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Cuando la normalidad falla por Mai_Kusakabe

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Notas del capitulo:

Estoy alucinando con la acogida que ha tenido este fic, en serio O.O Así que actualizo un par de días antes :D (Tengo cuatro capis escritos, así que no os extrañéis si me salto el ritmo de actualizaciones por una temporada)

IMPORTANTE: He visto que hay algo de confusión con respecto al centro así que, aunque se irá explicando a medida que avance la historia, voy a aclarar un par de cosillas. Lo primero, NO ES UN MANICOMIO, PSIQUIÁTRICO o cualquier cosa que queráis llamarlo. Es un centro donde, aunque tiene una zona que podría catalogarse como “psiquiátrico”, se tratan muchas otras cosas, entre ellas la adicción a las drogas, y en la mayoría de casos la asistencia es voluntaria, de hecho muchos pacientes solo van a terapia y no están ni ingresados ni nada. En cuanto a Kid, el juez no dijo que lo internaran, sino que recibiera asistencia durante seis meses, y sus padres decidieron ingresarlo para que los de su círculo “vieran que se estaba tomando en serio el tratamiento”. Como Kid es mayor de edad y tenía que ingresar por voluntad propia, le amenazaron con cortarle el grifo si se negaba, así que accedió a regañadientes.

Dicho esto, dentro capítulo.

Capítulo editado.

Capítulo 2: Primeros contactos

Tras el corte en el pasillo, Kid había decidido que, como seguía teniendo hambre, lo mejor sería ir a comer algo, así que Law lo había llevado, como había sido el plan inicial, al comedor siguiendo la dirección en que habían ido los hermanos.

Kid se había esperado una sala rectangular enorme, repleta de largas mesas metálicas con bancos a ambos lados, una barra por la que pasar en fila con bandejas para que te sirvieran la excusa que pasara por comida ese día y vigilantes armados en las paredes.

En vez de eso se encontró con una amplia estancia cuya forma no podía equipararse a ninguna figura geométrica concreta que le viniera a la cabeza, con plantas y columnas repartidas por el lugar aligerando considerablemente el ambiente, muchas mesas de todos los tamaños, desde dobles hasta un par que parecían poder albergar a una veintena de personas, rodeadas de sillas de metal no diferentes a las de una cafetería de instituto y en un extremo, ocupando toda la extensión de la pared opuesta a la puerta, lo que parecía ser un enorme buffet libre en el que la gente podía servirse lo que quería; buffet en el que en ese momento había dos chicos morenos llenando sus platos tanto como las leyes de la física les permitían antes de que las montañas de comida se derrumbasen. El más bajito de los dos, que llevaba un sombrero de paja caído hacia atrás y sostenido de su cuello por una cuerda, tenía hasta un plato cargadísimo balanceado precariamente sobre la cabeza.

Incluso antes de que Law se acercase al buffet, Kid ya había deducido que esos dos eran los “tornados” de antes.

-Sabéis que podéis levantaros después a por más comida, ¿verdad? –Dijo Law a modo de saludo cuando llegó junto a ellos.

-¡Traffy! –Exclamó el del sombrero de paja, girándose con una amplia sonrisa y parando de milagro el plato de su cabeza antes de que este cayera.

-¿Quién es este tío? –Preguntó el otro, un chico con pecas y expresión algo más seria que lo miraba con un poco de desconfianza. Parecía un par de años más mayor, así que debía ser Ace.

Entonces el idiota del sombrero de paja era Luffy.

-Ah, claro. Luffy, Ace, os presento a Eustass Kid, mi nuevo compañero de habitación para los próximos seis meses. Eustass-ya, estos son los agujeros negros.

-¡Oye! –Gritó Ace, al tiempo en que Luffy se reía y casi se le caía el plato otra vez.

-… ¿Qué tal si nos sentamos? –Sugirió Kid, no muy seguro de cómo saludar a esos dos.

-¡Buena idea! –Exclamó Luffy, y se fue, prácticamente corriendo y balanceando tanto el plato de la cabeza como el que llevaba en una mano, a una de las mesas. Kid decidió no decirle que, si había acabado de servirse, podía llevar un plato en cada mano: algo le decía que el chico no iba a darse por enterado.

Ace se fue detrás de Luffy y los dejó a los dos solos para que se sirvieran la cena, Kid poniendo poca cantidad en su plato porque se le había ido buena parte del apetito al ver la barbaridad de comida que llevaban los dos hermanos.

Ace y Luffy se habían sentado en una mesa vacía bastante grande, Kid supuso que para dejar sitio a los demás del grupo que había mencionado antes Law, y ellos dos se sentaron frente a los hermanos.

-¿Por qué te han metido aquí? –Preguntó Ace entre bocado y bocado cuando ya estaban todos cenando.

-Por mandar a unos imbéciles al hospital –respondió Kid a la defensiva, esperándose una reacción de reproche como la que habían tenido casi todas las personas de su entorno al enterarse.

Law sonrió sin dejar de comer, Luffy soltó una exclamación de asombro y Ace se rio.

-¡MOLA! –Dijo Luffy, inclinándose sobre la mesa hasta que su rostro quedó a escasos centímetros del de Kid. El pelirrojo se echó para atrás-. ¿Entonces eres fuerte?

-Soy la hostia de fuerte, chaval.

-¡Pues pelea conmigo!

Kid lo miró, dudoso. Podría entender, y aceptaría encantado, que Ace se lo pidiera, pues la falta de camiseta del chico hacía aparente que este debía estar en un nivel similar al de Kid; o incluso aceptaría pelear contra Law, que aunque delgado también parecía capaz de aguantar lo suyo, pero Luffy era un enano flacucho de metro setenta y cinco sin músculos propiamente dichos a la vista.

Kid se libró de responder cuando Ace le dio un puñetazo a su hermano y lo mandó al suelo.

-¿Qué te ha dicho Crocus de lo de ir por ahí desafiando a la gente a peleas? –Lo amonestó.

Luffy hizo un mohín que debería haber quedado ridículo en un chico de su edad, pero que, por alguna incomprensible razón, Kid observó que era más eficaz que el de un niño de cinco años y, suspirando, Ace le dio una hamburguesa enorme a modo de disculpa.

El más pequeño de los hermanos, mostrando una impresionante agilidad, se puso en pie de un salto y se volvió a sentar, siguiendo con su cena como si nada hubiera pasado.

Siguieron cenando y al poco rato se acercaron a la mesa una chica voluptuosa de pelo naranja y un chico moreno con la nariz absurdamente larga.

-¿Quién es vuestro amigo? –Preguntó ella, sentándose junto a Luffy.

-Se llama Eustass Kid, es el nuevo compañero de habitación de Law –lo presentó Ace, dejando de comer por un momento.

-¿E-En serio? –Preguntó el de la nariz larga.

-No me digas que te da miedo, Usopp-ya –se burló Law.

-Pues h-hombre… un poco intimida…

-¡Kid mola! –Exclamó Luffy, regando parte de la mesa con trozos de carne en el proceso. Tragó-. ¡Está aquí por pegarles una paliza a unos tíos!

-¡ESO ASUSTA! –Gritó el tal Usopp, dando un salto en su silla.

La chica le tendió la mano a Kid. Con algo de recelo, teniendo en cuenta cómo eran los integrantes de ese grupo que había conocido hasta el momento, Kid se la estrechó.

-Yo soy Nami. Puedo darte cualquier información que quieras sobre este sitio, aunque te saldrá por un precio –se presentó, sus ojos bajando a las pulseras de oro en el brazo de Kid.

-No creo que Eustass-ya vaya a caer en eso, Nami-ya –dijo Law, sonriéndole a la chica.

Ella hizo una mueca.

-Pues vaya.

-Nami-ya está aquí por un pequeño problema con las estafas y por la cleptomanía –explicó tranquilamente Law.

Kid se cruzó de brazos y miró las pulseras que decoraban sus antebrazos antes de decir en tono amenazador y fulminándola con la mirada:

-Como toques algo mío estás muerta.

Luffy comenzó a reírse y Nami levantó ambas manos en un gesto de paz.

-Tranquilo, tranquilo, no te tocaré nada –aseguró, evidentemente intimidada.

-¿Ves como mola? –Le preguntó Luffy a Usopp, y este le dio un puñetazo.

-¡NO MOLA! ¡Este tío es peligroso!

-¿Y los demás por qué estáis aquí? –Preguntó Kid, decidiendo que si ellos sabían su razón era justo que él supiera la de los demás.

Luffy ladeó la cabeza.

-La verdad es que no lo sé muy bien. Ace quema cosas, y Usopp miente…

-¡Yo no miento! –Gritó Usopp, ofendido.

-… Pero yo no sé por qué estoy aquí –concluyó Luffy como si no lo hubieran interrumpido.

-Luffy tiene algunos problemas para comprender ciertas normas sociales –explicó Nami.

-¿Qué quieres decir con eso?

Los amigos, a excepción de Luffy, se miraron entre sí.

-Eso, Eustass-ya, lo comprenderás mejor si lo vas viendo por ti mismo –respondió Law al final.

-¿Dónde están los demás? –Preguntó Luffy, cambiando radicalmente de tema.

-Zoro y Sanji tenían una de sus no citas –comenzó a responder Nami, y al ver la cara de desconcierto de Kid, decidió explicarle:- Zoro se mete bastante a menudo en peleas, supongo que será algo como lo tuyo, y Sanji es un pervertido de primera que no puede evitar espiar en baños y por ventanas, pero al que aún así le gusta Zoro y, como tiene una crisis sexual impresionante por eso, se niega a salir con él y a admitir que tienen citas, así que se engaña a sí mismo diciendo que no las tienen y que se acuesta con él como parte del tratamiento para ver si se le va un poco lo de pervertido mirón.

Kid parpadeó, desconcertado y con el cerebro cargado de información que, definitivamente, no necesitaba.

-A Bepo lo he visto esta tarde y me ha dicho que, como se encontraba bastante bien, quería aprovechar para avanzar un poco haciendo inventario en la tienda. –Añadió Law, apartando la mano de Luffy de su plato con un manotazo cuando el chico trató de quitarle las patatas.

Nami se dirigió de nuevo a Kid.

-Bepo es un chico adorable, nada que ver con estos imbéciles, que tiene un trastorno maníaco-depresivo bastante grave y trabaja en la juguetería de su abuela.

-Shachi, Penguin y Franky se fueron de viaje a la playa hace un par de días y los encerraron por pasearse en pelotas por una zona no nudista. No saldrán hasta mañana, cuando acaben con el papeleo –siguió Ace-. La verdad es que no acabo de entender por qué los han encerrado por eso, pero bueno –reflexionó.

-Esos tres son otros pervertidos, solo que estos, además, exhibicionistas. Se conocieron aquí en terapia de grupo y se hicieron grandes amigos –volvió a explicar Nami–. Franky, además, tiene la costumbre de “adoptar almas en pena” para que se unan a su organización legal-por-los-pelos.

Kid le dedicó una mirada escéptica.

-Veo que aquí la terapia funciona de maravilla.

A su lado, Law se rio.

-Por supuesto que sí, Eustass-ya. ¿No ves lo bien que estamos todos?

-Pero si estamos bien –dijo Luffy, completamente en serio, y los demás expresaron su acuerdo con él, pasando a hablar en seguida de otro tema.

Kid miró a su alrededor y se preguntó, de nuevo, en qué clase de sitio lo habían metido.

Dio un respingo al sentir una mano apoyarse en su muslo y giró la cabeza para encontrarse con Law sonriéndole del mismo modo que en el pasillo. La mano del moreno comenzó a moverse lentamente por su pierna.

-¿Qué te parecen los chicos hasta ahora, Eustass-ya?

Kid sonrió ampliamente.

-Estáis todos locos. Creo que me caéis bien.

Continuará

Notas finales:

¿Reviews? :D


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