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LOZ: Un Peligroso Secreto por Ninchi Sushari

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Notas del capitulo:

Hola :3

entré en semana de examen (bueno,más bien semana de estudio) -w- pero hoy decidí darme un descanso. Igual, este capi ya lo tenía terminado :/ (no podría perder tiempo escribiendo sabiendo que tengo q estudiar xD)

Disfrutenlo :3

CAPITULO 10:

 Ese Extraño Dije

 Vio se encontraba sentado en el árbol, contemplando las hojas caer fuera de la escuela. Ya no esperaba a sus amigos dentro de la escuela sentado en la escalera. ¿Motivo? Antes de entrar al colegio, antes de que sonara el timbre, se convirtieron en unos valiosos minutos. En unos valiosos minutos donde los chicos púrpuras unían sus labios mientras sus manos acariciaban las cálidas mejillas ajenas. Esa clase de afecto está prohibido en el colegio.

 -“Esto… me suena familiar” – pensó Vio; la manera con la que Vaati lo aprisionaba contra la pared, mordía sutilmente su labio inferior y su oreja, y rozaba sus labios en la mejilla del rubio depositando pequeños besos le trajo un recuerdo al rubio – “¿Habrá sido él?” – se preguntó recordando aquél día en que se cortó la luz en el colegio.

 -¿Sucede algo, Vio?  - cuestionó el oji rubí al notar lo pensativo que se encontraba su pareja.

 -No… nada… - negó con la cabeza dibujando su típica sonrisa serena – solo recordé un día en que se cortó la luz – Vaati le dedicó una mirada perpleja al rubio – El año pasado – añadió.

 -¡Ah… sí! – comenzó a reír el minish - ¡Jamás olvidaré esa noche! – negó con la cabeza divertido – me acuerdo que cuando se cortó la luz, prendieron una linterna y yo comencé a pensar en películas de terror y, en eso, al estar tan embobado en mis pensamientos, Ghira y Sheik gritaron cerca de mi y me asustaron – lanzó una risa al recordarlo – y luego les pegué

 -¿No pasó nada más? – inquirió Vio.

 -No, después de pegarles volvió la luz – respondió Vaati sin borrar su sonrisa.

 Mientras tanto, Fi se encontraba sentada en su banco hablando alegremente con Midna. Como Midna se encontraba sentada detrás, Fi tenía que girarse para hablar. Ghirahim tomó asiento al lado de la chica que ama.

 -Perdón por interrumpir, chicas – comenzó hablando el peli blanco dibujando su traviesa sonrisa. Ambas dejaron de hablar para ponerle atención – Fi… ¿Puedes prestarme lo que dieron ayer?

 -Sí, claro – Fi giró hacia su carpeta, buscó las hojas con los contenidos del día anterior para luego dárselo a su amigo – Aquí tienes

 -Gracias – Ghirahim sacó su carpeta y comenzó a copiar mientras que Fi volvía a girarse para hablar con Midna.

 Sheik lanzó un largo bostezo antes de mirar a su alrededor y a su amigo sentado detrás de él. Ahora, Sheik tomaba asiento junto a Vaati sólo para poder molestar a Ghirahim por un rato.

 Cuando una persona suele molestar a una en especial es porque algo hay, y eso pasaba con el rubio. Para empezar, Sheik no era ni es de molestar a sus compañeros, siempre fue callado, serio y tranquilo, mas eso cambia cuando Ghirahim está a su lado. Su actitud cambia hasta tal punto que sorprende a todos sus compañeros. Le gusta molestar al peli blanco, le encanta hacerlo enojar sin importar cuántas veces éste lo amenace y le entristece que se fije en Fi. Pero aún así, es capaz de ayudarle a atraerla por más que por dentro le doliera.

 -Pon tu mano así – dijo Sheik abriendo su mano a la vez, levantándose de su asiento.

 -No tengo rupias y no dejaré que pongas una cucaracha en mi mano – habló serio Ghirahim levantando la cabeza para mirarlo.

 -¿Ves que tenga una cucaracha? – inquirió el rubio.

 El timbre sonó por todo el colegio.

-¿Vamos entrando? – cuestionó Vaati a lo que el rubio asintió. Vaati le dedicó un último beso al pequeño antes de rodearle el hombro con su brazo – Te amo – le susurró al oído.

-Y yo a ti – respondió Vio empezando a caminar hacia su colegio.

-…- Ghirahim vaciló unos segundos antes de dejar su mano derecha abierta sobre el banco. Sheik agarró la mano derecha de Ghirahim para luego llevarla, rápidamente, hacia la cola de Fi; Ghirahim se ruborizó a más no poder, Fi movió su cabeza mirando a su amigo asombrada – E-eh… N-no no es lo q-que… - Los nervios comenzaron a inundar en el peli blanco causándole trabar todas sus palabras – No f-fui yo… y-yo… Sheik… él puso mi ma-mano e-en… ¡LO SIENTO MUCHO! – gritó las tres últimas palabras haciendo reverencia. Sin mirarla, se levantó de su asiento y salió a toda velocidad de su salón. En cuanto apenas ha salido, se dio cuenta de una cosa por lo que asomó su cabeza hacia su salón.

-Ghira… - llamó Vaati encaminándose hacia él, quien accedió a su llamado - ¿Qué le pasó a Sheik que salió corriendo de la escuela a toda velocidad? – preguntó señalando la puerta de entrada.

-Ese maldito hijo de p*ta me la pagará – masculló enojado y ruborizado el mayor.

-¡Ghira! ¡La Boca! – le regañó el minish antes de que algún profesor lo oyera.

-¡Si Supieras Lo Que Hizo! – exclamó recordando el reciente hecho – Uhh… - cubrió su cara con las dos manos - ¿Y ahora cómo la miraré a los ojos?.

-¿eh? – preguntó el pequeño perplejo.

-Siéntate con Fi – suplicó el peli blanco dejando confundido al minish.

-¿Yo? ¿Por qué?

-Tú… Tú sólo siéntate a su lado y no preguntes nada – interrumpió serio Ghirahim antes de agarrarlo del brazo para llevarlo a su salón.

… … …

… … …

 Suena el timbre de recreo. Ghirahim y Vaati fueron a buscar a Vio a su salón.

-Los voy a extrañar – hizo puchero el rubio – no quiero que se gradúen – añadió.

-Sinceramente, no veo la hora de irme de acá – se encogió de hombros el peli blanco.

-No eres el único, Ghira, no eres el único - sonrió cansino Vio mientras meneaba la cabeza.

-Que nos graduemos… no significa que no nos volvamos a ver – sonrió tierno Vaati.

-Ajam, te visitaremos – le siguió Ghirahim.

-¡Ah! Por cierto… - comenzó a hablar el minish mas una chica se acerca a ellos abrazando al Link calmado.

-Vio… ¿Quiénes son ellos? – preguntó seductora Linzuki mirando desafiante a Vaati, quien comenzó a sentirse celoso.

-Eeeh… unos amigos de otro curso – respondió Vio intentando separarla del abrazo.

-¿Prefieres estar más tiempo con ellos que con los de tu curso? – inquirió la rubia - ¡Qué malo eres! – comenzó a reír antes de dirigir su mirada al minish – ten cuidado, he oído que éste chico es un pervertido.

-¿Yo? – preguntó Vaati asombrado señalándose a sí mismo. La rubia asintió – Has oído mal – la chica lanzó una risilla mientras desabrochaba dos botones de su camisa.

-Demostraré que es verdad – sonrió maliciosa. Vaati frunció el entrecejo, ésta chica le daba mala espina y eso que no llevan ni media hora de conocerse. Movió su vista hacia donde Vio.

-Te decía, Vio… ¿Quieres jugar al ajedrez? Habrá un concurso éste año para los de quinto… y… quisiera jugar contigo – habló el oji rubí ignorando a Linzuki.

-Claro… - asintió el rubio antes de mirar a Linzuki - ¿Quieres venir?

-¡Por supuesto! – sonrió dulce la chica. Vaati lanzó un suspiro desganado, si sabía algo de Vio es que por más odio que le tenga a una persona siempre le tendrá respeto y será todo un caballero. Entraron al salón, Vio se sorprendió al ver a todo quinto año jugar al ajedrez. Al parecer, estaban muy emocionados por el concurso. Ghirahim y Vaati tomaron asiento – Quisiera jugar un partido con él – habló la rubia señalando a Vaati con la mirada.

-Eehh… claro… - Vio tomó asiento en frente de Ghirahim y Linzuki en frente de Vaati. En eso, Vaati se dio cuenta de una cosa. El dije.

-“Ese dije…” – pensó mirando fijamente el dije que colgaba del cuello de Linzuki – “¿Dónde lo he visto?” – trató de recordar – “Parece ser una pelota con un enorme ojo rojo en el medio y alas de murciélago… y está por la mitad” – Linzuki no dejaba de mirar al minish, notó que estaba mirando su collar por lo que comenzó a sentir un poco de miedo – “Ahora que lo recuerdo… yo también tengo ese collar y también lo tengo por la mitad” – Linzuki se levantó de su asiento y le dio una fuerte cachetada al minish.

-¡Linzuki! – sobresaltó Vio.

-¿¡Por Qué Me Pegaste!? – alzó la voz Vaati levantándose de su asiento. Todos sus compañeros clavaron los ojos en él.

-¡Me estabas mirando los pechos! – respondió enojada la rubia.

-¿¡Qué!? ¡NO! – se ruborizó de vergüenza el oji rubí ganándose las cargadas de sus compañeros.

-¡Chicos, ya basta! – habló el Profesor Demise sentado desde su escritorio.

-Y si no me estabas mirando, entonces ¿Qué estabas haciendo? – preguntó molesta Linzuki – tus ojos estaban aquí – señaló sus pechos.

-Yo… estaba pensando – bajó la cabeza el minish apenado.

-Ajaaam – asintió la rubia incrédula - ¿Y en qué estabas pensando?

-Te lo diría pero tendríamos que estar a solas – respondió Vaati dedicándole una mirada escalofriante. Una mirada que Linzuki conocía muy bien.

-¿A solas? ¡Ja! El rumor es cierto, eres un maldito pervertido – comenzó a caminar hacia la puerta.

-¡Pues, Si No Quieres Que Te Miren, Entonces Abróchate La Camisa! ¡Zorra! – levantó la voz el minish molesto volviendo a tomar asiento.

-¡Vaati! – Bramaron Ghirahim, Demise y Vio al unísono.

-Ve a dirección, ahora – ordenó el profesor mas el brujo hizo caso omiso, salió del salón para luego esconderse en la biblioteca.

-Iré a hablar con ella – murmuró Vio saliendo del salón para dirigirse al suyo.

-Y yo con él – murmuró Ghirahim dirigiéndose a donde Vaati.

… … …

… … …

 Sonó el timbre de salida. Vio había salido diez minutos antes pero prefirió quedarse en el colegio a esperar a sus amigos. Linzuki no dudó ni un segundo en hacerle compañía. Vaati frunció el entrecejo al verla pero ya que estaba, tenía que hacer lo correcto.

-Oye… perdóname por… haberte llamado ‘zorra’ – se disculpó el minish bajando la cabeza.

-Ya era hora – se encogió de hombros la rubia sin darle importancia.

-Pero para que quede claro – comenzó a hablar el oji rubí – no estaba mirando tus pechos ni estaba pensando

-¿Entonces?

-Pues… ese collar tiene algo sospechoso ¿No lo crees? – respondió Vaati señalando con la mirada el collar de Linzuki. Ella bajó la cabeza, llevó su mano derecha hacia su collar para luego comenzar a acariciarla.

-Me lo regaló mi abuelo… es un amuleto para mí – musitó la rubia seria sin despegar su vista de su collar.

-Ajaaam – asintió lentamente Vaati incrédulo - ¡Qué coincidencia! Tengo un collar parecido que también me lo regaló mi “Abuelo” – resaltó la palabra Abuelo, Linzuki le dedicó una mirada asombrada – también, mi abuelo me dijo que es único… no se consigue en cualquier lugar – sonrió maliciosamente asustando a la rubia.

-Vaati… - Linzuki comenzó a acercarse hacia el mencionado hasta quedar muy cerca de su rostro – Si yo quiero, puedo salir en éste momento gritando lo que eres en realidad, un brujo – Vaati se impactó al oírla – Si no quieres que eso pase, no vuelvas a acercarte a mi, porque no tendré piedad – murmuró alejándose del minish – Adiós – sonrió maliciosa antes de salir del colegio. Vaati permaneció atónito, sin palabras, sintió que el corazón se le detuvo por un momento – Pero… - musitó en voz baja – “¿Cómo puede…?”

-¡Nah! – Vio se encogió de hombros – esa chica dice cosas raras, una vez me dijo que si ella quería me haría su juguete sexual – se rascó la nuca perplejo.

-¿Su juguete…? – musitó Vaati moviendo la cabeza para mirar perplejo al rubio antes de salir del colegio - ¡Oye! – lanzó un grito llamando a Linzuki, quien dio media vuelta para mirarlo - ¡Ni Se Te Ocurra Acercarte A Vio!

-¿Por Qué? – se encogió de hombros la rubia indiferente – Si es tuyo, también es mío – añadió antes de dar media vuelta para encaminarse hacia su casa. Vaati apretó sus puños rechinando sus dientes, alguien tendría que darle su merecido a esa chica. Vio lo abrazó por la espalda con la intención de calmarlo.

-Vaati… cálmate… no le hagas caso – susurró tierno y sereno el rubio.

-Sí, hermano, cálmate – le siguió Ghirahim dándole unas palmaditas en su hombro.

-Juro que si ella hubiera sido un hombre, ya mismo estaría bajo tumba – murmuró el oji rubí.

 … … …

… … …

-¿Todavía sigues pensando en Linzuki? – inquirió Ghirahim notando lo pensativo que estaba su amigo. Se encontraban caminando rumbo hacia sus casas, ya se habían despedido de Vio.

-Ella sabe que soy un brujo… - respondió Vaati confundido - ¿Cómo es que lo sabe?

-Mmmm… quizás te ha visto cuando se te ha escapado un tipo de magia – murmuró el peli blanco – por cierto… ¿Qué tenía su collar que tanto le mirabas?

-Ese collar lo hizo Ezero para mí… es único, no se consigue en ningún otro lugar - respondió el minish sacando de su mochila la gorra que su Maestro ha hecho hace tiempo.

-¿Visitarás a tu maestro? – cuestionó curioso Ghirahim.

-Sí… tengo que hablar con él – farfulló el chico de cabellos violeta – Eso de las ocho voy a tu casa – añadió tomando otro rumbo para dirigirse al bosque Minish.

-De acuerdo

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 Llegó el día. La noche que se convertiría en nostalgias y lágrimas. La última noche que podrían estar juntos. La noche que verían las caras de sus compañeros y de sus profesores por última vez.

-Fi… no llores – le habló con mucha dulzura Midna mientras la abrazaba.

-Perdón… me emocioné – se disculpó la chica de cabellos celestes mientras refregaba sus ojos.

-¡Qué va! – suspiró Sheik intentando ocultar sus lágrimas – Voy a extrañar tus locuras – le dio un apretón de manos a Ghirahim.

-Y yo las tuyas

-Te invitaremos si decidimos salir, Sheik – sonrió apacible Vaati dándole unas palmaditas en la espalda.

-Me gustaría… sólo me deprime que ya no será lo mismo – meneó la cabeza el rubio – cada uno tomará diferentes caminos, conocerán nuevas personas y nos olvidaremos de éste día y de nuestros compañeros– sonrió sutil. Ghirahim y Vaati bajaron la cabeza, tenía razón y eso era lo que le entristecían – pero bueno… me gustaría salir con ustedes – dirigió la mirada a Vio – y contigo… voy a extrañarte, Vio.

-Y yo a ti – sonrió compasivo el Link calmado. Una parte de Vio se entristecía, la desventaja de tener amigos de otro curso era esta. Realmente, se sentirá muy solo el próximo año. Vio se alejó de ellos para poder despedir al grupo de Groose y las amigas de Fi, quienes también, le tomaron mucho aprecio.

 Una vez terminado de despedir a todos sus compañeros, volvió a donde Vaati, quién le dedicó un fuerte abrazo.

-Te visitaré a tu casa el año que viene – le prometió Vaati.

-Los recreos no serán los mismos – correspondió el abrazo Vio.

-Sí… - musitó compasivo el mayor separándose del rubio – Gracias por venir a mi graduación, Vio, significa mucho para mí – añadió depositando besos en los labios del mencionado. Desde lejos, Ghirahim los observaba junto a una tierna sonrisa.

-Ghira… - llamó una voz femenina, la cual el mencionado conocía muy bien.

-¿Si? – accedió dando media vuelta encontrándose con Fi.

-Nunca te olvidaré – le abrazó dejando escapar unas lágrimas.

-… - Ghirahim permaneció callado por unos segundos pensando – Fi… tengo que hablar contigo – se separó de su amiga para mirarla a sus ojos y, de paso, secarle las lágrimas.

-¿Sobre qué? – inquirió curiosa.

-Ven… - la agarró de la mano llevándola fuera del colegio.

-¿Y ese cinturón? – cuestionó Sheik curioso observando el cinturón de Vaati, el cual, era uno amarillo. Un círculo rojo cuyo contorno era amarillo se adornaba en el medio – ¡está bueno! – exclamó.

-Eeeh… - Vaati pensó en una mentira. El cinturón que el minish llevaba puesto se lo había hecho su maestro Ezero. – es una nueva moda que está en el lugar donde vivía… mi abuelo me lo compró para mí – sonrió nervioso.

-¿Mmm? ¿No naciste aquí, Vaati? – cuestionó Vio asombrado – no me lo habías dicho… - añadió.

-No, no soy de aquí…

-¿De dónde eres? – volvió a inquirir Vio dejando atrapado a su pareja.

-Eeh… bueno… - ¿Cómo le diría que, en realidad, es un minish? ¿Cómo le diría, luego, que usa magia para transformarse en un hylian? Para salvación de Vaati, el profesor Zant se acercó a ellos para despedirlos olvidando la pregunta de Vio.

 Salieron del colegio para luego dirigirse a la parte de atrás. Cada noche parecía agregar más estrellas en el cielo haciendo compañía a la luna. Estaba silencioso, apenas podía oírse el alboroto de la graduación.

-Hace un poco de frío… ¿no? – sonrió tierno Ghirahim mirando a Fi.

-Sí… - murmuró la chica tristona.

-Fi… - el peli blanco levantó la barbilla de su amiga para mirarla a los ojos – el hecho de que nos graduemos no significa que no nos sigamos viendo

-Lo sé… - sonrió apenada.

-¿Sabes? He esperado éste día para decirte algo… - desvió la mirada poniéndose nervioso.

-¿Qué quieres decirme? – preguntó curiosa la chica.

-Bueno… verás… - respiró hondo antes de continuar – Tú… eres una chica muy bonita desde mi punto de vista

-Eeeh… Gracias – arqueó las cejas Fi acostumbrada a ese tipo de cumplidos.

-Fi… cualquiera puede decirte que eres linda pero para mí, eres la única chica más hermosa que conozco… ¿Sabes por qué? – cuestionó a lo que Fi negó con la cabeza – porque eres especial para mi, estar a tu lado me hace muy feliz… incluso cuando me regañas – comenzaron a reír.

-¿Lo dices en serio, Ghira? – se sonrojó la chica de cabellos celeste sin despegar su vista de él.

-Sí… - asintió lentamente – quiero protegerte, cuidarte, estar contigo en las buenas y en las malas pero sólo si tú me permites formar parte de tu vida – Fi sonrió tierna ante lo dicho por su amigo – Yo… Yo Te Amo… - confesó bajando la cabeza avergonzado – si estás enojada conmigo y no quieres verme… lo entenderé  

-Lo he notado – respondió Fi sorprendiendo al mencionado.

-¿E-en serio? – preguntó asombrado a lo que Fi asintió.

-Siempre me acompañaste hasta mi casa desde que te dije que vivíamos a una manzana, te preocupabas cuando nadie me acompañaba, hacías varias locuras con tal de que tenga tu atención, tus halagos… tu travesuras que hacían mejorar mis días, siempre estuviste escuchándome y nunca me dejaste de lado… ¡Cómo no notarlo! – rió traviesa Fi – Yo también te amo, Ghira – confesó impresionando al mencionado.

-¿Lo di-dices e-en serio? –

-Ajám… pero…  temo… que no podremos estar juntos – se entristeció Fi.

-¿Por qué?

-Me iré de Hyrule – respondió deprimiendo al peli blanco – Tú sabes… por cosas del trabajo de mi padre nos iremos de Hyrule – bajó la cabeza apenada.

-Oh… vaya… qué mal… - musitó un triste Ghirahim.

-Pero… si yo te dijera que haré lo posible por volver… ¿Me esperarás?

-… - Ghirahim asintió dibujando una sonrisa apacible – Te esperaré los años que sean necesarios – Fi sonrió tierna ante lo dicho. Ghirahim no aguantó, era la última noche que la vería; llevó una de sus manos hacia la mejilla de Fi y otra en su cintura, lentamente se acercó a depositarle un beso en los labios mientras que Fi rodeaba su cuello con sus brazos. Esos largos cinco años aguantando tenerla en sus brazos por fin dan frutos; no le importaba cuán lejos pueda irse Fi, estaba tranquilo y feliz de que ella le corresponda sus sentimientos.

Comenzó a brillar. Vaati sintió un cosquilleo en su vientre; bajó la cabeza percatándose de su cinturón. Se separó de Vio y de Sheik encaminándose hacia el patio de su escuela. No había muchos chicos; pero de haber, había. Vaati miró para ambos lados, observó cada rincón. Volvió a mirar su cinturón, el cual, ya había dejado de brillar.

-Qué raro… - musitó en voz baja perplejo sin despegar su vista de su cinturón.

-¿Pasó algo, amor? – cuestionó Vio abrazándolo por la espalda.

-No… nada – sonrió apacible – creí haber visto a un familiar – mintió abrazando a su pareja.

Notas finales:

CONTINUARÁ

Kya Kya KYAAAAAAAAAAAAA!!! *muere*

Perdonen… morí de ternura con la escenita Ghirafi *coranzonsitos* No esperaba poner un beso… pero es que no hay nada de ésta pareja :( y… sí, las parejas raras nacen de mis fics. Ya un vaavio y ahora un ghirasheik xD (bueno, para ser específico, en el siguiente capitulo xD)

 

http://eluwaruburu.deviantart.com/art/Kiss-290261509

 

 

 

 

 


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