Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Coffee Irish por Misa Tsukamoto

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola... bueno Misa está un poco mal (?) así que perdonenla :/ ultimamente se me están yendo las ganas de seguir escribiendo y subiendo fics xd -random- 

Siento mucho éste cap ;; es random, y me voy de una couple a otra (?) así que sepan entenderme, me disperso fácil (?) 

Sin más a leer. ^^ espero les guste. ♥

Zelo se quedó allí toda la noche, no tuvo otra opción, ya que como integrante del grupo, de B.A.P estaba nervioso, alterado, aquello que estaba pasando en el apartamento también le involucraba a él. Yongguk y Himchan no habían aparecido en toda la noche, y aunque fueran las tres de la madrugada, aún seguían desaparecidos; el miedo formaba nudos en la garganta de todos, las primeras reacciones fueron normales, gritos llamándoles irresponsables porque no estaban en el apartamento, porque se desvelarían y al otro día tenían trabajo, y muchas cosas más; pero al correr de las horas, aquellas quejas de enojo se transformaron en preocupación, ¿y si les había pasado algo? ¿Y si alguien les había secuestrado, o algo peor, matado? Después de todo eran idols. No podían estar tranquilos sin saber nada de ellos, maldita sea el momento en el que TS prohibió celulares, pues ahora no tenían como comunicarse y saber que estaban bien.

Pero aunque los nervios mataran, el sueño también, y sin poder resistirse terminaron todos, uno a uno, los cuatro cayendo en un profundo sueño, Zelo en el sofá de la sala, Jongup junto a él, mientras que Daehyun dormitaba semi acostado sobre una silla en la cocina, y Youngjae había caído rendido sobre su hermosa y cómoda cama.

Al paso de una hora, a eso de las cuatro de la madrugada, Yongguk había llegado, estaba borracho y desalineado; el poco equilibrio que tenía le hacía caminar tambaleándose hasta llegar al apartamento, abrió la puerta con sumo cuidado, sabía que era tarde, estaba cometiendo una falta y seguro los demás estarían enojados con él, prefería pasar desapercibido así que sin mucho afán, después de luchar un poco, logró abrir la puerta.

El chirrido de ésta al abrirse lentamente despertó al preocupado Zelo que aunque sus ojos estuvieran cerrados su cerebro estaba alerta por si Yongguk regresaba. Abrió sus ojos con pesadez, uno por vez, y cuando logró divisar la figura del mayor la rapidez con la que lo fue abriendo aumentó; se levantó de golpe, algo asustado.

– ¿Sigues aquí? – aunque había estirado mucho la palabra “sigues” y le había dado un acento un tanto extraño gracias a su lengua trabada por alcohol, Zelo le comprendió bien. Ese tono no lo echaba, su pregunta no era para nada generada por una molestia, tan sólo era una pregunta normal, y eso tranquilizó el corazón del menor, estaba bien, estaba sano, borracho, sí pero sano, y al parecer no lo estaba odiando.

Zelo tenía tantas ganas de saltarle encima, rodear su cuello con los brazos y decirle lo tan preocupado que había estado por él, mientras seguramente una o dos lágrimas escapaban de él, pero obviamente eso no podía hacerlo.

–… ¿Y Himchan hyung? – en un segundo había recordado el dialogo que había tenido con el segundo mayor antes de que se fueran, y ahora no estaba junto a Yongguk.

El mayor tan sólo hizo un gesto de no saber elevando sus hombros, aquello no podía ser, si ellos habían salido juntos, ¿por qué sólo uno había regresado?   

Pero Himchan no podía estar más lejos del apartamento en ese momento, es cierto que había salido con Yongguk, pero después de varias copas de más como se notaba que se habían pasado, ellos se dividieron, el interés de Yongguk estaba en el apartamento, además de que dentro de todo sabía que debía regresar allí, pero Himchan no, él había sido llevado por su interés, por los impulsos de su corazón, y tras tomarse un taxi, había llegado a la casa de Yongnam… y allí estaba ahora, parado frente al apartamento, manteniendo el dedo en el timbre, desgajándole los oídos al mayor, quien dormía plácidamente.

– Zelo maldita sea, para llegar a esta hora te hubieras quedado en el apartamento – grito Yongnam antes de abrir la puerta, sus ojos estaban pesados por el sueño, y tenía ganas de asesinar a quien hacía tanto ruido, aunque claro, que él esperaba que aquel fuera Zelo y no Himchan.

– No soy Zelo – contestó cuando el otro abrió la puerta, su dialogo no era para nada entendible, su lengua arrastraba las palabras, y debía estar recostado al marco de la puerta para no caerse. Yongnam quedó boquiabierto cuando le vio, sus ojos se abrieron olvidando el sueño, completamente sorprendido. – ¿por qué? – murmuró y prácticamente cayó en sus brazos, Yongnam lo sostuvo y le entró al departamento.

– Himchan ¿qué haces aquí? Y así… ­­­– el menor no le contestó obviamente, y Yongnam seguía preguntándose qué significaba aquella pregunta que el menor le había hecho.

– ¿Por qué él? Desde que conocí a Zelo, siempre pensé que él era mejor que yo, tiene talento, juventud y… es hermoso – hablaba pausado, intentando que Yongnam comprendiera que quería decirle, aun lo sostenía en brazos, y mientras le escuchaba le arrastraba al sofá para luego depositarlo allí. – siempre sentí celos, pero no me importaba que las fans lo eligieran… al menos no tanto, pero… ¿tú? Es más de lo que puedo soportar – sonrió mientras nuevamente los ojos se le llenaban de lágrimas. Él también estaba desalineado, pero sus ojos estaban hinchados, se notaba que había estado llorando.

– ¿de qué hablas? Yo no te cambie… no lo prefiero a él… – Yongnam estaba consciente de que en esos momentos Zelo era su pareja, y ahora le estaba engañando en cierto modo, admitiendo que aun prefería a Himchan, pero, él era así, hacía y decía lo que sentía en el momento.

– ¡¿Y  por qué estas con él y no conmigo?! – Himchan gritó y pataleó en el lugar, Yongnam le miró sorprendido, y no pudo evitar que una pequeña risa se le escapara, algo escondida para no tentar su suerte. 

– Porque tú terminaste conmigo… ¿recuerdas?

– Porque te acostaste con él… me engañaste…. – dijo e hizo un puchero inflando sus mejillas, aquella era una postura rara, seguro si estuviera en sus cinco sentidos, le estaría insultando o gritando, u odiándolo más que nunca, pero ahora el alcohol había bajado todas sus defensas, por ahí dicen que los borrachos, dicen la verdad.

– eso fue un error, una confusión, y un mal entendido por Yongguk. – Yongnam se sentó a su lado, pegando su cuerpo al del menor, sí, estaría pecando, demasiado vulnerable como para resistirse a un Himchan así.

– ¿entonces no lo hicieron? – miró con ilusión en sus ojos al mayor, quien le devolvió la mirada seca y llena de obviedad… Himchan comprendió que estaba siendo demasiado  ingenuo creyendo eso. – ¿en qué falle?

– Tú en nada… fui yo – acercó el rostro al perfil del menor, rozó sus labios sobre la oreja ajena, y respiró directo en su oído; haciendo que Himchan temblara por un momento sintiendo ese delicioso escalofrío recorrerle el cuerpo. – Perdón – susurró en su oreja y comenzó a depositar suaves besos por la piel del cuello del menor. Himchan se estremeció, quiso apartarlo pero estaba totalmente débil.

Yongnam ya no dudaba del menor, si Himchan era capaz de ponerse en ese estado por él, e ir a golpearle la puerta a las cuatro de la madrugada, preguntándole en qué había fallado, era más que evidente que el menor lo amaba, y no a Yongguk, como el tan tonto lo creyó.

– ¿Me perdonas? – preguntó divertido mordisqueando el lóbulo de la oreja, mientras una de sus traviesas manos subía por la pierna de Himchan, desde la rodilla, hasta su entrepierna, lentamente recorriendo el camino.

Un gemido escapó de Himchan, sin darse cuenta en qué momento había ocurrido, de ir a reprocharle algo, ahora se sentía totalmente entregado al mayor, con sus ojos cerrados, apoyándose completamente en aquel sofá, mientras los besos y mordidas del mayor humedecían todo su cuello, y aquella mano se atrevía a más. No podía contra lo que su cuerpo sentía, y menos contra lo que su corazón sentía ahora, la alegría inmensa que tenía de saber que Yongnam aun prefería hacerle el amor a él le hacía desvanecer cualquier suposición de que Yongnam tan sólo quería una noche de sexo; además, él sabía cuándo era un acto de amor, y cuando un acto de instintos animales.

­­– Himchan – susurraba el mayor con una sonrisa en sus labios, mientras estos repartían besos sobre la piel ajena hasta llegar a sus labios, los rodeaba, los tanteaba, como haciéndose desear, y Himchan, perdía la cabeza, ahora recordaba el porqué de no gustarle beber, le dejaba débil, y con su cuerpo demasiado sensible, presa fácil para Yongnam.

El menor entreabrió sus labios en busca de los ajenos, mordisqueó un poco el inferior de Yongnam, y luego se unieron en un beso salvaje, el mayor separó su mano de la entrepierna ajena, y le tomó fuertemente por la cintura, acostándolo de improviso sobre el sofá.

– ¡Esp-espera! – Yongnam le oyó y se separó, odiaba su suerte al parecer el menor se había dado cuenta de que aquello no estaba bien, aunque bueno ¿qué importaba? Sí, estaba siéndole infiel a Zelo pero… Zelo amaba a Yongguk, y tenía muy claro que sus sentimientos eran de Himchan, no tenía derecho a enojarse…

Pero para sorpresa del mayor, Himchan no se había separado por un acto de consciencia, sino que al haberle girado tan rápido para acostarle en el sofá, había provocado que el alcohol le revolviera el estómago de tal manera que necesitaba librarse. Sí, esa era una de las partes malas de emborracharse, ahora Himchan recordaba otra razón porqué odiaba al alcohol en cantidad. Allí se hallaba, en su momento de aparente reconciliación, vomitando sobre el suelo de su ex novio, que le miraba totalmente asqueado, ni siquiera le había dado tiempo, fuerzas o equilibrio de ir al baño.  

– Has vomitado mi alfombra…

– Perdón – Himchan sollozó, hizo un puchero, y extendió sus brazos. – ¿podemos seguir?

– ¡Ni loco! – Yongnam se le apartó.

– ¡No me quieres! – exclamó con una voz aguda muy poco común en él.

– Vomitado como estás no. Ni creas que te daré un beso ahora…

– Pero… pero no todo mi cuerpo está así, del pecho para abajo estoy limpio. – mordió sus labios como un pequeño niño que parecía estar siendo regañado.

–… Himchan, no – Yongnam estaba sin palabras, le observó y una sonrisa se formó en su rostro – creo que mejor te doy una ducha… te hará bien… y estaré más seguro de que estás limpio así. – río y levantó al menor en brazos, arrastrándole hasta el baño; Himchan sonrió, se sentía protegido otra vez por esos brazos que amaba.

Mientras aquellos se mantenían en una aparente reconciliación, Yongguk y Zelo se mantenían hablando. El menor había ayudado a Yongguk a llegar al baño, Daehyun le había ayudado a darse una ducha, mientras Zelo le preparaba un café cargado para que se le pasara el efecto del alcohol del todo. Cuando Daehyun salió con Yongguk del baño, éste ya se encontraba mejor, el mediano de los tres maldijo un poco ya que eran casi las cinco de la madrugada, y debían levantarse a las ocho; así que quejándose y todo se fue a dormir, ya había ayudado a Yongguk, había hecho su obra de bien; pasó por la sala, tapó a Jongup con una manta para que no agarrara frío, y luego se fue a su cama. Yongguk y Zelo nuevamente quedaban solos.

– Ten, el café te hará bien – murmuró el maknae dejando una taza frente a Yongguk, el mayor le miró con dificultad, se sentía realmente muy mal.

– Gracias… – sostuvo la taza y el silencio inundó el lugar, ni él volvió a decir una palabra, ni Zelo dijo algo.

Realmente era un silencio incomodo, de esos en los que quieres decir mil cosas, pero sabes que no puedes, no son correctas, o no debes decirlas; y por eso no se dicen y se callan, y se forman esos silencios que dan ganas de que no existan; sería más fácil si se hablaran, si se dijeran todo lo que sienten, pero es lo que hace aún más molestos esos silencios, que nadie dice nada, y por eso las cosas no avanzan, ni se encaminan, sólo siguen como están, o se deteriora la relación.

– ¿Está bien así? – cualquier cosa era buena para romper el hielo, y Zelo sólo se le ocurrió preguntar si el café estaba bien como lo había hecho. Yongguk le miró atento unos segundos, luego divisó el oscuro color del café, y asintió. Nuevamente silencio.

–… Zelo… perdón – susurró y bebió un sorbo, el menor elevó rápido su vista sorprendido, clavándola en la silueta delante de él. – No quise tratarte como lo hice, no debí, Daehyun te trata mal por mi culpa, hoy le dije que no se metiera en asuntos privados pero… me doy cuenta que si yo no hubiera esparcido por todos lados mis problemas privados, él no se hubiera metido nunca.

– No tienes que pedirme perdón por ello… quien debería hacerlo es Daehyun hyung – por un momento el joven se había ilusionado, había creído que Yongguk le estaba pidiendo perdón por desconfiar de él, pero no.

– Lo sé, pero debía disculparme… – Yongguk tragó saliva algo nervioso, suspiró y luego se llenó de valor. – Te extraño – dijo con un escaso tono, a pesar de que había juntado valor, la verdad es que aquello que había dicho le hacía sentir vulnerable. Zelo le miró sorprendido y sus ojos brillaron de ilusión.

– Y yo a ti.

– Tienes a Yongnam – murmuró un tanto molesto.

– Y tú a Himchan… – dudó de lo que dijo, sabía con certeza que eso no era así, Jongup se lo había dicho, Youngjae también, y hasta el mismo Himchan le había dado a entender que no quería a Yongguk, pero ¿Yongguk no le quería?

– No. – tan seco como Zelo le recordaba, tan sólo un no como respuesta.

– Nunca me escuchaste, sé que en el pasado yo me porté igual, no te escuché, ni siquiera te contaba que me sucedía, cuando pensé que Himchan y tú me engañaban, pero… aprendí mi lección, al parecer tú no. – dijo con calma, Yongguk respiró profundo, y decidió poner más atención  a aquella conversación, se sentó mirándole de frente; sus ojos encontraron los del menor.

– Muy bien, te escucho…

– Estaba ebrio, sabes que nunca bebo, así que el alcohol se me subió demasiado a la cabeza, no me di cuenta en que momento pasó, y cuando tome conciencia, tú ya estabas allí, jamás fue mi intención hacerlo, y la única vez que lo hicimos fue esa.  – suspiró – jamás te hubiera engañado realmente, y menos con tu hermano.

– ¿Y ahora?

– Ahora él fue el único que me ayudó, todos aquí me trataban mal, excepto Youngjae, pero él estaba en su proyecto y no tenía tiempo para mí; Yongnam se sentía  igual que yo en cuanto a amor, su ex novio le odiaba por la misma razón que tú me odias, ni siquiera le escuchaba, como tú no me escuchabas, y le extrañaba demasiado, como yo a ti.

– Y buscaste consuelo en él ¿no es así? – dijo con tono agrio.

– Si no nos aman, si nos dejan, debemos seguir adelante. – murmuró no muy convencido. – Ya te he dicho lo que pasó, sólo te resta a ti creerme o no. 

Yongguk le miró fijamente, su mirada decía verdad, lo pensó por unos momentos, pero en ellos se quedó completamente callado, bajando su mirada; el menor pensó que ya no contestaría, por lo que tan sólo se levantó desganado del asiento y se dirigía a la habitación para dormir las horas que le quedaban. Pero antes de que pudiera si quiera salir de la cocina, Yongguk había llegado hasta él y le había tomado el brazo, volteando el delgado cuerpo del menor en el aire; cuando quedó frente a él, no dudo en apoderarse de sus labios, besándolo con entusiasmo, con todo ese sufrimiento de la soledad que había estado viviendo sin él, con esas fuerzas que le daba el extrañarlo tanto. Zelo se sorprendió, pero ni tonto ni perezoso correspondió, no podía negarse a un beso de aquel hombre, con el sabor del amargo café aun en sus labios; uniéndose juntos en un beso.

Yongguk aflojó su agarre del brazo del menor, llevó sus manos hasta la cintura de Zelo, le apretó contra su cuerpo; el maknae afianzó el beso más, y rodeó el cuello del mayor con sus brazos, uniéndole tanto a él como podía. Sus bocas fundidas una con la otra, tambaleándose un poco sus cuerpos, perdiendo ambos el equilibrio de sus pies. Les estaba faltando el aire, pero no deseaban separarse, si podían estar más juntos, recompensando el tiempo perdido, quería hacerlo.
Las caricias de Yongguk se adentraron por la ropa del menor, subiendo por su espalda, acariciando la suave piel, mientras lentamente, sus labios se separaban, no del todo, pues aun deseaban estar juntos.

El maknae miró al mayor, con sus ojos nublados por la alegría, la pasión y el amor, sus labios algo hinchados y húmedos; Yongguk le correspondió con una mirada decidida, aun fundidos en ese abrazo.

– Quiero creerte. – susurró contra sus labios y depositó otro beso.

– Hazlo… – cerró sus ojos como si estuviera viviendo un sueño, aquello era demasiado hermoso.

– Zelo… extraño tu cuerpo – murmuró, bajando sus manos por la espalda del maknae, llegando a sus caderas, y acariciando su trasero por sobre la ropa; el menor suspiró de goce con una sonrisa.

– Hyung, dime que me amas y me perdonas… – rogó entre suspiros, juntando más su cuerpo ansioso al del mayor.

Pero así como la magia había comenzado, al parecer había terminado, no recibió respuesta de aquello, Yongguk no le contestó, pero tampoco hizo nada que reemplazara las palabras; al contrario, sus manos dejaron de acariciarle, y el menor comprendió que debía separarse. Sintió un poderoso frío que le envolvió, Yongguk al parecer no le perdonaba, por lo menos no aun, se suponía que le había creído ¿no?... ahora que Zelo reflexionaba, Yongguk dijo que quería creerle, no que le hubiera creído… entonces, no le creía, y no le perdonaba, o quizás simplemente ya no le amaba, y lo que extrañaba de él era su cuerpo.

– esto está mal, ahora estoy con Yongnam, no debo hacerle esto, no lo merece – murmuró el menor y se separó por completo. Con su mirada perdida y dolida.

– Claro, él no se merece que le engañes pero yo sí, a él no puedes engañarlo ¿verdad? – ¿Quién comprendía a ese idiota? Primero ni siquiera le decía que le amaba o lo perdonaba, y ahora se comportaba celoso, tan sólo aquello Zelo lo había dicho para no quedar como el tonto arrastrado tras él.

– No quiero discutir hyung, da igual, nunca lo entenderás. – dijo mirándole fijamente, para luego salir de la cocina.

Yongguk quedó allí, con el amargo sabor en su boca de un nuevo fracaso, había  sido tan estúpido de no decirle que sí le creía, que le perdonaba y que le amaba, pero… no pudo, las palabras no salieron en su momento aunque las pensó; realmente, se sentía avergonzado de decirle que había desconfiado de él, que había sido un tonto, y que el que debía pedirle perdón, sería él y no Zelo.

A la mañana siguiente nadie tenía ánimos de levantarse, Jongup yYoungjae por lo menos estaban más descansados, pero Daehyun maldijo tanto su suerte por andar cayéndose a cada dos segundos por el sueño; Zelo no hablaba una palabra, y apenas despertó saludó afectuosamente a Jongup y Youngjae y se fue; en cuanto a Yongguk, él no quería ni escuchar las palabras “es hora de levantarse” realmente estaba mal, sentía como si le martillaran la cabeza, y al mismo tiempo su cuerpo entero dolía, sin contar esa angustia en su corazón gracias a lo que había sucedido la noche anterior con Zelo.

– ¿Quieres desayunar? – preguntó Youngjae, no muy amablemente pero si tratando de ser cordial lo más que pudiera, a Daehyun. El mayor le miró sin ganas, estaba sentado en la silla pero su cabeza estaba sobre la mesa recostada, como si la usara de almohada; Jongup desayunaba frente a él, Yongguk buscaba un calmante para su cabeza, y Youngjae, ahí estaba, frente a Daehyun.

– Sólo quiero dormir. – dijo secamente.

– Eso no es posible, debemos ir a la empresa – Youngjae le sirvió el desayuno, aunque éste no le hubiera contestado.

– Si cierta persona no hubiera sido irresponsable llegando a las cinco de la madrugada, no estaría así – se quejó haciendo un esfuerzo por levantar su cabeza, Yongguk sintió la directa, y se encogió de hombros.

– Llegue a las cuatro. – aclaró, haciendo que el menor rabiara más, Youngjae no pudo evitar una pequeña risa que escapó de sus labios.

– Da igual, ¿Iremos sin Himchan hyung? – preguntó, por fin aceptando el desayuno. Los otros tres le miraron fijamente sin saber que contestar.

– ¿Dónde lo viste por última vez? – Preguntó Jongup a Yongguk.

– Se tomó un taxi… no sé para donde iría, aunque lo imagino… – murmuró lo último. – Debe estar en casa de Yongnam, no se preocupen, de seguro irá a la empresa, es más, seguro Zelo le llevará… – dijo tranquilo.

– ¿Y si no es así? ¿Si no está ahí? – preguntó Youngjae preocupado.

– En ese caso… habrá que buscarlo – respondió Yongguk mirando fijamente la pared, algo pensativo considerando que el segundo mayor de B.A.P no estuviera donde él suponía.

Pero Himchan obviamente estaba allí, Yongguk le conocía tan bien como para suponerlo y acertar en su suposición. Quien no esperaba que estuviera allí era Zelo, el cual al llegar al apartamento, comenzó a contarle la molesta noche que había tenido al mayor, claro evitando contarle lo sucedido con Yongguk, pero aunque su boca fuera rápida para hablar, lo primero que vio, fue a Yongnam, sin camisa, preparando el desayuno, mientras un adormilado y molesto Himchan sin fuerzas, estaba vagando por el apartamento con sólo una remera y un bóxer puestos.

– ¿Qué demonios es esto? – dijo algo atónito al ver la escena, Yongnam le miró curioso, y Himchan con un desagrado total.

– Preparo el desayuno ¿qué más?

– ¡Eso lo veo! Preguntó ¿qué está haciendo Himchan hyung aquí? ¿Y así? – le miró con reproche, con la mirada furiosa, y Yongnam tragó saliva algo incómodo.

– ¡Ey! No es nada malo, llegó anoche borracho y… – el maknae no le dejó contestar, pues de la nada un grito colérico salió de su garganta.

– ¡Sé que estaba borracho! Claro, y por eso te aprovechaste ¿no es verdad? – agitó sus manos en signo de enfado – ¡Acabo de perder una oportunidad de reconciliación con Yongguk sólo por serte fiel a ti! Para que no te volvieran a… romper el corazón – dijo lo último con tono de burla – Y ¿para qué? Sí tu ni siquiera eres fiel conmigo… – rechinó sus dientes. Himchan quedó boquiabierto, no sabía si irse de allí huyendo, o reírse en la cara de Zelo, a ver si así aprendía lo que se sentía que te engañen…

– ¡¿Perdón?! ¿Me culpas por no haber podido engañarme? ¡Yo no te estoy siendo infiel! ¿Acaso me ves desnudo de la cintura para abajo y metiéndosela? – Yongnam se exalto, Zelo quedó algo desconcertado, no sabía que contestarle, ¿qué le decía? ¿Le replicaba diciéndole que seguramente ahora no pero anoche bien lindo se lo pasaron? O simplemente se largaba a llorar por haberle dicho aquello a Yongguk; al parecer él ya había comenzado a aceptar la relación, pero a Yongnam, le daba igual… no entendía como Himchan podía haberlo soportado tanto.

– ¡No!...No te estoy culpando de eso...es que... ¡Maldita sea todo me sale mal! – se quejó.

– Mira Zelo – dijo seriamente el mayor de los tres, se lo veía molesto, una expresión que Zelo hasta ahora desconocía. – Si no te reconciliaste con Yongguk no me eches la culpa a mí, si no lo hiciste no fue por fidelidad, sino por idiotez, no se le es fiel a quien no se ama ¿entiendes?

– ¡¿Y quién dijo que no te amo?! – las palabras del menor salieron de su boca escupidas de tal modo que hasta él abrió desmesuradamente sus ojos sorprendido; Himchan sintió que el  alma se le había ido sólo en esa frase, y Yongnam, ni siquiera pudo contestar aquello. – Himchan hyung – Zelo bajó su rostro luego de los segundos de shock que los tres vivieron al oír aquello – hay que ir a la empresa, no desayunaré acá, comeré algo allí, adiós. – saludó para nuevamente irse así como entró, su idea de una buena ducha y un desayuno de esos deliciosos que Yongnam preparaba se le había ido al carajo. 

Himchan permaneció mudo allí observando la escena, por un momento quiso gritarle a Zelo que no era como él pensaba; que a la mañana cuando se despertó odió el estado en el que se encontraba; que cuando vio el cuerpo de Yongnam a su lado sintió ganas de huir, y que ciertamente aborreció haber bebido, cometer tales irresponsabilidades, haber perdido la mente, y encima de todo vomitarse en su ropa como para que ahora no la tuviera limpia… bueno, en unos minutos gracias a la secadora, estaría. Pero al oír aquella confesión que había escapado de los labios del menor, todo en él se derrumbó, y tratando de ser fuerte, intentó ser lo más inexpresivo posible.  

– Bonito show – murmuró irónicamente.

– Gracias, debo darte las gracias por hacerlo posible – dijo con ironía también; Yongnam suspiró, apenas y estaba saliendo de su pequeño trance.

– Pero te lo mereces por aprovechado… no te denuncio de violación porque no quiero problemas. – estaba enojado, y nada de lo que aparentaba haber sido una reconciliación sucedió, Himchan seguía furioso con Yongnam, y ahora que había visto la reacción de Zelo veía que iban enserio, y más le enojaba, o más bien, le llenaba de celos.

– Himchan, por favor, lo tienes tan abierto que ni un forense se daría cuenta si te han violado o no.

– ja-ja – rió con sarcasmo el menor. 

Notas finales:

Gracias por llegar hasta aquí ♥ ^^ gracias por leer y nos vemos el próximo martes... aish ésta ultima semana se me hizo muy larga u.u ¿a ustedes no? 

 

Bye~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).