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Mi yo real por aleii

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Notas del capitulo:

Pues.... HOLA!!!

hace poco se me ocurrio este fic mirando videos

en youtube para un trabajo haha y umm pues

espero les guste (:

 

Cualquier podría decir que soy un chico normal. Un chico común y corriente de 19 años; que como todos los demás va a la escuela, sale con sus amigos, convive con su familia, invita a salir a las chicas, le gusta el football, la natación y prefiere las películas de acción a las románticas.

Claro, cualquier podría decir que soy alguien “normal”.

Pero hay algo que es diferente en mí, algo que hace que yo no sea como tú, o como mi mejor amigo Freddy, o como mi vecina Tania que siempre intenta ligar conmigo cuando nos topamos.

No… hay algo en mí que me hace totalmente diferente a los otros.

Y ese gran secreto es… que soy gay.

Sí, soy de esos chicos a los que les gustan otros chicos. De esos que cuando están con sus amigos en las regaderas tienen que reprimir el impulso por echar una mirada. Así soy yo… un chico que no es normal en ningún sentido y que jamás lo será, ¿Qué cómo lo sé?

Porque llevó 19 años de mi vida fingiendo alguien que no soy, intentando ser como todos los demás, actuar como un “hombre” e invitar a las chicas a salir, tener citas, besarnos y hasta tener sexo.

Pero en realidad nada de eso ha funcionado.

Sigo prefiriendo salir a tomar una copa con mi mejor amigo Freddy, a tener que liarme con alguna chica del colegio.

-¿Y bien?-preguntó mi psicóloga personal, analista y mejor amiga Julia

Sonreí

-¿Y bien qué?

-¿Lo intentaras esta noche?-insistió, mirándome inquisidoramente

¿Qué si lo intentaría?... bueno, llevaba intentándolo hace tanto tiempo… que ya había perdido la cuenta de las veces que lo había planeado. Pero lo importante en esto no era tener un plan, si no tener los huevos para hacerlo.

-No me da la gana, hoy no, estoy cansado, tuve examen, la de inglés me soltó un regaño y Tania estuvo persiguiéndome toda la tarde

-Puras excusas ¿te das cuenta?, algún día tendrás que afrontar las cosas y hacerlo-mascullo, cruzándose de brazos

Julia era la única persona que sabía lo que realmente era. Y no es que yo hubiera decidido abrirle mi corazón, no.

Ella sola lo había descubierto, por su propia cuenta, como todo un detective.

“-¿Por qué sigues observando a Diego?-preguntó, mirándolo de reojo-¿acaso te gusta?, yo sé que tiene un buen trasero pero… no es para tanto

La mire sorprendido y luego solté una larga carcajada

-¿Hablas enserio? ¿A mí, gustarme Diego?, ¡estarás loca!-exclamé, mirándola raro, como si acabara de decir que los extraterrestres habían tomado la tierra

-Ya, no es necesario que hagas tu “show” frente a mí, guárdatelo para cuando estés con esos idiotas que se hacen llamar tus amigos-farfulló, cruzándose de brazos

-¿De qué hablas?-pregunté, comenzando a sentirme nervioso, ¿se había dado cuenta de la forma en que miraba a Diego?... bueno, yo sabía que no era muy normal comerte con los ojos al chico lindo que trabajaba de mesero en el bar más popular del pueblo pero…

-Alex, cariño… yo sé que a ti te gusta Diego, ¿a qué no?, no hace falta que finjas-afirmo, mirándome fijamente, arqueando una ceja

Solté un largo suspiro y desvié la mirada

-No tengo idea de porque estás diciendo tantas tonterías, ¿segura que no estas borracha?-pregunté

-Yo-se-que-tú-eres…-comenzó a susurrar sobre mi oído en voz muy, muy baja-gay

En cuanto termino de completar su frase, sentí como mi corazón se paralizaba, oh no… mi más grande intimo secreto había sido descubierto por una chica a la cual apenas conocía desde hace unos días y a la cual había invitado a salir porque me parecía mejor estar aquí con ella que con Valeria en su cama, haciéndonos arrumacos… pero ahora prefería mil veces el haber estado fingiendo que me encantaba la forma en que Val chupaba mi pene bajo las sabanas… a estar aquí

-Y no te preocupes, si acepte salir contigo hoy fue justamente por eso, para comprobar mi teoría

¿Qué no me preocupara? ¡¿Qué no me preocupara?! ¿Y ahora qué demonios haría con mi vida?, todo… todo estaba arruinado, tanto tiempo escondiéndolo de los demás, para que llegara una chica tonta y se diera cuenta…

-Y obviamente no le diré a nadie-dijo, terminando de hablar-yo no soy como los demás

Sus grandes ojos cafés obscuro me miraron dulcemente, como intentando darme a entender que me aceptaba.

-¿Hablas enserio?-pregunté dudoso

-Muy enserio-insistió, y esta vez como para afirmarlo, tomo de mi mano”

 

Ella me había descubierto, y yo la había convertido en mi mejor amiga.

-¿Entonces seguro? ¿Nada de escaparnos a la ciudad?-insistió por sexta ocasión de lo que llevaba el día

-¿Y si mejor vamos al bar?-pregunté, desviando claramente el tema

Hace casi un mes se le había ocurrido que la mejor forma de sacar “mi yo gay”, como siempre decía, era yendo a experimentar a un antro de la ciudad. Y no es que nos quedara tan lejos en realidad… apenas si haríamos una hora y media en coche, pero… lo que realmente pasaba es que tenía miedo.

Un miedo terrible a que alguien me descubriera.

Aunque era algo ilógico y absurdo, ya que tendría demasiada mala suerte si me topara con alguien de mi pueblo ahí. Pero… seguía teniendo tantas dudas rondando en mi cabeza, que seguía prefiriendo quedarme en la seguridad de mi casa, a tener que ir hasta allá.

-Al bar, al bar… bueno ya que no quieres ir a la ciudad, al menos deberías robarle un besito a ese Diego

-¿Estás loca?-exclamé sorprendido, de verdad que a Julia se le iban las cabras al monte, como si fuera tan fácil robarle un beso a alguien… y mucho más a un hombre.

-¿Apoco no está bien lindo?, con ese cabello castaño quebrado, y esas tiernas pequitas por su rostro y esos grandototes ojos azules que siempre se desvían hacia nuestra mesa…-murmuró sonriendo-estoy segura de que si hay algún otro gay en este pueblo, ese es él

-Claro, claro… ¿hace cuánto que no tomas tus pastillas para las alucinaciones?-bromeé, soltándole un garrochazo en la nariz

-¡Auch!, todavía de que intento apoyarte moralmente como la buena amiga que soy, tú me pagas con golpes, eres un pelado del mal ¿lo sabías?-murmuró, haciéndose la ofendida

-Ya, ya… ¿qué te parece si yo invito las cervezas como retribución a tu amabilidad?-sugerí

-Ok, pero por favor, si vamos y Diego está atendiendo, intenta disimularle un poco, que seguramente el pobre se la pasa sintiendo tu acosadora mirada todo el tiempo

-¡Cual!, si casi ni lo observo

-¡Ha!, claro… lo que tú digas

 

 

Y así, al final, habíamos terminado metidos en el bar, sentados en la mesa de siempre, disfrutando de unos enormes tarros de cerveza.

-Mira que convencerme de venir aquí… pero ya verás, el próximo fin de semana vamos porque vamos-dijo muy segura de sí, golpeando la mesa con el puño, mirándome con aire soñador

-Claro, claro…-murmuré, dándole por su lado

En realidad, justo ahora, en lo que menos pensaba era en esa salida, y en el próximo fin de semana. En este momento, todo mi ser se encontraba completamente concentrado en Diego, que caminaba de un lado a otro, atendiendo las mesas, usando ese pequeño y estrecho delantal azul anudado a su cadera…

-¡Hola! ¡Tierra hablando con Alex! ¿Acaso has escuchado una sola palabra de lo que he estado diciendo?-comenzó a decir Julia, sacándome de mis ensoñaciones

-¿Eh?, lo siento, estaba pensando en algo…

-Claro, estabas pensando en las miles de maneras en las cuales podrías follarte a ese pobre chico ¿verdad?, por favor, si vas a dejar que tu cerebro desvaríe tan pervertidamente, lo mínimo que puedes hacer es intercambiar algunas palabras con él aparte del hola y adiós

-Aquí la única pervertida eres tú, yo simplemente pensaba en lo bien que le queda ese delantal

-Ah… pues da igual, el punto es que deberías hablar un poco más con él en vez de siempre estarlo observando como todo buen acosador

-Es lo único que puedo hacer-mascullé-tampoco es que entre en mis planes el conquistarlo

-Mmm…-murmuró mi amiga, sin estar del todo satisfecha con mi respuesta-¿sabes qué?, hoy van a cambiar las cosas-dijo muy seria, y entonces, antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba por hacer, vi como alzaba el brazo en el aire, llamando a Diego para que se acercara

Mi única forma de reaccionar fue quedarme impávido, mirando fijamente como caminaba hasta nuestra mesa… cada paso que daba era un retumbar de mi corazón “tutum-tutum”, podía sentir como mi estómago se revolvía de los nervios y pensé que tan grosero me llegaría a ver si me levantara justo ahora de la mesa…

Pero nada de eso fue necesario, nada, ya que entonces sentí como un brazo rodeaba torpemente mi cuello

-¡Alex!-exclamó una voz demasiado familiar

Me gire, topándome con el pálido rostro de Freddy

-¿Qué haces aquí? ¿Una cita?-preguntó, y antes de que pudiera contestarle, jalo una silla que estaba cerca y se sentó, junto con su novia Claudia y un chico que apenas conocía, pero sabía que se llamaba Daniel

-¿Si?-preguntó la dulce voz de Diego, que justo en ese momento, llegó hasta nuestra mesa

Al instante pude notar como la expresión de Julia cambiaba por completo, volviéndose enfurruñada. Y bueno, hasta yo me sentí decepcionado al ver como mi pequeña oportunidad moría antes de siquiera haberlo intentado

-Tres cervezas-pidió Freddy, sonriéndole a Diego-y unos nachos con extra queso

Este afirmó, y comenzó a anotar en una pequeña libreta… wow… era tan perfecto… la verdad es que me encantaba, me fascinaba todo de él, hasta su forma de escribir, lenta y calmada, tomándose su tiempo pese a que era una simple anotación.

Y su forma de alzar su pequeño rostro con esa enorme sonrisa que siempre llevaba, y sus grandes ojos azules que parecían traspasar cualquier barrera al mirarme…

-Ejem, y una coca-añadió Julia, soltándome un pellizco en la pierna

De nuevo… me había perdido en él, ¿Cuántas veces lo había hecho?... quizás y hasta ya se había dado cuenta de la forma en que lo miraba, bueno, es que podía llegar a ser tan obvio… ¿Qué hubiera pasado si no hubiera llegado Freddy justo ahora?

-Ok-dijo Diego, anotando una vez más y luego dio media vuelta, dejándome con unas intensas ganas de ir tras él

-¿Pero qué pasa con ese tipo?-gruño Daniel, esbozando una mueca-¿notaron cómo se te quedo mirando?-dijo, señalándome

-¿A mí?-pregunté sorprendido

-No, nadie noto nada, así que por favor ilústranos con su sabiduría-refunfuño Julia, mirándolo amenazadoramente

Ambos podíamos imaginarnos lo que estaba a punto de decir, ya que Daniel era esa clase de personas que a pesar de tener una mente tan cerrada, tenían una boca demasiado abierta.

-¿Será que está enamorado de ti?-preguntó Freddy, jalando de mi mejilla-seguro lo conquistaron tus ojos verdes

-Oh, déjenlo en paz-murmuró Claudia-él no les ha hecho nada

-¿Nada?, el simple hecho de que exista gente como él es el problema…-masculló Daniel

-Pues el verdadero problema es la gente como tú Daniel-dijo Julia sumamente enojada-gente que habla por hablar, sin detenerse a pensar un momento cuánto daño le hacen a los demás con sus comentarios tan idiotas ¿no crees?

Freddy soltó un silbido y comenzó a reírse

-Pues es como yo lo veo, a mi esa gente no me gusta-insistió Daniel, cruzándose de brazos

-Y a mí no me gusta la gente como tú-murmuró Julia

-Bueno, bueno, no hace falta que nos peleemos por un maricon ¿no?-bromeo Freddy, intentando aligerar el ambiente

Pero en realidad su comentario me molesto aún más que el de Daniel… quizás porque era mi mejor amigo, o tal vez porque me molestaba no poder fingir frente a ellos

Siempre que decían esta clase de cosas yo me mantenía callado, reprimiendo las ganas que sentía de golpearlos y hacerles entender que esa gente a la que llamaban rara en realidad era normal… eran personas como ellos, pero con la única diferencia de que les gustaban los de su mismo sexo.

¿Acaso era un pecado?

Yo había nacido así. Nada me había hecho cambiar…

Desde que podía recordar siempre había preferido a los hombres que a las mujeres… desde muy pequeño… pero mis padres me habían confundido al enseñarme que a los niños nos gustaban las niñas, que eso era lo correcto.

Así que había tenido que acostumbrarme a aparentar… nadie se podía enterar de mi gran secreto, nadie podía saberlo,  y para cuando tenía 16 años… me había vuelto el mentiroso perfecto.

Esa era mi vida, una total mentira.

¿Alguien podía entender lo que las personas como yo tenían que sufrir a lo largo de su vida?, esos comentarios mal intencionados de que era “moda” o “capricho”, me hacían reír… ¿realmente creían que era eso? ¿Acaso no entendían lo difícil que era ser así?

Pero las personas no se percataban de eso… simplemente soltaban comentarios tontos y absurdos sin ponerse a pensar.

-Aquí están sus cervezas, y sus nachos-dijo Diego, apareciendo en la mesa

Al instante Freddy y Daniel soltaron unas risitas e intercambiaron miradas

-Oye… ¿Diego verdad?-preguntó Daniel, deteniéndolo, tomando de su brazo

-Ajam-contesto dudoso, mirándome de reojo

Oh no, por favor ya no me mires… no te metas en problemas…

-¿Si te doy un beso me harías alguna clase de descuento?-murmuró, arqueando una ceja

-¿Eh?-dijo Diego, intentando soltarse, mirando a todos los de la mesa, asustado, obviamente no se esperaba esto

-Ah ya se, quieres un beso… pero de él-insistió Daniel, señalándome

Entonces cruzamos miradas

-Oh, pero si hasta se pone rojo-bromeo Freddy, echándose a reír-así que en verdad le gustas Alex

Desvié la mirada… era más fácil fingir que formaba parte de esto, que no me molestaba, que no tenía ganas de romperle la cara a esos dos…

-¿Entonces? ¿Si te préstamos a Alex no harás un descuento?

Y justo cuando estaba por levantarme y patear a Daniel, escuché un grito ahogado… regrese la mirada hacia la mesa, topándome con una maravillosa escena. Daniel miraba asombrado a mi pequeña amiga, mientras unos hilillos de sangre escapaban de su nariz

-Lo siento, pero me canse de escuchar tus idioteces-exclamó Julia

-¡Perra! ¡Me soltaste un puñetazo!-exclamó furioso Daniel, intentando lanzarse sobre ella

Y ahora sí, era mi momento. Me coloque frente a mi amiga, protegiéndola y jale a Daniel de su camisa, alzándolo en el aire

-Será mejor que te largues-mascullé-solo estas provocando problemas

-Oye, ya, déjalo…-murmuró Freddy-está bien que se pasó, pero no es necesario que lo agarres a golpes

Mire de reojo a mi amigo

-Entonces yo me largó-le espeté, y jalando de la mano a Julia, salimos de ahí

Estaba harto de todo esto, de esta constante situación… es que ya no soportaba vivir así, actuando todo el tiempo, aparentando ser alguien que yo no era.

Quería poder salir y gritarle a los cuatro vientos que me gustaba Diego, quería poder defenderlo de estúpidos como Daniel, quería tomar de su mano y besarlo en la calle.

Quería actuar como alguien normal.

Notas finales:

Y bueno me gustaría saber si 

les gusto o no este primer cap n_n

 


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