CAPITULO 03:
Una Tarde a Tu Lado
Han pasado tres semanas, Vio seguía acercándose a los chicos de tercer año durante los recreos, admitía que la pasaba muy bien con ellos. Mejor a comparación de sus mismos compañeros de curso. Un día llegó temprano, encontró a Ghirahim sentado en la escalera.
-Hola Ghirahim – saludó el rubio dibujando su serena sonrisa.
-Hola Vio – saludó éste dándole un apretón de manos. Vio miró para ambos lados.
-¿Y Vaati?
-No puede venir, está enfermo – respondió el peli blanco – ese chico sí que se enferma muy seguido – comentó echándose para atrás.
-Típico al llegar la primavera – se encogió de hombros el rubio.
-Oye… ¿A qué hora sales hoy? – inquirió curioso Ghirahim.
-A las cuatro y media – respondió el pequeño.
-Bien… - susurró el chico de tercer año luego de unos minutos de pensar – porque hoy nos entregarán unos exámenes… y bueno… ¿Podrías llevarle el examen a su casa? – Vio asintió - Yo salgo a las siete – rodó los ojos cansinos – ¡Uh! Y encima hoy tengo con ese maldito profesor Demise – cubrió su cara con sus manos – Más vale que haya sacado una buena nota – añadió.
-Estoy seguro que sí – le dedicó una sonrisa el rubio.
-También estoy seguro… si Vaati saca un nueve entonces yo también, ambos estudiamos el mismo libro y respondimos lo mismo – comentó Ghirahim, en eso, el timbre de entrada se hizo escuchar aturdiendo a Ghirahim y a Vio – nos vemos en el recreo.
-Nos vemos – Ambos se encaminaron hacia sus respectivos salones. Ghirahim entró a su salón, en cuanto se dirigía hacia su banco, notó que a la izquierda de su amada Fi, había un lado vacío. Aprovechando que su amigo estaba ausente, se acercó a ella. Una incontrolable sonrisa comenzó a dibujarse en su pálido rostro.
-Ho-hola… - saludó nervioso, ella volteó a verlo.
-Hola… - saludó Fi seriamente.
-¿Pu-Puedo s-sentarme a tu lado? – preguntó el peli-blanco.
-Claro… - asintió la chica.
-"¡Sí!" – pensó el chico tomando asiento al lado de Fi, con la compañera que ha amado desde siempre.
… … …
… … …
"Para enamorar a una chica, hay que hacerla reír"
Pensó Ghirahim mirando para cualquier rincón de su salón, no había ni siquiera iniciado una conversación con Fi. Le dirigió una mirada rápida, ella se veía tranquila, estaba leyendo la novela "Diez Negritos" para el próximo examen de Literatura, y él se sentía incómodo.
-"Rayos… ¿De qué le puedo hablar?" – pensó dibujando una mueca aburrida. El profesor entró al salón, entregó unas fotocopias de trabajos prácticos para que los alumnos realizaran en éste mismo instante - ¿Podemos hacerlo juntos? – dibujó una sonrisa traviesa. Fi asintió.
Ghirahim y Fi realizaban los ejercicios de la fotocopia a plena calma, a diferencia de Vaati, con quien siempre terminaba discutiendo por tal resultado.
-Wow… - exclamó Fi observando la hoja por la cual, Ghira se encontraba escribiendo – eres muy prolijo – comentó.
-Gracias
-Mira… - de su cartuchera, sacó unos lápices de colores – puedes hacer esto – Fi se acercó un poco hacia su compañero a decorarle la hoja con unas líneas y unos garabatos – lástima que tenemos profesor, pero a las profesoras les encantan cuando llevan una carpeta bien adornada – le dedicó una sonrisa.
-Nnno s-sabía jeje – reía nervioso ante el ataque sorpresa de Fi. Ella se alejó, volviendo su vista hacia la fotocopia, así permaneció por unos minutos - ¿Te atascaste?
-Sí… el ejercicio número siete es difícil – comentó la chica, Ghirahim leyó dicho ejercicio, pensó hasta donde pudo, volvió a releer y pensar, sacó unas cuantas conclusiones hasta que su cerebro dijera "Basta" - ¿Lo entiendes?
-No – negó con la cabeza – Voy a preguntarle al profesor – se levantó de su asiento.
-Iré contigo – dijo Fi levantándose de su asiento también. Ambos se encaminaron hacia el escritorio donde el profesor permanecía sentado – Profesor… no entendemos el ejercicio siete – habló Fi seriamente mientras Ghirahim le entregaba su hoja, el mayor leyó dicho ejercicio.
-Por supuesto, chicos – dijo el mayor agarrando un bolígrafo y comenzando a dibujar unos garabatos en la "prolija" hoja de Ghirahim, Fi abrió sus ojitos de par en par, le dirigió una mirada a su compañero y comenzó a reir bajo – primero antes que nada deben separarlos en términos, luego suman o restan los número que tengan algo en común en ambos términos, por ejemplo, éste número tiene una x elevado a la cuatro y en el segundo término también – dibujaba unas líneas en la hoja del peli blanco – luego una vez que suman todos los números de ambos términos separan la x de los números, entonces ponen x más x a la cuatro menos x a la tres y el otro lado veintisiete
-cincuenta y siete, profe – corrigió Ghirahim.
-¿Qué?
-no da veintisiete, da cincuenta y siete – respondió, el mayor observó perplejo la hoja de su alumno pensativo.
-¡Ah! Sí, tienes razón, es cincuenta y siete – tachó y escribió dicho número – y del otro queda x a la cuatro menos tres porque juntas las x, en total, queda x a la uno… ¿entendieron? – Ghirahim y Fi asintieron – ok… - el mayor observó la hoja de su alumno por unos segundo – ehh… pásalo en una hoja más prolija – dijo entregándole la hoja a Ghirahim.
-Sí, profe – dijo a regañadientes el peli blanco. Fi cubrió su boquita mientras reía sin que su compañero la notara.
… … …
Luego de matemáticas, tuvieron Geografía la materia donde se encuentra el Profesor Demise. Entregó los exámenes ya corregido, el peli blanco agarró el examen de Vaati para así comparar las notas.
-Lo sabía – murmuró Ghirahim observando ambas hojas una vez sentado en su banco.
-¿Cuánto sacaste? – Fi apoyó su cabeza en el brazo de su compañero – Uh… sacaste tres – se alejó lentamente.
-No, no saqué tres – negó el chico mostrándole ambas hojas – mira… Vaati y yo respondimos lo mismo
-Vaati sacó nueve… - murmuró Fi perpleja.
-Y yo tres… tal como lo sospeché, el profesor Demise me odia – se cruzó de brazos – maldito viejo – masculló.
-Mejor habla con él – le aconsejó Fi – quizás pensó que has copiado a Vaati
-Me gustaría creer eso – suspiró cansino – veamos… lo tenemos ahora… y a las seis y diez… entonces… hablaré con él a la salida
-Suerte – sonrió apacible Fi.
Tocó el timbre de recreo, Ghirahim le entregó el examen de Vaati a Vio y le dibujó un mapa porque el rubio no sabía donde vivía.
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Vio salió del colegio, se encaminó hasta su casa. Luego de merendar y ponerse cómodo. Salió de su casa para encaminarse hacia la de Vaati siguiendo el "mapa" que Ghirahim le dibujó. Golpeó la puerta una vez que llegó, Vaati lo había atendido con asombro.
-¿Vio?
-¡Hola! – sonrió el rubio mientras estrechaba su mano para saludarlo - ¿Cómo te sientes?
-Bien… solo me duele la garganta – respondió sobándose el cuello – pasa – le brindó su casa, Vio miró a su alrededor, era una casa muy bonita y espaciosa, parecía ser demasiada casa para un solo hylian - ¿Qué te trae por aquí, pequeño? – cuestionó mientras le servía agua en un vaso. Vio le entregó su examen - ¡Genial! Saqué nueve – sonrió satisfecho antes de dirigirle la mirada al rubio - ¿Tienes idea de cuánto sacó Ghira?
-Tres – respondió Vio, Vaati permaneció mirándolo por unos segundos.
-Entonces… el profesor lo odia… - concluyó el peli violeta seriamente antes de lanzar una pequeña risa – pero conociendo a Ghira… estoy seguro de que hablará con él – suspiró tomando asiento. El silencio comenzó a reinar provocando sentirle incomodidad al rubio.
-Bueno… me voy llendo…
-¡No! – sobresaltó el oji rubí – quédate un ratito más, please – suplicó haciendo puchero.
-Como tú digas - tomó asiento en el sofá al lado de su amigo.
-¿Quieres té, chocolate caliente, café, capuccino?
-No, gracias, ya he merendado – negó con la cabeza – Por cierto… ¿Puedo pasar al baño?
-Sí, claro – mientras Vaati se encaminaba hacia la cocina le señaló la puerta donde estaría el baño – Por ahí – Vio no alcanzó ver a qué puerta se refería el oji rubí, el rubio se levantó de su asiento e intentó encontrar el baño al azar. Había unas tres puertas, siguiendo su instinto, abrió la segunda puerta – ¡Hey Vio! – llamó Vaati volviendo de la cocina - ¿Seguro que no te apetece comer unas…? – levantó la vista para mirar al rubio y quedó petrificado, Vio abrió una puerta equivocada, una puerta donde conducía una habitación oscura, una estrellas encerrada en un círculo dibujado en el suelo, unas velas encendidas y una enorme olla con un líquido espeso de color magenta, libros sobre los estantes que hablaban de magias negra y pociones. Vio permaneció perplejo al ver aquella habitación.
-Vaati… ¿Qué es esto? – preguntó clavando sus ojos zafiros sobre los rubíes de su amigo, quien había entrado en shock y no se le ocurría las palabras para salir.