CAPITULO 11:
Unión Púrpura
Verano. La estación del año donde nos pone de mal humor a todos y donde los insectos comienzan a molestar, sobretodo los mosquitos.
Vaati, Ghirahim y Vio se encaminaban hacia el Lago Hylia.
-Créeme que te abrazaría… pero hace mucho calor – sonrió travieso Vaati a su pareja – y ni da para abrazar.
-¡Ay! Por favor, Vaati, cómprate una coleta y átate ese cabello, me da más calor a mi – replicó Vio desviando la mirada; ver el cabello largo y suelto de su pareja le enfermaba.
-¡Uf! Hace un frío, está como para quedarse al lado de la estufa todo el día – rió travieso Ghirahim.
-¡Cállate! – dijeron al unísono Vaati y Vio, como si imaginar una estufa le dieran mucho más calor. El peli blanco lazó una risilla.
-Así que… ¿No irás al Lago Hylia con nosotros, Ghira? – cuestionó Vio.
-No… por hoy, no – respondió el mencionado – de hecho… iré a visitar a Sheik por un rato – detuvo sus pasos – más tarde los alcanzo – se despidió de sus amigos antes de separarse.
-De acuerdo – Vaati agarró la mano de su pareja y siguieron caminando.
… … …
… … ...
-Eeeh… Vaati… hay algo que no te he dicho y me avergüenza – habló tímido el rubio. Ya habían llegado al Lago Hylia; ahora, Vaati y Vio se encontraban cambiándose de ropa a unos metros del lago. Había varios niños jugando ahí, jóvenes y adultos disfrutando de un picnic.
-¿Qué sucede, Vio? – inquirió el minish.
-Yo… no sé nadar – respondió en voz baja – y no quisiera que me enseñes porque entraré en pánico – añadió.
-Pero si no aprendes no superarás el pánico – sonrió tierno el minish antes de llevar sus manos hacia las mejillas del rubio – será sólo un ratito, luego podrás sentarte en la orilla
-¿Me lo prometes?
-Sí, te lo prometo – Los chicos púrpuras entraron al lago. Vaati fue el primero, Vio el segundo aferrándose de su pareja. Vio se impactó al no sentir la superficie.
-¡Me voy a ahogar! – se aferró al cuello de Vaati entrando en pánico.
-Calma, mi amor… sólo mueve los pies, si no los mueves es obvio que te hundirás – le hablaba serenamente el minish a Vio. Vaati realizó un hechizo sin que nadie se diera cuenta; a los pies de Vio apareció una especie de tornado, un pequeño tornado. Eso provocará que Vio no caiga en la profundidad – y ahora mueve los brazos… así – le mostró sus movimientos mas no había pasado ni un segundo que Vaati se separó de Vio para que éste se horrorizara.
-¡Ah… AAAAAH! – gritó aferrándose al cuello de Vaati, quien lanzó un suspiro divertido.
-Ok, Fue todo por hoy – rió divertido llevando a su pareja hacia la orilla – no debes entrar en pánico, Vio, no dejaré que nada malo te pase – ayudó al rubio a sentarse en la orilla.
-Perdón… de verdad – se disculpó avergonzado el pequeño.
-Está bien, es normal – sonrió Vaati antes de tirarse al lago de espalda. Vio pudo ver a su pareja nadar como una sirena de un lado a otro.
-"¡Cómo desearía no tenerle tanto miedo al agua!" – Vaati nadó por un rato, saliendo y volviendo al lago hasta nadar hacia la orilla donde Vio lo esperaba.
-¡Boo! – exclamó Vaati saliendo rápidamente del lago, sus flequillos cubrieron completamente su rostro. Vio le dedicó una mirada llena de ternura; llevó sus manos hacia el rostro de Vaati para correr sus flequillos y descubrir sus ojitos carmesí. Vaati apoyó sus brazos en las rodillas de Vio, levantó su cabeza para observar aquellos hermosos ojos zafiros que tanto adoraba mirar.
-¿Dormirás en mi casa, hoy? – cuestionó el rubio sin borrar su sonrisa.
-Si tú lo deseas, iré - extendió sus brazos - ¿Me ayudas?
-¡Uf! Pero tú eres más alto, grande y pesado – vaciló Vio antes de llevar sus manos en la axilas de su pareja y levantarlo como a un bebé. Vaati apoyó sus manos en la orilla, al lado de cada pierna de Vio; Armó fuerza y de un pequeño salto terminó recostando a Vio al suelo con Vaati encima, quien no dudó un segundo en besarlo – Jeje quítate – cortó el besó el rubio riendo divertido – me estás mojando.
-Looooo sé – habló juguetón el minish moviendo su cabeza de derecha a izquierda dejando caer su cabello empapado sobre el rostro de Vio – Y no me importa – añadió. Vio detuvo sus movimientos llevando sus manos hacia sus mejillas para besarlo una vez más – Te amo demasiado, mi pequeño Vio
-Y yo a ti, amor – susurró el rubio. Vaati se separó del pequeño, se puso de pie.
-Nadar me dio hambre… ¿Quieres un helado? – se encaminó hacia su mochila para sacar unas rupias.
-No, gracias, no se me antoja nada – respondió Vio tomando asiento mas Vaati no lo escuchó debido a los gritos de los chicos.
-Perdón… no te oí… ¿Qué dijiste?
-Un helado de chocolate y banana por favor – sonrió juguetón Vio cambiando de opinión.
-De acuerdo, volveré en seguida – le dio un último beso antes de alejarse.
Vio lanzó un largo suspiro, levantó la cabeza mirando el cielo; luego de unos segundos bajó la cabeza contemplando a los niños nadar y jugar en el lago. Así permaneció por varios minutos. Tan distraído estaba que no se percató que alguien se acercaba detrás de él.
-¡AH! – Vio sintió como si le hubieran dado un empujón con un pie en la espalda. Fue un empujón demasiado fuerte como para hacerlo caer hacia el lago. El rubio comenzó a desesperarse, movió sus brazos y sus piernas descontroladamente entrando en pánico – ¡A-Ayúdenme! – gritó mas nadie lo escuchaba, los niños seguían jugando y los demás en sus picnics. El pie derecho fue atacado por un calambre dejando al lago llevarse a Vio. Bajo el agua, Vio dirigió su mirada hacia la orilla encontrándose con Vaati, quien le sonreía maliciosamente – "¿Por qué?" – pensó antes de cerrar sus ojos perdiendo todas sus fuerzas, dejándose hundir.
… … …
Ghirahim caminaba lentamente llevando sus manos hacia la nuca, levantó la cabeza lanzando un largo suspiro. Una melodía llega a sus oídos capturando su atención. Provenía de lo más profundo del bosque. Siguió la melodía ocultándose entre los arbustos y árboles; Se sorprendió al ver que el Hylian que tocaba la melodía era Sheik, rodeado de pequeños e indefensos animalitos, los cuales contemplaban las notas que el rubio dejaba salir del arpa. Ghirahim permaneció un rato escuchando esa maravillosa melodía.
Un conejito vio a Ghirahim, se asustó y salió del lugar entre brincos; el resto de los animales hicieron lo mismo.
-¿Mmm? – Sheik detuvo su melodía, dio media vuelta encontrándose con el peli blanco – ¡Ghira! ¡Qué sorpresa! – exclamó asombrado mientras sus mejillas se ruborizaban.
-No sabía que tocabas el arpa… tocas muy bien – comentó mientras se acercaba a saludarlo.
-Jeje… Gracias…
-Iba a visitarte
-¿¡E-en serio!? – sobresaltó el rubio.
-Sí… creí haberte avisado – se rascó la nuca el peli blanco, luego meneó la cabeza – en fin… ¿Quieres pasear por ahí? O… ¿Jugar al videojuego en mi casa?
-Cualquiera de los dos me suena muy bien – sonrió travieso Sheik.
… … …
Vio tosió escupiendo agua, abrió sus ojos encontrándose en la superficie.
-¡Vio! ¡Estás bien! – exclamó un aliviado y feliz Vaati ayudándolo a tomar asiento para poder abrazarlo con todas sus fuerzas – Gracias… creí que te perdería – le depositó varios besos.
-¿Qué pasó? – cuestionó perplejo Vio - ¿Por qué luces tan asustado?
-¿¡Cómo que Por qué!? – replicó el minish – Por poco te ahogas – respondió molesto - ¿Por qué te lanzaste a nadar si no sabes? – dicha pregunta molestó al rubio. Vio se separó brutalmente de Vaati para luego darle un puñete en la cara - ¡Auch! – se quejó el minish sobándose el rostro – pero… ¿A qué rayos viene esto? – cuestionó perplejo.
-¡Tú me empujaste! ¡Te ví! – respondió un molesto Vio señalando a su pareja - ¿Por qué me empujaste si sabes que no sé nadar? – Vaati permaneció perplejo mirándolo - ¡Responde!
-No sé de qué estás hablando – respondió negando con la cabeza - ¿Cómo que yo te empujé?
-Sí, tú me empujaste y en vez de ayudarme, sonreíste – respondió el rubio - ¿Qué rayos sucede contigo? – Vaati se puso de pie.
-Vio… dime – señaló un par de helados tirados en el suelo - ¿Qué son esas dos cosas?
-Helados – respondió confundido el mencionado levantándose de su asiento.
-¡Exacto! Ahora dime, ¿Para qué rayos te empujaría al lago, iría a comprar helados, vendría y los tiraría al suelo por ir a salvarte?
-¡No sé, dímelo tú! – bufó el rubio.
-¿¡Te das cuenta de lo ridículo que me vería!? Además, ni loco gastaría quince rupias en helados para luego tirarlos – se exasperó el brujo.
-Y si no fuiste tú, entonces ¿Quién fue? – se cruzó de brazos el rubio – ¿Acaso tienes un hermano gemelo o qué? – Vaati abrió sus ojos de par en par ante dicha pregunta, bajó la cabeza preocupado.
-"Esto está mal" – pensó llevando una mano hacia su frente – no lo sé, pero te juro que yo no fui
-Es todo, me voy – agarró su mochila – no te me acerques, ya no sé si confiar en ti – comenzó a alejarse.
-¿Qué? ¡No! – Vaati agarró su mochila y comenzó a seguir al rubio – Vio, te juro que yo no fui – agarró la mano del pequeño, quien le dio un manotazo.
-¡Suéltame!
-Vio, por favor, tú sabes lo mucho que te cuido ¿Por qué te haría algo así? – insistía el minish.
-¡Aléjate de mi! – seguía caminando Vio sin mirar hacia donde iba.
-¡VIO! – llamó asustado Vaati agarrándolo de la mano para llevarlo hacia él. Una carreta pasó muy cerca de los chicos, un poquito más y podría decirse que casi rozaban. Vio se impactó ante tal hecho, sólo se aferró más a Vaati – entiende… - susurró el minish – si algo malo te pasa, me muero – comenzó a acariciar la dorada cabellera del pequeño – Y por favor, entiende… si me dejas, no amaré a nadie más – levantó el rostro de Vio para mirar sus ojitos zafiros, los cuales derramaban lágrimas – No llores – le dedicó una sonrisa llena de ternura secando sus lágrimas.
-Perdóname por ser tan idiota – escondió su cabeza en el pecho del mayor.
-Perdonaré todos tus pecados, Vio – susurró el minish apoyando su barbilla en la cabeza del rubio mientras lo encerraba en sus brazos.
… … …
Ghirahim encendió su laptop, conectó los controles y conectó unos cables al televisor para que el juego pudiera verse ahí. Era un juego de pelea al estilo mortal kombat, la diferencia era los personajes.
-¡Wow…! – exclamó el rubio sorprendido - ¡Cuántos personajes! – comenzó a curiosear cada cuadrito – no sé a quién elegir…
-Tómate tu tiempo – dijo Ghirahim eligiendo a Tidus de Final Fantasy X.
-¿¡También está Homer Simpson!? – rió juguetón el rubio – Y Mario… y Sonic… ¡Hasta el auto de Need For Speed! ¡Genial! – exclamó - ¿Cómo se llama éste juego?
-Ni idea… Groose me lo regaló… ni siquiera tenía nombre ni nada – respondió el peli blanco.
-Mmm… - Sheik sintió que ya le estaba haciendo esperar bastante a Ghira – Bueno… como no sé a quién elegir… elegiré a Sora de Kingdom Hearts… ¿Has jugado ese juego?
-No lo consigo en español – respondió Ghirahim antes de dibujar una mirada desafiante - ¿Listo para perder?
-Siempre pierdo… no me sorprende – se encogió de hombros Sheik. El juego dio comienzo dejando ver a los personajes elegidos por Ghira y Sheik - ¿Mmm?
-Oye… espera un momento – ambos se sorprendieron, en la pantalla estaban Tidus y Sora pero Sora estaba acompañado de Aeris, Goofy y Aladdín.
-¡Qué extraño! – exclamó Sheik rascándose la cabeza – se supone que el grupo oficial son Sora, Goofy y Donald… pero aún así, solamente Sora debe aparecer – La batalla dio su comienzo, Sheik todavía no ha presionado ni un botón cuando Aeris, Goofy y Aladdín comenzaron a atacar a Tidus sin piedad.
-¡Espera! – Ghirahim comenzó a presionar todos los botones - ¡No puedo matarlos todos a la vez! – Sheik comenzaba a reírse bajo, el ver cómo dichos personajes aprisionaban a Tidus sin redención alguna, le parecía una escena divertida - ¡Esperen! ¡De A Uno, Loco! – el peli blanco ni se fijó a quien atacaba con tal de deshacerse de uno. Dando estocadas al azár, derrotó a Aeris – ¡Ja! ¡Ya maté a una! Ahora me faltan tres – siguió presionando los botones sin fijarse a quién atacaba. A los tres segundos, Aeris revivió – WHAT!? ¿¡Reviven!? ¡Esto Es Trampa! – se exasperó - ¿Y encima se curan entre sí? – Sheik no aguantó y lanzó una tremenda carcajada poniendo más furioso a Ghirahim - ¡Éste juego está mal! – Tidus fue derrotado – Esto no vale – miró molesto a Sheik, quien se ahogaba de la risa.
-No me mires así jajajaja ¿Yo qué sabía que aparecerían tres más? – se sobaba la panza - ¡Qué jajaja vergüenza jajaja! ¡Te gané sin presionar un botón! – reía eufóricamente.
-Ya… cállate – el rubio, sin parar de reír se acercó a Ghira a depositarle un beso en la mejilla con la intención de calmarle el enojo, no obstante, Ghirahim no le dio importancia.
… … …
Comenzaba a anochecer. Los chicos púrpuras se dirigieron a casa de Vio a pasar el resto de la tarde noche. Vaati se apoyaba en la pared de la cocina con los brazos cruzados; observaba a su pareja preparar chocolate frío.
-"¿Debería confesarle a Vio de que soy un brujo?" – pensó seriamente el oji rubí sin despegar sus ojos en los de su pareja imaginándose millones de reacciones de éste si Vaati le confesara – "Si yo amara a alguien y me entero de que es un brujo… no se lo diría a nadie… además de que Vio me descubrió tres veces… quizás… él finge no recordar nada después de dejarlo inconsciente" – concluía mentalmente levantando la cabeza para mirar el techo – "pero por dentro sospecha de que lo soy…"
-"Pasamos tres años… y éste día fue la primera vez que discutimos… " – lanzó un suspiro resignado – "no sé por qué me siento mal… quizá por el golpe que le dí en la cara" – de reojo, miró a Vaati, quien aún se encontraba concentrado en sus pensamientos; en su pálida mejilla podía apreciarse un pequeño moretón – "Azul y Verde tienen razón" – sus ojitos zafiros comenzaron a brillar – "soy un bueno para nada… Vaati siempre siendo un amor conmigo y yo así le pago" – pasó su mano izquierda por sus ojos secando sus lágrimas a caer.
-¿Mm? – Vaati bajó la cabeza clavando sus ojos en su pareja - ¿Por qué lloras, Viuuu? – preguntó cariñoso acercándose al rubio a abrazarlo.
-¿Sabes? Creo que te mereces a alguien mejor – sonrió compasivo el rubio dejando desconcertado al minish.
-¿Puedo saber a qué viene eso? - Vaati se rascó la nuca antes señalar su moretón en la mejilla - ¿Lo dices por esto? – preguntó a lo que el blondo asintió – ¡Uuuuf! Si supieras cuántas veces me pegó Ghira - sonrió juguetón – "aún recuerdo que dejé caer una enciclopedia en tu cabeza… creo que lo merezco" – volvió a abrazar a su pequeña pareja – Vio… Tú sabes lo mucho que te amo que perdonaría todas tus maldades… no te sientas mal por esto, en serio…
… … …
Por otro lado, Linzuki se encontraba dentro de la casa de Vaati escondida en la habitación donde éste realizaba pociones. Ella, desesperada, pasaba páginas de varios libros a toda velocidad sin darle tiempo a leer los títulos.
-Aquí está – susurró sonriendo triunfante al encontrar lo que buscaba. Agarró su mochila, rebuscó y sacó los "ingredientes" para la nueva poción que realizará. Linzuki sabía que Vaati pasaría la noche en casa de Vio pero, aún así, ella sentía que se le acababa el tiempo.
… … …
Vaati y Vio contemplaban una película. El Link violeta apoyó su cabeza en el hombro del mayor. Llorar causa sueño y eso era lo que le pasaba al blondo en éste momento; sus ojos se cerraban de a poco. El brujo le pasó un brazo por su hombro haciéndole sentir seguro al pequeño.
-¿Te aburre la película, Vio? – cuestionó Vaati al notar que el mencionado se estaba quedando dormido.
-No… me está ganando el sueño… es todo… - respondió sereno el rubio refregándose un ojo.
-¿Quieres que la sigamos viendo mañana? – inquirió Vaati depositándole un beso en la frente.
-Sí, mejor mañana – asintió Vio antes de ponerse de pie y caminar hacia el baño.
… … …
Por último Ghira y Sheik pasaron el resto de la tarde en el Lago Hylia; ambos contemplaban el cielo nocturno acostados sobre el césped. El silencio reinaba hasta que Sheik decidió hablar.
-Eeehmm… ¿Y Fi? – cuestionó el rubio rompiendo el silencio.
-De viaje – respondió el peli blanco sereno.
-Pero… ¿Le has confesado tus sentimientos? – volvió a inquirir Sheik.
-Así es, y me corresponde – sonrió con el solo recordar el primer beso que se dieron en la graduación – lo malo es que ella se mudará y no sabe cuándo vendrá... pero estoy dispuesto a esperarla.
-Ya veo… - musitó el rubio tomando asiento – Gracias por éste día, Ghira… la pasé bien – dibujó una apacible sonrisa – ven a visitarme cuando quieras.
-Vale…
-¿Sabes qué es lo que me hace más feliz? – preguntó sin borrar su sonrisa, Ghirahim accedió a su pregunta dirigiéndole la mirada desde el suelo – que me tengas en cuenta, comenzar a pensar que estoy formando parte de tu vida.
-¡Cómo no! Por más que haya querido matarte, eres un buen amigo.
-Jejeje… -rió travieso el rubio – bueno… me voy llendo, ya es tarde – Se acercó a depositarle un beso en los labios del peli blanco dejando sorprendido a éste último – Buenas Noches… - susurró. Se puso de pie y comenzó a caminar lentamente alejándose de su amigo.
-Sheik… - llamó Ghirahim tomando asiento - ¿Qué fue eso?
-Sólo puedo decir que no fue un accidente – respondió sin dejar de caminar dejando confundido a su amigo.
… … …
El brujo abrazó a Vio por la espalda. Hacía un calor infernal como para que estuvieran en esa posición pero, al parecer, no les importaban. Vaati le depositaba besos en el cuello de Vio. No podía dormir y con algo quería entretenerse.
-Amor, quiero dormir – murmuró Vio levantando el hombro; los besos en el cuello le daban cosquillas.
-Yo también quiero… pero no puedo, no tengo sueño – mordió sutil la oreja de Vio. Tenía que admitirlo, le enloquecía las mordidas en la oreja; le causaba un fuerte cosquilleo en el estómago. Vio dio media vuelta para luego besar al brujo. Empezando con un simple y toque de labios y terminando con explorar la cavidad bucal del otro con la lengua. Vaati comenzó a acariciar el cabello dorado del oji azul, de paso para profundizar el beso.
Cortaron el beso por falta de aire, el brujo tomó asiento; le dedicó una mirada llena de ternura al Hylian que ama rozando, con las yemas de sus dedos aquellas mejillas rubias hasta llegar a sus labios. Vio agarró la mano, con la cual, Vaati acariciaba sus labios para así, depositarle un beso como un caballero saludar con un beso en la mano a una doncella.
-¡Aaaw Más tierno! – comentó el brujo naciendo una carcajada en ambos.
-Tú sí sabes cómo alegrarme los días – comentó sereno el rubio entrelazando su mano derecha con la izquierda de Vaati mientras éste último se acercaba a apoyarle, nuevamente, sus labios. Los chicos púrpuras comenzaron a sentir el latir desesperado del corazón, las mejillas comenzaron a tornarse rojas mientras se les dificultaba respirar, como si acabaran de hacer ejercicios. Vaati sentía la necesidad de explorar cada parte, cada piel del cuerpo de Vio. Sentía la necesidad de explorar lugares que no ha explorado hasta ahora bajo la ropa. Vio sentía la misma necesidad, abarcó el cuello de su seme comenzando a acariciarle la larga cabellera violácea.
Vio levantó la cabeza dándole acceso al oji rubí de poder avanzar un poco más de lo que hacían hasta ahora, dándole a entender que hoy, esa misma noche, se entregará a él.
-Aaah… - comenzó a gemir el rubio al sentir los besos que su pareja le depositaba en el cuello. Su vientre estaba siendo acariciado por una de sus manos, sentía cosquillas. El calor comenzaba a consumirles, sentían el doble de calor de lo que ya venían sintiendo. El minish subió su mano hasta llegar a los pezones del pequeño. Vio no pudo evitar ruborizarse de la vergüenza – Ay… - lanzó un quejido al notar cómo los dedos de su seme jugaban con uno de sus pezones mientras el otro era besado. Una vez parado de jugar con los pezones de su uke, Vaati vuelve a subir a dejarle más besos en la mejilla de Vio; besos pequeños pero dulces, susurrando con voz ronca tres veces en el oído diciéndole lo mucho que lo ama. Vio abarcó el cuello de Vaati, cerró sus ojos para que no se perdiera el encanto. Vaati recorrió con su mano el torso el pequeño, dejando llama por cada camino que recorría; bajó su mano hasta llegar al vientre causándole cosquillas a Vio.
-Luces tan frágil – susurró el minish antes de rozar sus labios con los de Vio – ser pequeño te hace ver más lindo e inocente – entrelazó su mano izquierda con la derecha de Vio – Vio… ¿Quieres que continúe? – cuestionó al darse cuenta de que estaba yendo más lejos que de costumbre. El rubio asintió ante su pregunta - ¿Seguro?
-Sí… seguro… - sonrió tierno el rubio comenzando a acariciar la cabellera de Vaati.
-¿Segurísimo? – volvió a preguntar el minish inseguro.
-Sí
-Pero ¿Seguro? – insistió el minish.
-Sí – Vio abrió sus ojos para mirar a Vaati perplejo - ¿Por qué lo dudas?
-Es que es mi primera vez – se rascó la nuca el brujo avergonzado – y no sé cómo llevarlo a cabo.
-Déjate llevar… - replicó sereno el rubio.
-Hummm… - Vaati vaciló por unos segundos no muy convencido – de acuerdo… pero avísame si te hago mal - Vio asintió; tenía noción de lo doloroso que podía llegar a ser pero estaba dispuesto a entregarse a él, a unir su cuerpo con el hylian que ama.
Fueron minutos eternos, minutos llenos de cariño, caricias y besos entregados y recibidos por parte del otro finalizando con una lenta, dolorosa pero placentera danza bajo las sábanas.
-"No sé si he soñado… o han intentado separarme de mi cuerpo otra vez" – fue lo primero que pensó Vaati al despertar intentando levantarse. Pero el cansancio le ganaba – "Uuhg… sabía que quedaría agotado pero no tanto" – sonrió tierno al recordar la noche anterior – "de todos modos, estuvo muy lindo" – movió su cabeza esperando encontrar a Vio a su lado, deseaba abrazarlo; pero Vio no estaba en la cama. Vaati, a la fuerza, tomó asiento – "Otro día caluroso… ¡Qué infierno!" – salió de la cama de mala gana, caminó hacia la cocina al escuchar al rubio hacer ruidos allí – Buenos Días, Amor – susurró con voz ronca abrazándolo por detrás antes de depositarle un beso en el cuello. Vio permaneció callado continuando con su almuerzo - ¿Cómo amaneciste? – preguntó cariñoso separándose del rubio.
-Vaati… cuando quieras vengarte de algo que te haya hecho… hazlo cuando esté despierto – Vio dio media vuelta espantando a su pareja.
-¿Qué ra-…? Pero ¿¡Quién Te Ha Hecho Esto!? – preguntó molesto el minish agarrando a Vio de los hombros, no fue nada agradable ver el rostro del hylian que tanto ama con dos grandes moretones adornándolo – ¡Dime quién fue y lo mato! – masculló.
-Fuiste tú – respondió sereno el oji azul volviendo a impactar a Vaati.
-¿Yo? ¿¡Yo Te Hice Esto!? – sobresaltó el minish sintiendo una guerra de sentimientos en su interior.
-Sí… habrá sido eso de las tres de la madrugada cuando me golpeaste e intentaste estrangularme – señaló su cuello, en el cual, se dibujaba unos rasguños – Ésta vez, pasa… pero la próxima vez, dormirás en el sofá – se cruzó de brazos.
-Maldita sea… - masculló el oji rubí desviando la mirada – "otra vez lo han hecho…" – pensó llevando su mano hacia su cabeza – Esto está mal… muy mal…
-Dos veces en un día… y, esta vez, estoy cien por ciento seguro de que fuiste tú – seguía hablando sereno Vio.
-"¿Cómo demonios le explico esto? ¡No me creerá! ¡Maldita sea!" – pensaba inquieto Vaati. Estaba tan furioso que deseaba dar una patada a la pared mas se acordó que estaba descalzo. Se dio por vencido, respiró hondo intentando tranquilizarse. Pase lo que pase, el adivino ya le había dicho que le quedaba poco tiempo – Vio… me manipularon – habló intentando sonar tranquilo; el mencionado le dedico una mirada confundida – Yo… yo… - desvió la mirada – soy un Brujo – confesó. Vio esbozó una sonrisa ante lo oído.