Los hechos y recuerdos de la casa y lo que había sucedido todavía permanecían pero lentamente se desvanecían. El ambiente del lugar cambiaba en torno a lo que pensaba: “la cena”.
El nervioso caminando de un lado hacia el otro esperando que todo salga bien y murmurando en voz baja –ojala venga, pero que estoy haciendo?, solo es una cena. Si! Solo es una cena tranquilo, tranquilo.- Ofelia la mucama lo espiaba desde las escaleras como caminaba y hablaba solo y sus tentaciones de risa eran intensas cuando por detrás aparece Elizabeth y de un pequeño golpe en la cabeza que la despeina al instante se pone una mano donde fue golpeada y con una fea mirada la mira a la señorita Elizabeth. –no te rías de él, esta nervioso y es mejor que este así a que se ponga mal por todo lo de james que descanse en paz-, dijo Elizabeth cruzada de brazos mientras se escuchaba de fondo a Javier con sus pasos y murmullos llegando hacia ella. – Oh, hola prima, que raro que salga de su cuarto tiempo antes de la cena, la está preparando Ezequiel.- dijo Javier con un tono alegre y nervioso. –que bueno, y que comeremos – dijo la prima. – pollo a la campesina con ajillo y salsa de mostaza- dijo Javier alejándose. Elizabeth y Ofelia se miraron entre sí y alejándose de Ofelia , Elizabeth exclamó –está bien, es un poco gracioso, por cierto Ofelia quiero que mañana estés aquí antes de las 15:00pm porque vendrá Daiana mi amiga y querrá algo para comer ya que viene desde tan lejos quizás puedas hacerle un shnitzel que le gustan tanto- .
Sonó el gran reloj en réplica del Big Ben, eran las 19:00pm. Era la hora en la que invito a Martin a cenar, pero no estaba, Javier comenzaba a ponerse mas y mas nervioso no entendía porque no estaba ahí si era la hora en la que lo invito a su mansión. –no entiendo ya son las 19:01 y no esta! No puedo creerlo- dirigiéndose hacia la puerta asombrado por que todavía no había llegado. Al abrir la puerta justo está ahí un saco oscuro color lodo y un jean marrón que combinaba con sus hermosos ojos, su barba era algo tan lindo todo su él era divino, a punto de tocar el timbre anunciando su llegada se miraron en un tiempo corto pero eterno. –lamento llegar tarde es que no encontraba mi abrigo- . Sonrojándose igual que la primera vez que lo vio quedo algo tartamudo diciendo que solo vive en frente.
-ven pasa antes de que te congeles- dijo Javier sujetándolo del brazo.
Adentrándose a la gran mansión Javier nervioso por si le gustara la comida a Martin o por lo que le preguntaría o diría lo único que hacía solo era caminar al mismo paso que Martin, al llegar al gran comedor donde ya estaba sitiada Elizabeth llegaron los dos. Javier le presento a Martin su prima y ella se presento debidamente cuando los tres se sentaron Javier se dio cuenta de que un lugar había libre todavía, el de Edward guardó silencio y comenzaron a degustar la gran comida de Ezequiel mientras comenzaron a charlar entre los tres jóvenes acerca de la filosofía entro Edward. Un silencio inundo el comedor que era incomodo ya –lamento haber llegado tarde Javier es que me quede dormido- dijo a Javier y viéndolo a Martin. Sus miradas se cruzaron y a Martin no le cayó tan bien pero solo por educación lo saludo cordialmente con la mano. Ya sentados los cuatro en la mesa siguieron la conversación y Edward tratando de integrarse. –Pues si Javier como te decía lo que son las vueltas de la vida, hagas lo que hagas siempre volverá hacia ti de cualquier forma o manera- dijo Martin, mientras Javier lo observaba discretamente se oye una exclamación de Edward, -y dígame sr Martin usted sobre esas vueltas de la vida como le llama usted- con un tono irónico. Y Martin respondió con mucha sabiduría y propósito –se le llama “karma” tal vez haya oído Edward sobre el Karma trata de todo lo que hace se le volverá así mismo, nunca ah hecho nada malo que se le haya vuelto de manera inesperada?-
Edward mirándolo fijamente mientras intentaba cortar el pollo exclamo –jamás eh hecho algo que se vuelva contra mí y todo lo que hago lo hago de buena causa y fe- que mal entonces todo junto se vendrá contra usted cuando menos se lo espere- dijo Martin con un tono burlón dándole la espalda para seguir con la charla con Javier.
En ese momento Elizabeth al escuchar el tema le dio un poco de miedo al escuchar declarar a Edward que lo que hacía, lo hacía de buena fe. Lo miro hacia los ojos ella a él y sus ojos….color gris claro le hacían recorrer un escalofrío desde la punta de los pies hasta la cabeza haciendo que se retire –estoy llena y debo retirarme estoy cansada, que descansen, señor Martin fue un placer conocerlo, espero sus visitas sean más seguidas- dijo Elizabeth mirándolo con una sonrisa a Javier y una guiñada de ojo burlándose. Luego se retiro Edward quedando así solos ellos dos.
Sonó el gran reloj, eran las 01:00 am –dios mira la hora que se hizo temo que debo irme, pero fue un placer haber cenado contigo y la próxima será en mi casa – dijo Martin levantados de la mesa.
Javier lo acompaño hasta el gran portal para despedirlo al llegar se volvió a repetir esa mirada penetrante entre sí que perduro poco pero fue algo hermoso. –bueno, muchas gracias por haber venido y siempre serás bienvenido Martin.- dijo Javier nervioso. Martin en ese momento se le acerco como si fuera a dar un beso con esos labios color rosa chicle que tentaban, se acerco hacia el oído de Javier que estaba tan nervioso que le temblaban las manos y dice: -buenas noches-. Alejándose rosando su mejilla con la barba toda despeinada de Martin, Javier quedo helado por su murmullo y el frio que lo ayudaba a quedar duro. Se alejo lentamente Martin hasta que entro a su casa en frente y Javier cerrando la puerta al completar cerrarla se arre costo contra ella y su suspiro fue el miso que el de la primera vez, solo que esta vez pudo divisar a lo lejos una figura rara en los pasillos que se aproximaban hacia él.