Yixing, un joven de estatura media y unos hermosos hoyuelos en sus mejillas, se acomodó mejor sobre el pequeño sillón que se había decidido por ocupar en esa ocasión; dio un pequeño sorbo al café que tenía frente suyo. Su primer plan tomaba lugar en una de las cafeterías más conocidas de toda la ciudad, y justamente en la cual uno de sus amigos trabajaba.
Esbozó una pequeña sonrisa al oír el tintinear de la campanilla de la puerta principal que indicaba el ingreso de un nuevo cliente. Un joven de cabellera castaña con algunas iluminaciones en ella, tez nívea, ojos remarcados por el uso del delineador y unos labios finos se aproximó hacia la barra central de la cafetería haciendo que algunos jóvenes que también estaban en el lugar dejaran de lado todo lo que hacían para verlo. “Justo a tiempo”, Yixing amplió la sonrisa. BaekHyun siempre destacaba por su puntualidad, y ese caso no sería la excepción.
Como era de esperar para Lay, el joven alto de cabellera anaranjada y peinado alocado que respondía al nombre de Chanyeol alzó la mirada y curvó sus labios en una sonrisa boba. Bastaba con ser un poco observador para notar que aquel chico alto sentía “mariposas en el estómago” por el joven de ojos delineados.
-¡Tao!- Rápidamente la sonrisa que anteriormente había iluminado el rostro de Chanyeol perdió el brillo y se deformó hasta ser tan sólo una mueca. Yixing, desde su lugar justo en frente de la barra, casi podía sentir pena por Chanyeol. Los ojos del alto siguieron la pequeña figura del castaño mientras este plantaba un beso sonoro en la mejilla del otro encargado de tez más oscura y cabellera negra, presentaba unas lindas bolsas bajo los ojos y algunas perforaciones en las orejas; respondía al nombre de Tao.
Yixing soltó un pequeño suspiro y cerró los ojos, apretando ligeramente el puente de su nariz con sus dedos índice y pulgar, tenía en frente suyo al primer triángulo amoroso que tenía que arreglar. Meditó por unos minutos, realmente no hallaba sentido a aquel estúpido triángulo amoroso; era algo demasiado obvio que ambos, tanto BaekHyun como Chanyeol eran el uno para el otro. Tenían gustos similares, desde los géneros de música hasta las películas que les gustaba ver, las cuales resultaban ser las mismas; ambas románticas. BaekHyun amaba el café y Chanyeol sabía preparar un delicioso café, BaekHyun podía cantar y Chanyeol rapeaba, BaekHyun tocaba el piano y Chanyeol podía tocar cualquier maldito instrumento que a Yixing podía imaginar. A ambos les gustaban las aventuras, etc. ¡Serían un gran dúo! Lay dejó de hacer presión sobre el puente de su nariz y abrió, en la pantalla de su portátil, el documento de Word en el cual relataría su plan para unir a la primera pareja que tenía en mente: El BaekYeol.
Releyó un par de veces el plan que había elaborado la noche anterior. Antes de que siquiera pudiera pensar en una manera de dar inicio a su plan, la campanilla de la puerta principal nuevamente volvió a tintinear y dejó el paso libre a un pequeño grupo de jovencitas que rápidamente se acercaron a la barra, deteniéndose frente a Chanyeol con sonrisas nerviosas bailando en sus labios.
-¡Buenos días!- La profunda voz del alto hizo que las mejillas de todas las chicas que conformaban el pequeño grupo se tiñesen de un tono carmesí intenso.- ¿Puedo ofrecerles algo? – Una de las jóvenes, luego de unos segundos más, se decidió por avanzar al frente y alzar el rostro, uniendo su mirada con la del alto.
-C-Chanyeol Oppa- En la voz de la joven se denotaba nerviosismo y, según parecía, sus manos habían empezado a sudar. Mentiría si decía que lo que sus oídos acababan de oír no le había sorprendido, pero no era para menos, después de todo Chanyeol era uno de los asistentes más atractivos que tenía la cafetería. Su brillante sonrisa era el primer y principal encanto que tenía, la alocada cabellera que tenía atenuaba ligeramente la visión infantil que su actitud podía denotar. Era alto, de espalda ancha y brazos que te hacían anhelar ser rodeados por ellos. Su voz era tan grave y sensual que fácilmente te hacía delirar. Era, en pocas palabras, el hombre perfecto de muchísimas mujeres, la mayoría de ellas asistían a aquella cafetería tan sólo para deleitar su visión con la perfecta presencia del muchacho.- Yo… me preguntaba si usted… si podría salir conmigo…-
Lay desvió su mirada y, sin razón alguna, la posó en el joven castaño que anteriormente había sido la razón de la antigua sonrisa alegre de Chanyeol; tenía los puños cerrados, sus uñas se hundían con fuerza sobre la piel que recubría las palmas de sus manos, notó la postura tensa que había adoptado y la mirada asesina que le dedicaba a todas las chiquillas que se habían acercado al alto, especialmente a aquella joven que se había atrevido a pedirle una cita a su amigo.
Los ojos de Chanyeol se abrieron ligeramente al procesar las torpes y nerviosas palabras que la joven había pronunciado; había llegado a reconocer a la mujercita puesto que sus visitas a la cafetería eran cada vez más constantes.
-Uh…yo…- Chanyeol llevó su diestra hasta su nuca, rascándola con algo de nerviosismo debido a la repentina petición; si bien era un joven atractivo, no tenía mucha experiencia en ese tipo de situaciones.
-Por favor.- La chica juntó sus manos a la altura de su rostro, bajó ligeramente la cabeza y cerró los ojos en espera de una respuesta, quizá afirmativa, del chico que desde hacía mucho había llamado su atención.
Yixing se hubiera echado a reír de no ser porque si su amigo accedía a esa improvisada cita, todas las posibilidades con las que contaba para unirlo con Baekhyun serían escazas, por no decir nulas. Rápidamente se levantó del cómodo sillón que ocupaba y se apresuró a acercarse al lugar en donde se desataba lo que él consideraba un conflicto amoroso.
-¿Cuándo sería?-Chanyeol no tardó en preguntar, quizá aquella chica no fuese aquel joven que tanto adoraba, pero podría ser un buen partido si sabía cómo jugar sus cartas en el asunto.
-¿Eh?- En definitiva que la joven había anhelado en una respuesta afirmativa, más no se había idealizado que de verdad fuese a recibirla.- Yo… ¿El sábado?
Lay logró descifrar el semblante que ahora poseía el rostro de su alto amigo, estaba sopesando la idea de acceder a aquella propuesta; trató de en lo posible no hacer notorio su horror mientras se determinaba entre actuar o no, pero finalmente terminó accediendo. Si la razón por la cual ese par no estaba unido era porque creían que el otro tenía otras preferencias, si permitía que Chanyeol accediese todo terminaría en un triste final infeliz, tanto para él como para BaekHyun.
-Uh, ¡qué lástima!- Lay no tardó de más en hacer presencia en la escena, si quería emparejar a aquel par de jóvenes, debía actuar rápido o, de lo contrario, la oportunidad se le escaparía de las manos. Caminó hacia la barra, aparentando un estado de tranquilidad, y se detuvo entre el grupito de señoritas y el joven castaño que las estrangulaba, especialmente a aquella que se atrevió a hablar.- Ya tiene planes para éste sábado
Ladeó su mirada y trató de contener la risa que se debatía por escapar, los ojos de Chanyeol se habían abierto desmesuradamente, casi tanto que parecían cercanos a salirse de sus cuencas.
Una vez que hubo llamado la atención de la chica, tomó entre sus manos la mano libre del alto y entrelazó sus dedos. Fue cuestión de segundos antes de dejar de sentir la presión de la mirada de BaekHyun sobre las chicas para dirigirse directamente a él; “Si las miradas matasen ya habría muerto hace muchísimo” hizo caso omiso a las constantes tembladeras que atacaban su cuerpo debido a la aniquiladora mirada del castaño, a pesar de que sentía como lo descuartizaba lentamente. "Así que es posesivo…” aún habían tantas cosas que desconocía sobre aquel castaño, y en definitiva no consideraba que aquel fuese el momento perfecto para descubrirlas.
-Oh, ¿podría ser otro día, Oppa?- Tenía que admitir que la joven tenía perseverancia, si no se hallase en una situación como la que vivía en ese momento quizá la hubiera felicitado e, incluso, ayudado a conseguir lo que anhelaba… pero no podía hacerlo.
-Supongo que estaría bien.- “Estúpido Chanyeol” a veces su amigo resultaba ser demasiado tonto como para percatarse de qué era lo que hacía. Soltó un suspiro disimulado mientras veía como el grupo de chicas abandonaban la cafetería, todas agitaban sus manos hacia la única que se había atrevido a hablar con Chanyeol, como si quisieran darle algo de oxígeno… no las culpaba, sus mejillas estaban demasiado rojizas, tanto que había llegado a preocuparse porque le faltase el aire y en cualquier momento se desplomara en el piso.
Transcurrieron unos minutos y aún no deshacían el agarre de sus manos, finalmente el castaño, harto de no ver intensión alguna de cortar aquella unión, se aproximó al par y cruzó sus brazos sobre su pecho, observando directamente a los ojos del alto.
-¿Saldrás con él?- No era necesario ser perceptivo para sentir el tono despectivo con el cuál se había dirigido a él.
-Obviamente que sí- A Yixing le había parecido una situación potencialmente divertida, dejando de lado las miradas asesinas que recibía, podría divertirse un rato con aquel pequeño castaño.- ¿Por qué?, ¿Acaso te molesta?
Yixing observó por el rabillo de su ojo cómo el chico que respondía al nombre de Tao presionaba suavemente el brazo izquierdo mientras susurraba algo en su oído a lo cual el castaño se limitó a bajar la mirada y asentir.
-Sí, me molesta.- Fue un susurro, pero aun así llegó a los oídos del joven de hoyuelos.
-¿Qué? No escuché
-¡Que sí, joder! No quiero que salgas con él
A medida que las palabras salían de entre sus labios, avanzó hacia ambos jóvenes y deshizo el agarre con cierta molestia, BaekHyun siempre había sido un chico posesivo, y Chanyeol no sería la excepción a esa regla.
Lay mordió en interior de su labio bajo, trataba de que aquella sonrisa de satisfacción que amenazaba con escapar lograse su cometido. Quizá unir al BaekYeol no sería tan complejo como lo había creído; después de todo, recordó, estaban hechos el uno para el otro.