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Podremos hablar de aquello luego por Anoniima

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Notas del fanfic:

Todos los personajes de Naruto son autoría de Masashi Kishimoto

Se encontraba en un cuarto obscuro detrás de unos barrotes, mirando ahora a la nada mientras oía como la puerta del cuarto se cerraba. Odiaba tener que lidiar con los sermones de Naruto. Ya le había dejado bastante en claro que el no compartía su estúpida e infantil forma de entender la vida y a los demás. Su alma era un hospicio para toda clase de penas y pesares, y el se la pasaba muchas veces vertiendo aquellos deshechos en las personas. Hacía tiempo que había olvidado por que sus ‘’supuestos’’ amigos le producían tal rechazo.

 

Estaba hundido en sus cavilaciones cuando escucho como la puerta era abierta nuevamente y una persona de apariencia peculiar se introdujo en la habitación quedando al otro lado de los barrotes frente a el. No estaba seguro si solo se había situado allí de casualidad o si había podido divisarlo, lo cual no era una tarea sencilla, ya que se encontraba acovachado en una de las esquinas mal iluminadas de la celda.

 

- Todo esto es bastante pintoresco – Menciono el visitante dando una ojeada por encima del cuarto. No pensó en que decir como para entablar una conversación, ni es que quisiese tenerla, pero si aquel sujeto se encontraba ahí seguramente quisiera saber algo y el debería hacer el enorme esfuerzo por mover los músculos de su cara y articular alguna que otra palabra, después de todo el si era merecedor de su respeto, el primer oponente que casi logra vencerlo. Además, era mucho más a gusto hablar con ese extraño ser, concreto, calmo y de pocas palabras que con la molestia andante de Naruto.

 

- Si, pero es lo que según ustedes me merezco ahora – soltó sin demasiado interés.

 

- Es según la ley, y no nosotros, que te encuentras aquí. Por si ya lo olvidaste, te convertiste en un renegado y diste la espalda a tu pueblo para correr detrás de un maestro que nunca podría llegar a enseñarte nada bueno. El orgullo y el rencor te matarían por dentro. Estabas convirtiéndote en el caníbal de tu propio ser. El odio te anulara por completo. Te volverá loco – cada palabra se seguía de la otra de manera parsimoniosa.

 

- Y eso tú lo sabes muy bien verdad – respondió con sorna interrumpiéndolo.

 

- Si, lo sé muy bien – murmuro como si se sintiese apenado de aquello – Lo viví y lo sufrí. Por eso soy consciente de la maraña de que debe ser tu cabeza ahora. Si no fuese porque Naruto me hizo abrir los ojos, quien sabe cómo hubiese terminado todo. Y es por eso que estoy aquí ahora, ya que Naruto no pudo hacerte recapacitar solo, me ha pedido que hable yo también contigo.

Aunque sinceramente no sé qué podría llegar a decirte. No hay más luz que la que uno quiera ver -

 

- Valla, al parecer haz cambiado más que yo, hasta podría decirte que das miedo – sonrió de medio lado el azabache.

 

- Si no eres capaz, si tienes miedo de – un fuerte estruendo lo distrajo de lo que decía. Su cuerpo sintió el impulso de alejarse ante la alarma de un inminente ‘peligro aproximándose’.

 

Sasuke se había incorporado velozmente y había quedado estampado contra los barrotes, mirando fulminantemente a Gaara quien le devolvió sereno la mirada. Luego de eso el pelirrojo guardo silencio por un momento para retomar la conversación, que llegaba casi al monologo.

 

- Naruto te quiere, eres su mejor amigo, solo quiere… - pero Sasuke no resistió el impulso de interrumpirlo, estaba cansado de escuchar las mismas cosas una y otra, y otra vez.

 

- Conozco las intenciones de Naruto mejor que nadie, y sé que son buenas, pero esta tan empedernido en rescatarme de algo que aún no termina de entender bien que no piensa en lo que sucede a su alrededor. ¿Alguna vez alguien pensó que tal vez yo no quiero ser rescatado de nada? ¿Por qué quieren cambiarme? ¿Qué obtendría, que sería diferente?

- Naruto ya no entiende lo que le digo sin hablar, el me mira sin ver, no entiende lo que mis ojos dicen, no como tu… - lo miro de arriba abajo y vuelta - no fue necesario más que una fulminante mirada para saber que debías callarte o te mataría. Presumo que logras entenderlo porque así eres también. O así eras al menos – lo contemplaba como si no se tratase de la misma persona que había conocido en el pasado.

 

 

- ¿Es solo por eso? – Continuo al no encontrar respuesta de parte de su bermejo acompañante que solo lo miraba inexpresivo y casi inmóvil de brazos cruzados – ¿Solo porque Naruto te lo pidió te encuentras aquí? ¿Realmente te importa lo que Naruto quiera? Porque aquello es un caso perdido – Le divertía aquello, disfrutaba pensando en que ingeniosa y rebuscada respuesta podía darle su extraño interlocutor – Si tuvieses que elegir entre lo que Naruto quiere y lo que quieres tu ¿qué elegirías? ¿Sabes lo que Naruto siente o lo ignoras? ¿Qué elegirías si te digo que puedo follarte ahora en este mismo lugar? ¿Desperdiciaras la oportunidad de lograr lo que quieres para que Naruto recupere lo que nunca tuvo? Sabes que aunque me rechaces ahora, Naruto nunca obtendrá lo que te ofrezco de todas formas – Realmente estaba disfrutando el momento. Se deleitaba con el popurrí de expresiones que la cara de Gaara generaba. Se sentía bien al confundirlo y avergonzarlo.

 

- Cada vez que nos encontrábamos yo podía percibir mi antigua mirada en tus ojos… llena de odio y venganza, pero al mismo tiempo anhelante de cambio, de encontrar aquello que hiciera que tu forma de pensar cambiara, algo que demostrara que había algo mejor , algo por lo que valiera la pena cambiar. Naruto logro abrirme los ojos a mi – contesto al aguamarina, quien parecía ignorar lo anteriormente dicho por el Uchiha - Me hizo cambiar de paradigma y ahora puedo ver las cosas claras  mientras tú te quedaste atascado y te hundes cada vez más en la soledad y obscuridad… ¿nunca has querido que esa soledad desapareciera? Encontrar alguien o algo por lo que arriesgarse valiese la pena? Me dices que serias capaz de follarme con burla, pero realmente quieres descargar esa soledad y frustración que llevas dentro, y eso no puedes ocultarlo bajo esa mascara de crueldad, no a mi –  Gaara miraba algo esperanzado al azabache ahora, quien lo observaba entre serio y atento. Quizás porque le resultaba extraño ver a alguien del porte de Gaara hablando de aquella manera – No podría dejar que nadie más pase por aquella desesperación que acarrea la soledad y el dolor. No te mate antes, en aquella ocasión en que nos enfrentamos, por algo. Parece que podrías deducir fácilmente porque lo hice, es más… parece que lo sabes. Yo te prometo que saldrás del infernal pozo en el que te encuentras, te ayudare, porque me gustaría seguir viéndote – Era una promesa.

 

- Naruto ha estado mucho tiempo intentando convencerme. Que te hace pensar que tu cambiaras mi opinión? – lo último había desconcertado un poco al ojinegro. No entendía que quería este sujeto, no entendía por qué el repentino interés en su persona, y tampoco entendía por qué seguía escuchándolo y no lo había mandado al demonio a estas alturas. Si bien era agradable contemplarlo como un idiota embobecido, verlo hablar, apreciar sus delicados movimientos… no tenía por qué soportar que ahora alguien más, casi un desconocido, se diera el lujo de sermonearlo también.

 

Es cierto que Naruto ha sufrido también, pero su dolor no es igual al tuyo… aunque si más similar al mío. Yo y Naruto sabemos que se siente que todos te miren como un monstruo, te teman, te desprecien… Tal vez por eso el logro hacerme reaccionar a mí y a ti a duras penas pudo retenerte para intercambiar algunas palabras. Por eso yo podre lograrlo, porque nuestro pesar es igual, los dos sabemos lo que es perder todo lo poco que se tiene... o se tubo -  Sasuke sentía como el cuerpo de Gaara se acercaba cada vez más al suyo, hasta poder sentir el calor que emanaba del cuerpo de aquel haciendo contraste con el helado frio de las rejas. Su cuerpo tembló en un escalofrió. Las palabras del aguamarina lo dejaron un poco receloso - Ya lo veras. Yo tengo el valor suficiente para plantarme frente a ti y decirte las cosas como las pienso, no tengo consideraciones hacia tus sentimientos en este momento. Voy a darte algo por lo que valdrá la pena el intento. Por ultimo… No sería capaz de rechazar tal oferta ni aunque estuviera loco – el pelirrojo sonreía de manera picara mientras se arrodillaba frente a la entrepierna del azabache. Sasuke aún no se movía, tal vez su mente seguía procesando lo antes dicho y lo que ahora estaba teniendo lugar en aquel oscuro cuarto. El frio entre sus piernas al verse despojadas de su pantalón lograron que bajara a tierra nuevamente. No entendia muy bien lo que sucedía pero podía sentir cada lamida proferida por la pequeña lengüita del pelirrojo a lo largo de su pene, jugando suavemente con su glande sin ninguna vergüenza, dando pequeñas y esporádicas succiones, mirándolo suplicante, casi pidiendo permiso para devorar el apetitoso trozo de carne que estaba apenas saboreando. Sasuke solo podía mirarlo boquiabierto y antes de sugerirle que se la tragara de una vez o de poder articular  respuesta viperina al goloso degustador de su miembro, su aliento se vio ahogado por la repentina ola de placer que subía desde su pene hasta la base de su cabeza y envolvía su cuerpo y mente. Las constantes succiones y la voracidad con la que ahora Gaara devorada su pene había hecho subir su temperatura corporal a tal punto que, aunque las frías barras friccionaran contra su cuerpo, no eran capaz de hacer temblar su cuerpo de frio. Su miembro se encontraba cubierto casi al completo por la cavidad bucal de su acompañante, la cual era tibia y húmeda. Ya extrañaba esa agradable sensación y quería más. Tomo instintivamente la cabeza del aguamarina por sus cabellos y lo tironeó como en un  reflejo de atrás hacia adelante. Volvió a repetir esa acción innumerables veces mientras sus caderas acompañaban el movimiento algo bruscamente, aunque Gaara no parecía quejarse de que estuvieran embistiendo brutalmente su garganta, solo había atinado a sostenerse con ambas manos de los barrotes de la celda y así impedir que las penetraciones desplazaran su cuerpo hacia atrás, mientras le dedicaba a Sasuke miradas repletas de gula y excitación, y aquello solo podía volver mas loco al azabache que sonreía con malicia y morbo.

El tiempo pareció correr fugazmente y cuando el bermejo ya sentía que no podía controlar su propia respiración y que la asfixia tendría un lugar protagónico en la escena, su garganta se vio inundada por el líquido blanquecino cortesía de Sasuke. No pudo evitar que algo de aquella espesa sustancia escapara por la comisura de sus labios, ya que Sasuke, una vez terminado su trabajo, no le permitía retirar el miembro de su boca, impidiendo que Gaara tragara rápidamente el semen – Valla que eres una putita hambrienta – sentencio mientras seguía empujando su cadera, haciendo que su miembro se moviera dentro de la boca del pelirrojo. Finalmente se compadeció de su amante y soltó el agarre de su cabeza, permitiendo a Gaara retirar el miembro, tragar y,  por fin, poder respirar. Normalmente, el ojinegro no pudo contener la necesidad de soltar alguno de sus filosos comentarios, otra vez.

 

- No te pudiste aguantar verdad lindura. Tal vez hallas descubierto algo diferente que te hace especial para mí... si así la mamas no quiero imaginarme las maravillas que harás con ese trasero – menciono Sasuke ante el acto de total insolencia de su travieso amante, mientras Gaara se dirigía a la salida de aquel cuarto limpiando el contorno de sus labios, para lograr pasar inadvertido ante cualquiera. – Iré a buscarte cuando salga. Y más vale que mantengas tu promesa – Los dos ladearon su cabeza para lograr a penas darse un vistazo  y sonrieron. Que importaba ahora…

 

*-*

 

El recordar aquello siempre le producía una leve exitacion. Le encantaba el descaro y la osadía que el desfachatado pelirrojo había desplegado aquella vez. Esa entorno tan grotesco y decadente junto con la desvergonzada actitud de Gaara había sido un perfecto estimulante sexual para su retorcida mente. El pequeño pelirrojo había despertado el interés y curiosidad de Sasuke, que aguardaba pacientemente sentado frente a la puerta de la oficina de Tsunade.

- Pasa! – se escuchó un grito estrepitoso desde adentro. Con cara de pocos amigos como de costumbre ingreso en aquel lugar, decidido. La rubia lo miraba con igual actitud mientras le informaba.

- Sabes que por los anteriores sucesos ninguna de las autoridades de aquí tiene la confianza suficiente como para depositar esta ni ninguna otra encomienda en tus manos – Sasuke la miro alarmado, tal vez su petición había sido revocada por los altos mandos, y si eso sucedía, tendría que cumplir con sus deseos de manera clandestina y en secreto, y con esto no ganaría mayor simpatía con sus superiores – Pero como siempre digo, la que toma las decisiones soy yo y estoy segura que si hoy te encuentras aquí es porque quieres hacer las cosas bien. Voy a jugarme el puesto en que realizaras exitosamente esta misión. El embajador al cual deberás escoltar hasta aquí acaba de rechazar su nominación al puesto de Kage de Suna de manera extraña – Sasuke se alegró de aquello para sus adentros no pudiendo contener una leve curvatura maligna en sus labios – Así que deberás ser sumamente respetuoso y tomar este encargo de manera delicada y profesional. Si lo arruinas estarás en serios problemas – aunque a Sasuke no le preocupaba aquello.

- Tsunade – la nombro sorpresivamente, lo que hizo que la rubia vuelva a aposar su mirada en el, dejando los papales que había empezado a acomodar de lado – Vera que no habrá mayores complicaciones con la misión. Pero voy a infórmale que será la última que realice una vez finalizada – La rubia cerro los ojos algo molesta mientras apoyaba sus codos en el escritorio al tiempo que unía sus dedos frente a su boca ejerciendo presión para liberar tensión – Podemos hablar de aquello luego Sasuke. Ahora podrías dedicarte a explicar que tiene de especial esta tarea para que te presentaras personalmente y me pidieras ser el encargado de llevar acabo la misma –

- Podremos hablar de aquello luego – sentencio saliendo de la habitación cerrando la puerta de un sopetón dejando a la vieja incapaz de replicar. 

 

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- ¿Y que se supone que hacia aquí Naruto? – Cuando Sasuke llego a la oficina de Gaara, esperaba que aquel se sorprendiera por su aparición, pues no se había enterado más nada de Gaara desde que el pelirrojo se había ido de la prisión donde estaba encerrado. Pero para Gaara no fue ninguna sorpresa, al parecer Naruto había estado días antes en Suna, y le habría contado que Konoha mandaría a alguien para escoltarlo hasta allí. El muy idiota también habría mencionado que él se había ofrecido especialmente para cumplir aquel encargo. Entonces no, para Gaara no era ninguna sorpresa que Sasuke ingresara por la ventana de su oficina buscándolo ese día -  ¿Acaso el también vino a  hasta aquí a buscarte? ¿A descargarse contigo? Entonces presumo que no le has mencionado nada de lo que paso  – ‘también vino a descargarse contigo’ aquellas palabras resonaban en la cabeza del bermejo – Vamos, déjate de tonterías, sé que soy el único con el que deseas juguetear desde hace un buen rato, lo vi en tus ojos cuando te fuiste aquella vez, lo recuerdo como si fuese ayer. Y no te culpo, yo tampoco podría olvidarme – sonreía cínicamente Sasuke - Bien, ibas a decirme si vendrías conmigo o no, tengo el placer de escoltarte hasta Konoha, me ofrecí para que sea un viaje más grato para ambos  - Sasuke sosteniendo a Gaara por la cintura, acercándolo más a él, pegando sus caderas.

El pelirrojo rompió el agarre que el otro mantenía bruscamente. ¿Que se pensaba este idiota? La obscenidad que tuvo lugar en la obscura prisión aquella vez fue una casualidad, un contrato implícito de goce sexual entre ambos. Eso no quería decir que el bastardo podría usarlo como una muñeca inflable cuando se le antojara. Bien el estaba de acuerdo con que tal vez no había sido una forma elegante y caballerosa de tratar con alguien, tal vez pudo confundir un poco las cosas actuando de aquella manera, ¿pero acaso no había escuchado todo lo que le había dicho aquella ocasión? ¿Acaso no recordaba que le había prometido ayudarlo a cambiar? ¿Realmente eso no le importaba? ¿Solo lo veía como un trasero con patas? La razón por la cual se había presentado ante el aquella vez no fue simplemente para darle la mejor mamada de su vida, si se le permitía dejar la modestia de lado. Bueno, Gaara realmente quería quererlo, pero si el no, si solo lo veía como un mero juguete sexual, iba a hacer que probara su propio veneno.

- Sé que te cambiaria un rato por cualquiera, tal vez por Naruto o por cualquiera. Quieres que te sea sincero… entonces voy a decirte que si disfrute mucho que me tomara – rio - aunque hubiese preferido que seas tú. Seguramente follas mejor que él. O quizás no deba arrepentirme de nada. Pero, qué más da, ahora tampoco me interesa averiguarlo. Naturalmente no le conté nada, ya obtuve lo que quise de ti, no te necesito más así que ¿Por qué debería hablar de nimiedades como esa con Naruto? – escupió lo último mirando las partes del azabache - No te necesito más aquí, no te hubieras molesta en venir, cualquiera podría haber sido el indicado -

Bueno, aquello había logrado crispar los nervios de Sasuke, y el coraje subió por su garganta – Si no quieres acompañarme entonces me marchare – dijo con un tono de ira imposible de no detectar. 

- No tienes que advertirme nada, no me matare si te vas, pediré por alguien más – pronuncio burlón, enfrentando a Sasuke, apoyando sus manos a los costados de su cadera en pose desafiante. Bien, Sasuke pensó que el descarado pelirrojo se estaba pasando de la raya ¿Quién se creía? Había ido a buscarlo hasta allí, SE HABIA MOLESTADO EN IR A BUSCARLO. Había esperado un largo tiempo salir de aquella mugrosa habitación oscura y humedad para ir por el ¿y así lo recibía? ¿Así lo había esperado, revolcándose con Naruto? ¿Lo había tratado como un muñeco de trapo para satisfacer sus necesidades? Entonces debería dejar muy en claro que no permitiría eso, Gaara quisiera o no.

Rápidamente lo tomo por las manos amarrándolas con su propia mano por detrás de la espalda del pelirrojo. Seguidamente lo arrojo boca abajo sobre el pequeño sofá de la habitación friccionando fuertemente su pelvis con las posaderas del aguamarina. A Gaara le gustaba y divertía aquello, Sasuke había experimentado se sentía que te hablen como a un juguete y te trataran como un mero capricho. El menso Uchiha, quien ahora se encontraba furioso, excitado y, aunque no lo aceptara celoso, había caído en la trampa.

No supo cómo ni cuento comenzó a sentir una molestia intromisión por detrás, el muy bastardo ya lo estaba penetrando y aunque al principio le resultase algo doloroso y molesto, debía admitir que le encantaba la efusividad y la inexistente delicadeza de su amante.

Gaara podía notar la ira de Sasuke,  reflejada en cada fuerte embestida que le profería, tal vez el ojinegro se había molestado más de lo que el imaginaba, pero no era el momento para poder explicar nada, ya que mientras se sucedían las penetraciones se iba dando cuenta que aquello no se trataba de un acto de amor carnal, sino que se parecía más a un salvaje acto de dominación provocada por el instinto animal de su acompañante. Aunque quisiera explicar que todo había sido una mentira, no era capaz de hacerlo, las oleadas de placer y dolor que escapan en cada gemido le impedían hablar, y si su voz encontraba alguna rendilla para escapar, era ahogada nuevamente por un nuevo gemido de doloroso placer. La masa de nervios en que se había convertido el Uchiha, mantenía su cabeza bien sujeta, aplastada contra el sofá, dejando su cadera perfectamente empinada a la altura de la pelvis del moreno, lo que le facilitaba la entrada y salida de su miembro. Se sentía totalmente acorralado y le encantaba.

Cuando comenzó a forcejear para soltarse del agarre de Sasuke, este jalo aún más de sus cabellos, volteando su cabeza provocando que el cuerpo del pelirrojo girara al igual que esta, evitando que probablemente, los huesos de su cuello se ‘partieran’. El aguamarina aprovecho ese corte para poder pronunciar palabra.

- Mira que te has enojado Uchiha estúpido – ofendía al moreno entrecortadamente a causa de la agitación – Te has puesto loco de los celos Jaja – en la cara de Sasuke no cabía la mueca de incredulidad y sorpresa que se dibujó inmediatamente en su rostro. El menor podía ser una verdadera caja de sorpresas. Pero ahora no había tiempo para sorprenderse, alguien debía pagar por su enojo.

- Te has tragado el cuentito entero – se mofo el bermejo mientras liberaba sus cabellos de los dedos del Uchiha.

Sasuke le sonrió victorioso y enojado – Si, y tú te tragaras otra cosa putita

Gaara se quito los pantalones y se arrojó en el sillón quedando semi recostado, apoyado sobre el respaldar del mismo con las piernas flexionadas y abiertas – Que me harás Sasu ¿vas a nalguearme por portarme mal? – interrogo con expresión suplicante mientras se masturbaba delante del moreno que se relamía ante tal escena.

- Eres una zorra mentirosa, y tendrás tu castigo por eso -  Se agacho y estiro una de sus manos hasta la entrada del pelirrojo, masajeandola con sus dedos y sin dejar de juguetear con esta se acercó al rostro del menor, sin rosarlo, sin besarlo, simplemente para sentir su respiración agitada y escuchar los casi inaudibles quejidos de placer del bermejo. Introdujo solo un dedo y se acercó más aun al aguamarina mientras este le gemía  implorante al oído. Ante tal tortura Gaara no  hacia otra cosa que retorcerse, mientras su entrada y pene latían de excitación, sus piernas temblaban levemente. No pudo evitar morder alguno de sus dedos enchastrándolos con los hilillos de saliva que se escapaban por sus labios. Necesitaba que Sasuke lo follara ya o iba a explotar. –  Sasu..ke yaAh por favor – El aludido lo miro a los ojos entre divertido y extasiado por aquella imagen ivitandolo a proseguir, a que le rogara - Por favor métemela, follame de una vez mm… - suplico, literalmente, el menor moviendo sus caderas desesperadamente y queriendo reprimir inútilmente un pequeño puchero. El azabache  tomo ambas piernas del pelirrojo y las abrió lo que más pudo, insertando su hinchado miembro por la entrada de Gaara – Te encanta verdad perra mentirosa, o ya me detengo? -  Profirió unas pocas embestidas al pelirrojo antes que el mismo lo empujara hacia atrás para terminar de desvestirse, sugiriendo a Sasuke que haga lo mismo. Lo tomo por la nuca y lo beso empujándolo al sillón. Y finalmente se sentó sobre el moreno, penetrándose a su gusto mientras Sasuke masajeaba su pene. Su cara reflejaba lo mucho que disfrutaba aquello – mmm ahh Sasuke dame más, mas, mas - Su boca no podía permanecer cerrada a causa de los gritos de placer, que eran una sinfonía sublime para el Uchiha quien ahora ayudaba al pelirrojo moviendo sus caderas, y sosteniendo fuertemente con sus manos las de Gaara. Pero no solo lo deleitaba con aquello, para Sasuke la mera sensación de choque entre su cadera con las suculentas nalgas de su pelirrojo hubiesen sido suficiente para llegar al orgasmo, así que dejo que Gaara haga su trabajo que bien sabía hacer – Así, muévete para mi - hasta que sintió que se acercaba el momento. Se incorporó, obligando al pelirrojo  a imitarlo mientras este le dedicaba un quejido de disgusto por quitarle aquel juguete con el que se divertía tanto. El ojinegro lo tomo por los hombros empujándolo hacia abajo, quedando su pene a altura de la cabeza del menor. Pero Sasuke aun quería divertirse, tomo su miembro y comenzó a moverlo de aquí para allá, mientras el aguamarina lo seguía ansioso con la boca abierta – Glotón -  rápidamente el azabache tomo a Gaara por los rojizos cabellos y estampo la boca del colorado contra sus testículos. El Sabaku no se quejó y empezó a entretenerse con ellos, después de todo no podía contradecir a Sasuke, las cosas se haría como el quisiera, y así estaba bien para el también. Sin cuidado el moreno lo aparto y comenzó a masturbarse sosteniendo al pequeño aun por los cabellos. Así comenzó el orgasmo, manchando toda la, según Sasuke, preciosa cara del bermejo, sonrojada por la excitación y finalizo con una estocada en su garganta.

Pero Sasuke no era tan desconsiderado como para dejar a su travieso amante así. Beso apasionadamente al pequeño y lo coloco en cuatro contra el sillón comenzando a masturbarlo y penetrarlo con sus dedos por detrás. La velocidad fue aumentando rápidamente hasta que el pequeño acabo en la mano del moreno.

El Uchiha se agacho hasta quedar a la altura del ahora embajador de Suna tomándolo del mentón - ¿Va a acompañarme ahora señorito?

- Podremos hablar de aquello luego – y lo beso.


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