Tal vez deba admitir que metió la pata, o no… o sí pero no, ¿una sesión de fotos? Además, nada le garantizaba que el sujeto del chat estuviera diciendo la verdad, lo mismo por su parte, mintió sobre su edad.
Así que sólo fingió como si no hubiera tenido esa conversación, y pasó su día encerrado en casa, distrayendo su mente leyendo el último libro de Harry Potter.
Algo dentro de él le decía que debía disculparse con el hombre, o… el ser no identificado del chat, y quedar en otro lugar.
AnthonyS13: Me mentiste, ¿o sólo lo olvidaste?
Lok-Laufey66: Me disculpo, estuve un poco ocupado y no pude asistir ¿te parece sí te doy una dirección, y tú vienes?
Debe ser un suicida, pero ya lo dijo.
AnthonyS13: Está bien.
Loki dudó un poco, pero terminó escribiendo su dirección, agradeció que sus padres tuvieran muchos eventos sociales.
Lok-Laufey66: Llega a las 4, tengo compañeros y no quiero que te encuentren ahí
AnthonyS13: Vaya, cuanta delicadeza, entonces nos veremos
El pequeño pelinegro se cambió lo más rápido que pudo, tomó su camisa favorita verde con detalles dorados que decía “You Mad? I do what I want”, pantalón negro, y unos zapatos negros también. Arreglo los cuadros de la pared, volteando los más significantes como el de sus padres.
Apenas iba a asomarse cuando tocaron al timbre. Su corazón latía rápido, pero no se notaba en sus mejillas ya que había tomado prestado el maquillaje de su madre.
Contó hasta diez, y abrió la puerta.
—Buenas… ¿se encuentra Loki? —Un hombre mucho más alto que él (bueno talvez exagero), moreno y de una atractiva barba estaba posado frente a él, en su puerta…
—Tú eres… ¿Anthony? —
Ambos se miraron por un buen rato, con cara de póquer, hasta que el hombre decidió reaccionar…— ¿TÚ ERES LOKI? — lo señaló horrorizado.
El menor frunció el ceño —Sí, lo soy, ¿me imaginaba más alto? — dijo enojado.
—T-te imaginaba… ¡¿qué edad tienes?! Dudo que con tus facciones curses último de preparatoria…—
Loki miró hacia la calle para ver sí algún vecino los observaba, limpio —Pasa antes de que tus gritos lleguen a China— Tony aún sorprendido obedeció en automático.
—Bien, explícame, ¿cuántos años tienes? Y para hacerlo equitativo yo también responderé las preguntas que tengas— el hombre se masajeó la sien, mientras tomaba asiento, por extraño que parezca no le interesaba ser la visita, se sentía como en su propia casa.
—Tengo… 13 años, curso segundo de Secundaria… ¿tú cuantos años tienes? — Loki le hablaba de “tú”, y a Tony no le importaba.
—36… y trabajo cerca de la Quinta Avenida… —puso énfasis en el nombre de la calle, recordándole que rompió su promesa. Loki miró hacia otro lado evitando esa parte.
—En verdad lamento no haber ido…pero ¿enserio crees que como si nada iba a ir con un desconocido?
—No… pero ¿para que aceptaste en primer lugar? Pudo ser otra persona que quisiera secuestrarte, tienes suerte que un hombre como yo no quiera eso— Bien, eso sonó muy… extraño.
—Volvamos a que eres un fotógrafo, por lo que veo muy bueno, creo que te he visto en revistas, pero la verdad no recuerdo— dijo despreocupadamente Loki, sirviéndole una taza de té a su visita.
— ¿Crees? ¡Por Dios! ¡Soy muy bueno fotografiando!—
—Pruébalo—el tono del menor era desafiante.
—Bien, prepararé mi equipo, y tú… dale una peinada a esos cabellos desordenados—Tony pasó su mano por la cabeza de Loki, en forma de caricia. Loki sentía arder sus mejillas pero no se preocupo por que se notara.
Cuando Loki volvió de verse en el espejo, vio todo un equipo montado, luces, fondos blancos, y una cámara. —Siéntate ahí— le señalo unos cojines. Algo incómodo se sentó y miró hacia la cámara—Tranquilo, no muerdo— se acercó y tocó su barbilla para ponerlo en una mejor posición, pasó su gran mano por los brazos de Loki acomodándolos. Loki no quería admitir que sus toques le parecían… excitantes.
Después de un par de brillos de flashes, y otras poses, Tony pasó las fotos a su laptop, y las mostró a Loki—Me agradan—
— ¿Sólo eso? Vamos, dí algo más—
—Son buenas, sí—Dijo Loki vagamente, pero Odín, esas fotos son demasiado buenas, el tipo sabe lo que hace… En cuanto a las fotos… pero sus manos también saben los puntos exactos.
El de ojos verdes posó sus orbes hacia el reloj, notando que faltaba una hora para que sus padres volvieran —Debes irte—
—De…acuerdo… ¿podremos vernos de nuevo otro día? — le preguntó Tony suplicante.
—Yo… claro—
Los dos estaban frente a frente, no sabían cómo despedirse, Tony estaba por alejarse, cuando el menor lo tomó del brazo e hizo que se inclinara a su altura, para darle un ligero beso en la mejilla.
Kenan veía entretenida la película —No creas que quise ver la película porque Jeremy Renner es de mis actores favoritos… agregando que Hansel y Gretel es mi cuento favorito, Dios, ¡dos cosas en una sola! — dijo muy emocionada.
—Sí, lo sé, me pareció perfecta, las escenas de acción son lo que me gusta a mí— el hombre de lentes le dedicó una sonrisa para devolver su mirada a la pantalla grande.
Los dos se miraron de frente, estaban a punto de juntar sus labios, ignoraban totalmente la pantalla tal vez me arrepienta… nah, la veré después, Daniel tenía sus manos tomando las mejillas de Kenan…
—KENAN, KENAN, KENAN— Decía entre susurros Tony, que iba bajando las escaleras, llegó a la fila de su amiga, y se acercó entre una serie de lo siento, perdón, con permiso.
Kenan se detuvo en seco, maldiciendo al hijo de puta que lo interrumpió— ¿Tony? ¿Tony, qué mierda haces aquí? ¡Deberías estar masturbándote! — le dijo de igual forma, susurrando, de manera molesta.
— ¡Cállate! — intentó acomodarse entre la pareja, ya que todos los asientos estaban ocupados. Kenan se sentó en las piernas de Daniel, y Tony aprovechó para sentarse en el lugar que ella ocupaba —tenemos que hablar, ¡conocí al tipo del chat spamero! —
—Es por él… ¿no podías… enserio… ¡¿no podías esperar?! — Se escucharon unos “shhh” para que guardara silencio —lo siento—
—Qué tal sí… nos calmamos y salimos de aquí— sugirió Daniel.
—Pero no veré el final de la película…— se quejó Kenan —Tony, me comprarás esa película—
Los tres salieron de la sala de cine, y tomaron rumbo a la casa de Kenan –y Daniel-
—Ahora… desde el principio— la mujer se sentó frente a su amigo, y Daniel a lado de ella.
—Bien… hoy en la tarde, hablé con él, y quedamos de vernos, me dio la dirección de su casa, y lo visité… Kenan… era un niño, ¡es un niño! Me llega por aquí —pasó su mano por su pecho—tiene 13 años y es pálido, de ojos verdes y un cabello muy negro.
A Kenan se le cayó el helado que comía, de la impresión. Daniel también estaba impresionado pero no lo manifestó de esa forma.
—Quiere decir que… que sí eres un pedófilo— dijo lentamente la mujer.
— ¿Qué? ¡No! ¡Habla con él! Te sorprenderá que parezca casi un adulto, habla con términos que niños de su edad no entenderían, ¡déjame continuar! Yo había llevado mi equipo de fotografiar, y… le tomé fotos, y tocarlo se sintió bien…—
—Tony… basta, no hables así de un niño. No te hagas ilusiones con él, te agradará su forma de ser pero todos aquí sabemos que no es correcto—Kenan decía desaprobatoriamente mientras limpiaba el piso.
— ¿Y sí lo hago a escondidas? Dejaré de hablarte de lo que hacemos—
—No, mucho menos, es malo guardarte las cosas, ¿porqué no vas a tu casa y piensas un poco sí estás seguro de lo que harás? —le dijo la mujer, Tony asintió y se retiró. — Un maldito loquillo…— Apenas volteó hacia Daniel, éste ya estaba plantándole un beso en los labios, sus narices chocaban, le pareció tierno. Después de separarse, Kenan se sonrojó y comenzó a reírse.