Capitulo VII
Nunca imagine que ocho meses pasaran volando y sin embargo eso era lo que había ocurrido desde el día en que Woo Ri y yo nos conocimos.
Después del desastroso encuentro que tuvimos en el centro comercial, Woo Ri apareció el lunes en la tarde en la puerta de mi casa dispuesta a darme clases como si nada hubiera ocurrido.
Aquella vez no fueron necesarias las disculpas ni palabras sentidas, ambas sabíamos que los rencores pasados estaban en el baúl de los recuerdos y que habíamos tenido un nuevo comienzo en nuestra relación.
La verdad era que Woo Ri nunca demostró por mi un interés mayor del que podría tener una amiga o una hermana mayor, pero a esas alturas yo estaba algo enamorada de ella, cosa que para mi sonaba como una horrible sentencia, pero Seung A lo encontraba muy divertido.
Era la primera ves que mi amiga me veía tan interesada en una chica y el hecho de que la afortunada fuera Woo Ri, con quien discutía en cada oportunidad que se me presentaba, le parecía algo muy curioso.
Cuando digo que los meses pasaron volando, lo decía en serio. Entre mis clases en la universidad, las de computación, mis amigos y por supuesto Woo Ri, llego febrero con sus días mas cálidos, una primavera en apogeo y por supuesto, el cumpleaños de Woo Ri.
A pesar de que en innumerables ocasiones había intentado averiguar su fecha de cumpleaños, me había sido imposible saberlo. Cada ves que le preguntaba a Woo Ri sobre ese tema, ella simplemente se reía y me retaba a que lo descubriera por mi misma.
Y la oportunidad llego.
El miércoles por la tarde Seung A llego eufórica con la noticia de que aquel sábado Woo Ri estaría de cumpleaños, por lo que No Eul le había contado, además sus amigas habían pensado hacerle una fiesta pero mi querida maestra se negó rotundamente y amenazó con desaparecer todo el fin de semana si aun insistían.
Según No Eul, era casi seguro de que Woo Ri hiciera esa estupidez, así que desistieron de la fiesta.
Sin embargo la idea del cumpleaños siguió dando vueltas en mi cabeza. Un cumpleaños siempre es un cumpleaños y si Woo Ri no quería fiesta, no la tendría, pero no podía evitar que la saludáramos.
Quizás por ese motivo pase toda mi tarde libre del viernes buscando un bonito obsequio y luego horneando un pastel, cuando mi padre llego del trabajo en la tarde y me vio tan afanada trabajando, se extraño un poco pero al explicarle el motivo lo encontró lógico e incluso me felicito por mi consideración con mi maestra.
El sábado estaba cerca y a pesar de mi cansancio me sentía muy feliz.
[***]
Al día siguiente, puntual como siempre llego Woo Ri a darme las clases.
-Hola Ji Sook, te ves contenta- me dijo cuando entro en la casa para dejar sus cosas adentro- ¿Buenas noticias?
Asentí sonriendo y la guié hasta el comedor donde había dispuesto el pastel y algunas otras cosas.
-¡Feliz cumpleaños, Woo Ri!- le tendí el obsequio que ella recibió aturdida y la bese en la mejilla.
Durante unos minutos, solo observaba el pastel, el obsequio y a mi que seguía a su lado sonriente.
Al ver su expresión demasiado seria, temí que se hubiera enfadado conmigo, pero una sonrisa asomó a sus labios devolviéndome el alma al cuerpo.
-Gracias, Ji Sook- me dijo con la voz mas ronca de lo normal-. Ha sido una linda sorpresa.
-Me alegro que te guste. Por hoy no habrán clases, si quieres puedes dejarme deberes y prometo hacerlos, de verdad, pero hoy es tu cumpleaños y tenemos que celebrar.
- Eres increíble, pequeña. Al final te saliste con la tuya y averiguaste mi fecha de cumpleaños- Woo Ri se acercó a mi desordenándome el cabello y riéndose luego al ver el efecto que había logrado.
-Gracioso. Luzco horrible- le dije mientras intentaba poner un poco de orden en lo que antes había sido un cabello arreglado con esmero y que ahora parecía un nido en mi cabeza.
-Vamos, Ji Sook. Tú jamás luces horrible.
Al oír sus palabras me sonroje como una tonta, pero Woo Ri pareció no darse cuenta.
- Como ves, siempre consigo lo que quiero- le dije en tono divertido tratando de romper el silencio que se había formado entre nosotras y a la ves para intentar recuperar mi auto control.
-¿Ah, si, pequeña? ¿Y que es lo que deseas ahora?- sus ojos estaban fijos en los míos y me odie por haber dicho aquellas palabras, pero era tarde para arrepentirme.
-Que probemos el pastel, además tienes que soplar las velas y pedir los tres deseos- corrí a la cocina en busca de cerillas y note que Woo Ri me seguía, pero se quedo apoyada en el marco de la puerta mientras yo buscaba. Cuando al fin las encontré volvimos en silencio al comedor.
Luego de todo el procedimiento de rigor, me dispuse a cortar el pastel y le tendí un trozo a Woo Ri que lo recibió bastante animada. Se dispuso a probarlo, pero pareció pensarlo mejor y volvió a dejarla la cuchara en el plato.
-¿Qué ocurre?- le pregunte extrañada por su comportamiento.
-Lo has hecho tu, ¿verdad?- me dijo seria.
-Si, ¿por que?
-¿No lo has envenenado ni nada por el estilo?
La mire molesta y sentí el impulso de tirarle el pastel por la cabeza, pero Woo Ri soltó una carcajada, me estaba tomando el pelo.
- Te enfadas con mucha facilidad, pequeña- me dijo mientras se balanceaba en las patas traseras de la silla y me sonreía- Pero de igual modo, eres adorable.
[***]
La tarde transcurrió tranquila. Era la primera vez que con Woo Ri hablábamos de algo aparte de las clases.
Me contó sobre sus clases en al universidad, de la relación que tenia con su madre, de la amistad que lo unía con No Eul desde al infancia, etc.…
Parecía contenta, pero de una manera diferente a la que yo veía siempre, como si esta vez fuera algo mas profundo. ¿Acaso seria aquella la autentica Woo Ri? Creo que esa era una pregunta a la que me demore muchos meses en encontrarle una buena respuesta.
Durante un momento nos quedamos calladas. Sentadas en el sofá contemplando como se iba haciendo de noche. Había sido un lindo día.
-¿Por qué aceptaste a darme clases?- le pregunte, sorprendiéndome a mi misma de haber sido capaz de hacer la pregunta que muchas veces me había rondado por las noches.
-Bueno, tu padre paga bien, y no me pareció algo tan difícil, hasta que te conocí- contesto con una sonrisa traviesa.
-Tu también estas lejos de ser la mejor maestra del mundo, así que no te burles.
-Vamos, Ji Sook. No te enfades. No lo digo por que seas una mala alumna; aunque a veces eso es verdad- alcanzó a cubrirse del cojín que le tire-. Lo digo por que tienes un carácter algo… especial.
-Debería haber envenenado el pastel- le dije moleta-. Entonces, si soy tan "especial", ¿por que aun me aguantas y no me has enviado de paseo? Estoy segura de que no te faltaran alumnos.
- Es verdad, pero creo que estoy bien aquí. Además necesito el dinero como ya te lo dije, y tu padre me paga muy bien.
Así que Woo Ri solo me soportaba gracias a que mi queridísimo padre le cancelaba el dinero suficiente para soportarme en clases.
Quería morirme.
-Vaya, así que me soportas solo por que necesitas el dinero.
- Algo así, además siempre son buenos los desafíos difíciles, y tu eres uno especialmente difícil.
Aquello me causo gracia, "un desafió especialmente difícil"
Woo Ri siempre estaba discutiendo conmigo, y tratando de imponer sus ideas. En un comienzo pensé que lo hacia por intentar hacerme enfadar, pero luego me fui dando cuenta de que ella realmente era así: Llevada a sus ideas, cabezota, muy lista y creativa. Algo que contrastaba con la vida tranquila que yo había llevado hasta ese momento.
- El mes que viene habré juntado el dinero que necesito.
Al oír sus palabras, sentí como una especie de miedo y angustia se apoderaban de mi ¿Con eso quería decirme que no me daría mas clases?
-No lo sabia- le respondí en un murmullo, luego me sentí una estúpida, claro que no podía saberlo.
-Pero no dejare de darte clases, aun- me lo dijo como intentando calmar a una niña pequeña- Solo las suspenderemos por un mes, aproximadamente.
-¿Por que?- le pregunte con dificultad. Me sentía muy triste.
-Ji Sook, no te pongas así. Lo que ocurre es que debo realizar un viaje y puede que sea largo, por lo que aprovecharé las vacaciones, después de navidad. Así tu también tendrás tiempo para descansar, salir con tus amigas y cuando regrese estarás feliz de verme, además prometo traerte un obsequio ¿Quieres?
-No me hables como si tuviera cinco años. Woo Ri. Te lo advierto.
Woo Ri me sonrió y me acomodo un mechon de cabello como tenia costumbre de hacer cuando me regañaba o me explicaba algo serio, pero aquella vez mantuvo por mas tiempo el contacto entre ambas.
-Claro que se que no tienes cinco años, pero creo que sigues siendo algo infantil a pesar de ser un cerebro andante. Tu padre me enseño tus calificaciones en la escuela. ¿Nunca tuviese una mala calificación?
-Claro que no- le respondí ofendida- ¿Y a quien le dices cerebro andante?
- Pues, a ti, tonta, ¿a quien mas va a ser?- contesto riendo y se dispuso a salir corriendo, pero la alcancé a sujetar del brazo obligándola a sentarse nuevamente.
-Eres insopor…-no alcancé a terminar la frase que iba a decirle ya que Woo Ri me metió un trozo pequeño de pastel a la boca, por lo que ni siquiera me dio tiempo a molestarme ya que lo único que pude hacer fue tragármelo para no morir asfixiada.
-¡¿Estas loca?!¿Quieres matarme?
-Lo siento- Woo Ri había dejado de reírse y nuevamente me observaba de aquella manera extraña, como la ves del centro comercial, y aunque me molestara reconocerlo, eso me asustaba.
Aquella Woo Ri era demasiado seria y algo enigmática. Creo que me asustaba por que lograba volverme vulnerable y no sabía como actuar ante eso.
-Gracias por todo- me dijo sin dejar de mirarme a los ojos, yo sentía como mi corazón estaba a punto de salir del pecho, ya no era capaz de pensar con claridad.
-Tienes pastel- me dijo Woo Ri, luego se inclino sobre mi y poso sus labios sobre los míos, a los pocos segundos se aparto algo nerviosa y se puso de pie.
-Gracias nuevamente, Ji Sook. Ha sido mi mejor cumpleaños, pero debo irme, me madre ya debe de estar preocupada.
Salio de la casa dejándome sola y para variar, terriblemente confundida.