Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Coffee Irish por Misa Tsukamoto

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gwi-Gwiyomi~ Gwi-Gwiyomi~ 

Ignoren eso... Hola ^^ 

Nuevamente actualizando, pensé que demoraría más xd pero bueno, espero les guste este PENÚLTIMO cap :3 nos vemos el martes que viene. 

 

Y para aquellos que leyeron "No Mercy" estoy haciendo una continuación ya...

Bueno sin más les dejo de aburrir~ hasta el martes :3

Himchan se sentía un tanto indefenso, los brazos de Yongnam le acorralaban contra la pared, posándose a cada lado de su cabeza; el mayor frente a él, mirándole con rabia y celos, seriamente, le helaba la piel y hacía que sintiera pequeños escalofríos. Su estómago percibió aquella situación de amenaza y comenzó a revolverse dentro de su ser, las manos le sudaron en el momento, y comenzó a balbucear incomprensiblemente.

– ¡Déjate de balbucear y dime! – gritó, no le importaba si los demás estaban en el apartamento o no, aunque le había extrañado completamente que ninguno se presentara allí para rescatar a la princesa Himchan.

– ¡No me grites! – gritó de ojos cerrados aterrado, Yongnam a veces con sus comportamientos le daba miedo.

– Está bien… – serenó su voz, se separó lento del menor y llevó sus manos a la cara, sobó un poco y luego le miró fijamente – no te gritaré, pero ahora, exijo una explicación.

– ¿Con qué derecho? – preguntó rozando el filo del cuchillo que era Yongnam en esos momentos, con atrevimiento sin temor a ser cortado. Maldiciendo a su vez, a aquel niño llamado Junhong por haberle contado aquello al mayor.

Yongnam se cruzó de brazos y le miró frunciendo el entrecejo, si Himchan no le contestaba le golpearía como había prometido.

– ¡Tú tienes al mocoso ese de Zelo! A mi déjame en paz, si quiero besarme con Yongguk es mi problema – había perdido el miedo, tomando el valor de quien sabe dónde, le miró firme, recordando la discusión de la mañana.

La tarde caía dando paso a la noche, la llovizna seguía cayendo sobre Seúl, y el aire en aquella habitación se hacía más y más tenso.

– ¿Están saliendo? – preguntó ignorando aquella acusación del menor.

– No… – contestó sumiso, su estado de terror, enfado y ahora resignación se había acentuado tanto que él creía estar siendo demasiado bipolar.

– ¿Entonces?

– Lo hice sólo para que Zelo nos viera… esa era la idea, que nos viera, quería que sintiera un poco lo que yo sentí cuando me dijo que se había acostado contigo… – murmuró. Y Yongnam suspiró. 

– Así que… lo hiciste porque aun te duele eso ¿verdad? – tanteó el terreno con serenidad y una sonrisa confiada.

– ¡Por supuesto! Eras mi novio… – hizo un puchero. Yongnam mordió su labio inferior y se acercó más a Himchan, esta vez con sus músculos más relajados, sin provocar temor; pero sí una aceleración muy grande en su corazón.

– ¿Recuerdas cómo te despertaste hoy? – preguntó llegando hasta él, elevándole el rostro con su mano que sostenía el mentón de Himchan. Le miró a los ojos y el menor desvió la vista.

Había odiado esa mañana; se había despertado desnudo en la cama de Yongnam, con un muy fuerte dolor de cabeza, la boca pastosa y los parpados muy cansados, su cuerpo dolía completamente, cada hueso de éste, cada músculo tenso. Su mente rápidamente había evocado recuerdos de la noche anterior, sólo podía recordar a Yongnam sobre él, besándole y con su mano en un lugar algo comprometido; por ello, al ver su estado y ver que a su lado, estaba aquel hombre, con sus oscuros cabellos desparramados por la almohada y sus penetrantes ojos cerrados en un plácido sueño, lo primero que pensó fue que Yongnam y él habían estado intimando bastante esa noche. Se odió a sí mismo, porque aunque le amara, estaba enojado con él, estaba molesto, y encima él estaba saliendo con aquel chiquillo que se lo había robado; por eso gritó, pataleó, y estuvo histérico hasta que el mayor le explicó que nada había pasado entre ellos.

– sí ¿cómo olvidar? – respondió mirando la pared, el mayor sonrió.

– Así nos despertamos Zelo y yo… aquella madrugada –dijo y sorprendió al menor – nos encontramos a nosotros mismos, desnudos y no entendíamos qué estaba pasando, no lo hicimos queriendo, fue algo que… ocurrió, un accidente… – dijo con voz baja y algo apenada. Himchan pestañó algunas veces, la verdad es que esa mañana podría ser el ejemplo perfecto para describir aquella situación de Zelo y Yongnam; y demostrarle a Himchan que sí era posible dormir con alguien accidentalmente.

– Entonces ¿no tenían una relación oculta de antes?

– ¿Enserio creíste eso?  – preguntó algo dolido, todo éste tiempo amándolo sólo a él, controlando esa personalidad libertina para nunca hacerle daño a Himchan, y Himchan dudando de él.

– Por supuesto que sí, como tú creíste que Yongguk y yo estábamos juntos… – dijo con seguridad.

– ¡Pero es diferente!

– ¡¿Diferente por qué?! – alzó un poco la voz y Yongnam se enojó nuevamente. – ¡Ah sí! Ya sé porque es diferente ¡Tú te acuestas con Zelo, se ofenden, se van juntos, luego él se muda  a tú apartamento y ahora tienen una relación! Sin contar que él te dijo que te ama… y Yongguk y yo… sólo le di un pequeño beso para herir a Zelo. – habló con tono alto.

– Yo… – Yongnam bufó tratando de calmarse y calmar el ambiente. – Nos sentíamos mal porque ustedes nos odiaban, tenían razones sí, pero nos dejamos guiar por los celos…. – Himchan histérico no le dejó finalizar.

– ¡Celos! Olvide esa parte, porque después de todo eso que hiciste encima tienes el descaro de venir hasta aquí para reclamarme ese beso… – Himchan estaba furioso, quería golpearlo, estrangularlo si era posible.

Luego de una discusión siguiendo el hilo que la conversación había empezado, el menor se tiró sobre el mayor, intentando pegarle con sus puños, pero la fuerza de Yongnam era más que la de él, por lo que podía atajarlo. Forcejeaban y de vez en cuando algún golpe del menor hasta el mayor se escapaba, y Yongnam no se quedaba atrás porque a veces su furia le controlaba y terminaba golpeando a Himchan también; ambos estaban descargando todo lo que habían sentido en ese largo tiempo; y las fuerzas de Himchan se perdieron cuando el llanto salió de él.

En ese momento el teléfono comenzó a sonar. Yongnam no tenía planes de atenderlo, pero Himchan sí, quería a quien fuera que estuviera llamando, pedirle que le ayudaran, que le quitaran a esa bestia del apartamento; a pesar de ser él quien comenzó la pelea.

– ¡Ayuda! – gritó cuando logró tomar el teléfono, tenía la voz embargada en llanto, y se escuchaba su fuerte respiración agitada.

– ¡Deja eso maldita sea! – Yongnam tomó el aparato y lo estrelló contra la pared; lo último que se oyó por éste fue un grito de Himchan, el cual ni siquiera supo quién estaba del otro lado de la línea. – ¡¿Por qué todo es tan difícil contigo?! – gritó exasperado acercándose al menor otra vez.

– Como si contigo todo fuera muy fácil – dijo ahogado por el llanto intentando respirar más, estaba hiperventilando y desesperando cada vez que sentía que su aire en los pulmones no era suficiente.

Yongnam se asustó, se acercó a él y generó aire moviendo su mano de un lado a otro frente a él, le dijo con voz calma y cálida que se tranquilizara, que respirara profundo; apoyó la mano en su pecho y le ayudó con el ritmo de su respiración. Himchan lentamente se fue calmando.

– ¿Estás mejor? – preguntó con calidez, Himchan asintió mirándole de reojo. – No me interesa Zelo… ni ninguna otra persona, tan sólo me interesas tú. – sostuvo el mentón del menor levemente y le levantó el rostro hasta él, depositando un suave beso en sus labios.

Himchan cerró sus ojos y se dejó llevar por aquel roce de sus labios.

– No me confundas… – murmuró. – yo oí como ese niño te armaba una escena de celos…

– Y yo te la armo a ti. – murmuró y volvió a besarlo; primero suave, otra vez rozando sus labios, con un poco de temor al rechazo, y luego de forma más confiada con una sonrisa de satisfacción al ver la voluntad de Himchan doblegada por su propia voluntad. – Perdóname… yo te amo – dijo una vez que se separó de aquellos labios y observó sus ojos fijamente, con seguridad y verdad.

Himchan respiró hondo, esa caricia en sus labios había logrado calmarle por completo, el perfume del mayor le embriagó, y sin poder contenerse un “yo también te amo” escapó de sus labios, justo antes de que nuevamente fueran atrapados por los del mayor.

En una pequeña cafetería, donde se practicaba el art latte; Yongguk y Zelo se encontraban bebiendo un delicioso capuccino, con un dibujo original de dos corazones unidos; el placentero olor de los granos de café abundaba el local, junto a ese tentador aroma del cheesecake; la iluminación era la adecuada, tenue y relajante; desde la ventana se podía ver como lentamente la noche aparecía, cubriendo todo con ese manto de oscuridad; las hojas secas marrones de los árboles en el suelo se levantaban en remolinos de viento al aire, y la lluvia caía sobre el hormigón y el césped empapando las calles. Aquel ambiente realmente era tranquilizador, el adecuado para hablar de ellos mismos y tener una buena reconciliación; se amaban, ya se lo habían dicho, más con miradas que con palabras; Yongguk cuidaba a Zelo con total cariño y le trataba con delicadeza, le hablaba cálidamente, y el menor se sentía nuevamente feliz, importante para él. No quería perder más tiempo de su vida discutiendo, o sintiendo rencores que de nada servían; desde ahora estarían el uno para el otro.

Pero a pesar de todo aquello, algo les tenía preocupados, más bien a Yongguk; había llamado para ver cómo se encontraban en el apartamento los otros dos, y lo que oyó no le agradó nada, Himchan le pidió ayuda con un descontrolado llanto, luego un estruendoso ruido y un grito de Himchan se oyeron, inmediatamente la llamada se había cortado. Le preocupó, quizás la idea que había tenido para reconciliarlos no había tenido resultados favorables; y ahora Yongnam seguramente estaría golpeando a Himchan, no, no podía permitir que su hermano golpeara al menor, él tenía la culpa de aquello…

Pero allí estaba Zelo… tampoco podría dejarlo nuevamente por Himchan.

– ¿Pasó algo? – Preguntó el menor al ver el estado de preocupación del mayor al llegar a la mesa luego de hacer aquella llamada desde el teléfono del local.

– Creo que la idea no funcionó  – murmuró sentándose en la silla, fijó su vista al ocre mantel y no se atrevió a despegarla de allí para ver al maknae. Nuevamente era una decisión entre Himchan y Zelo.

– ¿Yongnam hyung le golpeó? – preguntó bebiendo de su taza mirando por la ventana, Yongguk elevó su rostro e hizo un gesto de no saber.

– No lo sé con certeza. – murmuró apenado, elevando sus hombros con la mirada en su propio café, mientras revolvía desfigurando más aquel dibujo sobre éste.

 

Zelo hizo un prolongado silencio sin despegar su vista de él, le miró, le miró y le miró, hasta que finalmente decidió hablar, o mejor dicho, estalló.

– ¿Ves? Nuevamente, ni siquiera sabes qué le pasó y quieres salir corriendo, cuando estás conmigo; quieres dejarme. – Zelo suspiró y cerró sus ojos para luego mirarlo de frente otra vez – esa es la actitud que no me gusta de ti, me dejas siempre por Himchan hyung.

– Zelo ya te expliqué, Himchan es como mi hermano, no puedo dejarle cuando me necesita. – mordió sus labios. – pero tienes razón, Himchan ya es grande y puede arreglarse solo, no debo sobreprotegerlo. Intentaré de ahora en más cambiar eso que no te gusta, quiero que entre nosotros todo funcione porque te amo – tomó la mano del menor y le dedicó una sonrisa algo gastada, su mirada con las cejas afligidas cargadas en preocupación. Zelo sostuvo su mano también y sonrió bajando la mirada, acariciando la suave mano de pianista con dedos largos con la propia. – ¿En qué estábamos antes de que llamara?

– Yongguk, no es necesario que hagas eso – sonrió desconcertando al mayor con aquellas palabras. – Estos días atrás; cuando estaba intentando una relación con Yongnam me di cuenta de que no quiero que nadie más me abrace, me toque, me bese, no lo quiero, tú eres mi hombre, mi único amor, y no quiero que dejes de acudir cuando Himchan está en problemas, o cuando se le quiebra una uña – hizo un gesto de burla y prosiguió. – Tan sólo no me dejes fuera, Himchan es mi hyung, y puedo estar para él cuando necesite, no tienes porqué elegir si estar conmigo o correr hasta donde está él, podemos correr juntos – Yongguk sonrió, Zelo era comprensivo y maduro en este caso, se asombraba de como aquel pequeño niño que él había conocido en el pasado había cambiado tanto, ya no le veía como un niño como le había visto en el pasado; ahora estaba más que seguro que su relación funcionaría, porque Zelo había madurado, y él, él también lo había hecho. – además, tú metiste en esto a Himchan hyung, yo te dije que Yongnam le golpearía, había que alejarlo no encontrarlos. – reprochó levantándose.

Yongguk comprendió, se levantó del asiento en el que estaba y se acercó al joven depositando un beso en sus labios, tratando de cubrirse con la ropa otoñal para que nadie les vea; sus labios se rozaron suavemente, sintiendo el corazón desbordante de alegría, estaban juntos otra vez, y las mariposas que sus estómagos sentían cuando se besaban volvían a aparecer, sólo con ellos, sólo con la persona amada. Cuando sus bocas se separaron de aquel tierno beso y  luego de pagar, abandonaron la cafetería para volver hasta el apartamento.

Al llegar se encontraron con varios ruidos de golpes, gritos y jadeos que podían hacerse pasar por lamentosos. Los jóvenes se asustaron, no creían que Yongnam pudiera haberse ido tanto de las manos como para lastimar tan brutalmente a Himchan, pero por las dudas, debían asegurarse, se acercaron a la puerta para poder abrirla, y los gritos de Himchan les frenaron.

– ¡Más rápido maldito! – aquello enrojeció por completo el rostro de Yongguk.

– Me encanta cuando te desesperas – se escuchó la grave voz del mayor entre una carcajada.

Yongguk alejó a Zelo de la puerta, quien aún no captaba mucho la situación; por parte de Yongguk,  bueno, él se estaba recriminando mentalmente por haber ido, aquello le obligaba inconscientemente a imaginar a su hermano teniendo sexo, y eso generaba rápidamente una especie de trauma; aunque por otro lado se alegraba de no haber entrado, el trauma sería peor.

– Bueno, al parecer si funcionó tu idea – sonrió nervioso Zelo cuando por fin captó lo que ahí dentro sucedía... ¿lo estaban haciendo en la sala?; ahora agradecía que entre él y Yongnam no hubiera sucedido nada, tan sólo de recordar sus salvajes caricias quería huir de allí.

– Parece que sí.  – Yongguk y Zelo se alejaron lentamente otra vez por donde habían llegado. 

– ¿Y ahora a dónde vamos? – el menor se subió al ascensor y miró de reojo al mayor que se subía junto a él, cuando las puertas cerraron, los dedos del pequeño se entrelazaron con los ajenos, tomándose de la mano como la pareja que eran.

– No lo sé, podríamos dar un paseo y luego cenar fuera. – Yongguk aferró fuerte la mano de aquel menor a la de él, y sonrió cuando se acercó a darle un beso suave y puro en sus labios.

– Me parece bien. – la sonrisa del menor se dibujó en su rostro cuando Yongguk separó sus labios de los de él, le miró a los ojos con profundo amor, y las mariposas nuevamente revoloteaban en su estómago. Que diferente era estar con la persona que uno realmente ama, que diferente y que placentero era. Sin poder evitarlo, la sonrisa se hizo más grande, ahora era feliz.

 

 

 

Ya más entrada la noche, el primero en llegar fue Jongup, se vio algo sorprendido por la escena que encontró, Himchan con el cabello mojado y ropa distinta a la que traía antes de que él se fuera; y Yongnam, en el baño duchándose. Apenas entró, averiguó como estaba su hyung, Himchan con una sonrisa ancha le respondió que estaba mejor que nunca; y mientras le ayudaba a preparar la cena le averiguó sobre la reconciliación; Himchan y Yongnam habían vuelto a ser pareja.

Más tarde, Yongguk y Zelo se aparecieron por allí nuevamente, esta vez sí entraron, aunque primero, se cercioraron de que detrás de la puerta no hubiera ruidos raros; y encontraron a los dos mayores con Jongup cenando.

La mirada de Himchan se clavó en el menor de todos, y rápidamente su expresión alegre y divertida se transformó en una de molestia y desagrado; Zelo recibió aquella mirada y tragó saliva nervioso, entendía que aunque las cosas se hubieran arreglado con Yongguk, y entre Himchan y Yongnam, las cosas entre él y el segundo mayor de B.A.P aún no se habían arreglado, y al parecer Himchan le odiaba.

Ellos no se sentaron a cenar, como Yongguk propuso, habían ido a un restaurante. Enseguida, Youngjae y Daehyun llegaron, dijeron que habían ido al cine y se emocionaron contando como les había ido y lo buena que había estado la película; ciertamente con el trabajo, casi nunca tenían tiempo de ir a lugares como un cine, y ese recreo había sido más que ideal también para reconciliarse del todo los amantes, y dejar atrás los celos de Daehyun.

No se sorprendieron que todos ya supieran la relación, bueno todos no, pues Yongnam y Himchan se estaban enterando en ese momento, aunque sus reacciones fueron favorables, Yongnam no les dio importancia, como se suponía que sería, y Himchan casi les asfixia felicitándoles.

– Zelo… sé que quizás no querrás hacerlo pero ¿no crees que deberías hablar con Himchan? – preguntó Yongguk con un susurro en su oído, el menor se estremeció ante las cosquillas que su aliento le generaba en aquella zona; le miró dudando, y Yongguk prácticamente le suplicó con sus ojos.

– Lo haré, estaré en el dormitorio, dile que me alcance allí  – Yongguk asintió y el maknae se fue.

El líder de B.A.P se acercó hasta Himchan quien reía felizmente ante una ocurrencia de Daehyun sobre la película, se agachó un poco debido a que éste estaba sentado, y le susurró que Zelo le esperaba; su rostro de mala gana expresaba los pocos ánimos que tenía de ir, pero aun así se dirigió hasta allí. Yongguk sonrió y prosiguió con la conversación que antes todos tenían y habían cortado ante aquella irregular escena; rápidamente los menores retomaron la conversación, Jongup prosiguió en su labor de lavar la vajilla utilizada, y Yongnam no muy conforme siguió prestándoles atención a los menores.

Himchan llegó hasta la habitación, la luz estaba prendida, Zelo se encontraba en su cama, la cual estaba ubicada arriba; sus pies colgaban, y uno se enganchaba en la madera que une las literas. Miró a Himchan algo nervioso cuando éste entró; desde allí arriba sabía que no podría hablar así que rápidamente bajó. Himchan apenas entró elevó su vista, observando todos sus movimientos.

– Me dijo Yongguk que quieres hablar conmigo – evitó su mirada y fue crudo y frío al hablar, el maknae asintió.

– Himchan hyung, hay algo que nunca he hecho, creo…  y si  lo hice quizás no le di la importancia que debería haberle dado – jugaba entrelazando y des entrelazando sus dedos, su mirada de cachorro humilde se situaba en Himchan por momentos y por otros volvía al suelo. – Quiero pedirte perdón, quizás ya habrás hablado con Yongnam hyung de esto, sabes que no fue algo premeditado, fue algo que sucedió, hablo de lo que pasó, pero aun así eso no quita que te deba una disculpa, él era… o es tu novio.

Himchan se sorprendió, no esperaba ciertamente aquello, no sabía cómo actuar ahora, no sabía que debía decir; se cruzó de brazos, suspiró, luego los descruzó y los llevó a la cintura, le costaba tanto pensar; realmente en aquellos días había odiado al menor, pero ahora éste le pedía perdón, y todo se derrumbaba sobre él al ver ese rostro de ángel tan avergonzado y arrepentido.

– Junhong, sabías todo el daño que me hacías, y aun así lo hiciste; no hablo del… “accidente”, sino de lo de después, te fuiste con él, comenzaron una relación.  – Suspiró desganado – sabías que eso me dolería y eso no te frenó.

– Lo sé, y también debo pedirte perdón por eso, me dejé llevar por los celos, tan sólo quería dejar de sentirme mal por Yongguk hyung, y ciertamente no pensé en ti, es más, estaba furioso contigo, te creía el causante de que mi relación no funcionara – se sinceró más de lo que podía, sus ojos se aguaron y su corazón se estrujó dentro de su pecho. – Yo sentía que siempre Yongguk te prefería antes que a mí, y eso me llenaba de rabia, dolor y celos, perdón. – dijo al borde del llanto.

Himchan no pudo con aquella visión que presenciaba, el maknae, con ojos llorosos y voz temblorosa, con sus nervios notándose físicamente, y aquel orgullo tragado pidiéndole perdón y admitiendo tener celos de él. Le recordó aquello, a la vez que el menor golpeó a Daehyun, sus ojos  con culpa y angustia mirándole, en aquel momento le había partido el alma, y deseaba abrazarlo y consolarlo, justo como ahora.

– Te perdono; porque yo soy igual, cuando te acercaste a Yongnam me sentí celoso, creí que él te prefería antes que a mí, por eso anoche fui a su casa; siempre te vi como alguien genial, y a veces me sentía opacado por ti – murmuró, el maknae le miró extrañado, intentando asimilar sus palabras – me aterré y creí que perdería a Yongnam para siempre – hizo un puchero infantil que nada tenía que ver con la seriedad del asunto. – que contra ti no podría competir.

– ¿Te das cuenta…? – El maknae río sin poder creerlo – ¿qué somos unos idiotas? – Himchan río también.

– Sí, nos falta más confianza en nosotros mismos… en cuanto a nuestras parejas  – dijo y ambos se miraron a los ojos con cariño. – perdóname a mí también.

– No hay que perdonar hyung – Zelo extendió su mano – ¿lo dejamos como antes? ¿a-amigos? – preguntó y Himchan tomó su mano sin dudarlo un segundo.

Le apretó fuertemente con su cálido tacto y suave piel, y con el agarre le atrajo hasta él, cerrando aquella reconciliación en un gran abrazo.

Ahora que Himchan conocía los sentimientos del menor, no temería más, y ahora que Zelo se había acercado a Himchan, ya no tendría celos de él, porque él nunca debió olvidar que Himchan es su hyung, ese que le cuida siempre, que le consiente, y que es la madre del grupo.

Luego de aquello, con una amplia sonrisa feliz, los jóvenes salieron de la habitación, abrazados; Himchan mucho más animado que antes, y Zelo aunque tímido, feliz. Ambos ahora tenían motivos para sonreír y B.A.P estaba unido nuevamente. Como los chicos decían siempre… Himchan es quien mantiene unido a B.A.P. pero él no estaba funcionando bien estos días, y B.A.P se deshizo, esa era la real prueba, ahora… B.A.P estaba junto nuevamente, y en gran parte era gracias a esa sonrisa y esos ánimos del segundo mayor.

– Veo que entre tú y Yongguk está todo bien ¿no? – preguntó curioso, pícaro y sonriente Yongnam cuando se fue a despedir de Zelo.

– Y tú te has reconciliado con Himchan – afirmó el pequeño de igual modo.

– Así es. Fue lindo intentarlo contigo; pero, creo que estás hecho para mi hermano, no para mí – dijo despreocupado, Zelo tan sólo negó con la cabeza sin darle importancia, admitiéndole toda la razón. –  se y hazlo muy feliz a Yongguk ¿ok? – el maknae asintió.

– Así será, tú lo mismo con Himchan hyung ¿está bien? – Yongnam asintió sonriente – iré contigo, así traigo mis cosas de tu apartamento; ahora que todo está bien, quiero volver aquí, lo extraño. – Murmuró lo último – me alegra, que ahora, los dos estemos con quienes realmente queremos.

– A mí también – suspiró.

– Yongnam… Zelo – llamó Yongguk sorprendiendo a los jóvenes junto a la puerta, sabía que debían hablar, despedirse y arreglar algunos temas, pero… no se estaba sintiendo muy cómodo, así que sin vergüenza les escuchó. – No te preocupes, por ir, yo iré al apartamento de Yongnam hyung por tus cosas – dijo seriamente.

Y Yongnam borró la sonrisa de su rostro, por unos momentos, había olvidado que entre su hermano y él no había una buena relación, Yongguk jamás le perdonaría al parecer, y ahora que había metido la pata con Zelo también, sería doble traición, y menos le perdonaría; al parecer ellos, jamás serían los buenos hermanos que de niño fueron.

– ¿Ya te vas? – fue lo que exclamó un amoroso Himchan antes de correr y tirarse literalmente en brazos de Yongnam; éste le sostuvo fuertemente de la cintura para que no cayera, y mantuvo el equilibrio para no caer él, Zelo sonrió.

– Sí, ustedes tienen que madrugar mañana…

– Iré contigo – sonrió feliz pero Yongnam depositó un beso sobre sus labios negando con la cabeza.

– Yongguk irá conmigo, va a buscar las cosas de Zelo así que es mejor que te quedes – susurró frente a Himchan, él hizo un puchero en reproche, pero accedió. Se separó de su novio dejándole un tierno beso en sus labios para luego ir hasta el marco de la puerta donde estaba Zelo.

– Regreso en un rato – anunció Yongguk besando levemente los labios de Zelo. Y luego se marchó.

Yongnam saludó con su mano, y el hermano menor también, luego los dos partieron, y sus parejas quedaron allí, en el marco de la puerta, observando cómo se iban alejando sus cuerpos más y más, hasta desaparecer tras la cortina de acero del ascensor. 

Notas finales:

Bueno~ hasta ahí el cap, cualquier cosa ya saben comenten que yo siempre les intentaré responder ♥ 

Bye~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).