-Huang ZiTao.- la voz del profesor lo saca de su ensoñación.
Había veces en que su mente viajaba a millones de kilómetros de ahí. Vivir en una casa cerca de la playa. Fotografiar cualquier cosa. Revelar los rollos fotográficos que tiene debajo de la cama. Sentirse bien consigo mismo.
Levanta la mano tímidamente. No es sociable. Ser extranjero en un país tan diferente del que provienes no ayuda en conseguir amigos. Si tan solo no tuviera cara de matón, podría caber la posibilidad de tener uno. Para su buena suerte, su pronunciación del inglés es malísima y ni hablar del francés. Las burlas de ser chino, arrasan con más que su orgullo de ser oriental. Que les den.
-Muy bien clase, pueden irse. No olviden los deberes.- el profesor les recuerda sutilmente.- ZiTao, ¿puedes quedarte un minuto? Será breve.
Echa un vistazo a su reloj de pulsera. Tiene pocos minutos de sobra. Al menos los golpes de la pandilla del imbécil de John van a retrasarse. Sería bueno que al salir, no le viera la cara, piensa el chico. Últimamente ha gastado sus ahorros en maquillaje para evitar la preocupación de su madre. Los golpes son duros y fríos. Sabiendo wushu, debe mantener la beca completa, lo que implica evitar problemas.
Conclusión: No poner a un par de imbéciles en su lugar.
-¿Has tomado en cuenta el pedir ayuda para que mejore tu inglés? Sé que esto no tiene nada que ver con tu rendimiento como alumno, puesto que eres un destacado estudiante. Pero creo que sería bueno y te ayudaría a integrarte y convivir con tus compañeros.- termina el profesor, con la sonrisa bonachona.
Intenta entender todo, pero algunas frases se escapan y no las capta con exactitud.
-Mamá…Mamá tiene un amigo, está ayudándome él.- dice un poco espantado de que note su mentira.
El profesor ahoga una risilla y luego continua.-Bueno, hay que aceptar que estas mejorando. Por favor sigue esforzándote. De cualquier forma, mi sobrino puede ayudarte, él tiene las tardes libres. Deberías llamarle. Aquí tienes su número. Si tienes un problema, no dudes en consultarme. Puedes irte.- le tiende el papel. Tao lo toma y lo guarda en su bolsillo trasero.
-Gracias.- hace una inclinación de cabeza y se retira del salón.
Por supuesto que no va a llamarle. No ahora. Los pasillos están desiertos. Camina tranquilamente hacia la salida. Por el rabillo del ojo ve al imbécil de John correr hacia él.
Oh joder, ese fuckin’ idiot, piensa horrorizado. No le da tiempo para pensar cuando corre y sale del instituto. La cafetería de sus padres no estaba lejos. Tiene que recorrer 3 cuadras. Voltea, ve los gestos enojados de John. Si lo atrapa va a ser imposible esconder los cardenales. Joder Tao, piensa. Voltea una vez más pero John deja de estar a sus espaldas. Al doblar en la esquina estampa con un chico. Cae de culo y cierra los ojos. No quiere ver como John arremete contra él.
-¡Fíjate donde llevas los malditos pies!
Conoce esa voz.
-¡Woah, Tao! Iba a darte un par de puños. ¿Qué demonios haces corriendo de esa manera?
Abre un ojo. Da gracias. Frente a él se encuentra un JongDae despreocupado y sonriendo, que habla de nuevo al no obtener respuesta.
-¡Uff! Debí imaginarlo. John te perseguía. Muy bien, vayamos juntos al trabajo. Me debes una, salve tu trasero.- JongDae extiende su mano, ayudando a un aliviado Tao.
-Gracias, ge. Qué buena coincidencia.
JongDae ríe, siguen el camino directo a la cafetería.
JongDae llegó un día nublado con lluvia en sus ojos. Su padre había fallecido y quien lo esperaba en “casa”, era una madrastra que no le quería. JongDae nunca pidió el empleo, más bien una taza de café de nuez, pero su madre convenció a su padre que le diera una oportunidad. En aquel tiempo, los padres de Tao comenzaban con la cafetería, así que las vacantes estaban ocupadas. JongDae fue hermano mayor de Tao por un tiempo, no, sigue siéndolo, vivió con él por algunos meses. Luego, JongDae extendió las alas, y se mudó a un departamento cerca de su instituto.
Ahora, JongDae es importante para Tao. El hermano mayor que siempre le va a tender la mano, sin importar si ambos se hunden.
.-.-.LIVE IS THE MOST IMPORTANT.-.-.
Tao guarda su uniforme en el casillero. JongDae ha terminado de cambiarse y sale de la habitación. Pone el delantal sobre su cintura. Quita los aros y borra el delineador matutino. Retoca el maquillaje en sus pómulos, los cardenales que ahora son fantasmas de un morado débil.
-¡Tao, apúrate, hay mucha gente!- su madre grita.
Desde que tuvo edad suficiente para sostener una charola y que el juego de té o la taza con café espumoso estuvieran estables sobre su palma de la mano, comenzó a trabajar medio tiempo en la cafetería de sus padres. No ganaba una gran cantidad, pero era su esfuerzo. Pudo conseguir una cámara y dos rollos por semana. Algunos objetos de osos pandas. Un ahorro escondido entre los resortes del colchón para una casa cerca de la playa.
Oh sí. Sigue siendo libre soñar.
Toma la libreta y un lapicero. De panda por supuesto. Le agrada trabajar ahí. Interactúa con gente diferente, y normal también, cada vez que toma una orden. Sale de los vestidores. La cafetería está llena, no es un día especial marcado en el calendario, pero le agradan estos días.
-Un bubble tea a la orden.
.-.-.-.-.- I’M DREAMING.-.-.-.-.-
Cansado, se acomoda a un lado de JongDae, quien mira el reloj sin pestañear.
-Los martes sabes que a veces no viene. No sé cómo manejan los horarios en ese instituto privado, así que pestañea y termina de lavar los trastes. Ya es casi hora de cerrar.- Tao trata de animarle, JongDae le dedica una media sonrisa.
-Si no viene hoy, seguro mañana vendrá. Realmente quería verlo.- JongDae hace un puchero.
Sonríe y aprieta su hombro- Anímate. ¿Cuándo rayos caíste así de enamorado?
La campanilla que anuncia un cliente suena. Ambos voltean, faltan 15 minutos para que cierren la cafetería.
-¿Van a cerrar pronto? Solo quiero un cappuccino.- el chico pregunta, los mofletes le hacen ver realmente lindo.
Tao mira a su amigo, su mirada dice implícitamente: atiéndelo, yo me encargo de los trastes.
-Enseguida. Por favor, siéntase como en casa.
Ley de la cafetería EXO: “No importa si es hora de cerrar, hasta que el ultimo cliente este satisfecho, la Cafetería EXO abandona labores.”
Tao sirve el cappuccino. Le da la charola a JongDae, susurrándole que atienda bien a su chico. Su amigo le da una colleja, colorado.
-.-.-.-. NOTHING.-.-.-.-
Cierran la cafetería. Caminan ante la mirada de la luna. Un cielo hermoso.
-¿Un partido de basquetbol nocturno?- JongDae pregunta, Tao asiente.
-La última vez ganaste. Hoy es mi momento.
Juegan un partido. Tao gana. Luego, JongDae regresa a casa y Tao decide que es mejor seguir anotando canastas.
-.-.-.-.-. WELCOME .-.-.-.-
-K-Kris, ¿podemos hablar?- la voz chillona de esa chica, ahora es suave y sus mejillas teñidas de un sonrojo.
-Haz pedazos su corazón.- Lay susurra en su oído. Su comentario lo molesta, mas no hace nada.
-Adelántense, los veré en el estacionamiento.- Kai, Lay y SeHun desaparecen.
Kris borra los pasos que lo separan de la chica. Asiente, duda si la chica dirá palabra alguna.
-Kris…Me gustas, ¿hay alguna oportunidad de salir…j-juntos?
Odia esta parte. Es un chico de buen ver, carece de novia. No es que no le interese, todas son bellas, pero no responde ante sus encantos.
-Lo siento. Tengo una persona especial, podemos ser amigos.- sonríe, sintiéndose basura por mentirle a esa pobre chica.
La chica asiente. Regresa, llorando, por los angostos pasillos.
Sabe que mañana al entrar, las chicas hablaran de que ha rechazado a otra chica. Teniendo envidia de una persona que no existe. Que no conoce, y quiere hacerlo.
Dirige sus pasos al estacionamiento. Lay, Kai y LuHan le esperan.
-Otra más. Eres imparable. Tan linda.
-¿Por qué no lo has intentado tú? Quizá, ella se hubiese apiadado de ti.- Kris le dice, que molesto.
Lay se calla y luego comienza riendo a carcajadas.
-No era mi tipo.
Kai le golpea la cabeza.
-Vamos, no es tu maldito asunto.
-¡Carajo Kai! ¿Tanta maldita falta te hace que KyungSoo? ¡Supéralo!
Oh no.
Kai ve puntos rojos. Va a matarlo, coño, va a hacerlo. Será un maldito placer. Su punto bajo.
-¡Vete a la mierda, imbécil! ¿Tienes que ser tan mordaz para llamar la atención?
Kai se pone el casco negro, con un grabado en coreano. JongIn-KyungSoo. No sin antes doblarle la cabeza a Lay de un bonito puñetazo en la mejilla. ¿Por qué KyungSoo aún seguía afectándole de esa manera?
SeHun mira desaprobatoriamente a Lay.
KyungSoo se marchó hace poco, no dijo nada. Kai la está pasando mal. Las ojeras y los ojos rojos lo delatan. Y cuando fuma un cigarrillo cada dos segundos. Literal. SeHun a veces se sienta con él, pero Kai no es el mismo.
-Deja de ser un imbécil. Vas a quedarte solo.- SeHun regaña a Lay.
-Lo sé, desde que nací.
Kris interviene.- Vas a disculparte luego.
Encienden sus motos. De camino a casa, compran cigarrillos y alcohol barato.
“Linda noche, KyungSoo”
Kris piensa. Teniendo en mente pasar a ver a Kai más tarde.
-.-.-.-. I BELIEVE IN YOU.-.-.-
Lay duerme con una bolsa de patatas en las manos. SeHun revisa algo, no sabe con exactitud. Sale de su departamento. Arrastra los pies por el pavimento. Es verano, y prefiere que sea invierno. Esconde sus manos en sus bolsillos, no sin antes encender un cigarro.
Camina varias cuadras. Se da cuenta de cosas que no se ha imaginado todavía, como lo silenciosa y tranquila que es la ciudad de Canadá por las noches. No sabía del parque rodeado de árboles.
Lástima que no trae un balón de basquetbol. Solía ser el líder en la secundaria. La figura delgada parece una luz bailando.
Va hacia la cancha. Las farolas iluminan la pequeña cancha, rodeada de protección, haciendo el partido más interesante. Se queda fuera, hay un chico jugando. Mueve el balón muy bien.
Cuando Kris logra enfocar la cara del chico, oh Dios, vuela. Los ojos, sin duda es oriental, delineados en perfecta línea recta. Los aros que adornan las orejas, lucen un aspecto interesante. La camisa sin mangas deja ver unos brazos fuertes pero no musculosos. El tinte rojo está a punto de desaparecer. Kris piensa que se trata de un pandillero. Luego, se da cuenta que el chico está solo y cambia de opinión cuando el chico hace un puchero, el balón ha ido a parar dónde Kris se encuentra observando.
Que chico tan mas lindo.
Kris tiene que agarrarse de la reja. Es intenso lo que siente. Cuando escucho el primer rap que marco su línea de escuchar música, no puede compararse. Se encierra y no se da cuenta que ese chico ha desaparecido. Quizá y pensó que quería problemas.
-Voy a encontrarte.