Capítulo 2
Ese, era el día de su casamiento, aun no conocía a su marido, ni siquiera de imagen, había hecho añicos el sobre con las fotografías y datos sobre él y su familia cuando su padre se los entrego. Había planeado negarse rotundamente y lo hizo, pero luego simulo aceptar y en plena iglesia armaría tal pandemónium que se hablaría por décadas de ambas familias burlándose de ellas tanto que terminarían muertos de vergüenza. Si eso se merecía por ser tan tontos de querer forzarlo a una boda y separarlo de Mukuro.
Pero cuando lo vio se quedó tan aturdido que ni siquiera era capaz de moverse.
Aquel rubio era literalmente el hombre de sus sueños. Desde niño había soñado con aquel bello caballero de cabellos dorados.
Su mente lo llevo aun flashback automático mientras se desarrollaba la ceremonia.
El día que cumplió 10 años, escucho una conversación entre sus padres y esa fue la pauta que lo cambio todo.
—Es un doncel, un hombre o mujer a medias, todo lo haces a medias Squalo, no eres capaz de hacer nada bien.
—Voiiii es un doncel como yo, no tiene nada que ver conmigo, sabes que la mayoría de los donceles dan a luz a donceles, para conservar la especie ya que somos muy raros y escasos estúpido Xanxus deberías estar agradecido de tenernos en tu vida.
—Ja disparates.
—Es la verdad y el niño es tan mío como tuyo así que si nació doncel la culpa es tan tuya como mía.
—Te atreves a replicarme escoria.
Dijo el moreno tirando de su cabello.
—Arghhh te odio Hibari Xanxus, eres de lo peor.
—Ja, tú me amas basura.
Lo beso violentamente para luego empujarlo a la cama.
—Desnúdate.
— ¿Qué? Ahora…
—Si quiero poseerte.
—No, no quiero.
Ante la repuesta Xanxus se abalanzó sobre el arrancándole la ropa por la fuerza mientras Squalo gritaba y lo empujaba en eso irrumpió en la habitación el niño gritando.
—Nooo suéltale ¿Qué le haces a mama?
Asustado por los gritos y la violencia el pequeño se interpuso entre sus padres, y Xanxus se burló del sonrojo de su doncel y del intento de su hijo por defender a su madre.
— ¿O si no que? ¿Qué vas a hacer kyoya?
—Te morderé hasta la muerte.
Dijo con determinación y la frase del pequeño sorprendió a ambos padres.
—Tiene coraje, al menos heredo algo de mí, además del tono de mi cabello. Está bien, le dejare por ahora y tu escoria harías bien en explicarle a tu vástago lo que es y lo que se espera de él.
—Xanxus basta, es un niño, muy joven aun para eso.
—Es mejor que de una vez se haga a la idea y no se ponga a fantasear bien sé que le gusta haru la hija de los miura, no es para él, ninguna chica lo es.
—Xanxus cállate.
—No explícale y que sepa su lugar y no le cuentes tonterías sobre el príncipe azul o algo así.
— ¿A qué se refería papa, mama?
Pregunto con inocencia el menor.
—Kyoya hijo, cariño veras, tu…Tu eres como yo, un doncel.
Una lagrima se deslizo por los ojos del peliblanco.
— ¿Qué quieres decir mama?
—Ser un doncel significa que puedes tener hijos, embarazarte y llevar bebes en tu vientre.
— ¿Y qué hay de malo con eso?
—Nada amor, es solo que tu cuando crezcas debes estar con un hombre, un seme que te cuide y quiera, un hombre que te haga madre, y las niñas, bueno ellas no son para ti.
— ¿Porque solo porque puedo tener hijos como ellas?
—Así es, no podrías ser padre, los donceles son infértiles como hombres pero sumamente fértiles como mujeres, lo que quiero decir es que su esperma no produce bebes pero tienen un útero como las mujeres.
—Ah
—Pero cariño estoy seguro que encontraras un hombre que te amé y consienta y…
—Papa no te trata así, lo sé, no quiero un seme como papa, él es malo.
—No cariño, no es malo es solo algo cascarrabias y a veces un poco tosco pero no es malo y la verdad yo tampoco quiero un seme así para ti, pero tú no eres un doncel común y corriente eres fuerte, rebelde, hábil, estoy seguro de que tu lograras controlar a tu seme y no al revés, Xanxus ese maldito quería que te dijera que debes obedecer y cosas como esas, pero no, por el contrario te diré que elijas bien a tu esposo y que seas el que mande, que te mantengas fuerte y de que ocultes en la medida de lo posible tu condición de doncel , que muestres fuerza y entrenes duro para así lograr ser el que tenga el poder.
—Si mama, lo hare, seré un doncel rebelde.
—Nunca permitas que te golpee o te humille, se fuerte hijo.
—Pero porque lo permites tú…
—No lo hago, soy también rebelde pero me temo que me toco un seme terrible, tú debes conseguir un seme mucho mejor, sé que lo lograras kyoya.
—Si mama te lo prometo.
Y esa misma noche cuando su madre se fue se puso a llorar en silencio. A él le agradaban las niñas y había fantaseado un poco con la linda castaña con la que solía jugar. Él no quería un seme, no quería un hombre y menos como su padre.
Se quedó dormido con las pestañas aun húmedas de sus lágrimas y esa noche soñó por primera vez con él.
No le gustaban los príncipes, siempre pensó que eran tontos y algo maricas, pero admiraba a los caballeros y adoraba las leyendas e historias sobre Arturo y la mesa redonda, historias sobre caballería y fue así como se presentó el hombre de sus sueños. Un atractivo rubio de ojos melados y sonrisa cálida. Iba con una plateada y reluciente armadura sobre un hermoso corcel blanco de crines doradas que parecían llamas de fuego.
—Hola ¿Por qué lloras pequeño?
—Porque soy un doncel.
— ¿Qué tiene eso de malo?, por el contrario eres especial.
—No quiero casarme con un seme, son horribles.
—No todos lo son, hay semes buenos y protectores.
—Mi padre es horrible y lo odio.
—No digas eso, nunca se debe odiar a los padres, la familia es lo más importante, todo debe hacerse por el bien de la familia.
—Pero yo no quiero ser sacrificado como un cordero por mi estúpida familia.
—Je, je que cosas dices.
—Oh, así se expresa Mayula la cocinera cuando cree que cometen injusticias con ella, también dice algo sobre bailar en las tumbas, una vez le dije que eso era propio de brujas y ella se enfadó hizo drama por tres días diciendo que yo la estaba comparando con una libertina y hereje.
—Je, je, de seguro la dejaste alterada, ¿Cómo te llamas pequeño?
—Kyoya ¿y tú?
—Veras no te puedo decir mi nombre por ahora, lo sabrás algún día, pero puedes llamarme Haneuma.
— ¿Haneuma?
—Si
—Me gusta.
—Bueno debo irme ahora pero…
—No, no te vayas quédate conmigo.
—volveré.
— ¿Lo prometes?
—Claro que si kyo, siempre que quieras verme, llámame y vendré en escudería para verte, apareceré en tus sueños cada noche que me necesites.
—Quiero que tú seas mi seme.
Dijo decidido el niño.
—Tal vez algún día amore.
Y el caballero italiano se disolvió en la bruma.
Después de ese primer encuentro fiel a su promesa siempre que kyoya estaba triste, emocionado, o le necesitaba el caballero se presentaba en sus sueños para hablar con él y entrenarlo. Y kyoya amaba las tutorías de su caballero, el Haneuma le había enseñado historia, mitología, artes marciales, y cosas importantes sobre la amistad y la familia a pesar de que kyoya odiaba las multitudes y prefería estar solo.
Lo curioso es que a pesar de ser solo sueños todo lo que aprendía con el Haneuma eran datos ciertos y técnicas verdaderas cosa que siempre intrigo al doncel.
Tiempo después a medida que iba creciendo empezó a tener otra clase de sueños con su tutor, empezaron los besos y tiernas caricias e incluso el sexo, ya más adelante soñaba con el embarazo y los gemelos rubios.
(Italo y Alesso) ya incluso los amaba y los había nombrado aunque solo existieran en sueños….
El sacerdote comenzó la homilía y llego a la parte importante mientras kyoya seriecito y quieto seguía inmerso en sus recuerdos.
-Dino Cavallone aceptas a Hibari Kyouya como tu esposo en la salud y la enfermedad en la riqueza y la pobreza para amarlo, respetarlo y honrarlo hasta que la muerte los separe.
-Acepto.
-Hibari kyoya aceptas a Dino Cavallone en la salud y la enfermedad en la riqueza y la pobreza para amarlo, respetarlo y honrarlo hasta que la muerte los separe.
-Eh…¿si…?
Contesto distraído al escuchar ser nombrado sin oír realmente la pregunta.
-Entonces por el poder que la santa iglesia me concede. Los declaro marido y doncel puede besar a la novia.
-¿Queeeee?
Esa última frase lo trajo de vuelta al a realidad y grito impactado al darse cuenta de que por sus fantasías su plan se había ido al drenaje y ahora estaba casado con el rubio ese que…que…
Dino se acercó a él y sonriente le tomo en brazos con una mano levanto su mentón y lo beso, miles de chispas explotaron con esa acción dentro de kyoya y los labios del rubio le supieron a recuerdos y sueños.
-¿Haneuma…?