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nella vita e nella Morte. por Dark_Huntress

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Notas del capitulo:

Hola hola, regrese con capitulo sólo por el cumpleaños de dino sama.

Omedeto tanjobi Dino n.n

 

Eran aproximadamente las 11 de la noche en Japón, cuando Squalo recibió una llamada, al momento de escuchar la voz de su hijo se emocionó de inmediato y como toda madre empezó a preguntar por el bienestar de su polluelo.

—Kyoya bebe, ¿Cómo estas? ¿Estás bien? ¿Esta feliz? Ese tipo te ha hecho daño, acaso te hizo llorar, Kyo como se portó contigo en la luna de miel.

El pelinegro se sonrojo ante las preguntas e hiperventilo un poco antes de responder.

—Estoy bien mama, Dino él…Bueno él ha sido amable conmigo y tolerante.

Squalo soltó un suspiro aliviado.

—Me alegra oír eso, ¿ha sido un buen amante?

—No lo hemos hecho.

Un asombrado peliblanco dejo caer la mandíbula ante la respuesta y con un dedo la coloco de nuevo en su lugar.

— ¿Ehhhhhhhh? ¡Es en serio!

—Sí, yo no he querido y él no me ha forzado.

—Supongo que eso es bueno, a menos que sea por que él tampoco quiera, ¿acaso no le gustas? No dudo que sea eso tu eres hermoso, eres mi hijo después de todo.

Comento el nada vanidoso tiburón que sabia muy bien de su belleza y que consideraba que su retoño era un más hermoso que él.

—Sí quiere, él si me desea me lo ha dicho y demostrado en cierta forma, pero no hemos hecho más que besarnos yo no he querido porque…No sé estoy confuso sobre eso, sería mi primera vez, no estoy seguro de los sentimientos que tengo por él, me da un poco de nervios y…

—Lo entiendo corazón es normal, me alegra que él te este teniendo paciencia, no sé quizá tu padre tenia razón y es el hombre ideal para ti.

—A ese ni me lo menciones, aún no le perdono al maldito bastardo el haberme vendido así, aunque no negare Dino es bueno, demasiado bueno para ser un mafioso, además él se parece a mi caballero de sueños, recuerdas que te hable de él cuando era niño.

—Sí, aquel de tus fantasías, pero llevabas años sin mencionarlo, pensé que ya no soñabas con él.

—Pues si lo hago a veces pero los sueños ahora son algo…Es complicado.

—Ya no sueñas que te da lecciones en si, ahora tienes sueños húmedos con él ¿verdad?

— ¡Mama!

Grito el joven al teléfono al oír eso y se le pusieron rojas hasta las orejas, la risa de su progenitor le llego clara y cristalina mientras él aferraba el teléfono como queriéndolo romper.

—Vale es normal, no te asustes, ya estas en esa edad, así que tu esposo se parece a tu chico de sueños, entonces ¿por que aún no lo han hecho?, ¿por que no te dejas si él es la viva imagen de tus fantasías?, digo cualquier mujer o doncel se abriría de piernas ante alguien que sea una replica de su hombre ideal por vulgar que suene.

Kyoya se sentía caliente y avergonzado por esa charla, él comúnmente no hablaba de esos temas con su madre, a decir verdad era la primera vez y era raro muy raro.

—Ya te dije por que…Y no es normal que tú uses ese lenguaje, es ese viejo el que siempre habla así, tú eres más educado aunque seas gritón.

—Voiiiiiiiiiiiiiiiiii, ya no te quejes, no será que ocultas algo cariño, por que no te has entregado vamos dime la verdad.

—Sí gritón.

Contesto algo cortante el chico mirando hacia la pared del cuarto.

—Kyoya…

—Tengo miedo.

—Ya me lo suponía, pero tranquilo cariño, todo a su tiempo si él no te fuerza y te tiene paciencia tanto mejor, empiecen por cosas sencillas y vayan subiendo de tono poco a poco, dile como te sientes, si es un hombre comprensivo te ayudara, tienes suerte si me hubiera pasado lo mismo con Xanxus él…

—Te habría violado valiéndole sorbete tus emociones, sabes madre a menudo pienso que yo soy producto de una violación.

Al decirlo hizo un mohín de desagrado y apretó mas el teléfono el cual ya mostraba una ligera cuarteadura, sabía que su madre no podía verle en ese momento, pero lo cierto era que él siempre había tenido ese temor conociendo el carácter de su padre y mas desde aquella vez que casi violaba a su madre frente a sus ojos cuando el recién se entero que era doncel y que no podría salir con niñas.

—No kyoya no digas eso, tu eres producto del amor, que si bien el estúpido de tu padre no es gentil ni tiene tacto alguno y como dices me hubiese metido en la cama y…No mas bien él me habría  duro contra el muro, aun así no seria una violación puesto que ya estábamos casados y yo le amo a pesar de todo y el también me ama.

—Aha

—Hijo…

Kyoya no podía decirle lo que pensaba pues no quería lastimar a su madre, pero para él eso no era amor, quizá era demasiado idealista o soñador, tal vez infantil y cursi, lo que fuera pero el dudaba del amor entre sus padres, a sus ojos Xanxus era un maldito bastardo sin sentimientos que trataba a su madre como vil escoria, de hecho le llamaba escoria y basura, sintió pena por su mama, a él Dino le decía tiernamente Kyo o Amore , Alodola o Nubola, y  su pobre mama…Él creí que se merecía algo mucho mejor y por mucho que Squalo lo negase él lo sabía mejor podría estar enamorado del desgraciado de su padre, pero eso no evitaba que él se sintiera usado cuando lo tomaba.

—Esta bien, cambiemos de tema, sabes Irlanda es realmente hermosa, y hoy voy a conocer un poco de Italia.

Squalo comprendió la táctica de su hijo y le dio por su lado, siguieron hablando por largo y tendido rato sobre varias cuestiones hasta que el peliblanco pregunto:

—Oye no tendrás problemas con tu marido por la factura del teléfono, es larga distancia y hemos hablado mucho.

—Dino dijo que podía hablar contigo cuando y cuanto quisiera.

—Serás un mimado.

—Tal vez.

Dijo sonriente y de forma despreocupada siguió charlando con su madre por casi una hora más.

 

Por su parte Dino aprovechaba la distracción de su reciente marido para recibir al medico en su despacho.

—Buenas tardes Cavallone, te he traído la nueva medicación.

—Gracias Hiruma san.

— ¿Cómo te has sentido? ¿Que tal estuvo la luna de miel?

—Bien, casi no tuve dolores.

—Me alegro, y espero que siga así, en la nueva medicación te he dejado unas ampolletas de morfina por si llegaras a necesitarlas, llámame si requieres mas pero esperemos que no sea así.

—Yo también, la verdad quisiera vivir un poco más para estar con Kyo y poder llegar a ver nacer a mi hijo.

—Debes apurarte a preñarlo entonces, Dino…Para ti el tiempo es crucial y necesitas un heredero.

—Lo sé, pero no pienso forzar a Kyoya, no es justo para él, yo sé que me dará un hijo cuando este listo.

—Pero ese es el problema, tú no tienes tiempo para que él este listo, es un doncel ya sabe que tendrá hijos y que debe proporcionártelos, si aún tiene miedo de ser madre yo podría hablar con él y calmarle.

—No Hiruma, no es eso y por favor no seas cruel, sé que no me queda mucho pero no voy a vivir mis últimos días así, pensando en que podría no tener un mañana y no obligaré a Kyo además él no sabe de mi enfermedad.

El medico le miro sin comprender del todo, pero no le gustaba nada que el joven ocultase su condición a su esposo, sobre todo a considerando lo difícil que le seria guardar el secreto en los próximos meses, sabía que los dolores empezarían pronto y se harían cada vez más fuertes, así como también que iría perdiendo sus fuerzas y energía, si no se daba prisa pronto,  perdería toda posibilidad de tener un heredero, pues perdería también la libido y lo mas seguro fuera que quedase impotente. Incluso ya ni podría salir de la cama. 

Él admiraba el valor y la fuerza de voluntad del joven rubio, pero contra las enfermedades era muy difícil ganar una batalla y menos cuando ya se encontraba en fase casi terminal. 

—Deberías decirle.

—No

—Dino…

—Se enterara cuando sea necesario, no antes.

El galeno salió del despacho con gesto enfadado y no se digno a despedirse, le molestaba que el joven fuese tan cerrado con respecto a eso, él necesitaba el apoyo de su familia y necesitaba ese heredero precisamente por su familia.

Dino sólo suspiro con tristeza y guardo los medicamentos y las recetas bajo llave en una gaveta de su escritorio, dejando tan sólo un frasco de medicina en la mano que se llevo a su habitación, al entrar vio que ya estaba kyoya esperándole allí.

— ¿Iremos a la tienda de mascotas?

Pregunto el pelinegro ilusionado.

—Claro, espera me cambio, me siento muy formal así, ahora nos vamos.

—Pero te ves muy bien así, y… ¿Qué tienes en la mano?

—Ah esto, no es nada sólo unos comprimidos.

— ¿Te sientes mal?

—Sólo tuve un dolor de cabeza, pero ya se me esta pasando, permite me cambio no tardo.

Le sonrió y entro al baño después de tomar una camiseta negra con un kanji  blanco de estampado de una de las cajoneras, misma donde dejo el medicamento.

Kyoya abrió el cajón y saco las pastillas, quería ver que eran, esperaba que su marido no fuese asiduo a las drogas, pero la botella solo decía  “uso medico” y nada más que eso, cosa que le causo un poco de curiosidad, tal vez en verdad no era droga, pero tampoco parecía del todo un simple medicamento para dolor de cabeza. Saco una pastilla y la envolvió en un pañuelo que se metió en el bolsillo del pantalón, ya mandaría analizar eso. Después guardo de nuevo el frasco, unos minutos después salió Dino del baño, se veía reluciente.

—Vamos por tu mascota entonces.

—Sí…Pue..Puedo pedir dos.

Preguntó el moreno con un sonrojo que a Dino le pareció adorable.

—Claro, no es problema.

Él le acaricio el cabello y un rato después ambos estaban en un elegante convertible rojo rumbo a la tienda de mascotas. Kyoya admiraba la ciudad por las ventanas y Dino conducía a una velocidad agrádale para el ni demasiado lento que le enojase ni tan rápido que no le permitiera admirar el paisaje.

—Hemos llegado.

Se bajaron en una tienda de animales que se veía bastante lujosa, Kyoya entro corriendo como si fuese un niño, las empleadas del lugar le miraron mal, pero se abstuvieron de decir algo al ver a su acompañante, el chico iba de jaula en jaula y pasaba por peceras y terrarios observando la gran diversidad de mascotas del lugar, se detuvo junto a las serpientes y las contempló.

— ¿Te gustan las víboras?

—Son lindas, pero no creo, quiero un canario ya te dije.

Comento  encaminándose al área de las aves y comenzó a observarlas detenidamente.

—Quiero uno con cara de hibird.

Dino intento controlar la carcajada que le surgió y kyoya le miro enfadado.

—No te burles o te morderé.

—Eso me encantaría—Le susurro al oído dejando sonrojado al chico.

—Quiero ése.

Dijo cuando finalmente dio con una pequeña avecilla de color amarillo que lucia adorable.

—Muy bien, voy a pedirla.

Dino se acerco a una de las dependientas y pidió el pájaro escogido, la muchacha entro al aviario y acerco al pequeño animalito al cual metió en una pequeña jaula dorada que incluía dentro un nido con semejanza natural , un comedero y un bebedero, además de un columpio.

—Aquí tiene ¿desean algo más?

—Sí, pero aun no sé que, voy a seguir mirando.

Dijo el chico tomando la jaula con cuidado.

—Hola hibird.

Sonrió y Dino sintió que su corazón se calentaba, estaba enamorado hasta las chanclas de ese chico.

Kyoya acento la jaula en el mostrador y siguió observando a las diversas mascotas, le gustaban demasiadas, pero no lograba decidirse por cual, entonces vio unas pequeñas bolitas espinosas que llamaron su atención.

— ¿Qué son esos Dino?

—Son erizos Kyo.

—Creí que los erizos eran animales marinos.

—Sí, hay erizos de mar, y otros terrestres también se les llama puerco espín.

—Quiero uno.

—Claro, lo tendrás.

Dino se acerco al mostrador para pedir el erizo, en eso se le acercaron dos chicas de forma coqueta, una de ellas bastante alta y delgada como modelo, la otra bajita pero voluptuosa, ambas muy hermosas.

—Oh Dino hace mucho que no te veía—Canturreo una de ellas.

—Sí, donde estabas escondido corazón.

—Es raro verte aquí, que yo sepa aquí no venden caballos, aunque hay casi de todas las especies animales.

—Bueno vine por una mascota para mi…

—Oh querías una mascota que lindo.—Menciono la mujer alta agarrándole del brazo.

De pronto Dino sintió un aura asesina tras él y se dio la vuelta para notar a su lindo moreno mirándolos a los tres con furia en las manos tenia aun pequeño erizo que por alguna extraña razón se veía como un arma amenazante y no como la adorable mascota que era.

—Apártense de él zorras, ese potro me pertenece.

El mismo kyoya no sabia del todo por que actuó así pero le enfado mucho ver a “su rubio” cerca de esas dos mujeres por que el era “su hombre” y punto, no importaba que no le amara o al menos no todavía Dino era suyo.

—Kyo chan ellas sólo saludaban…

—Eres mío haneuma no coquetees con Ésas.

— ¿Qué te pasa chiquillo estas celoso?

—Por mucho que te guste Cavallone no podrás conseguirlo.

Dino se rasco la cabeza y sonrió apartándose de las mujeres.

—De hecho me gusta que este celoso, y él ya me ha conseguido.

—Pero es un chico—Dijo asqueada la mujer delgada.

—Es un doncel ¿cierto?—pregunto la joven voluptuosa con una sonrisa—Y uno muy lindo.

—Sí es un doncel y es mío.

Contesto Dino abrazándolo.

—Él es mi esposo, no coqueteen con el o las morderé.

Exclamo Kyo jalando a Dino hasta la caja para pagar las mascotas e irse del lugar.

—Eres tan lindo celoso Kyo.

—Cállate.

Gruño desviando la mirada.

Antes de volver a la mansión pasaron a cenar a una cafetería donde además de disfrutar de unos frapuchinos comieron galletas de nuez y croissants con chocolate.

Una vez en la mansión kyoya instalo a sus nuevos amiguitos en su cuarto y después de ponerse un pijama de color negro con orillas violetas se fue al cuarto de Dino donde este le esperaba con la novela en la mano.

—Entonces empiezo a leértela.

—Sí…Comienza.

Dijo el menor instalándose en un sillón.

—Vamos Kyo, ven a la cama, no te pongas tan lejos.

—Estoy cómodo aquí.

—Vale, pero si gustas venir a mi lado te puedo poner más cómodo.

Kyoya no contesto y Dino sonriendo abrió la novela e inicio la lectura.

“Aquel hombre odiaba al rey, le odiaba tanto que día y noche pensaba sólo en dañarle, le tenía envidia más que nada, y un irracional deseo de destruirlo sin motivo apronte, pero lo ocultaba bien y estaba en un puesto de confianza, puesto que le permitió acceder a su venganza, el hijo del rey, nadie se dio cuenta, pero esa noche el infante desaprecio de su cuna y nadie supo nunca más de él. Fue como si la tierra se lo hubiese tragado”

Kyoya escuchaba el relato en silencio, le gustaba la voz de Dino era cálida y relajante, al mismo que tenia ese matiz sensual que le excitaba.

“Kanra era deseado por muchos y muchas, nadie había visto aun keisei tan sensual y esquivo como lo era él, parecía delicado y vulnerable, pero podía ser todo un manipulador si la situación lo requería, tenia una sonrisa que seducía y unos ojos en los cuales uno podía perderse aun cuando estos estuvieran ciegos.

Kyoya se acerco a la cama y se subió al lado de Dino colocando la cabeza sobre las piernas de este que prosiguió la lectura, pero que ahora usaba una mano para sujetar el libro y la otra para acariciar los azabaches cabellos.

“Aquel cazador de ojos amatistas entro al burdel de nuevo, nunca le gustaron esos lugares iba muy pocas veces para acompañar a sus amigos, pero desde que el joven keisei le había seducido solía frecuentarlo a menudo sólo para mirarle, sabia que esa joya era sólo para ver y no tocar, su amo no solía venderlo como sucedía con los otros keiseis, no le podían contratar mas que bailes privados pero sin llegar al sexo, o al menos eso le habían dicho. El seductor esclavo se le acerco contoneando las caderas atrayéndole a cada paso y se sentó en sus piernas provocándole, podía sentir como su erección crecía al contacto con el trasero del chico que de hecho era mas alto y musculoso que él.

y allí estaba un doncel que ocultaba lo que era seduciendo a un keisei que era un seme actuando en el papel de uke por que el destino así se lo había jugado

—Mi hermoso, deseo tenerte para mí sólo.

—Le pediré permiso a mi amo para que puedas comprarme, también quiero satisfacerte.

Dijo el castaño besando aquellos labios que le enloquecían, no podía ver a su cazador, pero sabia que era hermoso, sus manos le habían revelado sus finos y sensuales rasgos, además que su amo le había dado la descripción física de aquel sensual hombre”

Kyoya comenzó a dormirse tanto por aquella linda voz como por las caricias recibidas, no fue consiente de cuando dejo de oír la historia, pero ya luego leería las partes que se perdió.

Notas finales:

Nos vemos la proxima, espero hayan disfrutado el capitulo n.n.


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