CAPITULO UNO “BIENVENIDOS A LA MANSION ARROW”
La mansión Arrow era un lugar imponente en el pequeño condado de Howly Hill, pero constantemente alquilado y desocupado.
Quizás el hecho de que este tan antigua sea una desventaja pero a Roger McVey no pareció importarle; un excelente precio para tan amplio espacio y amueblado suficientemente acogedor para él y sus cinco muchachos.
Si… era el lugar perfecto… de no ser por los constantes rumores sobre fantasmas en ese lugar… cosa en la que se consideraba, escéptico.
Papa... dile a Gregor que me devuelva mi chocolate-
¡Tío, el me lo quitó! ¡Devuélvemelo!- el pequeño de solo cinco años se peleaba con su primo dos años mayor que el por un pedazo de chocolate, sin que se percataran una mano les quitó el preciado alimento:
¡Austin!-
Cállense que tengo hambre- un joven un poco rechoncho de cabellos rojizos y tez pálida les quitó el chocolate al tiempo que lo engullía, los lloriqueos de los más chicos no se hicieron esperar.
¡Papa!-
¡Tío!-
En un momento voy, niños auch…- dejo la maleta en el suelo y se enderezaba con lentitud para sobar su espalda, a pesar de solo tener cuarenta recién cumplidos la lesión lumbar que sufría desde hacía años le imposibilitaba hacer algunas actividades; alguien lo reprendió:
Tío, no deberías cargar con estas cosas- regañó un alto joven de cabello rubio y ojos grises, su cuerpo era una escultura andante a pesar de solo tener 17 años; sin duda todo un semental.
Ya, no me regañes, Connor-
La lagartija de mi primo debería ayudar también-
Alex seguro sigue dormido, deja ir a des…-
Pero no hizo falta, pues el joven salió de la camioneta con una maleta y una mochila mirando con reproche hacia su primo.
No me digas lagartija, pedazo de esteroide andante-
Jum… ¿estás seguro que fue un insulto?- despeinó los cabellos pelirrojos del chico y le quitó la maleta de las manos- Anda, trae lo demás- para luego adentrarse en la gran mansión.
Alex, sabes que es un juego- consoló su padre al ver que seguía con su mal humor, el joven negó con la cabeza restándole importancia al asunto:
Me consuela saber que su coeficiente intelectual es igual al de una rata-
Alex-
Ya, ya… llevaré otra maleta- regresó dando dos saltos al vehículo y girar en el segundo- Hey papa… gracias- Roger asintió con una sonrisa; quizás este cambio les ayude a superar su pena un poco.
Uff… ahí vamos de nuevo…- sin que nadie pudiera percatarse de su presencia, un joven de cabello negro cual noche y ojos verdes hipnotizantes observaba desde un vitral como los nuevos “inquilinos” se preparaban para habitar la mansión…corrección… su mansión.
Veamos cuanto pueden durar…- y se marchó, dando una estruendosa carcajada y desaparecer tras cruzar un muro.
Apenas entró a la mansión y quedó maravillado, cada pared, cada detalle, a pesar de lo vieja que se veía por fuera, por dentro se notaba bien conservada, los muebles antiguos hechos de madera de caoba relucían en todo su esplendor, la gran alfombra guinda que no encontraba ni principio ni fin en el amplio salón construido de forma oblicua casi tirando al estilo gótico por los vitrales colocados a manera de ventanas, daba un aire de cuento de hadas del siglo XVIII, si quizás esa era la definición correcta.
¿Cómo este lugar tan hermoso puede encontrarse a tan bajo precio?- se preguntó en voz baja, recordaba como su padre había llegado un día al departamento con esa oferta, que un amigo encontró por internet, a pesar de que tanto él como Connor habían tratado de convencerlo de que quizás era una trampa, las autoridades respondieron que era totalmente verídico, sin embargo al preguntar el porqué les dieron una razón… bastante absurda:
Hay rumores de fantasmas en ese lugar, se que suena absurdo en pleno siglo XXI pero ya han sido muchas personas que han sido echadas por el fantasma que ahí habita…-
Su padre, convencido de que era una tonta leyenda debido a que la casa dotaba desde el siglo XV o antes, las supersticiones hacían que la gente imaginara todo eso, y sin mayor inconveniente realizó el enganche y al mes siguiente, estaban instalándose.
¿Te vas a quedar parado ahí todo el día o vas a venir?- le llamó la “masa de esteroides andante” como solía llamarle desde el inicio de las escaleras; Alex sonrió corriendo hacia él.
Bueno… una, dos, tres…- contaron al unísono; en el camino habían logrado sacarle a Roger con cuantos cuartos contaba la dichosa mansión, al escuchar diez o quince, inmediatamente idearon un juego que consistía en escoger el mejor cuarto de la mansión y que si el contrario lo admitía, realizar las labores domésticas que le correspondía una semana.
Corrieron en direcciones opuestas metiéndose entre algunos corredores, Alex batallaba un poco maniobrando con su mochila de explorador y la maleta, abría una puerta y la cerraba, algunas no eran habitaciones sino armarios y si veía una no le parecía lo suficientemente genial para ganarle a Connor.
No supo cuanto tiempo duró corriendo, solo que cuando se cansó se quedó parado al final de un corredor, cerró los ojos un momento por el cansancio y al abrirlos una puerta que no había revisado al final de otro extremo le llamó la atención, era una puerta de un bonito color topacio, la manija parecía un gran diamante, pero obviamente no era real, la giró un poco haciéndola rechinar cuando se abrió.
La luz natural del gran vitral amatista abierto iluminaba perfectamente la habitación, era bastante amplia; una gran cama de tamaño queen con sabanas color vino estaba en medio de esta, en un extremo un closet tan enorme como viejo, pero bien conservado, diversas cajas apiladas en un extremo de la habitación así como un espejo en el fondo de la misma, pero lo que más le llamó la atención, fue un enorme piano blanco en medio de esta.
Wow…- excéntrico se queda corto, pero ¿en realidad era necesario un piano en medio de la habitación?
Paseo sus dedos sobre las teclas, tenían un poco de polvo pero no demasiado, esto se le hacía extraño pero pensó que alguien había limpiado la casa días antes, estaba a punto de pulsar una tecla cuando su primo le habló desde el marco de la puerta.
Okeey… tu ganas- dijo sorprendido por la exquisitez de la habitación, cuando se marchó Alex sonrió para sí, sería un descanso de lavar la ropa una semana entera.
¡Qué lugar tan genial!- exclamó aventándose en la cama, sin importar el polvo que levantó; estaba muy cansado y no pudo evitar quedarse dormido.
Hizo un mohín y se paseó incrédulo por la sala debatiéndose entre sí quitar al joven cual poltergeist… se detuvo un momento, no, no era su estilo.
¿Jalar sus pies? No, eso es para los demonios o brujas o cosas así ¿Decir boo? No, demasiado estúpido.
¿Porque tenía que ser mi habitación?- dijo con enfado, en todos los siglos que llevaba espantando nadie se había atrevido a cruzar siquiera la puerta, el mismo se había asegurado de hacerla lo suficientemente aterradora como para atraer a alguien a abrirla, ¿que acaso la puerta casi negra no da mal aspecto? Al parecer con ese chico pelirrojo no.
Connor, cállate haces mucho ruido- Richard Arrow se detuvo en seco, mirando al joven con extrañeza, nunca antes algún humano le había escuchado y este hasta lo había callado, se había creado la fama a base de mover cosas y cosas así, pero nunca le habían visto; solo se creaban una imagen mental de un vejestorio malévolo…
Oye…- acercó su mano a su cabeza, para despertarlo, pero el joven tembló- Connor, ¡esta helado!- el chico abrió los ojos molesto, pensando que su primo había abierto la ventana siendo el tan friolento, sin embargo se quedó estático al ver a un atractivo (tenía que admitirlo) joven de cabello negro ébano y ojos verdes esmeralda; que lo miraba entre espantado y molesto.
¿Tu quien eres?-
Yo…-
Alguien abrió la puerta estrepitosamente; Alex parpadeó dos veces pues podría jurar que el joven se había desvanecido frente a él, pero no tuvo tiempo de espantarse pues sus dos hermanos menores le hablaron:
Con que aquí estabas, Connor nos dijo que en el segundo piso pero no supimos que cuarto… baja ya que la cena esta lista-
Eh… s-si ya voy…- se paró de inmediato, sacudiendo la cabeza, seguramente estaba soñando.
Sin embargo, el joven que creyó imaginario seguía en la habitación… incrédulo, con un poco de curiosidad traspasó el piso yendo al comedor.
Al fin llegas-
Lo siento papa, estaba dormido- se disculpó tomando lugar junto a su primo, el rubio le extendió un vaso de jugo
Gracias-
Y… ¿Qué tal la mansión?- un segundo se tardaron en lo que cuatro voces decían al unísono:
¡Es genial! ¿Ya vieron la piscina?-
Hay un jardín enorme donde jugar-
No está nada mal… ¿tío podre dar una fiesta cuando conozca gente de aquí? Seria genial-
Roger sonrió satisfecho, no había quejas, era perfecto. Aunque comparado con el departamento de dos cuartos donde vivían los seis esto era un palacio.
Notó el silencio de su hijo mayor- Alex ¿estás bien? ¿No te agrada el nuevo hogar?- Alex le sonrió tranquilamente, haciendo un gesto de negación- Es solo que… es extraño… -
¿Qué cosa, hijo?-
Estaba durmiendo en mi cuarto y un joven de cabello negro y ojos verdes me despertó…- los más chicos callaron, Connor le miró extrañado y su padre con un gesto comprensivo:
Seguramente te estarás creyendo las historias que escuchaste… Alex, no es verdad- la mirada paternal del hombre le provocó un sentimiento de aceptación- Si… seguramente, además estaba dormido, seguro fue mi imaginación-
Claro, fenómeno-
Cállate bruto-
Niños-
La cena transcurrió con total alegría, insultos por un lado, lloriqueos por el otro y alguien tratando de imponer orden a cinco revoltosos, era un cuadro bastante… ¿familiar? Era la palabra.
Y por el momento, entretenido para un alma que veía todo desde una esquina de la pared.
Ellos son más divertidos que los anteriores… supongo que no estaría nada mal divertirme un poco antes de ahuyentarlos- resolvió finalmente y siguió contemplándolos.