Capítulo 3
Mukuro había visto la noticia en los diarios, un intenso dolor se instalo en su pecho, había perdido a su niño, quiso llorar, romper cosas, matar a alguien, matar a los malditos Hibari y a ese miserable capo que le arruino la vida, e incluso matar a Kyoya por finalmente haber aceptado ese matrimonio y no revelarse a ello.
Había visto con detenimiento la foto que les tomaron juntos, cuando ese hombre lo beso al final de la ceremonia y le dolió ver que no había resistencia por parte de su ex novio en ese beso, el parecía cooperar gustoso, en la otra imagen ambos estaban tomados de la manos, el pelinegro lucia serio pero no triste o enfadado y el rubio sonreía como si se hubiese sacado la lotería y los odio ambos con toda el alma y les deseo lo peor.
-Algún día me vengare de usted…lo juro..
Pero mas que nada reconocía en ese hombre la imagen del caballero soñado de kyoya si bien el nunca describió a su amante de sueños si le había confesado que tenia un prototipo de seme ideal alguien nacido de sus ensoñaciones y que era un sensual caballero italiano.
Y mira que ese tipo encajaba en la descripción tal vez por eso finalmente el acepto casarse y cambiarlo.
Algún día tendría poder mucho poder y los destruiría todos y cada uno de ellos, a todos.
Estaba casado, casado, casado, todavía no podía creérselo estaba casado, todavía no podía creérselo, estaba casado ¡que paso con su plan?, maldito flashback, maldita distracción, maldito mafioso , ¿Por qué tenia que parecerse a su haneuma? Seria el? No imposible, una coincidencia, eso seguro pero era bueno o malo, imposible saber aun.
Observaba a su ahora marido mientras una limosina los llevaba al aeropuerto rumbo a su luna de miel.
-Kyo chan no estés tan serio.
Y el rubio le sonrió deslumbrándolo. Si hasta su voz y su sonrisa eran iguales.
-Cállate Haneuma no me dejas pensar.
-¿Haneuma?
Hibari no contesto solo miraba ceñudo a su marido, Dino le acaricio el cabello maravillándose de su textura sedosa.
-¿Por qué no duermes un poco amore? Te despertare cuando lleguemos
-hum
Hibari lo ignoro pero al poco rato se había quedado dormido sobre su hombro y en sus sueños se asomo el caballero.
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-Haneuma tu…
-Nunca te dije mi nombre amore ni aunque nos enamoramos y nos entregamos, ni aun cuando tuvimos a estos bellos niños….
Señalaba a los gemelos en sus brazos.
-Nunca te dije mi nombre ni tú me exigiste saberlo.
-No son importantes los nombres, o no eran pero…
-Iba a decírtelo pero no podía, te estabas alejando de mi, había alguien mas en tu corazón.
-Mukuro pero…él es real, tu un sueño.
-Ahora soy real Kyo chan, mi nombre es Dino.
Y en ese momento despertó asombrado mirando hacia todas partes para notar que ya no estaba en el auto si no en un acojinado sillón reclinable de piel y observando se dio cuenta del cambio, estaba en un avión, un avión privado al parecer.
-Te veías tan hermoso dormido que no me sentí capaz de despertarte?
-¿A dónde vamos?
- A Dublín
-¿Dublín?
-Sí, estoy seguro de que te encantara.
-¿Cómo? ¿Cómo puedes saberlo? ¿Es que realmente eres él? Dime, exijo que me lo digas ahora.
-¿Decirte que?
-¿Cuándo nos conocimos?
-Pues hoy, el día de la boda, es raro lo sé pero siento que te conozco de siempre, bueno tal vez porque desde que Romario me dio tú fotografía la miro noche y día y hasta duermo con ella poniéndola bajo la almohada.
-Esa repuesta no me satisface. ¿Has soñado conmigo?
-Oh si casi todos los días desde que vi tu foto?
-¿Y cuándo fue eso?
-Hace tres semanas y media.
-Entonces... ¿antes no…?¿ alguna vez has soñado conmigo como niño?
-No yo siempre te sueño así y…
El capo se sonrojo.
-Sueñas cosas pervertidas.
Acuso Hibari y Dino asintió.
-Lo siento Kyo chan es que eres tan bonito.
-Baka haenuma
-Ahh te queda precioso el traje de novia.
El muchacho lo mirto furioso y tiro del kimono blanco que llevaba.
-Debí usar un yukata, esto es un insulto.
-Te queda precisos y será mi placer quitártelo en la noche, nuestra noche de bodas.
“Noche de bodas” el cerebro de Hibari proceso eso muy lentamente.
-Tu…Tu…. ¿Esperas tener sexo conmigo hoy?
-Espero hacerte el amor Kyo chan.
Esta vez el sonrojo le llego hasta las orejas.
-Ni lo pienses, ni lo sueñes,. Ni lo imagines…hasta crees, no, no, no eso no pasara no hoy, no esta noche…te…te acabo de conocer y…y…y…
Nervioso balbuceaba y se ponía cada vez más rojo cuando imágenes de sus sueños eróticos con él se filtraban a su mente.
-Ey calma Amore no te asustes, lo disfrutaras te prometo no lastimarte, seré cuidadoso y amable.
-Esa es la mentira número uno de los semes.
-Te aseguro que…
-Urusai.
No volvieron a cruzar palabra por el resto del viaje.
-pero al llegar a su destino Kyoya se quedó impactado por la belleza del lugar donde se hospedarían.
-es…eso es…
-Si Kyo. Estamos frente a San Declan
Lo miro con ojos brillantes por la emoción y corrió hacia la zona de la mano de su esposo que lo siguió mientras el contemplaba el famoso sitio arqueológico.
-Es tan hermoso…gracias por traerme aquí Dino.
-De nada amore, de ahora en adelante lo que desees solo pídelo.
-Tal vez si seas mi Haneuma…ya lo averiguaremos.
-¿No te entiendo?
-No importa por ahora.
Después Dino lo llevo al hotelito un lugar cuya decoración era absolutamente fantasiosa con motivos de hadas y sidhes.
-Me gusta.
-A mí me gustas tú respondió el capo con una sonrisa y entonces Kyoya fue consciente de que ahora estaban solos en la habitación y ya era de noche…la noche de bodas, tembló al sentir que Dino deslizaba el obi de su cintura…y entonces…
Dino aparto el kimono liberando la piel del hico y toco esa fina porcelana que se sentía suave y cálida al tacto kyoya gimió ante el contacto y cero los ojos disfrutando la caricia pero de pronto Recobro súbitamente la cordura y de un empujón aparto a su esposo.
-No, no permitiré que me toques…
-Kyo…
Ruborizado se cubrió nuevamente.- No estoy listo-Añadio.