No podía más, me sentía demasiado cansado como para seguir despierto, habían pasado tres días desde que esto inicio, me sentía constantemente observado y eso me tenía constantemente estresado, tanto que ya ni podía dormir, lo primero que se me ocurrió fue que alguien estaba en la casa, así que había revisado todas las partes de esta a excepción del ático, ese era el único lugar que me faltaba pero como me daban pánico, no tenía la intención de revisarlo.
Me coloque el pijama y me tire encima de mi cama, los ojos ya se me cerraban solos por el cansancio y poco a poco comencé a quedarme dormido. Entre sueños sentía como si alguien estuviese respirando en mi cara, pero estaba tan dormido que no le di importancia y continúe durmiendo, poco a poco la sensación de algo metiéndose por debajo de mi pijama y tocarme el torso, me di la vuelta, nada interrumpiría mi sueño después de tanto tiempo durmiendo mal, la sensación se pasó a mi espalda, lo que fuese que me estuviese tocando se estaba dando el trabajo de delinear cada musculo de esta, se sentía bien, pero el placer fue interrumpido al sentir como lo que me tocaba dejaba mi espalda y movía mis brazos de forma que quedaran en mi espalda, pero lo que por fin me despertó fue sentir como mis muñecas eran atadas, con miedo intente volver a darme vuelta para ver que estaba sucediendo pero el peso de otro cuerpo encima de mí me lo impidió.
Las manos del sujeto que se encontraba inmovilizándome me agarraron de la cabeza echándola hacia atrás para luego besarme agresivamente, la posición era bastante dolorosa, abrí mi boca para alegar ante el dolor que sentía, mi agresor aprovecho esto para introducir su lengua en mi boca. Mi mente se había quedado en blanco, no sabía qué hacer, mordí lo que pude y logre volver liberarme del beso. Enojado por mi acción, me voltio bruscamente, dejándonos cara a cara.
Ojos azules, realmente hermosos, piel tostada, cabello. Lo conocía, lo veía siempre camino a mi casa, PARECIA un sujeto amable, ya que siempre que me veía me sonreía y saludaba, su nombre es Steve, tiene unos 25 años y siempre me lo encuentro en el parquecito cerca de mi casa, siempre con cara de estar esperando a alguien.
Me miraba con enojo, supongo que por la mordida, pero no me dejaría intimidar por mirada y mucho menos por alguien menor que yo por 10 años.
-¿Qué MIERDA estás haciendo?-dije/grite. Se sorprendió ante mi acción tan repentina, pero eso no impidió que se acercara a unos centímetros de mi cara para decir.
-¿Qué crees que estoy haciendo? Es simple, te voy a violar- La tranquilidad con que dijo eso me enojo aún más, pero no estaba en situación de hacer nada, así que recurrí a lo que, supongo, todos recurrirían en un momento como este, negociar.
-No lo harás, se quién eres Steve, si te vas ahora no diré nada y todo será olvidado- si eso era lo mejor que se me ocurría, estaba perdido.
-Me sorprende que te acuerdes de mi nombre y de verdad me alegra, se siente bien que la persona que amas se acuerde de quien eres- Okey eso no me lo esperaba.
- Siempre te espero en el parque, siempre quise decirte mis sentimiento, pero no me atrevía así que jamás te hable más allá de un saludo, pero tenía que estar cerca de ti por eso he estado planeando esto hace mucho, entrando a tu casa, escondiéndome en ático, observante, memorizando tu rutina para esperar el momento exacto, pero ya no resisto más, tengo que tocarte y si esta es la única manera….- Su mano bajo por todo mi pecho hasta situarse sobre mi entrepierna por encima del pantalón y comenzar a moverse de forma lenta, provocándome un pequeño gemido.
-No es como si a ti te fuera a desagradar lo que pienso hacerte, lo vas a disfrutar como nunca. Metió su mano dentro de mi pantalón y comenzó a moverla más rápido, no podía pensar en nada inteligente que responderle, pero tenía que responder algo.
-Mmmm…ahhh..nn..noo..alto- Genial eso lo detendría, tendría que haberme callado.
-Ya estas duro y apenas te he tocado, se nota que no has tenido mucha acción en este tiempo.
-Ahh..hijo..de…mmm..puta…cállate.- Callarme, de verdad tenía que hacerlo.
Susurro un pequeño te amo antes de volver a juntar sus labios con los míos en un beso más delicado que el anterior, sus labios eran suaves, creo que me podrían volver adicto, separe un poco mis labios para permitir el paso de su lengua, la cual apenas entrar se puso a juguetear con la mía. Su mano parecía experta, pero por alguna razón eso no era suficiente, necesitaba más contacto, trate de desatar lo que sea que estuviese amarrando mis manos, acción la cual el notó, se separó de mí y comenzó a buscar algo en su mochila, que yo jamás note que tenía, saco un cuchillo, por alguna razón no tenía miedo.
-Date vuelta- Hice, como pude, lo que me dijo, Steve agarro mis manos y corto lo que las ataba.
Me volví a girar rápidamente y lo golpeé con todas mis fuerzas en el estómago, se hecho hacia atrás y se cayó al piso, me tire encima de él y lo comencé a besar con brusquedad, él se quedó quieto dejándome hacer lo que quisiera.
-Te dije que te gustaría.
Su sonrisa altanera me enojó, le haría lo mismo que el me hizo a mí, metí mi mano bruscamente dentro de su pantalón, vaya sorpresa que me lleve.
-Ja! Quien fue el que no tuvo mucha acción en este tiempo, solo me has masturbado y no hemos dado unos pocos besos, y ya estas como piedra.- Mientras decía esto comencé a sacar tu miembro.
Me agarro la mano que tenía libre y con un movimiento me dejo de cara contra el piso y con mi brazo en la espalda.
-Bueno, eso es lo que te va a encantar.
Cortó mi polera con su cuchillo y bajo mi pantalón y calzoncillos hasta las rodillas, metió tres dedos a mi boca para que yo los lamiese, pero jamás le daría la satisfacción.
-Vamos, lame si no quieres que te duela
-mmmmphhh…mph..mh. (Aleja tus dedos de mí).- Los dedos no me dejaban modular bien, pero el debió entender lo que decía.
-Bueno si así lo quieres.
Saco sus dedos de mi boca y los llevo directo a mi entrada, comenzó a meter uno, pero el dolor por la falta de lubricante era horrible.
-¡¡ahhhhhh!! ¡Sácalo! ¡Sácalo!
-Tu decidiste hacerlo doloroso, acepta las con…
-¡No! Lo hago, los lameré, solo sácalo- Grite interrumpiéndolo, el pareció pensar la idea de dejarme sufriendo o acceder.
Saco el dedo y los llevo de nuevo a mi boca, pero en vez de meterlos los dejó a unos centímetros de mis labios. Abrí mi boca y los comencé a lamer cuidadosamente, asegurándome de no dejar nada sin saliva, no quería sufrir de nuevo lo anterior.
Cuando decidió que ya era suficiente, sacó sus dedos de mi boca, dejando como única conexión un hilo de saliva. Volvió a llevar los dedos a mi entrada, el dolor al sentir el dedo intruso, no fue tanto como antes, pero seguía molestando.
Comenzó con un movimiento circular entrando y saliendo, el dolor comenzó a transformarse en placer, comenzó a meter el segundo dedo, el dolor volvió pero era más como una molestia.
-ah..mmmmnn..
-Parece que te está gustando.- Metió el tercer dedo. Y tenía razón, se sentían deliciosos esos dedos al abrirse espacio dentro de mí.
-Mmmm..m..más...ngh
-Jaja tranquilo, no creo que estés listo aun.
No tengo idea de cómo lo hice, pero logré liberarme de su agarre, me di vuelta y me tire encima de él, obtendría lo que quería, sin importar si lo tenía que hacer yo mismo. Le saque el pantalón ya que se notaba que le estaban apretando.
-¿Intentas levantar una carpa?- Dije apuntando al notorio problema que tenía en sus calzoncillos.
Sin esperar respuesta, me incline hasta quedar frente a su cara, que mostraba lo aturdido que se encontraba aun con el cambio en la situación, comencé a bajar por su pecho dejando un rastro de saliva en el camino, me detuve justo en el inicio de los calzoncillos y con mis dientes comencé a jugar con el elástico bajándolo, con mis manos agarre su miembro y lo comencé a masturbar, suavemente torturándolo.
-mmmm..ah- Ahora era el quien gemía.
Metí rápidamente su miembro a mi boca, pasando mi lengua por todas partes y haciendo circulitos en la punta.
-aaaahhh.. mmnnn…al..alto.-Me encantó escucharlo gemir, quería que suplicara por más, metí su miembro entero a mi boca, metiéndolo y sacándolo, todo a un ritmo lento, sentí como ponía sus manos en mi cabeza para que el lograra marcar el ritmo, pero enseguida saque su miembro de mi boca y ,agarrando fuertemente sus manos, las coloque a ambos lados de su cabeza.
-Vuelve a hacer eso y puede que termine mordiendo a tu amiguito.
Por la cara que puso, parece que había entendido, así continué con el trabajo de hacerlo gemir, lo cual se estaba volviendo adictivo.
-mmmm..ngh.aaah..- Cuando decidí que ya era suficiente, saque su miembro de mi boca y lo dirigí a mi entrada, ya era hora de la mejor parte.
-¡ngh!- Empuje su miembro dentro mío, era doloroso, pero el placer era mayor.
Ya cuando estuvo todo dentro, espere un poco hasta acostumbrarme y comencé a mover mis caderas, poco a poco el placer fue aumentado, junto con el ritmo de mis caderas, los gemidos de ambos hacían eco en la habitación. Coloco sus manos en mis caderas, esta vez lo permití para que me ayudara a aumentar el ritmo. Cada estocada se adentraba más en mi interior, hasta que sentí como algo caliente me inundaba, poco después fue mi turno de correrme entre nuestros estómagos.
Caí sobre su pecho, nuestras respiraciones agitadas intentaban llenar nuestros pulmones con el aire que nos hacía falta.
-Cada vez que iba camino a mi casa escogía ir por el pequeño parque porque… esperaba verte, me gustaba ver tu sonrisa.- Con dificultad comencé a hablar, tal vez no lo amara como él me amaba a mí, pero por alguna razón, a pesar de cómo comenzó todo esto, me gusto como termino y me gustaría que se repitiera, pero él no tenía que saber eso.
Sentí como se movía y luego coloco sus labios en mi frente, cálido, fue la única sensación que se me ocurrió para describir ese beso, luego de eso no supe más del mundo.
Fin