Deslizo mis dedos ágilmente por el cuello de la guitarra haciendo que los últimos acordes de “A little piece of heaven” deleiten a nuestro público antes de despedirnos para salir del escenario entre gritos eufóricos e histéricos. Nos dirigimos directamente hacia los camarines, al entrar, una mano se apoya en mi hombro, me giro encontrándome con unos hermosos ojos verde azulados que me miran con un brillo especial, el cual sólo yo puedo descifrar de manera tan cómplice.
Alzo la comisura de mis labios en una sonrisa bastante coqueta, haciendo que Zacky se ruborice levemente mientras continúa su camino hacia el espejo tras de mí.
- La presentación salió increíble- exclama Matt cuando cruza la puerta.
- Esto amerita una leve intoxicación casual con alcohol.- la voz de Christ es pastosa debido al bostezo.
- Conozco un bar de por aquí, es bastante privado- comenta el batero dejando las baquetas sobre la mesita de centro. –Así que es seguro que no nos molesten.
Me quito la polera húmeda debido al sudor del escenario y me giro hacia Vengeance, que tiene la vista clavada en el espejo mientras se quita el corbatín de color negro.
- Zacky.
Lo llamo al tiempo que le lanzo la prenda de color blanco, que atrapa alzando sus formadas cejas con asombro, la sostiene entre sus manos mientras me sigue con la mirada y yo paso tras él. Le tiro un beso mirándolo fijamente, a lo que Zachary me sonríe nervioso.
Adoro cuando lo hace.
Una vez estamos listos, nos encaminamos hacia el bar señalado por el batero. Al entrar nos sentamos en una mesa apartada, el aire esta impregnado de humo de cigarrillo y las voces roncas de las demás personas cuando hablan entre ellos, nos hacen sentir bastante a gusto mientras conversamos sobre lo que haremos después de cerrar la gira con una firma de autógrafos.
Alzo mi mano para alcanzar una botella de Heineken que esta frente a mí, entonces rozo la mano del ojiverde suavemente, sintiendo su piel tibia mientras un cosquilleo recorre mi estómago. Zachary me produce cosas, sensaciones especiales. Aunque lo nuestro no ha pasado más allá de unos besos y caricias casuales.
Estuvimos bebiendo entre risas y cervezas un buen rato. En eso, una mesera de cabello rubio y estatura mediana, se nos acerca a la mesa de manera tímida.
- Disculpen.- Sonríe la chica de ojos café claro. -¿Me podrían firmar un autógrafo?
- Claro- contesta Sanders con una sonrisa amigable que hace que se le marquen las margaritas.
Todos nos turnamos para firmar su cuadernillo dónde anota las cuentas. Yo soy el último, así que cuando se lo entrego la rubia me mira coqueta al tiempo que me guiña un ojo. La estudio con la mirada descaradamente, sus largas piernas lucen sensuales con esa minifalda tan ajustada; le sonrío con aire arrogante mientras intento enfocar mi vista: la cerveza se me esta subiendo a la cabeza.
- ¿Quieren otra ronda?- pregunta la chica con más confianza. –Va por la casa.- Esto último lo dice mirándome coqueta.
- Si tú la traes… veremos cómo te lo pago.- Me paso la lengua por los labios y mis ojos examinan su cuerpo nuevamente.
De pronto el brusco sonido de una silla al deslizarse contra el suelo capta mi atención mientras Vengeance pasa tras de mí, se para junto a la muchacha y mira a los chicos.
- Nos vemos mañana- dice mientras se acomoda la chaqueta y percibo cómo los celos se deslizan por sus palabras.
- Cuídate Zack.- Le sonríe Johnny.
Lo observo caminar rápidamente hacia la puerta, mi estómago se retuerce incómodamente y me quedo ahí, sentado quieto mientras el recuerdo se apodera de mis pensamientos…
*Flash back
Zachary esta intentando sacar unos acordes del nuevo tema. Me siento frente a él y miro cómo sus dedos presionan las cuerdas con confusión y noto que se está empezando a frustrar.
- Quizás, si lo tomas desde aquí…- digo tomando sus dedos y acomodándolos en el cuello de la guitarra.
- Cierto- susurra el pelinegro con fascinación.
Me encuentro tan cerca, que cuando me responde, su aliento tibio roza mi mejilla. En un impulso acaricio sus manos suavemente, y sus dedos tiemblan ante mi tacto.
Hace ya algunos años Backer me produce algo especial.
Disfruto de su compañía cómo nadie, lo extraño demasiado cuando no está o me siento completo con el sólo hecho de tenerlo cerca. Siempre creí que se debía a nuestra amistad tan profunda, a nuestro feeling, pero últimamente he tenido impulsos, que se nota, van más allá de una simple amistad.
Alzo la vista y sus ojos verde azulados están fijos en mi boca, me relamo los labios intentando aplacar las ganas de tocar los suyos.
Repentinamente Zacky se acerca posando un pequeño y suave beso sobre mi boca. Me quedo paralizado ante la acción tan inesperada mientras él baja la vista completamente ruborizado ante mi mirada, comienza a tocar unos acordes de “Dear God” cuando tomo su rostro entre mis manos y sin poder reprimir más mis ganas, aplaco el deseo de mi boca por sus labios, que son tan suaves y carnosos; siento el roce de sus argollas entre los míos, meto mi lengua suavemente rozando su paladar mientras miles de sensaciones recorren mi cuerpo: incertidumbre, nerviosismo y placer.
Cosas que ni siquiera he sentido en mi primer beso.
Sus labios aprietan los míos con ansias, haciéndome saber cuánto anhelaba este beso, y entonces tengo la certeza de lo mucho que yo también ansiaba este momento.
Fin flash back
El recuerdo asaltó mi mente reviviendo todas las emociones que me embargaron entonces. Esto sucedió hace ya dos meses y durante todo este tiempo nunca me eh detenido a pensar en lo que realmente pasa, lo que siento por Zacky.
A pesar de lo mucho que me desconcierta la idea: estoy enamorado.
¿Si no cómo explico el dolor que me embarga cuando no está conmigo?
Percibo la mirada de Jimmy sobre mí, haciéndome salir de mi trance. Me remuevo en la silla un tanto incómodo e intento sonreír actuando con naturalidad mientras Rev no deja de verme entrecerrando los ojos a modo de sospecha. Intento retomar el hilo de la conversación y al fin el batero desiste de verme y sigue bebiendo.
Después de unas horas, decidimos volver a nuestros hogares. Al levantarme siento cómo el mundo me da vueltas y el tambaleo de mi cuerpo es inminente.
- Si Michelle te ve así, se enojará de nuevo- me advierte Matt con voz un tanto divertida.
- ¿Y gueh?.- Frunzo el seño molesto. –Ella me conochió ashti.
- Te llevaría a mi departamento, pero Leana dijo que me esperaría con una sorpresa.- Reverend se encoge de hombros.
- Espera.- Johnny me mira algo mareado –Según recuerdo, Gena está de visita en la casa de su hermano, Zacky está solo, podrías quedarte con él.
En cuanto termina la frase, las ansias por ver a Zack se apoderan de mí. Necesito disculparme, que me bese cómo sólo él sabe hacerlo… y decirle cuanto lo amo.
Nos subimos al auto de Shadows, que conduce rumbo al departamento de Backer. Una vez en la calle, los edificios en movimiento me provocan náuseas, así que cierro los ojos intentando respirar pausadamente.
Ninguno de los chicos sabe lo que pasa entre Zachary y yo. Desde nuestro primer beso los demás encuentros han sido casuales y breves, unos besos apasionados y nuestras manos recorriendo el cuerpo del otro, pero eso sólo sucede cuando estamos a solas, porque una vez que tenemos compañía nuestro comportamiento amistoso sigue intacto. Así que dudo que siquiera lo sospechen. Además nunca nos hemos juntado a solas ni nada por el estilo, las oportunidades se dan, pero no las planeamos.
Me bajo del auto y me tambaleo hacia la puerta principal, dónde el portero me deja pasar con una sonrisa amigable, lo cual me extraña bastante, debido a las condiciones en las que me encuentro.
Una vez estoy frente a la puerta del departamento del pelinegro, la duda me embarga por completo, pero el alcohol no le permite a mi mente dominar mi cuerpo y toco la puerta varias veces en un impulso que apenas percibo que estoy realizando.
- ¿Brian?- musita Backer al abrir la puerta, frunciendo el ceño confundido.
- Zacky- digo en muy mal modular. –Yo…
Me acerco a él, pero el movimiento tan brusco provoca que pierda el equilibrio. Vengeance me envuelve entre sus brazos mientras cierra la puerta, y me lleva hasta el sillón.
Lo veo alejarse hacia la cocina americana que se encuentra a un costado del amplio living. Toma la cafetera y sirve el líquido oscuro trayéndolo hacia mí.
- Espera a que se enfríe- dice dándome la taza y se sienta a mi lado.
- Lo siento- suelto en un suspiro. –Ya sabes… por lo del bar…
- Da igual- contesta apoyándose en el respaldo. Su voz con fingida despreocupación me irrita bastante. –De todos modos nosotros no tenemos nada…
- No. no da igual- lo interrumpo apretando la mandíbula y me giro para ver sus hermosos ojos verde azulados encontrarse con los míos. –Zacky yo… yo te amo.
Incluso borracho puedo ver el asombro en su rostro.
Zachary alza las cejas dejando la boca abierta, y después de unos segundos, la cierra desviando la mirada, sobándose la frente con los dedos.
- Estás borracho Haner.
- ¡¿Eso es lo que me dirás?!- exclamo dejando la taza sobre la mesita de centro y me levanto indignado. –Te acabo de decir que te amo… ¡¿Y tú me dices que estoy borracho?!
- ¿Y qué quieres que te diga?- dice con voz suave, sin despegar la vista de la pared frente a él mientras se acaricia el labio inferior con el dedo índice.
- ¡¡La verdad!!- grito, y ahora sí me mira tensando su mandíbula. Entonces bajo el volumen de mi voz. –Qué sientes lo mismo… sé que es así…
Me siento a su lado, tomo su mano enlazando mis dedos con los suyos. Su mirada refleja inseguridad, haciéndolo lucir tan dulce, entonces saco la mano suavemente deslizándola por su rodilla, su muslo, asciendo por su abdomen y la detengo en su pecho. Siento los rápidos latidos de su corazón a través de su respiración agitada.
Deslizo la yema de mis dedos por su cuello y apoyo mi palma sobre su mejilla, girándolo con suavidad hacia mí.
- Por favor- suplico con voz temblorosa. –Dímelo.
- Syn… no…
- Dímelo.
Me mira a los ojos con ansiedad, acerco mi boca hacia la suya y su tibio e irregular aliento me roza de manera agradable. Apenas toco sus labios separándome unos centímetros.
- Dímelo…
- Yo también te amo Brian.
Sonrío ampliamente, disfrutando del sonido de su voz al pronunciar aquellas palabras.
Choco mi boca contra la suya besándolo de manera efusiva, metiendo mi lengua grotescamente mientras saboreo sus labios.
Zacky se incorpora tomando mi rostro entre sus manos y acercándome más hacia su ansiosa boca. Mis labios estrujan los suyos, su lengua se abre paso por mi boca rozándome el paladar cuando mis manos descienden por su pecho hasta detenerse en su abdomen.
Lo beso con más fuerza y entonces mi palma se desliza por su entrepierna, lo aprieto suavemente haciendo que un suspiro se escape de su boca y su tibio aliento roza mi oído provocando que me estremezca.
Se separa besando mi mentón delicadamente, deslizando su boca por mi mandíbula, produciéndome un cosquilleo bastante agradable que se expande por todo mi cuerpo. Besa mi cuello dando pequeños mordiscos y puedo sentir el frío roce de sus argollas por mi piel repentinamente caliente. Mis ansiosos dedos acuden hasta el borde de su short, desatando el cordón bruscamente mientras sus manos quitan mi polera y se afferran a mi abdomen acariciándome suavemente mientras pasa su lengua por mi pecho.
Un quejido placentero sale desde mi garganta, pero los labios de Zacky callan cualquier suspiro resultado de sus caricias.
Repentinamente el ojiverde se detiene alejándose de mi boca que acude a la suya a por más.
- Syn… no- musita jadeando.
- ¿No?- inquiero coqueto mientras muerdo el lóbulo de su oreja. –Sé que quieres Zachary…
- Ni te imaginas cuánto.- En su voz percibo lo difícil que le resulta resistirse. –Pero así no. Sigues borracho.
Me enderezo mirándolo con reproche, pero tiene razón.
Apuesto a que piensa que todo esto se debe al alcohol en mi cuerpo. Pero no es así.
Mis sentimientos son verdaderos, y tarde o temprano iba a terminar cediendo ante ellos… ante él.
Suspiro levantándome con resignación y me dirijo hacia su cuarto. Cómo no lo escucho tras de mí, me giro para verlo: aún está sentado… confundido.
- Sólo quiero pasar la noche contigo- digo con una sonrisa inocente.
Zachary sonríe negando con la cabeza y camina en mi dirección.
Me siento sobre la cama tirando las zapatillas y me recuesto a su lado. Él se arropa bajo las sábanas, me acerco suavemente pasando mi brazo bajo el suyo y enlazo mis dedos en su mano. Rozo tras su oreja delicadamente con la punta de mi nariz mientras mi cuerpo me pide más cercanía, me pego tanto a él que ya no se si seré capaz de separarme.
Me embriago en su aroma mientras mis párpados ceden ante el sueño.