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La Voz de mi Silencio por Anako chan

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Notas del capitulo:

¡Alerta! Unos pocos diálogos en inglés. No soy muy necesarios de entender, sólo están como parte de una escena. Cualquier cosa, google translator es tu amigo XD.

Disclaimer: Gravitation es obra y gracia de Maki Murakami y hay que alabarla y adorarla por ello.

La voz de mi silencio

Capítulo V

Rumores

En la casa de la familia Shindou, todo era paz y tranquilidad. Papá había salido a trabajar. Mamá estaba haciendo las compras y Maiko en clases. Shuichi dormitaba en su recámara, y mantenía aplastada la mitad del cuerpo de su mejor amigo, quien también dormía.

Era una hermosa mañana, las aves canturreaban y el viento primaveral rozaba las hojas de los árboles. Shu oyó a lo lejos unos cristales romperse y algo pesado caer, pero todo era muy lejano. O así lo sentía. No le importó e intentó regresar a su sueño en blanco.

— GOOOOOOOOOOD MOOOOOORRRRRNING SHUUUUUUIIIIIIIIIICHIIIIIIII I!

Oh no, esa voz siempre viene acompañada de-

BROOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMM MMMMMM
Fueron los cristales de la ventana que salieron volando, y la habitación quedó envuelta en llamas, dando paso a un sujeto armado de larga cabellera rubia. Vio a sus víctimas con una sonrisa en la cara: el pelirrojo se había protegido de los daños con una cobija y el pelirrosa estaba totalmente calcinado en el piso.

— ¡Por Dios K-san, ¿qué hace aquí?! –le gritó Hiro apagando el fuego con la "poderosa" cobija— ¿No recuerda que Shuichi necesita descansar?

Of course, Nakano! —sonrió el extranjero, sacudiendo a un parcialmente desmayado Shu— Pero he venido a buscar a mi representado para llevarlo a una cita médica.

Shuichi se compuso y se sentó en el suelo, apoyando su cabeza en el regazo de su mejor amigo, que se sentaba en la cama. K continuó hablándoles, guardando sus armas y transmitiéndoles calma.

— Han pasado semanas desde la última vez que escuché la voz de my star. He conseguido el mejor doctor para que cure tus cuerdas vocales, Isn't it great?!

— K-san… yo…

Shut up! ¡Hay que vestirse! –dijo el mánager abriendo el armario y sacando varias mudas de ropa para lanzárselas al muchacho— There you go! Pick and get ready!

Nakano quiso animar más a su amigo y, sonriendo, le dio un empujoncito.

— Vamos Shu, hay que averiguar si es cierto lo que dice K-san.

Asintió con desgano y se llevó la ropa al baño para cambiarse. Ya poco le importaba recobrar su voz. Además, estaba mejor mudo, ya no metería la pata gracias a sus ridículos impulsos. Mientras se ponía una franelilla verde oscura y unos pantalones negros hasta las rodillas, vio su rostro en el espejo: se veía tan mal y tan sombrío. Su pelo, otra vez de un tono rosa-lila, necesitaba un retoque. Pensaba teñírselo de algún otro color alegre y deshacerse del rosa, cada vez que llevaba ese color le caían las plagas de Egipto. Añoraba su cabello oscuro y natural, probablemente terminaba tiñéndoselo a castaño oscuro nuevamente. Lavó su rostro y se autoregaló una sonrisa para irse con Hiroshi y su manager a la consulta con el médico.


El silencio que reinaba en la casa era tan denso que la presión le ensordecía. Ese generador de escándalo y alegría que vivía con él tenía semanas ausente. Ya no le alborotaban las mañanas con algún berrinche estúpido, no le lamían la oreja antes de marcharse a trabajar, no tenía a quién cocinarle, no estaba a quien le hacía el amor; no había ni rastro de su Shu. La única evidencia de su pareja era la "Purikura" que había pegado felizmente a escondidas en el marco de su portátil. Observó la pegatina, sentado en su escritorio, y la acarició. Esa caricia se transformó en ira, y de un manotazo arrojó todo lo que estaba delante de él al suelo: manuscritos, periódicos, tazas, incluyendo el escritorio y la silla, y cayó de rodillas al suelo.

— Maldita sea… ¡no puedo cuidar nada!

Sintió pena por sí mismo y se puso de pie para ir a su refrigerador a buscar cervezas o alguna otra bebida espirituosa que anestesiara su conciencia un rato. Dio con unos pastelillos de fresa que Touma le había llevado días atrás y se acomodó en su mullido sofá a ver TV para llenar su mente con estupideces ajenas.

— Programas sin sentido y shows de gente imbécil gritando y riendo como tarados —bufó una hora después de pasar canal por canal sin encontrar nada útil— Por eso detesto tanto Japón.

Se levantó y fue de nuevo a la cocina a seguirse rellenando de alcohol y dulces, mientras escuchaba en el odioso aparato un noticiero de farándula.

— "…además de que con su nuevo single, 'Over', Ayumi Hamasaki sigue estando en la lista de los top 100, pero es probable que para la siguiente semana ya no esté en los charts! Y en otro ámbito musical, son fuertes los rumores que acechan al grupo techno Bad Luck— informaba una de las presentadoras del programa. El escritor cerró de golpe la nevera y en la sala su pantalla reproducía partes de algún concierto Shuichi y los otros— Así es, como es sabido, actualmente el grupo Bad Luck se encuentra en receso por un misterioso accidente ocurrido con su vocalista, Shuichi Shindou. A través de comentarios anónimos publicados en los sitios web oficiales y no oficiales del grupo, y llamadas hechas a varios noticieros, alguien asevera tener pruebas y detalles sobre el incidente que tiene a Bad Luck fuera de los escenarios, afirmando que no se trató de ningún accidente, como anunció su representante hace varias semanas. El personal de NG Records no se ha pronunciado al respecto, pero de lo que estamos seguros es que estos rumores están generando una nueva polémica para esta banda y sobre todo, para su líder."

El rubio apagó el aparato y alcanzó su teléfono, llamando Touma en el acto. Debía hacerse cargo y averiguar qué era lo que estaba pasando y quiénes eran esos anónimos.


Hiro, Shuichi y su mánager K salieron del hospital con la moral en alta: el doctor les había dicho que, aunque pocas, las probabilidades de restaurar las cuerdas vocales del cantante eran tangibles. Un tratamiento estricto de 6 a 10 meses compuesto de varios medicamentos, cero estrés, terapias de modulación y dieta eran los primeros pasos a seguir y si todo iba bien, recuperaría su voz. De lo contrario, la última opción era una cirugía que podría afectar su tono de voz permanentemente. Con toda esta información asimilada, Shuichi, algo nervioso, se encaminó con los otros dos a una droguería para comprar lo necesario para iniciar el tratamiento.

El americano caminaba mirando hacia atrás constantemente, quizás evadiendo que alguien los reconociera. Se quedó afuera mientras los chicos de la banda entraban en la droguería.

Mientras recogían las medicinas, el cantante visualizó a dos sujetos, ambos con apariencia extranjera, y una pinta muy sospechosa: estaban vestidos con trajes negros, corbata, y gafas oscuras. Reprimió una risilla al pensar que se parecían a los tipos de Men in Black. Luego se distrajo viendo productos en los estantes, cuando alguien le habló prácticamente al oído.

— Disculpe joven, ¿me podría decir a dónde se ha ido el señor Claude Winchester?

A pesar de que le había hablado en japonés, Shuichi vio a su interlocutor como si no entendiese su idioma. Era uno de los tipos raros, un rubio de no muy alta estatura. Iba a contestar pero su débil voz le permitió tan sólo un suspiro.

— Nosotros no conocemos a ningún señor Winchester— dijo Hiro apareciendo con los medicamentos.

— ¿Están seguros?

Shoot them out the info! –gritó desde la puerta el otro tipo, alto, pelinegro y con ojos claros. Parecía tener vigilada la entrada al recinto – Of course they're hiding him!

— Por favor, muchachos, no se resistan y dígannos donde está, hemos venido de parte de su esposa— bufó el rubio, buscando algo dentro de su saco— ¡No lo oculten que igualmente lo encontraremos!

Hiro se fastidió por la actitud hostil y extraña de aquellos individuos y decidió ignorarlos, pagar y salir de la farmacia. El moreno se los impidió

WHERE IS CLAUDE?

We don't know any Claude! —gritó Hiro en un perfecto inglés, sin soltar a Shuichi y buscando cómo embestir al guarura.

— ¡Es el tipo rubio que estaba con ustedes! ¡No quería recurrir a la violencia pero no nos queda opción!

Shuichi sólo entendía Claude, Claude y más Claude. No entendía ni una palabra del tipo que hablaba en inglés pero era obvio que buscaban a un tal Claude y estaban seguros de que ellos tenían relación con aquel desconocido. Inmediatamente pensó en K, pero no se llamaba Claude, se llamaba… ¿K? Jamás se le ocurrió preguntarle su nombre real. Los tipos los emboscaron y los cajeros de la farmacia se escondieron en el interior de la misma al ver las armas de fuego apuntando a los artistas.

You stupid brats! Stop hiding that moron of Claude! —les gritó el pelinegro, zarandeándolos— WHERE IS HE?! If we don't find him because of you-

Stop it Ark! It's pointless!

Oh, yes! Very pointless! —escucharon una voz conocida en la puerta del lugar— Los envió Judy, ¿no es así?

Shuichi, con lagrimillas de terror en los ojos, encontró a K, armado con una bazuca gigante. Hiro empujó al pelinegro y se dirigió a su manager.

— K-san, ¿tú conoces a estos tipos?

— "Kei san" they said? Is that how they call you? Come right now with us, or-

Or what? ¡Intenten obligarme, guarda espaldas de segunda!

El americano rió poniendo en funcionamiento su bazuca al tiempo que los chicos de Bad Luck salían disparados de la farmacia, y luego los acompañó.

— ¡¿Qué rayos es todo esto?!

K lo ignoró y corrió al auto con ellos para resguardarse y huir.

— Nakano, te toca conducir —le dio las llaves— Yo tengo que deshacerme de estos insulsos.

Hiro, sin hacer preguntas, se puso al volante, Shuichi atrás y K como copiloto, armándose con una ametralladora y sacando casi todo su cuerpo por la ventanilla.

Speed up, Nakano!

— ¿Quiénes son ellos, K-san? ¿Por qué le confunden con otra persona?— gritaba Hiro mientras aceleraba a toda marcha. El americano no contestó, estaba muy ocupado disparando su arma hacia un jeep descapotado que los perseguía y también les disparaba. Era todo un genio evadiendo los impactos de bala, sin embargo, Hiro gritó y el auto se detuvo en seco, patinando sobre la vía.

K entró al auto y se encontró al guitarrista con los cabellos desparramados en el rostro, y a Shuichi encogido en su asiento.

— ¡¿ESA MUJER ESTÁ LOCA?! ¡¿Cómo puede atravesarse en la carretera de esa forma tan peligrosa?!

— ¿Qué mujer? What the…— Al mirar hacia delante estaba la mujer que se había enfrentado al vehículo y su piel, pálida de por sí, perdió todo el color que le quedaba.

How mean, Claude— lloraba la mujer, mirándolo desde su lugar— You won't listen to Ark! You won't listen to me!

El rubio dejó sus armas y corrió hacia la mujer. Hiro no comprendía nada, ¿por qué K salió a abrazarla? Volteó a ver a su mejor amigo, quien estaba mirando muy interesado a la dama.

Yo la he visto— pensó el pelirrosa con emoción— Ella es… es…

El panorama fuera del auto era confuso e ilógico. Hiroshi trataba de pensar y unir piezas pero no logró nada. Todo lo que tuviera relación con K era absurdo, siempre.

Oh Judy, please don't cry! —decía el manager a esa extraña mujer— You know I hate that fool of Ark.

Mrs. Winchester, we're sorry! —se disculpaba corriendo hacia ellos el hombre de cabello negro, pasando de K como si no existiera.

— ¡Exijo una explicación ya mismo, K-san! —gritó Hiro saliendo del auto— Atentados, destrucción de farmacias, una mujer suicida y ¿por qué mierdas te están llamando Claude? ¿Recuerdas que Shuichi está delicado?

— Ju…dy… Win… chester… —susurró Shuichi mientras la miraba embelesado.

— ¿Eh? ¿Sabes quién es?

— Por supuesto que debe saberlo, ¡es una actriz de Hollywood de renombre! —gritó el hombre al que llamaban Ark. K se separó de la actriz por unos milímetros para hablarles a sus chicos pero sintió algo frío en su sien.

Don't you dare to move, Claude.

— Eh... esta mujer... es mi esposa, muchachos... —confesó el americano poniendo las manos en alto y esbozando una sonrisa de resignación, y dejando a los otros dos en shock.

— ¿TU ESPOSA?

— Judy… Winchester… Claude… Winchester…—susurraba Shuichi— es lógico...

Hiro negaba con la cabeza, agarró por el brazo a Shuichi y se metieron en el auto.

— Cuando arregles las cosas con tu mujer, avísenos K-san, no podemos ponernos en riesgo de nuevo por algo así.

K asintió y se marchó con la mujer y los dos guardias los siguieron.

Los amigos se metieron en el auto de la compañía, Hiro le revolvió el pelo a Shuichi y puso el auto en marcha.

— Ah, Shuichi, lamento que tengas que pasar por estas cosas tan inoportunas. ¿Quieres pasear un rato?

Shuichi asintió y encendió el estéreo, pasando las estaciones buscando escuchar algo que lo animara, hasta dar con una vieja canción de Nittle Grasper. Dejó la estación un largo rato mientras paseaban y anunciaron un avance informativo general.

—… y en breves momentos les traeremos el noticiero vespertino, que el día de hoy está lleno de polémicas. Vamos con los titulares— escuchó la voz del locutor— En nacionales, el Ministerio de la Defensa ha emitido una alerta acerca de aviones militares rusos sobrevolando sin permiso el espacio aéreo del norte de Hokkaido. En sucesos, los hikikimori son acusados como personas violentas y altamente peligrosas por una gran parte de la población, debido a la reciente ola de violencia de jóvenes con comportamientos similares. En deportes, no cesan las discusiones entre Japón y Corea sobre la próxima Copa del Mundo que compartirán ambas naciones y se dice que el Emperador no se presentará en la inauguración que se llevará a cabo en Seúl, capital del vecino país. En farándula, los rumores no sueltan al grupo Bad Luck, ya que a varios medios de comunicación han llamado y escrito para informar que tienen material fotográfico que comprueban que su vocalista, Shuichi Shindou no tuvo ningún accidente y su estado se debe a otros hechos. Todo esto y más noticias en nuestro noticiero vespertino, ¡no dejen de sintonizarnos!

Hiro apagó el estéreo y miró raudamente a Shuichi, quien permanecía consternado e inmóvil en su asiento, con las manos en la cara.

— No… no… tienen… las… fotos… no…

Shuichi tenía ahora los ojos desorbitados y Hiro tuvo que detener el auto para calmarlo, pero no lo logró, ya que el muchacho comenzó a hiperventilar y a sudar frío, para luego quedar paralizado con los ojos abiertos. Hiro comenzó a zarandearlo pero no logró nada, estaba petrificado totalmente.

— ¡Shuichi! ¡¿SHUICHI QUÉ TE PASA?! ¡SHUICHI!


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