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Valentines Day -Traducción por Traducion Lagrimas del Fenix

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Notas del fanfic:

DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a CassGirl4ever, sólo la traducción es de nuestro grupo.

Notas del capitulo:

DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a CassGirl4ever, sólo la traducción es de nuestro grupo.

VALENTINES DAY


ENLACE AL FIC ORIGINAL: www.fanfiction.net/s/7076091/1/Valentines-Day

AUTOR: CassGirl4ever

TRADUCCIÓN: Grupo Traducciones Lagrimas del Fenix - Meliza Malfoy

BETA: Bellatrix_2009

DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a CassGirl4ever, sólo la traducción es de nuestro grupo.

RESUMEN: Severus recibe una misteriosa tarjeta durante una lección. De alguien que decía que lo amaba. ¿Quién más si no es "él"?



— Disculpe, profesor, ¿James Potter está en esta habitación? — El estudiante de quinto año preguntó llamando a la puerta.

— ¿Otra? James, le tocara salir del aula dentro de poco! — Se quejó la maestra. — ¡Es la décima tarjeta que usted recibe!

— ¿Qué puedo hacer si las chicas gustan de mí?

— ¿Porque no, Potter? — Lily dijo con enojo.

— Pero tú sabes que yo sólo tengo ojos para ti, ¿verdad, amor? — Se abrazó a los hombros de su novia.

— ¡Ooowwn! — dijo Sirius burlándose. — ¡La parejita de Hogwarts!

— ¡Cállate, Canuto!

— Claro, Cornamenta, por supuesto...

— Permiso, maestra. — Otro estudiante de quinto año también apareció en el umbral. — Ah, hola, Dean. ¿Vas a realizar una entrega también?

— Así es. Es de séptimo, se encuentra este chico aquí...

— ¡Les dije, no es mi culpa! — James levantó las manos. — Esta no es para mí, ¿verdad?

— No.

— ¿Así que es para mí? — Preguntó Sirius con una sonrisa pícara en su rostro.

— No tampoco. Es para un tal Severus Snape.

Toda la clase se quedó en silencio, y todos los ojos se volvieron hacia el muchacho que escribía en una hoja. Al escuchar su nombre, Severus levantó la cabeza lentamente.

— ¿Para mí? —Sev habló, sorprendido.

— Sí. Aquí. — Se acercó a la mesa y le entregó una hoja doblada. — Gracias, maestra. Me voy. Vamos, Dean.

Snape siguió mirando el papel por un tiempo tratando de entender.

— ¡Vamos, Snape! ¡Ábrelo, queremos ver! —dijo un estudiante cualquiera.

— ¡Sí, vamos, Snivellus! —dijo James, levantándose y yendo hasta su escritorio. — ¡También queremos saber quién es!

— Chicos... — Dijo Lupin. Él había estado callado toda la clase con la cabeza baja, pero finalmente se pronunciaba. — Déjenlo en paz. Si él no quiere abrirla ahora...

— ¡Si él no quiere abrirla ahora, entonces la abriremos nosotros! —dijo Sirius, yendo al lado de James.

Lupin tembló. No quería de ninguna manera que sus amigos la vieran. ¡Él sabía muy bien quién la había enviado!

— ¡No voy a abrirla ahora! — Severus habló. — ¡No voy a hacerlo sólo para satisfacer la curiosidad de ustedes! ¡Esta es mi vida!

— ¡Tú lo pediste!

James robó la carta de su mano y la abrió mientras Sirius lo mantenía en su lugar.

— ¡No! — Snape y Lupin hablaron juntos, Lupin más angustiado, y Snape con rabia.

— ¿Qué pasa, Moony? ¿Pareciera que no tienes curiosidad?

— Sí, pero... ¿Para qué abrirlo?

— ¡Porque soy muy curioso!

Lo abrió y comenzó a leer en voz alta:

"Sé que debes estar sorprendido, pero...
Estamos llegando al final de Séptimo año, casi nos graduamos,
y no podía (o quería) permitir que salieras de aquí sin saber que...
que alguien te ama."



— ¡Ooowwwn! — James deslizó un canto. — ¡Qué dulce Snivellus!

— Cállate, Potter! — Severus empujó a Sirius y levantó su varita para hechizar a James.

— ¡Chicos! — La profesora habló. Había estado hablando desde hace un rato, pero nadie la escuchó.

— ¡Esperen! — James dijo sorprendido. Leyó el resto de la carta en silencio, alzando la mirada el final. — Chicos... ¡Es un chico!

— ¿Cómo es eso, Cornamenta? — Preguntó Sirius.

— ¡La única tarjeta que Snivellus recibe el Día de San Valentín es de otro tipo! — Se echó a reír.

Severus tomó la carta de su mano y lo empujó, haciéndole caer de la silla, sin dejar de reír. El Slytherin estaba rojo. Puso la carta en el bolsillo de su ropa, y continuó garabateando un dibujo en el mismo papel que antes.

Tan pronto como sonó el timbre de salida, Snape fue el primero en levantarse. Intentó salir de la habitación lo más rápidamente posible, pero Sirius y James aparecieron ante él.

— ¿Qué es lo que quieren? — Les preguntó con enojo.

— Entonces... ¡La única persona que consigues conquistar en la escuela durante estos siete años es otro chico! — James tenía una sonrisa satisfecha en su rostro.

— ¡En serio! — Sirius dijo, riendo también. — Creo que deberíamos buscar otro apodo para él, ¿no es así, Cornamenta? En lugar de Snivellus, tal vez... ¿maricón?

— ¡Bueno, Canuto!

— ¡Ahora sus...! —Snape alcanzo a alzar su varita, pero los amigos fueron más rápidos, lanzaron un Expelliarmus, haciendo que su varita volara lejos.

— Aahh, ¿viste eso, Cornamenta?

— Sí lo vi, Canuto. ¡El "marica" trató de atacarnos!

— ¿Deberíamos responderle, Cornamenta?

— ¡Seguramente, Canuto!

Ellos iban a lanzar un Stupefy al muchacho de ojos asustados, pero alguien agarró las muñecas de los dos.

— ¡Deténganse!

— ¿Aannh? — Sirius se volvió y vio quien los había detenido. — ¿Lunático? ¿Qué estás haciendo aquí?

— ¡Al menos el último año, dejen al chico en paz! — Lupin se quejó.

— ¿Me estás tomando el pelo, Moony? — James miró con enfado hacia él. — Nunca has hecho nada para impedirlo, ¿y ahora vienes con esta conversación?

— Es... Es el último año. ¡Quiero poner en evidencia la amistad de ustedes! Antes no podía, ya que podrían dejar de ser mis amigos... — Él miró sus zapatos. — Y luego no sé cómo hubiera sobrevivido todos estos años, en mi condición... ¡Pero ahora! — Él miró hacia arriba. — ¡Siempre me compadezco de Snape! Usted lo insultan, les encanta... ¿Se dieron cuenta de que incluso le hicieron perder a la única verdadera amiga que tenía aquí?

— ¡No viene al caso porque no fue nuestra culpa! — James se defendió. — ¡Él insultó a mi novia... Él... ¡Él insultó a mi novia!

— Pero...

— ¡Cállate, Remus! ¡Tú también, James! — Sirius dijo, enojado. — ¿No se dan cuenta de que Snivellus se fue? ¡Bueno, andando!

— No hay problema, Canuto, ¡mañana lo encontraremos! ¡Esto, por supuesto, si no molesta a Lupin!

— Vas pelearte conmigo, ¿verdad? ¡Disculpa si quería defender a los inocentes! — Habló enojado, dándole la espalda a sus amigos después.

ooOooooOooooOooooOooooOoo



Cansado, Severus se lanzó a la cama en su dormitorio. Aprovechando que no había nadie allí, decidió tomar la carta de su bolsillo y la leyó.

Sé que debes estar sorprendido, pero...
Estamos llegando al final de Séptimo año, casi nos graduamos,
y no podía (o quería) permitir que salieras de aquí sin saber que...
que alguien te ama."

No debería amarte. Es contra las reglas de la condenada "Sociedad”
¡Y no quiero ni pensar en lo que mis amigos pensarían si supieran...!
Bueno, debes estar confundido, así que voy a aclararte algo:
No soy una chica. Soy otro chico. De séptimo año también.

Estoy un poco asustado, lo admito, pero si quieres saber quién soy...
Encuéntrame en el lago hoy a las ocho de la noche.

Pero si se trata de hacerme daño, te ruego, por favor, no aparezcas.
Conozco tu personalidad también.

Besos.

De: Alguien que te ama.



Severus se levantó de la cama de un salto. Así que era cierto lo que había dicho James... Era de otro chico... ¡Entonces tenía que ir a encontrarse con él! ¡Quería saber quién era el maldito que lo había puesto en esa situación!
Colocado un suéter gris con algunas rayas verdes, y dejó la chaqueta en la habitación. Salió escondido. Estaba prohibido salir de los dormitorios tan tarde.

Escondido, fue al lago. Cuando estaba a unos quince metros del lugar vio una sombra. Un muchacho de pie a la orilla del lago. Vio al chico suspirar y mirar el reloj de pulsera que llevaba. Su cabello, por lo que Severus podía ver, era bastante largo, no tanto como el suyo, y volaba con el viento.

— ¿Hola? — Severus habló.

Todavía sin distinguir el rostro del muchacho se acercó. Pero podía ver su sorpresa.

— ¡No pensé que vendrías! — le contestó una voz extremadamente familiar.

— ¡Eh! ... Yo te conozco, ¿no?

— Eeerr...

El chico dio un paso, y se dejó iluminar por la tenue luz de la luna creciente. Y Severus casi gritó. Quién estaba allí era nada más, nada menos, que ¡Remus Lupin!

— ¿Lupin? Fuiste tú q... ¿Quién envió la carta?

— Fui yo, Severus... Te puedo llamar Severus, ¿no?

— ¡No! — Habló con severidad. — Todavía no — añadió al ver una sombra de tristeza pasar a través de la cara del otro.

— Está bien, así que... Snape — Sonrió un poco triste. — ¿Qué deseas saber?

— ¿Annh?

— Si viniste aquí, estoy seguro que quieres saber algo. Y me pregunto qué es. Puedes preguntar, yo responderé.

— Ok... ¿Cuándo te empecé a gustar?

— ¿Honestamente? Cuando te vi en el tren en primer año, no sé por qué, pero me llamaste la atención. Admití que me gustabas en quinto año.

— Uuumm... ¿Por qué decidiste declararte apenas ahora?

— Eso fue... Es el último año. Aunque tú no gustes de mí, necesitaba esto. Decirte que Te amo. De lo contrario, probablemente me arrepentiría por el resto de mi vida. Lamento no haber tenido el valor suficiente para ver lo que sucedía. Así que, ahora, lo dejo en tus manos.

— Pronto... Tengo una pregunta más. ¿Por qué nunca me defendiste de James? Siempre te mantuviste en silencio, leyendo tu libro...

— Bueno… le he explicado esto a James. Tenía miedo de perderlos. Ellos son... Ellos son los únicos amigos que tengo aquí, ¿sabes? Y conociéndote, aunque sea poco lo que te conozco, tengo la seguridad de que no estarías a mi lado. La prueba final fue cuando Lily te estaba defendiendo. — Se rió sin humor. Miró hacia arriba y vio una sombra en los ojos de Severus. — Lo siento. No debería haber mencionado eso, ¿verdad?

Severus guardó silencio, mirando fijamente a Lupin, quien tuvo una leve sonrisa de disculpa en los labios.

— Por eso nunca me llamaste Snivellus... — Murmuró Snape, todavía mirándolo fijamente, y haciendo caso omiso de la última frase del muchacho. No sabía por qué, pero no podía dejar de mirarlo...

— Sí — susurró, haciendo una leve inclinación de cabeza.

— Tú... ¿Quieres decirle a tus amigos?

— Sí… Solo que todavía no sé cómo...

— ¿Realmente no puedes alejarte de tu querido cuarteto fantástico, verdad?

— Pero... Si no tuviera a James y Sirius para que me ayuden, no sé cómo hubiera pasado todos estos años. El ser un hombre lobo no es exactamente fácil, ¿sabes?

— Lo sé... — Pasaron como flashes a través de su mente todas las veces que veía a Lupin y sus amigos divirtiéndose.

Remus se aproximó unos pasos, aunque manteniendo una distancia considerable del Slytherin.

— ¿Puedo llamarte Severus ahora? — Habló tímido.

— Todavía no.

— ¿Y por qué no?

— Por qué no eres mi amigo todavía.

— No confía en mí, S... Snape?

— No, esto todavía puede ser una trama de tus amigos. ¿De verdad crees que voy a caer en esto? Como si James Potter — pronunció el nombre con cierto desprecio. — No supiera que la tarjeta estaba escrita con tu letra.

— Eee... Sobre eso... Me dio algunas miradas extrañas durante la clase... Y después de que te defendí allí en la entrada del aula... Después de que te fuiste, me dijo que quería hablar conmigo más tarde. En otras palabras, pasé toda la tarde fuera del castillo... Solo para no tener la conversación, ¿sabes?

— Gran cosa. ¿No se lo dirás de una manera u otra?

— Sí, pero... No sé si... Si él me va a apoyar, pero... Lily sigue siendo mi amiga. — Se dio cuenta de cómo Severus se entristeció por la mención de la pelirroja. — Ella puede ayudarme.

— Eso espero.

— ¿Y tú, Severus? — Se atrevió a llamarlo por su nombre de pila. — ¿También me apoyarás o me echarás? Porque, ya sabes... Lo entenderé.

— Y… Yo... No sé... Necesito más tiempo para pensar, Remus… — Le dio una sonrisa apenas perceptible cuando lo llamó por su primer nombre también. — Es tarde... — Dijo que, después de un silencio, por lo menos, vergonzoso. — Vamos a dormir... Buenas noches, Remus.

— Buenas noches, Severus. — Lupin sonrió también, y se aventuró a agarrar una mano de Snape.

Él sonrió, incómodo, y se fue a la sala común de su casa sin decir una palabra.

Remus dio una sonrisa de victoria, y se fue canturreando, sólo tenía que empezar a bailar una especie de vals solo:

Just say yeah yeah yeah yeah yeah!

And we´ll go go go go go

If you´re ready like I'm ready




Oyó unos pasos en el pasillo al lado de la puerta, y se detuvo al instante. Se deslizó contra el rincón más oscuro que estaba allí.

La Profesora McGonagall pasó justo delante de él, haciendo su ronda nocturna, y por pura casualidad, no lo vio.

Remus suspiró en voz baja, tan pronto la maestra viró en el pasillo, corrió a su sala común.

— Ah, ¿éstas son horas de llegar allí, Moony? — James reclamó.

Él tragó saliva. James estaba sentado junto a Sirius en la sala común. Y sólo estaban ellos. De alguna manera, se las habían arreglado para enviar a todo mundo a sus cuartos más temprano.

— Oh… Hola — Remus habló nerviosamente. — Estaba dando un paseo.

— ¡Muy bien! — Él sonrió, tratando de demostrar que sólo estaba bromeando. Pero no podía engañar a Lupin. — ¡Quédate aquí y hablamos, Moony! Entonces Sirius — Se volvió hacia su otro amigo. — ¿Viste la pequeña tarjeta que Snivellus recibió hoy?

— Y no es el día de San Valentín todavía. Sino mañana... — Suspiró y apoyó la cabeza contra la pared, como si no quisiera estar teniendo esta conversación.

— Era de otro chico... — Miró a Remus. — Estabas tan concentrado en clase que creo que ni siquiera lo notaste, eh, ¿Moony?

— Si me di cuenta, Cornamenta... Y pienso que no deberían burlarse tanto del pobre muchacho. No es su culpa si otro chico le envió una tarjeta a él.

— ¿Qué pasó, Moony? — Preguntó Sirius — Estás algo serio hoy... — Por más que no quisiera ser parte de esto, algo dentro de Sirius quería ver a Remus admitir, al menos para ellos, que había sido él quien envió la tarjeta.

— Sí, Remus. ¿Saliste, por casualidad? — Provocó.

— ¿Anh? ¿De qué estás hablando, Cornamenta? — Hizo como si estuviera confundido.

— No te hagas el tonto, Remus. Sé que fuiste tú quien envió la tarjeta. — James se puso de pie y miró a su amigo. — Y también sé que te has encontrado con Snivellus hoy. ¿Cómo has podido...? Cómo puede... ¿cómo puede gustarte él? — Hizo una mueca de asco.

— No lo sé. Sólo me gusta. — Él se sintió ofendido por el comentario de su amigo. — ¿Cómo te gusta Lily?

— ¡No metas a Lily en esta conversación! — James habló enojado.

— ¡Entonces no metas a Severus! — Casi gritó, se dio la vuelta enojado, y fue pisoteando hasta su habitación.

— La agarraste pesada, Cornamenta... — Sirius habló enojado, levantándose.
Se fue a la cama de su amigo, y vio que era uno de los pocos que estaban con las cortinas cerradas. Él agarró un extremo y tiró levemente.

— ¿Lunático? ¿Estás durmiendo? — Susurró.

— No. ¡Déjame en paz, Canuto! — Cerró la pequeña cortina que Sirius había abierto.

— ¡Hey, cálmate! ¡Amigo, yo estoy de tu lado! James puede ser bastante estúpido cuando quiere... — Volvió a abrir la cortina un poco más esta vez, lo suficiente para ver a su amigo. — ¿Podemos hablar?
Remus estaba acurrucado en la cama, haciendo girar su varita entre sus dedos. Él se limitó a asentir con la cabeza ligeramente.

— Grandioso. — Sirius se sentó en la cama y cerró la cortina después. — A ti... ¿Te gusta Sni... Snape? — Se mordió la lengua para no maldecir al muchacho por primera vez desde que llegó a Hogwarts.

— Me gusta... No sé por qué, Canuto, sólo... Me llama la atención... ¡No sé!

— ¿La tarjeta era realmente tuya?

— Lo era.

— Aahh, y también por eso es que estabas defendiendo a Snape después de la clase de hoy, ¿no?

— Sí... — Bajó la mirada, avergonzado por estar hablando de eso con su mejor amigo. — Y es por eso que no quería que leyeran la tarjeta...

Sirius estaba en silencio, mirando fijamente a su amigo.

— ¿Algo más, Canuto? Tenemos clase mañana, no es bueno estar hablando hasta el amanecer...

— No, es sólo... Sólo quería que supieras que estoy de tu lado para lo que venga, Moony... — Le sonrió a Remus. — Pues que el día de San Valentín aún puede ser un día de fiesta, ¿no?

— ¡Sí! — Dijo, riendo también. — ¡Buenas noches, Canuto! — Empujó a su amigo fuera de su cama, sin dejar de reír. — ¡Vamos rápido, antes de que empecemos a charlar y no parar más!

— ¡No es que sea del todo malo! — Él se echó a reír más, sólo que ésta fue asfixiada por el sonido de un perro.


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