápidamente listo para lo que él llamaba…“una segunda ronda”.  

De todas formas, no iba a proponerlo, ese tipo de cosas eran como un camino sólo de ida con Jongin: si lo proponías o decías una vez, para él valía por siempre. Siempre, siempre, siempre.

-¿Y, qué tal estuvo?

No se podía contener, ni que fuera el colegio y estuviera compitiendo con las notas del trimestre pasado. Aunque, si lo aplicabas a la materia “sexo”…bueno, era entendible.

-Bueno…pues…estuvo…

-¿Sabes qué?—dijo, girándose y posando un brazo sobre mi cuerpo—No es necesario que contestes. Si de verdad te gustó, la próxima no pondrás trabas—susurró, recorriendo mi brazo y antebrazo—Pero gracias, en serio tenía ganas de hacerlo.

Sentía que tenía que hablar, que decir algo, pero mi propia voz me frenaba, como si no fuesen necesarias las palabras, como si sólo con gestos alcanzara. Atrapé su mano en el recorrido y dibujé círculos en su dorso con mi pulgar, uniendo el resto de los dedos suavemente.

-¿Me abrazas?—preguntó de repente—Tengo frío.

Accedí, sintiendo cómo se acurrucaba contra mí, acariciándome el pecho y el cuello con su nariz; a veces se veía igual que un gatito abandonado, sólo le faltaba ronronear. Nunca Deshicimos el primer agarre de manos, envolví su espalda con el libre y lo acerqué a mí cuanto pude, deleitándome con el aroma que salía de su pelo. Era como coco y canela, es difícil de explicar; dulce, puro, algo que en Jongin no se veía muy seguido, al menos con los demás. El pensar que solo conmigo se mostraba tal cual era me abrigaba el alma, me sacaba una sonrisa; sin darme cuenta le besé la cabeza, a lo que respondió con un beso en mi cuello, lento, mudo y suave. No quiso dejar marca, sólo calor, calor que traspasaba mi piel, dándome cosquillas, guardando el sentimiento en mi mente y en mi pecho.

No obstante, y aunque todo pareciera una película romántica transmitida todas las semanas a la tarde, cuando las mujeres están por dormir la siesta….había un tema que hablar: no volveríamos a ver a GaEul, al menos no por un largo tiempo.

-Jongin. ¿Estás mejor?—se encogió—Escucha, sé que preferirías no hablarlo pero…—apretó mi mano, rogándome por un minuto más de silencio, suspiré—De acuerdo. Pero por favor, si te sientes mal, háblame. No soporto verte así—y lo estrujé contra mi cuerpo, esperando un llanto que nunca vino.

-Cántame, Soo…noona me dijo que lo haces bastante bien—susurró—Cántame, Hyung—me apuró, sacudiéndome levemente—Al menos hasta que me duerma.

Me sonrojé, la pena oprimió mi pecho: GaEul…dolía pensarla, dolía nombrarla. ¿Cuándo le dijo que cantaba? Pocas veces los vi juntos… ¿Habrá sido por mensaje, en la comisaría? Daba igual, quería que Jongin fuera feliz, y si tenía que pasar vergüenza frente a él (había pegado más de un alarido en la última hora), pues bien. Carraspeé y vocalicé un par de agudos y graves, luego me dispuse a soltar la primera canción que se me vino a la mente, mientras escuchaba el pulso de Jongin golpear contra mi cuerpo.

Algún día, cuando se esté cayendo el cielo,

Me pararé justo a tu lado. Justo a tu lado.

Nada podrá interponerse entre nosotros,

Porque estaré parándome justo a tu lado. Justo a tu lado.

 

Estamos hechos el uno para el otro,

Tú y yo.

Y no tengo miedo,

Sé que lo lograremos.

 

Lo escuché reír secamente. Cuando empezó a cantar al compás, acompañándome, ahí se me fue el aire. Tenía una voz armoniosa, sus cuerdas vocales que le daban un matiz grave pero dulce a su voz quedaban perfectamente. Me miró, casi preguntándome por qué paraba y volví a cantar. Volvimos a cantar, maravillados con el contraste de nuestras veces, como el de nuestras pieles, y encantados con la facilidad con la que calzaban excelentemente. Encajábamos el uno con el otro, no importase en qué: cuando yo era fuerte él estaba débil, cuando yo estaba débil él estaba fuerte; cuando me faltaban las palabras él entendía y me abrazaba, cuando a él le faltaban las palabras yo era capaz de esperar una eternidad hasta que se pudiera expresar; nos desvivíamos el uno por el otro, nos necesitábamos, nos deseábamos, nos queríamos.

No sé cómo pude vivir tanto tiempo sin él; ya no recuerdo cómo lo hice, si a eso sin Jongin se le llamaba “vivir” siquiera.

 

 

-¿Hola?—el número no estaba agendado, Kai me miraba dudoso y yo sólo podía imitar su expresión, atendiendo la llamada que acababa de caer mientras desayunábamos.

-Hola, ¿Kyungsoo?—era una voz algo nasal, tenía acento—Soy---

-¿Tao?—pregunté entrecerrando los ojos, ¿Cómo tenía mi número? ¿Y por qué se escuchaba tan entrecortada su voz? Raro, solía tener buena señal…Pronto entendí que estaba llorando, aunque su voz dejaba un claro atisbo de enojo, de frustración.

-Yifan tiene algo que decirles—se escuchó desde el parlante, robóticamente—¿Por qué no van a su casa con Jongin, Chanyeol y Baekhyun Hyung?

-C…claro que puedo llevar a Jongin, Chanyeol y Baekhyun a la casa de Yifan porque tiene algo que decirnos—dije en voz alta y mirando a Kai, levantando las cejas y moviendo el brazo, para que entendiera—¿A…a qué hora?

-Ahora, porque se va a China.

-¿¡CÓMO!?—Kai saltó en la cama, espantado por mi grito—Q…q… ¿¡A qué viene esa….TAO!!

Pero me cortó, me dejó sin aire en los pulmones y llamándolo a los gritos con la garganta seca.

-¿Tenías que gritar así? ¿Quién se murió? ¿Se casan el bodoque y el panda?

-¿¡Pero qué…—¿¡Me estaba tomando el pelo!?—¿“Panda”? ¿“Bodoque”?

-¿No viste las ojeras de Tao? Es un panda en pinta. Y Yifan…bueno, es un armario el hijo de…—por lo visto notó mi expresión y calló—Y da miedo, pero es medio torpe y tonto. O sea, es como un tiki…un bo-do-que—dijo separando las sílabas con las manos, acomodando “el aire”—En fin, volviendo: ¿Qué pasó?

Entre la confusión de la llamada y las incoherencias que decía Kai, terminé con la cara torcida en una mueca indescriptible. Sacudí la cabeza, aclarándome las ideas.

-Yifan se va a China.

-¿¡EH!?

-Sí, así de la nada, me contó Tao…“Se va a China”, dijo—no me creía, me pasé una mano por la cara y resoplé—“Quizás tengan que ir a la casa de Yifan porque tiene algo que decirles, porque se va a China”, fin de la cita.

-¿¡Y qué hacemos aquí sentados!?—me gritó parándose, corriendo a la habitación.

 

 

-¿Abriste el sobre?

-¿Qué te dijo?

-¿Lo golpeaste?

-¡Jongin!

-Perdón…

-Ey, Fan, habla.

Cuando pasamos a buscar a Chanyeol y a Baekhyun quince minutos atrás, parecían estar en otro mundo, completamente desinformados de lo que pasaba a su alrededor. Me llamó la atención que ambos estuvieran en calzoncillos y sin camisetas; Jongin no paró de reír en todo el camino. Pero era cierto…nosotros por lo menos nos duchábamos y nos vestíamos después de estar juntos; pero, ¿Acaso ellos no paraban? Conociendo a Chanyeol, ya sabía la respuesta…pobre Baekhyun; pobre, pobre Baekhyun.

Cuando llegamos a lo de Yifan, no habían trabado la puerta y Tao tampoco estaba, nos encontramos con Yifan sentado en la silla, todo mojado y con una toalla atada a la cadera; creo que Kai sufrió un ataque de celos y se puso enfrente mío, tapándome la visión durante toda la tarde. Alcancé a ver un sobre en la mesa de la cocina junto con un fajo de billetes sujetado por una goma elástica que en cualquier momento estallaría y nos sacaría un ojo. Me alegré de que Jongin estuviera adelante mío.

-¿Quién los llamó?—preguntó roncamente; claramente había pasado algo, Yifan se veía como si estuviera bañándose de lo más tranquilo, no parecía haber decidido de un día para el otro su vuelta a China. Algo no cerraba, se veía demasiado sorprendido, ¿Quizás planeaba irse sin decírnoslo? ¿Por qué estaba tan anonadado?

-Tao, pero dejó la puerta abierta y no lo encontramos—dijo Yeol sin despegar los ojos del sobre, le llamaba demasiado la atención.

-¿Tienen idea de dónde puede estar?—suspiró, frotándose la cabeza con lentitud pero fuerza; no, algo no andaba bien ahí.

-Q…Quizás yo sí—dijo Baekhyun, levantando la mano y dando un paso adelante—C…conozco los lugares que…frecuentaba.

Se frotó las manos y se encogió en sí mismo cuando todos lo miramos. Se ve que no quería llamar mucho la atención, lo cual le venía perfecto a Chanyeol, que vivía con el deseo de ser el centro del Universo entero (en serio, así le dijo a Yifan la primera noche que compartimos los tres en casa luego de que el rubio se volviera mi amigo). Chanyeol caminó hacia él, le tomó del mentón y le obligó a mirarlo. ¿Quién diría que Chanyeol podía ser suave o romántico? ¡En serio! Tal vez ese chico no la pasaba tan mal después de todo, a Yeol le cambió la cara ni bien se tocaron el uno al otro. Parecía un niño atento al pichón que nació de huevo de su proyecto de ciencias, teniendo extremada delicadeza por su fragilidad. Una fragilidad que superaba la mía en todos los aspectos y niveles existentes.

-¿Estás seguro, hyung?—preguntó; su cuerpo parecía acaparar el del otro. ¿Hyung? ¡Ni a Yifan le decía así! Contuve un grito de emoción, lo quería en serio.

Mh—asintió, sonrojado—Terminaron de allanar el departamento, tal vez se encuentre ahí—parecía más confiado si unía miradas con Yeol.

Chanyeol medio suspiró, medio rió, le acarició la mejilla y lo tomó de la mandíbula; vimos cómo sus dos rostros se acercaron, pero el cuerpo de Chanyeol terminó de taparnos. Maravillado por la escena, no pude contenerme y sonreí, mordiéndome el labio y tapándome las mejillas con las manos. Sin embargo, faltaba algo…

-¿¡Por qué no haces eso conmigo!?—Sí, el ataque de histeria de Jongin—Yo también necesito amor.

Me tomó por sorpresa: ¿¡Qué no le daba amor!? ¿¡Qué le daba entonces!? ¡A ver! Pasé vergüenza en el hospital, dejé que se apoderara de mí cada vez que quería, le decía que le quería… ¿¡Qué le pasaba a este chico!?

-¡P-p-p!—quise enojarme, pero no pude, terminé casi suplicando—¡P-pero al final no sé qué quieres!

-¿Qué te cuesta besarme en público? ¡Carajo, tú y tu vergüenza! Merezco una recompensa esta noche—dictaminó señalando el piso con euforia. ¿Quién lo entiende? ¿Quién?

-¡D…de acuerdo, pero más bajo!

En el medio del desorden, Yifan se disculpó por lo bajo y subió las escaleras, le seguí con la mirada: caminaba encogido en sí mismo y cada escalón le suponía un esfuerzo físico increíble.

-¡No lo mires, te estoy hablando!

-Jongin, ¿Se puede saber que---

-Quiero eso—protestó señalando a Chanyeol y Baekhyun, que no habían cortado contacto visual y se reían entre dientes, como contándose chistes mentalmente—Quiero una escena de película. ¡Como las películas que miraban noona o mamá!

Le tomé de los hombros y le rogué que me entendiera, que subiría para hablar con Yifan y que volvería pronto, que no pensara mal. Tardé alrededor de cinco minutos; cuando llegué, Yifan estaba parado, mirando la ropa sobre su cama y con el cabello y la toalla goteándoles en el piso. Lo sorprendí, tomándole de los hombros, y nunca dejaba de tentarme cuánto tenía que bajar la cabeza para verme. Sí, soy bajito…pero así me quieren. Y me viene bastante bien para esconderme en las multitudes.

-Si te estamos agobiando, háznoslo saber y nos vamos. Se te ve mal. Y siempre que estás así quieres estar solo, ¿O no?—no quería dejarlo, pero tampoco quería ser una molestia; después de todo, estábamos las dos parejas frente a él, refregándole algo que aún no sabíamos si había logrado obtener.

Asintió, casi sonriendo: el lazo que teníamos era bastante fuerte, y era un sentimiento tan reconfortante que en los peores momentos siempre lograban sacarnos una sonrisa. Sentándose en la cama, empapado y propenso a resfriarse, palmeó el colchón. Me senté con las piernas bien juntas y mirándolo, expectante.

-¿Necesitas un abrazo? ¿O hacer catarsis será mejor?

Como todo hombre orgulloso, tosió, indiferente, miró a su alrededor, sacando los molestos cabellos de su frente con su mano y respiró hondo, dejando pasar los segundos; rápidamente se entregó a mí, extendiendo los brazos. Era muchísimo más grande que Jongin, y ya me había acostumbrado a su cuerpo, por lo que pareció más que él me abrazaba a mí de forma que pudiera consolarme. Sentí las gotas bajo mis palmas y su pecho humedecer mi ropa, pero no me importó. Respiré hondo y me lamí los labios, no podía evitarlo.

Baby don’t cry, tonight.

Luego de que la oscuridad se haya levantado.

Baby don’t cry, tonight.

Será como si nada hubiera pasado…

 

Sin embargo, ahí todo adquirió un nuevo significado: antes se trataba de una especie de nana que me calmaba los nervios cuando me desvivía por las noches y cuando me frustraba el pensamiento de nunca ser suficiente para Yifan. Ahora, ahora era una canción de aliento, en su manera: todo saldría bien, fuese lo que fuese que sucedía y atormentaba a Yifan, llegaría la noche, todos dormirías y mañana sería un día nuevo. Le buscaríamos la solución a esto, si se trataba de un problema. Resolveríamos este asunto, a pesar de no tener idea de qué cornos estaba pasando.

Poco a poco él fue soltándose y apoyó la cabeza en mi hombro, sincronizando la respiración al ritmo de mis palmadas en su espalda. El también era un niño atrapado en el cuerpo de un adulto, un chico que se vio forzado a madurar cuando vino a Corea involuntariamente para cumplir los caprichos de su padre, ese padre que siempre criticaba y nunca se dignó a presentarme.

-¿Soo?

-Mhh—su voz apenas era un hilo, lastimero y comprimido; no quería que la mía retumbara en aquella habitación.

-Te quiero.

Y me golpearon, como dos cañonazos, dos disparos en cada hombro, un lanzazo al corazón, una descarga eléctrica mortífera en mi médula espinal. No, aún no estaba listo; si me dolían tanto aquellas dos palabras, aún no lo había superado. Pero mi alma y mi cuerpo ahora tenían las marcas de Jongin, y estaba dispuesto a sufrir esta vez por él. Además, si entraba en aquel círculo, todo iba a suceder otra vez, como en mi cumpleaños, como en el club.

No. Pero tenía que responder algo. Seguramente lo había dicho como amigo, y aunque ese pensamiento no lograba tranquilizarme, reí, fingiendo que había logrado decodificar su mensaje.

-Yo también—musité, tembloroso—Yo también—listo, lo había dicho. Fin de la historia: había que cerrar el libro “Yifan” y empezar a leer el libro “Kai”, el que me tomaría probablemente toda la vida. Alejé a mi Hyung rubio y le golpeé suavemente la frente— Hay que ir a buscar a Tao, apurémonos.

Lamentablemente, no me dejaron ir. Chanyeol, Baekhyun y Yifan desaparecieron en dirección a alguna parte, y Kai me llevó a la rastra a casa, recordándome que “había cierta recompensa pendiente”. Por un instante pensé: ¿Quiénes serían más “activos”?

¿Chanyeol y Baekhyun?

¿O nosotros?

 

Notas finales:

¿Comentarios? :)

PD: me duele todooooo DD'x


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