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LOZ: Un Peligroso Secreto por Ninchi Sushari

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Notas del capitulo:

ninguna

CAPITULO 13

La Última Cita

Ya faltaba solo dos meses para que Vio se graduara. No veía la hora de terminar. Los compañeros de su curso pusieron música y comenzaron a bailar; los profesores, simplemente, dejaban que se divirtieran o se divertían con ellos. Tomaban fotos, se disfrazaban, reían y cantaban.

-"Son todos más falsos" – pensó con repugnancia Vio sentado en un rincón mientras observaba a sus compañeros – "Juro que el día en que me gradúe no volveré a pisar ésta escuela" – desvió la mirada encontrando a Linzuki sentada al fondo, en la misma posición que Vio: mirando aburridamente a sus amigos.

Linzuki sintió que alguien la miraba, movió su cabeza. Dibujó una tierna sonrisa al ver que era Vio el que la estaba mirando. Vio pensó por un momento que Linzuki se levantaría de su asiento y se acercaría a él para hablar como solía hacerlo, pero hoy no fue así. Ya de por sí, le pareció extraño que no esté muy pegada a Zelda.

-"No sé por qué… pero siento que Linzuki será la única a quien extrañaré" – sonrió sereno ruborizando las mejillas de la rubia, quien desvió la mirada rápidamente – "a pesar de las discusiones que hemos tenido y mi rechazo hacia ella… siempre me tuvo en cuenta" – en ese momento, Zelda llamó a Linzuki para animarla y disfrutar sus últimos meses a su lado; aunque la rubia no tenía ganas intentó pasarla bien.

-Vamos, Vio – invitó Linzuki agarrando la mano de Vio para llevarlo con su grupo.

Al día siguiente. Como saldrían temprano, la mayoría no se ha molestado en ir a clases. Ni un Links ha asistido excepto Vio, hoy sería un día perfecto.

Al sonar el timbre de recreo, Vio se levantó de su asiento con la intención de ir al baño pero tres chicos impidieron sus pasos.

-¡Chicos! – exclamó un feliz Vio al ver a su pareja, a Ghirahim y a Sheik en el colegio - ¡Qué alegría verlos! – abrazó con fuerza a Vaati ya que hacía dos meses que no lo veía – te extraño, amor – susurró en el oído del minish.

-Y yo a ti – respondió Vaati dibujando una sonrisa compasiva – perdóname, Vio, me están dando con toda en la universidad… te lo compensaré, te lo prometo

-Tengo muuuuchas cositas preparadas para ti – sonrió pícaro el rubio antes de cambiar a una sonrisa inocente – tú sabes… galletas, juegos, películas, etc.

-Creo que soy un pervertido – comentó Ghirahim al mal pensar por lo que dijo Vio.

-¿Qué hacen por aquí? – inquirió Vio curioso.

-Venimos a retirar de una vez por todas el maldito certificado de secundaria – masculló Ghirahim ya cansado de pisar cuatro veces ésta escuela. Sheik miraba el patio de la escuela con nostalgia – ¡hey, Sheik, despierta! – tronó los dedos delante del mencionado – avísame si ves al director Ganon.

-sí, te lo diré – habló Sheik en la luna.

Linzuki, en la puerta de su salón los observaba con brazos cruzados, seria, distraída. Sus ojos se clavaban en Vaati pensando en lo afortunado que es el poder tener a Vio.

-"Si tan solo él lo supiera… también pasaría más tiempo conmigo" – pensó deprimida entrando a su salón. El director Ganon pasó al lado de los chicos egresados.

-Ganon… ¿Ya están listos nuestros certificados? – preguntó un cansado Ghirahim.

-dentro de dos meses – respondió el mayor entrando a Dirección.

-Oh! Come on! – se quejaron los tres.

-¡Hace dos meses dijo lo mismo! - se cruzó de brazos un molesto Sheik haciendo reír al peli blanco. El timbre sonó por todo el colegio. Vio se despidió de sus amigos y de su pareja.

-El lunes no tengo clases… ¿quieres que te vaya a visitar cuando salgas del colegio? – preguntó el brujo.

-Por un día contigo, faltaré – entrelazó sus manos con las del minish – te extraño – hizo puchero.

-Y yo a ti – le depositó un beso en la frente – entonces… el lunes saldremos… iremos a donde tú quieras ¿si? – el rubio asintió emocionado – nos vemos el lunes, te amo, Vio – se separó del mencionado corriendo hacia Ghirahim y Sheik ya que lo dejaron muy atrás. Vio suspiró compasivo, recordaba cuando hace un año el rubio ansiaba la llegada del recreo para pasarlo con Vaati y Ghirahim.

-"¡Qué tiempos aquellos!" – pensó dirigiéndose hacia su salón. En cuanto tomó asiento en su banco, comenzó a observar a su alrededor. Otra vez Linzuki estaba sola, Zelda hablaba con Tetra – "¿Se habrán peleado?" – pensó perplejo.

El profesor se tardaba en llegar. El rubio recordó un objeto guardado en su mochila. Sacó dicho objeto para luego dirigirse hacia Linzuki.

-Toma… para ti – tomó asiento a su lado mientras le entregaba un regalo. Linzuki lo miró asombrada y confundida - ¿Sabes? A pesar de las discusiones que hemos tenido, he llegado a apreciarte… pues… siempre te acordaste de mí… siempre me tuviste en cuenta – los ojitos zafiros de Linzuki comenzaron a brillar – el hecho de que me defendieras… y pelearas por mí… me hiciste sentirme querido… créeme que si Vaati no hubiera llegado primero… te haría mi pareja – dichas palabras derramaron lágrimas en la pequeña – no llores – le habló con mucha dulzura acariciando su cabeza.

-Perdón – se disculpó la rubia – gracias, Vio… eres tan gentil – abrazó el regalo – pero nosotros ya somos felices

-¿Mmm? – el rubio levantó una ceja ante lo dicho.

-Pasamos mucho tiempo juntos, no hay un momento en donde nos separemos – sonrió compasiva la rubia – Vaati, tú y yo ya estamos oficialmente casados, ambos te amamos y ambos te protegeremos en las malas – Vio tenía varios signos de interrogación bailando a su alrededor – pronto entenderás a lo que me refiero, sólo… no te sientas mal por no pasar mucho tiempo conmigo – se acercó al oído del rubio – yo solamente estoy aquí para detener a Zelda – dichas palabras asombraron al Link violáceo – por favor, cuida a Vaati; no en vano digo que él es estúpido – rió traviesa – no quiero decir que te separes de él, sólo te comento que es estúpido – ambos rieron – gracias, Vio – agradeció depositando un beso en los labios de su compañero preferido – me gustaría pasar otra noche contigo… pero debo proteger a Vaati.

-¿eh? – preguntó un confundido Vio. El director Ganon entró al salón avisando que su profesor no llegaría, autorizándoles salir de la escuela. Linzuki agarró su mochila y le dedicó un último beso a Vio. A éste ya no le importaba la infidelidad, los besos que Linzuki le dedicaba le recordaba a Vaati.

-¿Recuerdas cuando estábamos en tercer año y se cortó la luz? Fui yo la que te besó – rió juguetona.

-Traviesa – sonrió sereno Vio.

-¿Sabes, Vio? Me importa un bledo lo que diga el destino, haré lo posible por salvarte a ti y a tu pareja– susurró antes de que Zelda se acercara a ella y salieran del salón. El rubio se levantó de su asiento, se dirigió hacia su banco para agarrar su mochila.

-"¿Qué quiso decir con que hará lo posible por salvarnos?" – pensó perplejo – "esa chica es una caja de misterio" – tomó su mochila y salió del salón rumbo hacia su casa.


Llegó lunes, hacía un lindo día primaveral. Sheik visitó la casa de Ghirahim.

-¿Puedo saber qué te trae por aquí? – habló adormilado Ghirahim.

-Vamos, vago, son las dos de la tarde como para que sigas durmiendo – fingió molestia el rubio.

-Oh… cállate- Sheik lanzó una traviesa risilla.

-Me llamaron del colegio, me dijeron que ya están los certificados – sonrió apacible el rubio.

-Creí que llegarían dentro de dos meses – murmuró el peli blanco – ok… espérame unos minutos – cerró la puerta dejando a Sheik afuera.

Por otro lado, Vio visitó la casa de Vaati, quien de repente lo llenó de cariño y besos.

-No te imaginas cuánto te extrañé, Vio – le dijo entre besos el minish al hylian.

-Y yo a ti

-¿cómo puedo compensarte por haberme esperado tanto? – cuestionó a lo que el rubio dibujó una mirada pícara – oye… guarda eso para la noche – rió el brujo.

-Lo esperaré con muchas ansias - habló seductor el rubio poniendo su mano sobre el pecho del brujo.

-¡Quién diría que por dentro eres un pervertido! - volvió a reír el peli violeta llevando sus manos hacia la cintura ajena.

Una hora después, Ghirahim y Sheik llegaron al colegio a retirar los certificados, esperaron sentados en el patio unos quince minutos hasta que el Profesor Demise los llamó, quien los levó a la sala de Maestros. Se encontraba vacío dicho salón.

-Aquí tienes, Sheik - Habló el profesor Demise entregándole el certificado a Sheik - ya está legalizado.

-¡Genial! - exclamó un sonriente Sheik agarrando su certificado.

-¿Me deja un momento a solas con Ghirahim, Sheik? - preguntó el mayor a lo que el rubio asintió antes de salir del salón de maestros y cerrar la puerta.

-¿No estará pensando en violarme, verdad? - se rascó la nuca el peli banco.

-No... - negó con la cabeza el mayor tomando asiento - yo sé que tu amigo, Vaati, es un brujo - dichas palabras asustaron a Ghirahim, quien de repente tiró del traje de su maestro.

-Usted dice una palabra sobre esto y haré su vida imposible - amenazó el peli blanco.

-Puedes confiar en mí pero el motivo por la que te digo esto es porque hay varios rumores de él en el último curso - habló el mayor dejando desconcertado a Ghirahim - Y si Zelda llega a escuchar esos rumores hará lo posible por averiguarlo... dile a tu amigo que tenga cuidado - Ghirahim soltó el traje de su maestro ensimismado en sus pensamientos, cogió el certificado y salió de la sala seguido de Sheik.

-¿Qué te dijo? - cuestionó un curioso Sheik.

-Espérame en mi casa, tengo que hacer algo - farfulló el peli blanco caminando rápido dejando muy atrás a Sheik.

-Pero... - murmuró el rubio confundido.


Vaati y Vio se encontraban en la ciudadela, sentados fuera del bar. Ambos leían el menú.

-Creo que solamente pediré un remo - sonrió travieso Vaati - está todo caro.

-Creo que yo también pediré un remo - cerró el menú el rubio - Vaati, ¿has probado esas galletas llamada Brujitas? - cuestionó teniendo como respuesta un No - son muy deliciosas - le entregó el menú a su pareja - pide dos remos, yo iré a comprar esas galletas, en serio, debes probarlas - Vaati asintió.

-Te espero - Vio se levantó de su asiento y se dirigió a la panadería de Sal Y Pimienta.

-Buenas Tardes - saludó de manera cortés Vio.

-Creo que no me cabe duda qué quieres - rió la mujer - ¿Cuánto quieres?

-Tres cuarto - respondió el rubio.

-Como digas... - la mujer agarró una caja donde contenía dichas galletas.

-Vaya... miren a quién encontré aquí - dijo una voz femenina. Vio movió su cabeza para mirarla - Vago - sonrió traviesa.

-Hola Linzuki... ¿Tampoco fuiste a la escuela? - saludó Vio.

-No... ni ganas de ir - comentó a lo que ambos rieron, Zelda entró interrumpiendo el momento de ambos.

-Linzuki, éstas galletas no me gustan - dibujó una mueca de asco la princesa.

-Uh... lo siento... creí que sí te gustaban - sonrió apenada la rubia.

-¡Qué va! mejor compremos otra - le entregó el paquete a su amiga.

-Tampoco me gusta éstas galletas - dijo Linzuki.

-Bueno... - murmuró la princesa entregándole el paquete a Vio - te lo regalamos

-Eeeh... ¿Gracias? - se rascó la nuca Vio.

-Gracias por su compra - interrumpió la mujer la mujer entregándole a Vio las galletas.

-Nos vemos, Vio - saludó seductora Linzuki a medida que éste se alejaba. El rubio volvió al bar donde Vaati lo esperaba con dos remos.

-Ya volví - sonrió el rubio dejando las galletas sobre la mesa.

-¡Galletas con chips de chocolate! - le brillaron los ojitos al brujo - ¡Me encantan éstas galletas! - agarró varias para ponerlas dentro del remo como si fueran cereales mientras Vio lo miraba perplejo.

-¡Vaya manera extraña de comer galletas que tienes! - comentó.

-Jejeje - rió travieso antes de comer - Hey Vio... ¿Vas a festejar tu graduación? ¿Deseas que vaya a...?

-No - interrumpió Vio seriamente.

-Pero... ¡Es tu graduación! es algo importante para ti, tú fuiste al mío y sería muy feo de mi parte que no vaya al tuyo - hizo puchero Vaati antes de seguir comiendo.

-Lo sé, pero créeme, todo lo que haré será recibir el diploma y me iré - respondió Vio removiendo su remo - no toleraré estar ni un minuto ahí, no me llevo muy bien con mis compañeros.

-Entiendo... -murmuró con la boca llena el brujo.

-No te odiaré por eso, Vaati - sonrió compasivo el rubio. En ese momento, Zelda y Linzuki llegaron a donde Vio y Vaati interrumpiendo su conversación.

-Vio, sé un poco más cuidadoso con el dinero - fingió molestia Linzuki entregándole el vuelto de las galletas al rubio.

-Uh... Gracias...

-¿Ya decidiste si festejarás la graduación? - preguntó inocente Zelda.

-Sí y ya he dicho que no puedo festejarlo - respondió el rubio.

-¿Por Qué? - se molestó la princesa.

-Ya, Zelda, si él no puede no podemos obligarlo - le defendió Linzuki con toda calma. Zelda y Linzuki comenzaron a hablar entre sí; Vio rodó sus ojos agarrando su remo. Pero en eso...

-¿Vaati? - Vio se preocupó al ver a su pareja esforzándose por respirar, su mano parecía querer agarrar su corazón - ¿Vaati? ¿¡Estás bien!? - Vio se levantó de su asiento para acercarse a su pareja - ¿¡Qué te sucede, amor!? - mas Vaati no respondía, sólo respiraba. Linzuki sintió que sus piernas le fallaban, estuvo a punto de caerse pero Zelda ayudó a sostenerla.

-¿Qué te sucede, Linzuki? - preguntó la princesa preocupada.

-No me siento muy bien - respondió la rubia, también, intentando respirar. Vaati intentó ponerse de pie pero cayó al suelo, parecía que todas sus energías se iban de su cuerpo. Vio se acercó a ayudarlo.

-Respóndeme... ¿¡Qué te sucede!? - como respuesta, la piel de Vaati comenzó a brillar, Vio abrió sus ojos de par en par e intentó cubrirlo de Zelda.

-Linzuki... - murmuró impactada Zelda; Vio dio media vuelta observando la piel de Linzuki brillar. El horror se dibujaba en el rostro de la rubia. Zelda retrocedió unos pasos sin despegar la vista en Linzuki y Vaati - Ustedes... ustedes... ¡SON BRUJOS! - gritó exaltada - ¡GUARDIAS! - llamó sin moverse de lugar.

-¡Zelda! ¡Por Favor, No! - suplicó Vio - Si los matas a ellos, tendrás que matarme a mí también - se puso de pie protegiendo a Vaati.

-¿¡TÚ ESTÁS CON ELLOS!? - se exasperó la princesa.

-Vio... no... - murmuró Linzuki debilitada.

-Sí, estoy con ellos - respondió serio el Link violáceo. Unos guardias llegaron corriendo hacia Zelda.

-¡Son Brujos! - señaló a los tres - ¡A ELLOS! - ordenó a princesa. Linzuki, con la poca fuerza que le quedaba, agarró la mano de Vaati y comenzaron a huir dejando a Vio con la princesa. Los guardias comenzaron a seguirlos. Corrieron hasta que no pudieron más, llegaron al bosque Minish tomando varios atajos para perder de vista a los guardias. En cuanto lograron esa misión se escondieron entre los arbustos y los árboles.

-¿Los perdimos? - cuestionó Vaati volviendo a respirar con normalidad.

-Sí... - respondió la chica antes de mirar a Vaati con rabia - ¡ERES UN ESTÚPIDO! - le regañó dándole una tremenda cachetada - ¡Yo Cubriéndote De Toda Sospecha Para Que Luego Te Descubran De La Manera Más Estúpida! ¡IDIOTA! - no pudo controlarse por lo que comenzó a llorar - ¿No oíste nada sobre las galletas hechizadas? - preguntó con voz quebrada.

-Lo olvidé - respondió el minish bajando la cabeza.

-¡Con Tu 'Lo Olvidé' No Nos Sacará De La Cárcel! ¡Idiota! - cubrió su cara.

-... - meneó con la cabeza antes de recordar lo recién dicho por la rubia - Oye... ¿A qué te refieres con que has estado cubriéndome?

-Te odio... te deseo todo el mal... pero no quiero que mueras - respondió entre llantos Linzuki dejando perplejo a Vaati.

-¿Quién te entiende, mujer? - frunció el entrecejo Vaati, en eso, el minish notó que su cinturón comenzó a brillar. Se asombró, levantó su cabeza mirándola.

-Tú... - sacó sus manos de su cara - solamente, tú me entiendes... - su voz sonó igualita a la de Vaati, el cabello de Linzuki se volvió violeta, sus ojos zafiros se tornaron rojos y una marca extraña color negra se dibujó en su mejilla derecha.

-Vaati... - susurró Vaati asombrado.

Notas finales:

CONTINUARÁ


Mmm... Arreglaré la notebook dijeron, la dejaré como nueva dijeron. Al final, tendré que llevarla con un técnico -_-u pero bueh, la intencion estuvo.

Jejeje, creo que ahora se entiende por qué Vaati y Linzuki se peleaban por Vio, ambos son Vaati :/; igual, el siguiente se explica el por qué hay dos de este minish. :3


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