-¿Seguro que ya se han ido todos? -Preguntó el líder en cuanto vio entrar a su compañero de habitación, reacomodándose para sentarse a la orilla de la cama, pues sólo se había recostado por un momento mientras esperaba que él chico regresara.
-Sí Hyung, ya estamos solos. –Respondió Woohyun, acercándose paso a paso, para sentarse a la izquierda del mayor.
Llevaban casi una semana esperando por una oportunidad de estar sólo ellos dos en el departamento, y el momento había llegado. Ya habían pasado por tener una ligeramente incomoda conversación sobre dar un paso más allá en su relación, después de todo ya llevaban más de un año juntos, claro, con sus altos y bajos, pero nada había logrado separar al uno del otro, y no dejarían que eso pasara, nunca.
Luego de aquella simple pregunta, ambos dejaron que el silencio se hiciera presente en la habitación, uno con la mirada fija en el suelo como si fuera lo más interesante del mundo y el otro mordiendo su labio inferior pensando en cómo romper el silencio y cómo comenzar lo que habían planificado para aquel día.
Sí, lo habían planificado. Y ahora se daban cuenta de que con eso sólo habían logrado volver la situación más vergonzosa de lo que ya era.
Como era de esperarse, el menor fue quien hizo el primer movimiento, acercándose al cuerpo ajeno para susurrar en su oído, intentando ocultar tras una voz grave y baja todo el nerviosismo y ansias que había en él. –Sunggyu... tócame.
Y entonces el silencio volvió, pero a diferencia del primero, éste no se extendió por más de algunos segundos, pues de un momento a otro lo único que podía oírse era la risa del mayor, el cual no sabía si reía por no saber cómo reaccionar o porque en verdad le había causado gracia el oír aquello. Tal vez era una mezcla de ambas cosas.
-Eish, arruinas todo el ambiente, Sunggyu. –Se quejó Woohyun, desviando su mirada hacia la izquierda, haciendo una mueca de desagrado ante tal reacción, le había costado un mundo formular aquella oración en un intento por avivar las cosas, ¿y que recibía a cambio?, burlas y esa terrible sensación de cuando acabas de hacer el ridículo.
-¿Qué ambiente?, no había ningún ambiente, idiota. ¿Y en qué momento te autoricé de llamarme sólo por mi nombre? –Se excusó el mayor en cuanto pudo detener su risa, sintiéndose más relajado después de lo ocurrido, por lo menos ahora sabía que el chico estaba teniendo problemas con el mismo asunto que él. Ninguno sabía cómo comenzar.
-En el momento en que te volviste mi novio. –Murmuró el más bajo de forma casi inaudible, pues estaba intentando ignorar a su pareja, aunque todos sabían, que eso jamás sería posible para ninguno de los dos, incluso cuando no eran más que amigos.
Gracias a que la tensión se había disipado un poco, Sunggyu tuvo un arrebato de determinación y sin dudarlo se subió a la cama y se posicionó tras el más joven, pasando sus brazos por sobre los hombros contrarios, abrazándole por detrás y hundiendo su rostro en su cuello, con una pequeña sonrisa trazada en sus labios. –Hyunnie... –Susurró el mayor mientras sus manos se encargaban de repartir ligeras caricias sobre el pecho del otro.
Eso fue suficiente para que la determinación también llegara a Woohyun, haciendo que se girara y que en un rápido y ágil movimiento hiciera que el líder se recostara para así poder él acomodarse sobre el mayor. Sus miradas se encontraron por unos segundos, pero ambos sabían que si se observaban directamente por demasiado tiempo, podrían llegar a retractarse. Así que Sunggyu se abrazó al cuello de su compañero y le acercó, provocando que sus cuerpos se apegaran totalmente, y sin más, unió sus labios con los contrarios, saboreándolos y dándoles suaves mordidas de vez en cuando. Woohyun no tardó demasiado en acoplarse y corresponder aquel beso, por lo menos era algo de lo que estaba seguro que hacía bien; y, aprovechando eso como una distracción, sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo que se encontraba bajo el suyo, empezando por el pecho, sintiendo con la yema de sus dedos los ligeramente marcados pectorales, incluso por sobre la playera que el líder llevaba; al no ver ningún tipo de reacción negativa, se animó a bajar un poco más, hasta el abdomen, donde ya no sintió músculos marcados, era más suave, y eso le gustaba. Paso algunos minutos en aquella zona, recorriéndola hasta llegar a la cintura del mayor, y con un par de caricias bajar más hasta alcanzar el borde de la playera e introducir sus manos. Podría haber tenido un orgasmo justo en aquel momento al notar cuan suave y tersa era la lechosa piel de Sunggyu, y fue incluso más difícil evitarlo cuando éste partió sus labios y arqueó un poco su espalda por el simple tacto. Ambos realmente se encontraban sensibles, o tal vez era la ansiedad de haber esperado tanto por un momento así. Pero no era momento de pensar el por qué. Woohyun subió la playera del contrario y se separó sólo un momento de sus labios para poder quitar la prenda; sus manos repitieron el mismo recorrido, y sus labios dejaron nuevamente los contrarios para comenzar a rozar éstos contra la línea de la mandíbula del mayor hasta llegar a su cuello y empezar a dar cortos besos en el lugar, mezclándolos con suaves mordidas.
Por su parte, Sunggyu sentía que en cualquier momento su corazón se saldría de su pecho, o su miembro de sus pantalones. Seguramente lo segundo sería primero. Las caricias de Woohyun eran suficientes para que la ropa en la parte baja de su cuerpo comenzara a hacerse molesta y él no se consideraba a sí mismo alguien paciente. Claro, sus labios se habían abierto para decir algo, pero al sentir que el chico hacía presión en uno de sus pezones con su pulgar, lo único que salió de sus labios fue un suave gemido, y en ese momento podría jurar que sintió la sonrisa victoriosa del menor contra la piel de su cuello. A pesar de que había sido involuntario, el mayor se había apenado en demasía, y mordió con fuerza su labio inferior para impedir que más sonidos como ese escaparan de él.
-Vamos Sunggyu, no te contengas, quiero oírte. –Susurró el más joven, repitiendo la acción que había provocado aquel erótico sonido. Necesitaba oírlo una vez más, por lo que bajó un poco con su cabeza, disponiéndose a usar sus labios e incluso su lengua en los sensibles pezones de su pareja, pero antes de lograr nada, el contrario le detuvo.
-S-sólo manos. –Dijo el mayor en un suspiro, recordándole a su pareja lo que habían acordado, tal como había dicho, sólo usarían sus manos.
Woohyun en seguida hizo una mueca, pues aquel detalle había desaparecido de su mente, ¿Es que acaso Sunggyu iba en serio? ¿Cómo podía recordar eso en un momento así?, comenzó a preguntarse el menor, y fue sacado de sus pensamientos al sentir un par de manos en su abdomen; bajó nuevamente su vista a la persona que estaba atrapada entre la cama y su cuerpo y sus ojos sólo se abrieron de par en par ante la vista. La expresión que tenía el mayor de seguro sería algo inolvidable, la forma en que mordía su labio, el color de sus mejillas y la profunda y lujuriosa mirada que entregaban sus oscuros orbes. Al parecer el chico había caído en un trance demasiado poderoso, pues nunca notó hacia donde se dirigían las manos del mayor, ni tampoco el momento en que éste con una inesperada maestría logró desabrochar tanto su cinturón como sus pantalones, y para cuando reaccionó, una corriente de placer recorrió cada rincón de su cuerpo. Sunggyu había introducido una de sus manos dentro del pantalón ajeno, proporcionando lentas caricias a la hombría del chico, mientras la otra se colaba bajo su playera y recorría hacia arriba su torso, subiendo cada vez más la prenda, descubriendo cada vez más piel. –A-ah... Sunggyu... –El más joven gimió echando su cabeza hacia atrás y cerrando sus ojos, moviendo ligeramente su pelvis para generar más fricción entre su miembro y la mano ajena, entonces sin más, tomó el borde de su propia playera y la quitó, lentamente, sintiendo la mirada del mayor clavada en su definido pecho y abdomen.
Ahora era Sunggyu el que se maldecía a sí mismo por haber recordado lo de ‘sólo manos’, pero no lo admitiría, por mucho que quisiera probar aquella piel.
Entonces, aprovechando de que el mayor se encontraba distraído, Woohyun quitó la mano de éste de su entrepierna, (a pesar de que se sentía increíblemente bien lo que el líder había estado haciendo) y comenzó a desabrochar los pantalones de su pareja, despojándolos rápidamente para dejarle sólo en ropa interior y con una notable erección a la vista. – Ansioso, ¿no? –Preguntó el más joven con una sonrisa ladina, sólo por querer avergonzar aún más al chico con cara de hámster que estaba bajo él, el cual, algo incómodo intentaba cubrirse de alguna forma.
-Idiota... –Masculló el líder, intentando ahora empujar al menor para que se saliera de encima, sin resultado alguno, pues toda su fuerza desapareció cuando Woohyun, inesperadamente, posó su mano sobre el miembro del mayor y le dio un suave apretón, provocando que Sunggyu cerrara automáticamente sus ojos. –N-Ngh...
-¿Te gusta eso Hyung? –Woohyun continuaba con aquella nota de burla en su voz, recercándola específicamente en la última palabra. Pero lo que no se esperaba era ver al otro asentir en respuesta, lo que le incentivo a ir más allá. Bajó la ropa interior del mayor, sólo hasta la mitad de sus muslos y a continuación, rodeó el miembro del contrario con su mano, en la zona del glande sin ejercer mucha presión, comenzando a estimular la punta de éste con su dedo pulgar, dejando a Sunggyu como un caos de gemidos.
-W-Woohyun... m-más... –Pidió el líder, volviendo sus manos en puños, atrapando las sábanas de la cama dentro de éstos, comenzando a simular con sus caderas pequeñas embestidas para generar algo de fricción, pues el menor no se movía, y le desesperaba, todas las sensaciones eran demasiado para él, y al ser nublado por el placer, lo único que quería era perderse más y más.
-¿Has dicho algo? –Inquirió el más joven, volviendo a dar un suave apretón con su mano, haciendo que el contrario arqueara su espalda.
Pero, Sunggyu en un momento de cordura, se negó totalmente a rogar por eso. Y, simplemente, rodeó la mano del menor con la suya, ajustó la presión y comenzó a hacer que la moviera a una velocidad considerablemente rápida.
Woohyun, que había quedado perplejo por unos segundos, sonrió lascivo ante aquella escena; relamió sus labios y los unió con los de su pareja, acallando los gemidos que de ahí escapaban, que repetían una y otra vez su nombre. Subió su mano libre por el abdomen, hasta el pecho de Sunggyu, y con su dedo índice y pulgar atrapó nuevamente uno de los pezones de éste, escuchando unos segundos después un largo gemido escapar de los labios ajenos a la par que llegaba a su clímax y se corría, ensuciando un poco los abdómenes de ambos.
La satisfacción de haber logrado realizar algo tan íntimo, les llevó a aceptar su siguiente desafío, claro que en un día distinto. Y por supuesto que después de aquello, fue el turno de Sunggyu de ayudar a Woohyun con el problema en sus pantalones .