Llevaban haciendo ese estúpido ritual hace dos meses, no sabía que tanto era lo que le molestaba al otro que no podían mostrar su amor al mundo, pero allí estaba esperandolo en medio de su habitación, a las cuatro de la mañana.
Tres golpeteos en su puerta y allí cochaban sus labios de manera desesperada, se necesitaban más que a nada en el mundo y el hecho de pasar casi todo el día juntos no les ayudaba mucho más. Sabían que algún día se lo deberían contar por útimo a sus amigos, al resto del grupo de SHINee, pero no podían el menor tenía un miedo atroz de lo que pensaría su querido hijo. Le había dicho que hasta lo podrían pervertir besandose de aquella manera y lo único que quería mantener intacto era la mente dulce y tierna de Taemin, el maknae del grupo.
- Jjongie~- Gimió el menor, mientras el moreno se deshacía de la polera que traía la diva en esos momentos.
Suaves besos que encendían a los amantes sobre aquella enorme cama blanca que habían comprado con la maldita escusa de que el moreno sufría de dolores de espalda. Aquél mueble y aquella habitación habían sido testigos de todos y cada uno de los momentos más intimos que habían tenido ellos. Desde la vez que en medio de la tarde de un día de primavera el moreno le había pedido ayuda a la diva, en algo sin importancia.
FLash Back
- Key… ¿Me puedes ayudar a ordenar algunas cosas por favor? – Había preguntado con claro nerviosismo mientras evitaba mirar al resto de los integrantes.
La diva, solo para aprovechar un momento a solas con el príncipe de sus sueños había accedido, caminando a la habitación del mayor.
Una cama en medio de la habitación completamente blanca y la puerta entreabierta le habían dado ánimo al moreno de declarar sus sentimientos.
- Kibum… – Había comenzado relatando el nombre real del menor, y este anticipando el momento se había puesto nervioso mientras evitaba mirar los ojos del mayor, mucha verguenza le daba.
- Si… – Susurró dando pie a que continuara con aquella confesion.
- Tu me gustas – Susurró casi arripintiendose de hablar pronunciado aquello tan bajo y estando tan nervioso junto a alguien que siempre había hecho estragos en su mente.
- Jjongie- Susurró el menor, sin saber que responder.
EL moreno pensando que sería rechazado había querido probar la última táctica que se le ocurría en su mente y lentamente se acercó al menor tocando la delicada cintura y chocando sus frentes pidiendo suavemente permiso de tomar aquellos labios, que segundos después se encontraba saboreando con pasión y lentitud. Como si fuera la última vez lo besó lentamente y de manera acompasada saboreando los labios delicados del menor mientras comenzaba a jugetear con la lengua del menor profundizado aquello hasta que se habían quedado sin oxígeno en el cuerpo.
- Yo te amo Jjongie – Confesó el menor abrazando al mayor corriendo su mirada del mayor, para que no viera como su cara se encontraba totalmente pintada de rojo.
- Yo a ti Key – Susurró en el oído del menor volviendo a tomar prisioneros aquellos delgados y apetitosos labios sabor a frambuesa.
El problema fue ese instante, cuando el menor del grupo llamaba a su omma desesperadamente.
- ¡Aquí estoy! – Dijo respondiendo al menor y separando su cuerpo del mayor como si fuera algo diferente y antes que el cachorro pudiese alegar le susurró – Más tarde continuamos -
Fin del FLash Back
Y ahora completamente desnudos con la luna de testigo volvían a besarse con vehemencia, volvian a susurrar cariñosas frases con la desesperación del menor de sentir a Jonghyun en su interior, gemir su nombre y sentir como toda la esencia del moreno se esparcía en su interior. Y luego de descanzar en los brazos de su principe, a las ocho se levantaba volvía a utilizar su pijama lo despertaba y le volvía a besar diciendo lo mucho que lo amaba saliendo de la habitación.
Dejando aquellos sentimientos encerrados en la habitación, completamente a escondidas.