CAPITULO 05:
El Rumor De Sal Y Pimienta
Las nubes se formaban en el cielo, dando a entender que lloverá dentro de unas pocas horas. Ghirahim y Fi llegaron a la casa de Vaati a recogerlo, para así ir juntos al colegio. En el camino hacia el colegio, el peli blanco notó lo callado y preocupado que se encontraba su pequeño amigo.
-¿Sucede algo? – preguntó el mayor pasándole un brazo por el hombro de su amigo.
-Mmm… - murmuró el oji rubí dirigiendo la mirada a Fi – te lo diré después.
-Okeeeey… - se separó del minish – Por cierto… ¿Qué hora es?
-Las doce y cincuenta – respondió Vaati.
-¿Y hoy salimos a las…? – volvió a cuestionar Ghirahim.
-A las seis y media – respondió Vaati. Llegaron al colegio, encontraron a Vio a punto de entrar a su salón – ¡VIOOO! – llamó Vaati alzando sus bracitos. Vio se acercó a ellos junto a una sonrisa, les presentaron a Fi.
-¿Estás bien, Vaati? Te noto… preocupado – habló Vio, Vaati dibujó una sonrisa juguetona.
-No, Vio, no me sucede nada – respondió el mencionado – Gracias.
-¿A qué hora sales hoy, Vio? – preguntó Ghirahim.
-A las siete
-Uh… falta mucho – dibujó una mueca cansina el peli blanco. El timbre de entrada se hizo sonar por todo la escuela.
-Well, nos vemos en el recreo – dijo Vaati dándole un apretón de manos al rubio.
-Nos vemos, chicos… y chica – rió el rubio encaminándose hacia su salón.
-Vaati… ¿Qué hora es? – preguntó Ghirahim mientras se dirigían hacia su salón.
-Las doce y cincuenta y uno – respondió Vaati entre risas.
-¿QUÉ? – sobresaltó el peli blanco.
-Mentira, son las una y veinte Jajajaja
… … …
… … …
Ya eran las tres de la tarde, Ghirahim, Vaati y Fi estaban haciendo sus trabajos. Vaati andaba muy distraído, no se concentraba, cada tanto miraba el techo, la pared o a sus compañeros y no escuchaba lo que su amigo dictaba.
-Oye ¿Qué te sucede? – susurró el peli blanco muy cerca de Vaati, cosa que Fi no pudiera oírlos ya que estaba sentada detrás de ellos.
-Estoy preocupado – respondió el minish con un gesto preocupante – me han comentado que hay un rumor de que Sal y Pimienta están haciendo brujerías con sus panes
-¿Ellos? – abrió sus ojitos marrones de par en par – ¿Por qué lo harían?
-Buena pregunta… - respondió Vaati pensativo mientras mordía un lápiz – ojalá no sea cierto – murmuró.
-Esperemos que no – se separó de su amigo - ¿Qué hora es?
-Las tres y media – respondió Vaati.
-¡CHICOS! – llamó el Profesor Demise – ya sabrán que no daré clases a las seis y veinte – los alumnos asintieron – bueno… les voy a dejar una película para que vean y respondan la guía, la cual se las voy a dar dentro de un rato – dijo antes de salir del salón.
-Genial… eso me va a distraer un poco – suspiró aliviado Vaati. El profesor Demise volvió junto el director Ganon con el equipo en manos.
-Una cosa más – habló Demise – acomodensen bien que los chicos de segundo año verán la película con nosotros.
-¡Más genial aún! – exclamó un contento Vaati aplaudiendo juguetón antes de mirar a Ghirahim – Vete con Fi, ahora – ordenó.
-¿Qué?
-Que vayas a sentarte con Fi, ahora – lo echaba como si fuera un gatito – ¡fuchi fuchi!
-¡Ok! ¡Ok! – Ghirahim tomó sus cosas y tomó asiento al lado de Fi, quien le dedicó una hermosa sonrisa.
-¡VIOOOOOO! – llamó Vaati moviendo sus bracitos cuando el mencionado entró.
-Vaati – Vio se acercó al minish y tomó asiento a su lado – Qué bueno que también estarán ustedes para ver la película – comentó feliz.
-Ajam – asintió el minish con una gran sonrisa.
-Bien… antes de ver la película voy a dictarles la guía – comenzó a hablar el profesor Demise – esto incluye para los chicos de segundo año… anoten – Los chicos comenzaron a anotar las preguntas dictadas por el mayor. Una vez terminado de dictar, se despidió de sus alumnos y se retiró del salón. Ghirahim dejó de lado su lápiz y estiró sus brazos.
-¿Qué hora es? – preguntó éste último.
-Las tres y cincuenta – respondió Vaati.
-Fuuu… no pasa más el tiempo – bufó dibujando una mueca aburrida. Dirigió su mirada a Fi, quien adornaba su carpeta con algunos garabatos de diferentes colores. Estiró su brazo hacia ella, hacia su cintura para hacerle cosquillas.
-¡Ay! ¡Basta! – la chica se movía con tal de esquivarlo pero no lo lograba – En serio, ¡Basta! – reía.
-Cuchi cuchi cuchi – reía juguetón el peli blanco sin detenerse.
-Jajaja basta Jajaja
-Ay… el amor… - suspiró Vaati dando media vuelta para mirar a su amigo - ¡Qué cosa bella! ¿No? – sonrió pícaro Vaati mirando a Ghirahim, quién se ruborizó ante lo dicho por su amigo.
-Calla – farfulló dejando de hacer cosquillas a Fi. Vaati lanzó una pequeña risilla - ¿Qué hora es?
-Las cuatro – respondió Vaati.
-Fuuuu – volvió a bufar Ghirahim cruzándose de brazos. Apagaron la luz y pusieron la película.
Sonó el timbre de recreo, le dieron pausa a la película y salieron al patio de la escuela. Los cuatro chicos estiraron sus brazos.
-Aw… me estaba durmiendo – comentó Fi.
-Yo me estoy durmiendo desde que entré – comentó Ghirahim. Vio lanzó un suspiro quedando pensativo por la película mientras miraba la pared, Vaati interrumpió sus pensamientos dedicándole un abrazo mientras lo llevaba hacia su pecho.
-Hunnn – comenzó a acariciar la cabellera dorada de su pequeño amigo – No te imaginas cuánto te quiero – susurró el minish de manera cariñosa.
-Aaaw y yo a ti – respondió el rubio tierno y a la vez impresionado.
-Qué lástima que no te tenemos en nuestro curso, la pasaríamos muy bien juntos – apoyó su barbilla en la cabeza de Vio mientras cerraba sus ojos.
-… - El rubio se entristeció al escuchar eso – "Chicos de tercer año que desean tenerme a su lado y mis compañeros ignorándome… vaya lógica de la vida" – se aferró al abrazo del Minish contemplándolo.
-¿Qué hora es? – interrumpió Ghirahim la maravillosa escena de éstos chicos, Vaati rodó los ojos cansino antes de fijar la hora.
-Las cinco – respondió soltando sutilmente a Vio.
-Foooo ¡no pasa más la horaaaaaaaaaaaa! – exclamó Ghirahim echándose hacia atrás.
-Pero si tú sigues preguntando la hora cada diez minutos es lógico que no va a pasar más – masculló el minish sonriendo sarcásticamente. El timbre de recreo volvió a sonar, los chicos entraron al salón, una vez que se acomodaron volvieron a reproducir la película.
-¿Qué hora es? – volvió a preguntar Ghirahim cuando terminó la película y encendieron las luces.
-Las cinco y cuarenta – respondió Vaati a regañadientes. Como ya faltaba poco para que los chicos de tercero se vayan, la profesora dejó a los chicos de segundo acomodarse en ese salón. Les ordenó que respondieran las preguntas de la guía – No me digas que la princesa Zelda está en tu curso – habló bajo Vaati mientras mantenía sus ojos en su hoja.
-Así es – asintió Vio mirándolo perplejo.
-La odio – frunció el entrecejo el minish – con todo mi ser
-¿Por qué? - cuestionó confundido el rubio.
-¡Porque no hace nada! – sobresaltó Vaati molesto – El alcalde está asesinando millones de personas porque dicen que son brujos y ella no hace nada al respecto
-Pero son brujos, Vaati, los brujos son malos – replicó Vio.
-Exacto, los brujos pero los magos y hechiceros, no – corrigió el minish – no reconocen la diferencia con tal de que sea magia lo que estén haciendo
-Hummm
-¿Sabes? Lo que más me preocupa son las personas – agregó Vaati – con ésta ley están volviendo locas a las personas, hoy o mañana pueden acusarte a ti de ser brujo con tal de deshacerte de ti, las pruebas no valen… una vez que te acusan de ser brujo no hay marcha atrás
-Tienes razón en eso – dijo Vio luego de pensarlo por unos segundos.
-¿Qué hora es? – interrumpió Ghirahim la conversación.
-No sé, Ghira, ¡No sé! – masculló Vaati, esa pregunta ya empezaba a molestarle.
-Pero tú tienes reloj
-¡Pero tampoco es para mirarlo a cada rato! – bramó el minish dándole la espalda. Fi y Vio lanzaron una pequeña risa ante la molestia de Vaati – Hablando de brujos… - dirigió la mirada a Vio - ¿es cierto que Sal y Pimienta hacen brujerías con sus panes?
-¿Qué? – Vio comenzó a reír divertido dejando perplejo a Vaati – No… nada que ver… te lo han contado mal – aclaró su voz – lo de Sal y Pimienta es mentira, ellos ahora venden galletas también e hicieron una galleta llamada "brujitas" son redonditas con las mismas sonrisitas que se le hacen a las calabazas en halloween – aclaró el malentendido de Vaati – ¡son muy deliciosas esas galletitas! – exclamó.
-¡Qué alivio! – suspiró el minish sonriendo apacible.
-Sí… ¡las personas sí que inventan cada mentira! – rodó los ojos Vio de manera burlona. Ambos rieron divertidos.
-¡Chicos! – llamó la profesora – ¡dejen de hablar y resuelvan las preguntas! – ordenó. Vio y Vaati pusieron sus ojos en sus hojas y comenzaron a responder, en eso, Vaati sintió un terrible tirón en su pecho.
-Ay… - se quejó sobándose el pecho.
-¿Qué te pasó? – se preocupó Vio.
-Me agarró un tirón en el pecho – respondió un tanto asustado.
-¿Ahora?
-Ahora estoy bien – intentó sonreír el minish – gracias
-¿Qué hora es? – preguntó Ghirahim, dicha pregunta ofendió a Vaati.
-¡Cómo Rompés Con La Hora!- bramó frunciendo el entrecejo clavando sus ojos en su amigo – toma – le dio su reloj – te lo regalo, ni siquiera sé para que lo tengo si ni lo uso
-Cálmate, Vaati – intentó tranquilizarlo Vio conteniendo su risa.
-¡Es que éste idiota me saca de quicio! – replicó el minish molesto. Vio y Fi no aguantaron y lanzaron sus carcajadas, Vaati los miró perplejos por unos segundos antes de reír con ellos. El timbre sonó, era la hora de salir para los chicos de tercero.
-¡Al fin! – exclamó Ghirahim guardando sus cosas a alta velocidad.
-Hummm – Vio miró a Vaati haciendo puchero - ¡Qué lástima!
-Jeje – Vaati se puso su mochila – Nos vemos mañana, Vio – le depositó un beso en la frente.
-Ten cuidado cuando salgas – Ghirahim le acarició la cabeza.
-Adios, Vio… fue un placer conocerte – Fi le dedicó una apacible sonrisa.
-Igualmente – saludó el rubio – nos vemos mañana, chicos