Capitulo IV
Woo Ri había pasado de ser el ser mas despreciable en la faz de la tierra a ser una chica medianamente agradable, las clases del lunes y el martes parecieron marchar en lo que se considera normal, algunos retos, algunas bromas, algunas peleas, pero nada que fuera mas allá de eso.
Sin embargo, lo que más me dolía era que ni siquiera había mencionado nada del día que nos habíamos encontrado en la universidad, la verdad es que podría haber sobrevivido con su indiferencia, pero luego de la conversación de aquel día, sentía que una pequeña brecha se había abierto en nuestra relación por decirlo de alguna manera.
A lo largo de mi corta vida, yo había salido con dos chicos, pero ambas relaciones solo habían logrado que mi concepto del "amor", no fuera al mas adecuado, por ese motivo me repetía una y otra ves a mi misma que la principal meta en mi vida eran mis estudios y tener una buena carrera en al que desarrollarme, si luego de haber conseguido eso aparecía un buen chico (o chica), pensaría la posibilidad de mantener una relación.
Sin embargo, mi amiga Seung A me decía que era casi imposible que pudiera mantener por siempre mi principio de "la razón ante el corazón", ya que cuando conociera a una persona realmente especial, todo aquello se iría al tacho de la basura.
El problema consistía en que al parecer, Woo Ri, con sus aires de chica imposible y su fingida arrogancia estaba logrando romper la coraza que por años había logrado mantener impenetrable.
Ya había aceptado que Woo Ri me gustaba físicamente, pero una cosa muy distinta era aceptar que estaba interesada en ella de otra manera que no fuera una simple atracción física.
Bueno. Mientras todos estos desafortunados pensamientos rondaban por mi cabeza, la tarde del día sábado llego como una nueva tortura.
No solamente vería a una Woo Ri que me había tomado en cuenta tanto como a la pared de mi cuarto, si no que además Hyun Young me había invitado a salir esa tarde y mi padre me había negado el permiso; para amargarme un poca mas el día, Dios decidió que un poco de lluvia no me vendría mal.
Las clases con Woo Ri los sábados comenzaban a las cuatro de la tarde y se solían extender hasta después de las siete, ya que repasábamos lo mas importante de la semana y me hacia algún examen con el que por supuesto le encantaba humillarme.
Pero extrañamente el reloj marco las cuatro con cinco minutos y mi queridísima maestra no llego. Eso me extraño un poco ya que solía llegar siempre cinco minutos antes de la hora fijada, además me había dicho que si en alguna ocasión sufría algún percance me informaría para que no me preocupara.
Al cabo de casi una hora de atraso, mi extrañeza paso a enfado y luego de este a preocupación. Cuando sentí que no era capas de aguantar mas esa incertidumbre me dispuse a llamarla por teléfono para saber que ocurría realmente, cuando estaba marcando su número sonó el timbre.
Lo primero que vi al abrir la puerta fue a Woo Ri chorreando agua y con el semblante lo mas parecido a un zombie que había visto en mi vida. La deje pasar, por primera vez sintiéndome incapaz de hacer recriminaciones, realmente tenia mal aspecto.
-Ji Sook, siento la demora, pero…- no alcanzó a terminar porque en un impulso lleve mi mano a su frente.
-¡Estas ardiendo! ¿Cómo eres tan tonta para venir así?- le pregunte entre molesta y asustada, ya que estaba bastante mal.
-Te doy clases, y por eso me pagan por si no te has enterado. Es mi responsabilidad venir hoy, solo tengo un poco gripe, nada del otro mundo.
-Por una simple gripe te podría dar una pulmonía ¿lo sabias?- ella asintió desganada y yo resignada y conmovida le sonreí-. Vamos, quítate el abrigo mientras te preparo algo, hoy no habrá clases.
-Puedo darte la clase…
-No seas terca. Te diría que fueras a casa, pero la lluvia te hará peor, así que lo mejor será que esperes a que llegue mi padre, así te podrá llevar en coche.
-Ji Sook, agradezco tus buenas intenciones pero de verdad que no es necesario, puedo irme a casa- Woo Ri tomo su abrigo dispuesta a marcharse, pero yo se lo quite de las manos y la obligue a sentarse en el sofá.
Al instante de notar lo cerca que estábamos sentí como me sonrojaba. Con Woo Ri siempre manteníamos las distancias en lo referente al contacto físico, ni siquiera para saludarnos o despedirnos, lo mas cerca que la había tenido era cuando ella se aproximaba hasta mi para darme alguna indicación cuando estaba trabajando frente a la computadora, pero el día que nos encontramos en la universidad ella parecía haber olvidado su regla ya que me traía de un lado para otro como si yo fuese su juguete.
La verdad es que ella también parecía algo incomoda con lo que estaba ocurriendo y no objetó nada cuando yo me aparte demasiado rápido como para ser normal.
-Quédate aquí y te traeré algo- le volví a repetir tratando de recuperar el aplomo que me caracterizaba- Ya veras como en un momento te sientes mejor.
Cuando estuve en la cocina, lejos de la peligrosa presencia de Woo Ri, me di cuenta con rabia de que por primera vez no podía controlar lo que sentía. Ella era detestable, sin embargo a mi me gustaba, lo cual podía tener dos posibilidades: la primera consistía en que yo tenia muy mal gusto y la segunda suponía que Woo Ri no era tan mala persona como yo intentaba creer.
Fuera cual fuera la respuesta, no era la mas satisfactoria para mi.
Le prepare una limonada caliente y busque algunos medicamentos para bajarle la fiebre, lo mejor seria que descansara un rato hasta que llegara mi padre, lo cual seria aproximadamente en tres horas mas.
-Ven, es mejor que subas- le dije mientras le tendía la limonada y los medicamentos.
-Me alegra de que hayas cambiado de opinión sobre las clases, no quiero que te atrases y luego me culpes a mí por tus errores.
Era increíble, prácticamente se estaba muriendo y aun así intentaba hacerme enfadar.
-No habrá clases, iremos a mi cuarto-. Le respondí molesta.
La expresión de asombro que cruzó su rostro en ese momento logro desplazar su semblante de enferma, no se que ideas absurdas cruzaron por su cabeza y la verdad es que yo tampoco me las quería imaginar por miedo a que terminaran cruzándose por la mía.
-Necesitas descansar un rato, por eso mientras te cuido aprovecho de estudiar un momento.
-No creo que sea buena idea, mejor me voy- Woo Ri me miraba tensa y supuse que estaba hablando en serio.
-No seas tonta, sube o terminaré enfadándome en serio, y no te gustaría verme realmente molesta.
Suspiro resignada y me siguió hasta mi cuarto, la verdad es que no entendía porque extraña y estúpida razón me sentía tan nerviosa. Mi cuarto era como el de la mayoría de las chicas de mi edad, además cada ves que Hyun Young iba a verme a casa nos encerrábamos en el por horas y horas, sin embargo, el hecho de estar allí a solas con Woo Ri hacia que tuviera miedo de algo que aun no sabia descifrar.
Le indique que se recostara en mi cama y le tendí una manta para que se cubriera. Después de beberse la limonada y tomar los medicamentos, le controle la temperatura y ella apoyo la cabeza en la almohada y al cabo de unos minutos estaba profundamente dormida.
Yo me encontraba tendida en un sofá frente a ella, tratando de concentrarme en el libro que estaba leyendo pero me era prácticamente imposible.
Por primera vez tenia la posibilidad de observarla a mi antojo. Su respiración era pausada pero no todo lo normal que a mi me hubiera gustado que fuera. Algunos mechones de su cabello oscuro le caían desordenados por la frente que parecía algo húmeda a causa de la temperatura.
Aquella era una Woo Ri completamente desconocida para me parecía tranquila y hasta cierto punto tenia un aire infantil que comenzó a despertar mi ternura.
Seung A me había comentado el otro día que la había encontrado una chica muy guapa y que además era muy agradable una vez que la conocías bien.
¡Pero conocer a Woo Ri era en si un problema!
La verdad es que no sabia nada de ella, es decir, no sabia nada importante de su vida: No conocía sus gustos, no sabia donde había vivido o donde había estudiado, ni siquiera sabia su fecha de cumpleaños.
No se por cuanto tiempo estuve observándola y haciéndome las mismas preguntas ¿Se parecería a su padre o a su madre? ¿Tendría hermanos? ¿Tendría novia?
-Hola- sus palabras me sacaron de mi mundo de ensoñación logrando que me diera cuenta de que Woo Ri me estaba observando con una leve sonrisa.
-Hola, ¿te sientes mejor?
-Algo, por lo menos no me duele tanto la cabeza, aunque tengo un poco de sed.
-Algo normal, teniendo en cuenta que tienes fiebre- le conteste mientras me ponía de pie para servirle un poco de agua- Ten, bébetela y te sentirás mejor.
Woo Ri se la bebió obediente mientras yo volvía al sofá e intentaba entender el contenido del libro, que extrañamente esa tarde parecía estar en un idioma para mi desconocido.
Pasamos unos minutos en silencio, pero podía sentir como los ojos de Woo Ri seguían cada uno de mis movimientos y eso me ponía mas nerviosa aun ya que una aparte de mi deseaba mandarla al infierno y la otra me recordaba que la pobre chica estaba enferma y necesitaba cuidados.
-¿Qué estudias?- Me pregunto en forma inocente pero que a mi me tomo por sorpresa ya que ni siquiera recordaba de que trataba el libro.
-El corazón, estudio el funcionamiento y la composición del corazón- me apresure a responder mientras volvía mi atención al libro.
-¿Sabias que el corazón late cerca de sesenta a cien veces por minuto?
-Si, si lo sabia- la observe un momento para ver si intentaba molestarme pero parecía que sus intenciones eran buenas.
-¿Sabias que el corazón aumenta esa cantidad de pulsaciones cuando estas frente a la persona que te gusta?
De inmediato sentí que me sonrojaba y quizás debido a la sugestión sentía que mi corazón latía tan rápido y tan fuerte que Woo Ri era capaz de oírlo.
Ella por su parte seguía observándome, pero no había burla en sus ojos como las veces anteriores, sino que parecía expectante a que yo dijera algo.
Pero mi respuesta no llego.
-¿Te gusta Hyun Young?
Esa vez la pregunta me tomo aun mas de sorpresa, no la pregunta en si ya que me la habían hecho muchísimas veces por que la mayoría de las personas que nos conocían a Hyun Young y mi, daban por hecho de que nuestra relación iba mas allá de la amistad.
Cuando eso ocurría, Hyun Young se limitaba a encogerse de hombros y sonreír y yo era la que se encargada de disipar todas las dudas, pero esa ves, frente a Woo Ri me quede en blanco.
-Ah, no lo se- esa fue lejos al respuesta mas estúpida que he dado en mi vida. Claro que sabia que Hyun Young no me gustaba, sin embargo al oír mi respuesta la expresión de Woo Ri cambio, pero al cabo de unos segundos me dedico una leve sonrisa.
-Parece una buena chica, deberías darle una oportunidad.
-Me lo pensare- le respondí con una voz que intentaba sonar alegre, sin embargo me sonaba falsa, como que no me perteneciera.
-Por cierto, Ji Sook, lamento mi comportamiento durante esta semana. He tenido algunos problemas y creo que me desquite contigo, pero es que luego de lo que ocurrió el lunes estaba confundida y bueno… no supe como actuar.
-No hay rencor, estamos en paz.
Parecía una locura, pero aquellas simples palabras lograron calmar toda la rabia y el dolor que había anidado en mi corazón por casi una semana. Me sentía dichosa.
Volví a tomarle la temperatura, y luego de comprobar que se encontraba un poco mejor, le ofrecí jugar una partida de monopolio, la cual perdí por lo menos dignamente.
-Vaya, pequeña, no juegas tan mal- nuevamente sus ojos tenia aquel brillo que aparecía cada ves que me molestaba.
-Aprendí de mi padre. Tengo un buen maestro- le dije triunfante, era la primera vez que Woo Ri me decía que hacia algo bien.
-¿Sabes una cosa, Ji Sook? Serás una buena enfermera- me dijo mientras me acomodaba un mechón de cabello tras la oreja y luego me acaricio la mejilla.
¡¿Qué hacer?!
Una parte de mi, la racional, me decía que debía huir de aquella situación antes de que fuera demasiado tarde; pero la otra me estaba pidiendo a gritos que la besara.
Gano la racional.
-Realmente debes estar muy mala para hacerme dos cumplidos en un día- conteste riendo mientras intentaba romper la situación demasiado intima que se había formado.
-Jamás he dicho que seas una inútil, solo lo eres frente a la computadora- Woo Ri se rió pero el sonido de la puerta al cerrarse nos alerto de que mi padre ya había llegado a casa, yo rápidamente volví a sentarme en el sofá.
Cuando mi padre se asomo la cuarto para ver si me encontraba allí, se asombro un poco al ver a Woo Ri en mi cama.
-Tiene fiebre, pensé que podrías llevarla a casa- fue mi brillante respuesta ante su mirada inquisidora.
Cuando ellos se marcharon comencé a preparar la cena. Quizás Seung A tenía razón. Por desgracia el corazón no es algo que se puede controlar, yo lo estaba viviendo en carne propia.