Kim Kibum nunca había estado tan molesto y con tanta curiosidad al mismo tiempo.
Eso fue hasta que él presenció a este chico con cabello castaño oscuro con los ojos del mismo color, torpemente chocando con un poste en frente de él.
Ah, si. Él.
"¡Oye!" Kibum grito en la calle, esperando atraer la atención del chico y la obtuvo.
"Ah, um," el chico vio a su alrededor, como si otra persona estuviera con él, entonces miro de nuevo a Kibum. "Eh, ¿estas hablándome a mí?" Se señalo a sí mismo, sus ojos mostraban confusión.
Kibum rodó sus ojos ante la escena enfrente de él y camino hacia el chico, trayendo su rosada (¿Qué? ¡Le gustaba el color rosado!) bicicleta con él. "Por supuesto, ¿acaso ves a otra persona con cabello castaño oscuro que acaba de golpearse con un poste por aquí? No lo creo."
"Bueno, tu no gritaste la parte de ‘el chico de cabello castaño oscuro', y ‘el que acaba de golpearse con un poste’ tampoco." El chico respondió, casi inaudiblemente, pero Kibum lo escucho con sus hábiles oídos. ¿Acaso este tipo le acaba de responder sarcásticamente? ¿A Kibum? Oh, no él no lo había hecho.
Pero demonios, el tenía que sonreír, antes que Kibum pudiera poner sus pequeñas hermosas manos alrededor de su cuello para estrangularlo.
Kibum pensó que la sonrisa era algo estúpida, tan estúpida como lo que hizo su dueño antes – ya saben, el golpearse con el poste - pero oh dios su sonrisa era tan segadoramente bella y linda, si. El chico en si era lindo, Kibum se dijo a si mismo.
"Ah si. Mi nombre es Jinki, por cierto” Jinki extendió su mano, torpemente suspiro, y sonriendo dijo. "Lee Jinki." Él no tuvo que pronunciarlo claramente, porque Kibum estaba tan seguro que sería un nombre que siempre recordaría.
"Kibum." El cuidadosamente sostuvo la mano gordita y suave de Jinki "Kim Kibum."
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"No, Jinki. ¡No!" Kibum grito en frustración por lo que pareció la décima vez esa tarde. "Solo, ¡tú no tienes que parar después de 5 segundos! ¡Tú tienes que seguir si no quieres caer y tener golpes y cortaduras en toda tu cara!"
Él le había estado enseñando a Jinki como montar una bicicleta.
Era lamentable que Jinki era mayor que él por al menos dos años, (descubrió eso después en su primer encuentro, junto con la información de que Jinki era solo un estudiante universitario becado de Segundo año de física, en una Universidad cinco cuadras lejos de donde él vivía) pero Jinki no sabía nada acerca de montar una bicicleta, ni conducir por supuesto.
‘Como te desplazas entonces, ¿caminas?' Kibum chasqueo la lengua, obviamente no esperando que la respuesta a su pregunta fuera que si. Él lo miro sorprendido, y Jinki solo le sonrió tímidamente, rascando su cabeza.
Kibum entonces supo que había tomado una mala decisión al querer enseñarle a Jinki a manejar bicicleta.
Era horrible.
Jinki tenía llena de rasguños su hermosa bicicleta rosada. El seguía cayéndose, y si estuvieran practicando en una calle llena de carros, Kibum estaba seguro que habría carne y sangre por todos lados. Kibum tembló ante la imagen gore.
"¡Lo siento, Kibum!" Jinki se inclinó, aunque Kibum fuera más joven. Justo así era él, educado y amable, estúpidamente educado, justo así.
"¿Porque no tomamos un descanso por ahora?" Kibum preguntó, su voz un poco subida de tono. Pero Jinki tenía esa mirada determinante y agito su cabeza diciendo que no.
"Tú puedes descansar, Kibum. ¡Pero yo seguiré practicando!" El procedió a manejar la bicicleta de Kibum, aunque un poco descuidado al empezar, pero el balanceo su peso en ella y lo logro unos metros lejos de donde Kibum estaba parado.
"¿Lo ves?"
Kibum agitó su cabeza, pero no pudo evitar esconder la sonrisa evidente que apareció en sus labios.
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Semanas después, Jinki apareció con una bicicleta pintada de azul en frente de la puerta de Kibum. El empezó a alardear de cómo él ahora tenía su propia bicicleta, y que esta incluso tenía una pequeña campana instalada en ella. Un pequeño casco blanco de plástico en su cabeza, y una sonrisa en su cara, sus ojos directamente en Kibum.
"¿No es genial Kibum? ¡Verdad que lo es!" Jinki infantilmente aplaudió por su propia bicicleta. Kibum sonrió, sus ojos nunca dejando de ver el rostro de Jinki.
"¿Qué es esto? Después de arruinar completamente mi bicicleta, ¿tú te compras una nueva para alardear?" él bromeo, y Jinki de repente dejo de hablar acerca de su nueva bicicleta azul y plateada.
“Ah, bueno acerca de eso..." Jinki hablo, inseguro. El mordió sus labios, y su mano se movió alrededor de su cuello, masajeándolo.
"¿Que pasa Jinki?" Esto alarmo a Kibum. Ver a un Jinki nervioso nunca era buena señal, siempre significaba que había hecho algo que no debía. O que él se había lastimado de nuevo. Ninguna de las opciones eran buenas, y los instintos maternales de Kibum siempre surgían en estos momentos.
"Bueno, si tan solo podrías seguirme." Jinki le pregunto esta vez, mas confidentemente. Y Kibum estaba confundido, el realmente lo estaba. Sin embargo, siguió los apresurados pasos de Jinki. Cuando él se detuvo vio un mini garaje en frente de él, y la voz entusiasmada de Jinki lleno sus oídos.
"Espera aquí mientras lo traigo, ¿de acuerdo?" Él se fue sin antes dejar que Kibum dijera algo.
¿Que era esto? ¿Acaso Jinki había pintado su bicicleta con un nuevo color? Oh, no.
Jinki siempre le había dicho como el rosado de su bicicleta ya estaba un poco gastado y le había sugerido que escogiera un nuevo color como el verde lima. Kibum desecho la idea pero noto cuan abatido Jinki se miraba. Si Jinki realmente había pintado su bicicleta color verde lima - verde lima ¡por favor! – el se vería forzado a obligar a Jinki a que pintara de rosado su bicicleta de nuevo.
Entonces antes de que se diera cuenta, Jinki estaba medio corriendo medio caminando hacia él, con una bicicleta diferente.
"Aquí esta," Las palabras de Jinki sorprendieron a Kibum. "Te compré una bicicleta nueva para reemplazar la que usabas," él sonrió como si fuera un viejo recuerdo estar usando la gloriosa bicicleta rosada de Kibum. "¡Y mira! También trae una linda campana, y es rosada."
Él juro que casi había escuchado ‘aunque realmente yo la quería verde lima' desde la mente de Jinki. Desecho ese pensamiento, y le sonrió a Jinki, quien parecía esperar algo de Kibum.
"¿De verdad?" Su niño interior saliendo en esos momentos. Él nunca había estado interesado en carros, a él le gustaban más las bicicletas. “¿Realmente es mía?"
Jinki asintió, él estaba tan contento como Kibum lo estaba ahora, ¡él estaba entusiasmado! Estaba saltando de arriba a abajo, completamente boquiabierto por la nueva bicicleta rosada y brillante. Él completamente actuó de la misma manera que Jinki lo había hecho anteriormente. Era tonto, ver a estos dos adolescentes tan entusiasmados por unas bicicletas y aun así ellos estaban así, sonriendo como nunca.
Kibum dejo de mirar maravillado la bicicleta y observo a Jinki, lo cual lo sorprendió; él rápidamente se deshizo de ese pensamiento. La mirada de Kibum era intensa, la cual atravesó su corazón. "¿Cuánto te debo?" Su aliento escapo de sus labios secos.
Jinki simplemente sonrió, "¿Qué?"
Era lindo escuchar a Kibum quejarse de vez en cuando.
"Compré esto para ti sin pensar en un pago, Kibum." Sus ojos eran como dos medias lunas, justo encima de sus mejillas como manzanas. "Pero, si no te importa, ¿aceptarías si yo te pidiera que vinieras a mi casa este fin de semana para ver alguna película y comer un helado?"
"¿De que sabor?" Kibum preguntó juguetonamente, él ya se estaba subiendo en la bicicleta que Jinki le había dado, probando la campana mientras lo hacía.
"No sé, ¿fresa y vainilla?" Jinki hizo lo mismo, no olvidando el abrochar su casco de plástico.
"De acuerdo.” Ambos sonrieron mientras iban por ahí con sus nuevas bicicletas, dirigiéndose hacia el atardecer, hacia el olor del mar, hacia la evidencia del mañana.
Ah si, pero fue antes de eso que Kibum sabía que él estaba enamorado.
Accidentalmente enamorado de un hombre que solía estrellarse con postes y caerse de las bicicletas.
Él estaba accidentalmente enamorado de Lee Jinki, en la mejor manera que pudo haber pasado.